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viernes, 5 de mayo de 2017

Miqui Puig & ACP - Escuela De Capataces (2017)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Mucho tiempo llevaba preguntándome por qué Miqui Puig no editaba nuevo material. “Impar” vio la luz en 2008, en plena vorágine de Miqui en los medios y después hubo un EP de homenaje a Barcelona con versiones de otros. Pero de nuevo material, nada.

Por fin este 2017 nos trae buenas nuevas de Miqui Puig, acompañado de ACP (Agrupación Cicloturista Puig) donde el gregario principal sigue siendo Marc Botey en sus guitarras, con José Robisco al bajo, Joan Verges en la batería y Tony Mena en las guitarras.

“Escuela De Capataces” es el resultado final de tantos años de espera en la creación musical, que no en la actividad variada de Miqui, el cual sigue vinculado a la cultura bien ejerciendo como Dj o participando en la radio.

Escuché el disco por 1ª vez una mañana de sábado de comienzos de la presente primavera, cuando dando un largo paseo por el este de Madrid me lo puse en los auriculares de mi reproductor mp4. Y me captó de primeras escuchas. Tras muchas y muchas audiciones posteriores, me reafirmo en las primeras impresiones y creo que ya estoy en condiciones de hacer una crítica adecuada. Pasemos a ver “Escuela De Capataces” tema a tema como es tradición en “DMR”.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Ella me salvó (beber sin sed)”: Canción directa para abrir titulada “Ella me salvó (beber sin sed)”. Reconocible dentro del estilo que Miqui ha labrado a lo largo de su trayectoria. Comienza con el estribillo, con lo que se gana mucho efectismo. Tiene fuerza y los cambios de ritmo que ofrece en ciertas estrofas se manejan bien, sin chirriar. Se marca a fuego desde el comienzo y se hace acreedora de las preferencias de cualquier oyente medio.

2. “Los Módena”: El single escogido para presentar “Escuela De Capataces” ha sido “Los Módena”. Estamos ante otro ejemplo de buen sentido del ritmo, con un estribillo que funciona tanto en su versión más corta, como en la más larga donde se gana épica. Canción que habla de camaradería, entendida como cada grupo la concibe, y que por eso, siendo tan universal, pero partiendo de lo particular (o viceversa), es muy fácil identificarse con ella. La maquinaría sonora de la ACP se sigue afianzando gracias a “Los Módena” como una efectiva creadora de ritmos con gancho.

3. “El sastre de Genestacio”: La melodía torna a un tono más calmado, algo melancólica, pero que no sirve precisamente para apoyar a una letra que abunde en la nostalgia ni nada por el estilo; más bien todo lo contrario. Miqui ya indica que solamente envidia a los jóvenes los trajes cómo les quedan y les caben aún, pero poco más. Canción del sector emotivo (en eso funcionan bien las notas de saxo que aparecen por ahí en cierto momento) del lp esta “El sastre de Genestacio” que mantiene el alto nivel de exigencia que Miqui y la ACP se han marcado desde los primeros segundos.

4. “Sofia Schmidt-Pérez del Oso”: Después de un capítulo tan bonito y emotivo en lo sonoro, hay que recuperar lo liviano y lo pop. Y qué mejor que buscarse a una diva como “Sofía Schmidt-Pérez del Oso” para devolvernos al divertimento, sobre todo gracias a unos arreglos muy a lo Style Council y a una melodía luminosa conformada por la ACP donde destacan los acordes de Marc Botey. Miqui se muestra oscilante en el micrófono, casi hipnótico en el puente, con un estribillo para nada evidente donde se abunda en el particular nombre de la musa por excelencia que nos presenta “Escuela De Capataces”. Un tema ligero y sencillamente fácil de disfrutar.

5. “El chico que gritaba acid”: Lo que no hay es descanso, más que futuro como reza el arranque de “El chico que gritaba acid”. Y es que esta canción demuestra que Miqui Puig y la ACP se han propuesto subir el Tourmalet con el plato grande y piñón pequeño, en plan titánico. Y es que “El chico que gritaba acid” tiene envoltura de hit, al nivel de cualquiera de los grandes éxitos de la historia de Miqui Puig en la música, ya sea en solitario o al mando de Los Sencillos. Muy efectista y sobre todo efectiva. Llama mucho la atención.

