Para esta semana, al igual que en la anterior, tenemos ración doble. No obstante, no se malacostumbren, ya que a la vista no tengo de momento más conciertos a los que ir, ya que la asistencia a las inmediaciones del Parque Juan Carlos I, lugar donde se celebra el Saturday Night Fiber, esta noche para solamente escuchar desde fuera la “posible o probable” actuación de Morrissey, no lo considero asistencia a concierto. Por desgracia, la volatilidad emocional de este artista, hace que no me fíe un pelo de su comparecencia a los conciertos que programa (pregúntenselo a los donostiarras en 1985 y a los “fiberos” en 2004). Y claro, al ser un festival, si Morrissey no va, pero van el resto de artistas, el importe de la entrada no te lo devuelven, aunque tú vayas principalmente por ver a “la buena Mozza”. Pero bueno, de esto no pretendo hablarles, pasemos a lo que realmente nos atañe.
El pasado día jueves día 17 de julio de 2008, tuvimos la suerte de ser unos de los más de 60000 afortunados que tuvimos acceso al recinto en el que se había citado la E-Street Band, con su jefe al frente, para dar un recital de prácticamente 3 horas. Bruce Springsteen ya había escogido Madrid allá por el mes de noviembre del pasado año, para ofrecer un concierto dentro de su gira mundial, con motivo del lanzamiento de su último disco “Magic”. En aquella ocasión, el Boss escogió el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, un recinto que en el mejor de los casos puede dar cobijo a 13000 personas para una actuación musical. Para dicha fecha fue imposible coger entrada, o por lo menos muy difícil, y los intentos realizados fracasaron, por lo que no pudimos presenciar aquel espectáculo que, curiosamente, “solamente” duró alrededor de 2 horas. Bruce parece ser que no se quedó a gusto, y como ya hiciera en su último tour con su magnífica banda allá por el año 2002 y 2003, esto sólo era un aperitivo de las entregas definitivas, lo único que en aquella ocasión, el jefe eligió a su amada Barcelona para aquel anticipo.
Poco después de aquel concierto, se dieron a conocer las fechas de una minigira en nuestro país entablada dentro del Magic Tour, que tendría lugar en verano. Para esta ocasión, Bruce ya demostraba que vendría muy en serio y escogió un lugar que permitiera desplegar el total de la fuerza de su directo, y mostrárselo a una audiencia mayor de la que pudo acceder en noviembre de 2007. Evidentemente, aquí sí que fue algo más asequible adquirir entradas y las mismas pudieron conseguirse en una primera entrega durante 2 días, y hará cosa de 2 meses hubo una ampliación de aforo debido a que el escenario no iba a ocupar tanto espacio como el previsto y se podía hacer más hueco a la gente. La accesibilidad, no obstante fue de cara a comprar los asientos reservados (que se repartían la entrada de menor y mayor cuantía monetaria), lo referido al pie de pista no lo llegué a ver disponible, por lo que nos tocaría ver a Bruce desde una posición no muy cercana. Mi experiencia previa con el Boss, en lo que fue su concierto en el estadio de la Peineta en mayo de 2003, me demostraba una posibilidad de acabar en el pie de pista con algo de suerte. Para mi decepción, ayer comprobamos que la estructura del recinto es excesivamente cuadriculada, laberíntica y hecha aposta para que no puedas cambiar de nivel, todo ello acompañado de un más que excesivo despliegue de seguridad. Esto propició que lo único que pudimos hacer, fue avanzar lateralmente de cara al escenario y pasar del 4º al 3er anfiteatro, logrando una ligera mejora en la nitidez de vista en la lejanía.
Tras unos intentos fallidos de conseguir quedarnos afincados en unas y otras localidades, y movernos alrededor de la zona de avance de unos a otros asientos libres a medida que la gente los reclamaba entrada en mano, conseguimos dar con unos que finalmente no tuvieron dueño que reclamara su uso. La espera se hacía larga. En la entrada se anunciaba que Bruce y su gente aparecería en el escenario a las 21.30h, pues bien, eran las 22h y todavía no había rastro del jefe y los suyos. Pocos instantes después de las 22h, por fin el Boss y la E-Street Band irrumpieron el escenario. Unas notas de piano y el recinto con las luces apagadas, hicieron que se comenzara a desatar la histeria que terminó por explotar en el momento en el que pasaron al primer plano los protagonistas de la noche.