6. “La teoría del hombre invisible”: Y el descanso no se imaginen que llega de la mano de un medio tiempo insulso. No. Miqui nos sorprende con un tema narrado. En “La teoría del hombre invisible”, que por otros sites no han aceptado tan bien como nosotros, Miqui capta la atención perfectamente con esa historia de personajes como esas hermanas que fuman y hablan en un bar, donde pueden ser más bien parte del mobiliario, con ese barman aplicado que sirve a Miqui lo que precisa y esa celebración que destila algo de, no sé, ¿tristeza?, con esos “feliz año nuevo” a gritos a pleno 3 de agosto. Novedoso, curioso y algo hipnótico en su melodía, donde el saxofón vuelve a dar un alto toque de distinción y elegancia.
7. “Línea clara”: En “Línea clara” encontramos sonidos cálidos de guitarra y un ritmo algo obsesivo y concienzudo. Canción de manual, con arreglos certeros dentro de una melodía sesuda y que apenas ofrece fisuras. Puede que después de tantos capítulos de alta exigencia hasta ahora, quede un poco por debajo en las primeras escuchas hasta que vayan conociéndola, cosa que luego, como cuando se lleva a cabo la prueba de los 400 metros lisos, se termina compensando en la curva de turno.

8. “Cuidado con los perros”: Quizás llega el turno de la canción más descarada de “Escuela De Capataces”. “Cuidado con los perros” tiene un ritmo algo petardero y pachanguero, pero no vulgar. Nuevamente las sentencias de Miqui son efectivas (¿quién no recuerda ese “no me llames por mi nombre de casada” tras terminar la escucha del lp?). Diversión pop rock que en directo funcionó muy bien, completada por los aullidos de Miqui y la ACP en el final.

9. “Nuevo rock americano”: ¿Hubiera sido demasiado evidente titular “Tiempo de pelea” a “Nuevo rock americano”? Es probable. De eso Miqui Puig sabe más que yo. Estamos ante la canción de perfil más oscuro y del sector más comedido de la obra. Sirve bien para afrontar un tramo final en el que habrá lugar para emociones más altas.

10. “La hora del brindis”: La canción más emotiva y emocionante (por las inspiraciones que al sr. Puig le fueron surgiendo al crearla) es “La hora del brindis”. Junto a “El sastre de Genestacio” es el capítulo que más llega a tocar la fibra sensible del que escucha con atención. Va en concordancia melodía y letra, preciosas ambas. Miqui canta con notable emoción desde el primer verso. Eso se nota y se transmite claramente. Los arreglos de cuerda en los estribillos le dan la envoltura adecuada. Otro clásico claro de “Escuela De Capataces” que quedará más allá de su tiempo promocional.

11. “Vos trobava a faltar”: Miqui adopta el catalán para la última canción de “Escuela De Capataces” para cerrar con otro capítulo emotivo, lo cual unido a “La hora del brindis”, hace que la obra cierre con un halo muy especial. “Vos trobava a faltar” tiene un ritmo más directo y rockero y en menos de 3 minutos nos ofrece un epílogo a la altura de un disco de alta exigencia.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Es difícil a estas alturas hablar del resultado general de “Escuela De Capataces” al encontrarse en pleno periodo promocional. Lo que hemos podido constatar en la estupenda acogida en directo que tuvo su puesta de largo en directo en Madrid a finales de marzo de este año.

Lo que sí podemos, es reflexionar sobre su contenido. Creo que es un trabajo estupendo. Miqui Puig, en compañía de Marc Botey, ha sabido conformar su ACP para retornar por la puerta grande. Y es que volver después de tanto tiempo es complejo. No obstante, si lo que traes bajo el brazo es un álbum de tanta exigencia como es este “Escuela De Capataces”, la cosa se vuelve más fácil. El disco ya gusta desde su imagen en blanco y negro de portada, con Miqui y la ACP viendo una prueba ciclista desde la cuneta.

Mejora el resultado de “Impar”, que personalmente me agrada bastante, y considero que puede estar perfectamente a la altura de un “Casualidades”. Da que pensar en otros grupos y artistas que a día de hoy están muy por debajo de su historia. Este “Escuela De Capataces” gusta a cualquiera de los seguidores de recorrido de Miqui Puig y es capaz de ganar nuevos adeptos, ya que está muy bien tratado en sus formas y tiene mucho gancho. Las largas esperas a veces merecen la pena y con el hiato de Miqui Puig entre su último disco de temas nuevos y el presente estamos ante un ejemplo de eso.

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