Springsteen quería demostrar que no venía a especular y para iniciar el track list escogió la enérgica “Night”, perteneciente a su mítico disco de 1975 “Born to run”. Desde el primer momento, a todos los componentes se les vio muy metidos en el show y la interpretación de este primer tema nos dejó sin aliento con apenas unos minutos de actuación. Acto seguido el concierto avanzó con “Radio Nowhere”, el vital y rockero primer single del último disco del Boss junto a la E-Street Band. Aquí el grueso total de la audiencia se entregó definitivamente, ya que el primer tema es sólo conocido para la gente que, como ya comenté en el artículo introductorio del blog, ha ido más allá de los “Greatest Hits” y “The Essential” que tiene este monstruo del rock. Con toda la gente ya metida en materia y tomando conciencia de lo que estábamos empezando a vivir, Bruce decidió proseguir su recital con "Lonesome day”, canción abanderada del disco previo grabado en estudio con la banda, que culminó un inicio de concierto apabullante. En este último tema, la parte posterior al estribillo: “It’s allright, it’s allright, its allright, yeah!”, coreada por las más de 60000 personas allí presentes y con un juego de luces que deslumbraba al llegar el “yeah”, causaba una sensación que ponía los pelos de punta. El jefe puso fin al bloque inicial con “The promise land”, otro tema que hizo las delicias de gran parte de la audiencia.
Dentro de su habitual buen rollo con la gente y su cercanía, Springsteen se dirigió al gentío en castellano, recordándonos que somos los actuales campeones de la Eurocopa de fútbol, ante lo cual, por si todavía no lo había hecho, se guardó al público en el bolsillo. Otro de los detalles curiosos y sorpresas agradables que el jefe nos reservaba para esta ocasión, fue el hecho de recoger pancartas con canciones que el público solicitaba y conceder alguna de ellas. Algún suspicaz puede decir que tras recoger del orden de 15 cartones, fuera buscando alguna que tuviera la banda preparada y hacer el efecto que suele ocurrir cuando te hacen un juego de “magia” de cartas, y te dicen “¿a que era la carta que habías elegido?”, no obstante, no vamos a poner en duda la honradez de Bruce, que yo creo que llegado a estas alturas está fuera de toda duda, y secundaremos el título de su último disco y de la propia gira, diciendo que el Boss hizo “Magia” para los que allí nos congregamos.
De sus primeros “trucos”, se sacó de la chistera una pancarta que “por favor” pedía que se nos entregara “Brilliant disguise”. Un tema que más de alguno no esperaría ni en broma que apareciera por allí esa noche. La versión fue excelente y para entonces la acústica, que al comienzo del show no se había demostrado muy buena, ya no sonaba tan mal o a lo mejor es que nuestros oídos ya habían cogido el punto o la onda con la que había que escuchar. Fue uno de los momentos más emotivos de la noche y una de las interpretaciones más profesionales y fidedignas al original de estudio que nos entregó Bruce en esta ocasión. Dentro de la emotividad, reseñable y obligado de hablar, es el momento en el que apareció “The River”. Otro de los instantes en que las sensaciones estaban a flor de piel y de mayor comunión entre grupo y audiencia.
Para cerrar el apartado de los ases de la manga, más adelante en el show, el jefe nos enseñó otro letrerito confeccionado a base de rotulador y cartón que ponía “Cover me”. Excelente 2º corte dentro del multimillonario disco “Born in the U.S.A.” que sonó al menos 3 puntos de intensidad por encima de lo que es la versión de estudio. Este tema es uno de las joyas ocultas que no fueron single que tiene este disco, y el hecho de que a alguien de la audiencia se le ocurriera pedirla (desde aquí mis agradecimientos) y que el Boss tuviera a bien interpretarla, supuso una de las sorpresas de la noche. Encadenando esto con el apartado de las sorpresas que nos deparaba la noche, desde mi punto de vista la mayor la supuso “Because the night”, un tema que popularizó en directo el jefe en los atronadores conciertos de los años 80 y que ayer apareció tras una introducción a base de piano. Este tema supuso el lucimiento personal del guitarrista Nils Lofgren, el cual dispuso de más de un minuto de un excelente solo de guitarra, que nos dejó a gran parte de la audiencia embobados con la destreza que este músico tiene a las cuerdas. Si Bruce es el Boss, es porque sabe delegar la responsabilidad en sus subordinados en los momentos que procede y siempre de forma magistral.
Quizás otro tema que, por lo menos al inicio de la gira no se esperaba, pero que tras ver revisiones de otros shows previos de otras ciudades se podía prever que cayera, fue “Tunnel of love”. Este tema supuso el momento más tierno y de mayor complicidad que tuvo Bruce al lado de su amada Patti Scialfa. Suponemos que el hecho de que esta canción fuera grabada en los comienzos de su relación sentimental, les traerá buenos recuerdos a esta pareja de enamorados.
Del disco nuevo, Magic, Bruce decidió incluir aparte de la ya mencionada “Radio Nowhere”, 3 canciones. “Livin’ in the future”, la cual introdujo con un discurso político en castellano, referiéndose a la pérdida de derechos civiles sufridos en su país de origen y ante lo que dijo “por lo que tendremos que luchar”. Suponemos que todo aquel movimiento de “Vote for change” que Springsteen secundó con las Dixie Chicks y R.E.M. entre otros, no habrá caido en saco roto. “Last to die” fue otro de los cortes escogidos para presentar su última obra y como ya era de esperar, sonó con la misma fuerza que lo hace en estudio. Otro momento para las novedades lo supuso la emotiva “Long walk home”. Quizás este fue la única ocasión de lucimiento personal del sr. Steve Van Zandt, el magnífico y carismático guitarrista del pañuelo en la cabeza, que ayer me dio la impresión que más que en un 2º plano estuvo en un tercero o cuarto. En esta canción Bruce delegó en Steve la parte vocal de alguna estrofa del estribillo, y quizás fue la ocasión que más tuvimos ocasión de ver a este gesticulante guitarrista, que en otras giras le vimos más participativo. Ni siquiera en la proyección de las pantallas aparecía demasiado y fue un hecho que me resulto extraño a lo largo de todo el concierto, máxime cuando esta canción fue de la recta final del concierto. Previamente Steve se veía a veces reforzado por la “1ª dama” miss Scialfa que se sumaba en su micro para corear a dúo. Ya se sabe que donde manda Boss no manda Steve… Igualmente y a continuación, vino el clásico “Badlands”, en el que Steve siguió ejerciendo el papel de gregario de lujo del Boss, que era más evidente en giras anteriores, como por ejemplo en aquel concierto de mayo de 2003 que disfrutamos por aquí. Esta canción apareció ya con más de 2 horas a las espaldas, con el cansancio que ello supone. Aún así, hizo levantar a todo el público y que la mayoría de la gente empezara a dar botes con los primeros acordes del tema. Ya aprovechando que hemos hablado del sr. Van Zandt, quisiera comentar algo más de otros 2 miembros igualmente carismáticos y queridos de la banda. Mister “200 kgs de humanidad”, como dijo en su día Julián Ruíz en su magnífico programa y referente personal “Plásticos y Decibelios”, es decir, Clarence Clemons, estuvo como siempre sensacional. Sus notas de saxo le dan ese toque romántico y clásico a las canciones del Boss y por otro lado en alguna que otra ocasión se acercó al micro del jefe para pronunciar algunas palabras con su acongojante voz. El momento en el que pasó a primer plano con su primer solo de saxo, enloqueció a la audiencia, que sin dudarlo en ningún momento, se rindió los pies de este gran hombre en todos los sentidos. Por otro lado, el sr. Max Weinberg, llevó perfectamente el peso rítmico de base con su batería y se mantuvo a un excelente nivel musical y de intensidad a lo largo de todo el concierto, todo ello desde su posición en el escenario guardando las espaldas al resto de la banda.
Para la parte final y los bises hicieron acto de aparición los grandes bombazos de la noche. Además de la ya comentada “Badlands”, para cerrar lo correspondiente al set list principal antes de los bises, apareció la épica y mítica “Born to run”. Me da la impresión que la intensidad de esta ocasión al interpretar este clásico no estuvo a la altura de tiempos pasados. Es evidente que el tema llega casi pasadas las 2 horas y media de show y que los componentes de la E-Street Band y el propio Bruce ya tienen una edad y llegados a estos momentos es lógico que mínimamente se baje un poquito el listón, de lo contrario estaríamos hablando de seres sobrenaturales, y al fin y al cabo son humanos. Ya en los bises nos dimos de frente con “Dancing in the dark”. Es una canción que es perfecta para el final de concierto. Vital, alegre, pegadiza y bailable es uno de las ocasiones que más felicidad y plenitud aportan a la audiencia.
Para los 2 últimos temas nos encontramos con un tema inédito, que se acompañó de letra en la pantalla para que la gente pudiera cantarla y la versión de “Twist and shout” de The Beatles para cerrar el show definitivamente. La versión es bastante buena y además daba la ocasión perfecta para la participación del público, no obstante, he de apuntar que desde mi humilde (y quizás, discutible) óptica personal, esta versión debería haber aparecido mejor un poco antes y dejar para el cierre del show algún tema propio de Springsteen, que nos hiciera irnos con un mejor y más genuino sabor de boca, como ya hicieran en 2003 cuando tras “Dancing in the dark” se entonó “Darlington County” del “Born in the U.S.A.”. Por otro lado, y como ya me ha comentado algún allegado, el Boss puede hacer prácticamente lo que le venga en gana. Era la 1 de la madrugada y la fiesta tocaba a su fin.
El concierto incluyó otras canciones como “Mary’s Place”, “The Rising”, la sobrecogedora “Jungleland” y otras más. No obstante, no vamos a proceder a una revisión una a una de todas las canciones, ya que de lo contrario, el artículo sería más extenso de lo que ya vienen siendo habituales mis reflexiones y revisar este concierto de 3 horas les podría suponer estar pegados a la pantalla un tiempo que no sería del todo saludable. A continuación les dejo el set list completo para que tengan la referencia de lo que fue esquemáticamente el espectáculo:
Night, Radio Nowhere, Lonesome Day, The Promised Land, Spirit In The Night, Summertime Blues, Brilliant Disguise, The River, Cover Me, Trapped, No Surrender, Out In The Street, Because The Night, Cadillac Ranch, Livin' In The Future, Mary's Place, Tunnel of Love, The Rising, Last To Die, Long Walk Home, Badlands, Jungleland, Seven Nights To Rock, Born To Run, Bobby Jean, Dancing In The Dark, American Land, Twist And Shout.
Me he permitido el lujo de hacerles un esbozo de lo que fue el acontecimiento, desgranando los temas más destacables y completando todo ello con algunos detalles del concierto, tales como el momento en el que el Boss cogió en brazos a una fan, el instante en el que toda la banda se subió en una de las pasarelas en las que estaban rodeadas por el público al final del show y el ya clásico derrape o patinazo de rodillas del Boss a lo largo del escenario. 59 años parecen no ser nada para este hombre. Igualmente, el orden de comentario de las canciones que hemos seguido, no es del todo cronológico como hacemos habitualmente con las revisiones de discos, ya que he estimado conveniente comentar las canciones unidas entre sí por temas, aspectos o detalles que he considerado comunes.
De este espectacular y grandioso concierto, en el apartado de lo mejorable, quizás la demora en el comienzo del show es una de las cosas a comentar. Este hecho quizás pueda interpretarse por algunos como una falta de respeto hacia el público, más que el hecho de hacerse querer, ya que no fueron 10 minutos, sino algo más de media hora. Eso sí, este hombre, una vez más haciendo honor al título de su último disco, posteriormente, como si de magia se tratase, con el despliegue de su espectáculo hace que ni te acuerdes de esos detalles. El otro punto que ya hemos comentado, fue el tema escogido para el final de la actuación, ya que a mi gusto y al de otros muchos, lo esperado hubiera sido un clásico inolvidable para irnos levitando del recinto hacia nuestras casas. Respecto a la estructura del concierto, creo que Bruce cuando va con toda la banda, lo que no hace es dejar un respiro a los músicos y quedarse él solo en el escenario, quizás acompañado de algún otro miembro para acompañamiento, y entonar así algún tema acústico inolvidable como “I’m on fire”, “Streets of Philadelphia” o cualquiera de “Nebraska”, por ejemplo. En esto, su alumno aventajado español, Carlos Goñi, es un experto en sus shows y siempre deja un espacio al sonido íntimo y acústico. Los cortes acústicos mencionados los suele dejar el Boss para cuando se aventura en solitario en la carretera, y quizás es una pena que debido a esa separación no dispongamos de una experiencia global de lo que es Springsteen en un solo show.
En definitiva, el resultado global de la experiencia es más que altamente satisfactorio. Realizando una comparativa con el set list que disfrutamos hace 5 años, la selección es más de mi agrado, lo único que puede desembocar en un ligero y escueto reproche es la distribución y posición de los temas, focalizado principalmente en lo comentado de la canción escogida para el cierre.
El jefe triunfó en su visita a Madrid por todo lo alto, como viene siendo habitual. Nunca decepciona y lejos de este extremo, ofrece siempre un espectáculo que muy pocos artistas pueden conceder al público que asista a sus recitales. Bruce Springsteen y la E-Street Band disfrutan de una excelente salud y siguen ofreciendo unos conciertos dignos de una leyenda en activo del rock. Se podría decir, tomando prestadas las palabras años atrás de un particular periodista con motivo de una de las visitas anteriores del Boss, que: llegó “Huracán” Springsteen, no quedó nada, arrasó con todo. Confiemos en que a Bruce le quede alguna bala en la recámara y que no sea la última vez que la E-Street Band se ponga a sus ordenes, las del jefe, para dar la vuelta al mundo con su espectáculo y que otra vez se den una vuelta por estos andurriales. Gracias Bruce, esperamos que vuelvas pronto.
3 comentarios:
Minuciosa descripción del concierto y hecha desde la admiración, no puede ser de otra manera ante semejante monstruo.
Un abrazo, gracias por el trabajo aunque en esta ocasión tuvo que ser todo un placer.
Y la que me encanta es la película Control sobre los Joy Division, me fascinó, no me extraña que la uses de icono
Efectivamente Luz de Gas, todo lo que se publica aquí está escrito desde la admiración; de momento no ha lugar a críticas negativas y todas las propuestas son en positivo.
Efectivamente, fue un placer gastar un rato en transcribir lo que viví en el concierto.
El último término, celebro que compartamos opinión sobre "Control". Excelente película.
Gracias por escribir.
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