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viernes, 23 de diciembre de 2016

Mejor Single Nacional 2016 DMR: “Bajo el volcán” de Love Of Lesbian

Aquí tiene lugar la excepción a la pausa vacacional navideña que tradicionalmente nos estamos tomando en “DMR”. En nuestro 8º año de existencia, hemos creado un título a nivel particular, que si bien no es a día de hoy un premio económico, ni una estatuilla conmemorativa, es un título que al menos a nosotros nos hace ilusión conceder; si por ejemplo a “DMR” nos consideran en algún lugar “mejor programa de radio musical” o “mejor blog musical” de un año, el título ya en sí nos agrada y nos llena de orgullo y satisfacción, que no todo tiene que ser económico (si bien, en futuro, quién sabe…).

Por ello, hemos decidido escoger el mejor single editado a nivel nacional en este 2016 que afronta sus últimos días. Preseleccionamos 3 canciones: “Bajo el volcán” de Love Of Lesbian, “Nivel inexperto” de Second y “El baile” de Izal, bandas a las que precisamente hemos podido ver en esplendoroso directo en la primera mitad del año.

El sistema de votación, a propuesta de Mariano González, ha sido conceder 1, 2 o 3 puntos, según orden ascendente de preferencia, a cada candidata por parte de los 6 miembros que a la presente fecha conforman el equipo fijo de colaboradores radiofónicos de “Discos, música y reflexiones”. Por ello, en esta elección hemos participado el propio Mariano González, Óscar Cañas, Alfredo Morales, José Antonio Sánchez, Luis Felipe Novalvos y servidor de ustedes Víctor Prats.

Tras la emisión de los votos (meditada durante la pasada semana por cada uno de los componentes, que ayer jueves 22 de diciembre cada uno individualmente emitió su veredicto), el resultado ha sido tremendamente nivelado: Izal 13 puntos, Love Of Lesbian 13 puntos y Second 10 puntos. Descartados nuestros buenos amigos de Murcia, había un empate técnico entre los madrileños y los catalanes que se ha resuelto por el “goal average”, traducido esto en que ha resultado ganadora la canción que más veces ha sido elegida por los colaboradores en su primer lugar por 3 a 2.

Y el ganador ha sido, como han podido leer en el título, “Bajo el volcán” de Love Of Lesbian, rutilante primer single de su último lp de estudio “El Poeta Halley”, el cual ya revisamos hace unos meses por estas tierras. Felicitamos muy sinceramente a Julián, Joanra, Jordi, Oriol y Santi por este título. Les dejamos insertado el videoclip del single y confiamos en que el quinteto de Sant Vicenç Dels Horts se sientan contentos al enterarse de resultar vencedores de este galardón, que es más bien honorífico que otra cosa como ya hemos explicado.

Por nuestro lado, continuamos de vacaciones hasta la semana del sábado 14 de enero en la que retomaremos la habitual actividad de “DMR”; nos ha gustado llevar a cabo esta excepción. Disfruten de “Bajo el volcán” de Love Of Lesbian (y también de las otras 2 finalistas) y nos vemos pasadas las fiestas. Felices navidades y les deseamos que el próximo año 2017 sea bueno con ustedes.
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viernes, 16 de diciembre de 2016

DMR cierra por vacaciones de Navidad 2016

Llámennos vagos. De acuerdo, pero ya saben que consideramos que la actividad 2.0 es un asunto que hay que llevarlo con calma y es preciso también desconectar de su ritmo de trabajo (si es que uno se lo autoestablece, como es nuestro caso).

Por ello, desde hoy paramos hasta la semana del sábado 14 de enero, en la que retornaremos a la actividad habitual. Ese día a las 16.00h reiniciaremos la actividad de “DMR” en la radio; durante esa semana crearemos su correspondiente evento en Facebook, lo difundiremos también vía Twitter y el viernes habrá un artículo informando de qué conversaremos en las ondas, lo cual ya lo tenemos prácticamente decidido.

En estas semanas de asueto y relajo, no obstante, sí que haremos algunos comentarios en nuestros perfiles de las redes sociales, con lo que la actividad principal cesa, pero la secundaria seguirá latente. Y al respecto, hay una novedad en este año (con ánimo de que siga en años posteriores) que les comentamos a continuación.

Consideramos MUY IMPORTANTE (al menos para nosotros), la deliberación de elegir el mejor single nacional de 2016 entre los 3 finalistas que hemos seleccionado. A saber: “Bajo el volcán” de Love Of Lesbian, “Nivel inexperto” de Second y “El baile” de Izal. El resultado se publicará el próximo viernes 23 y un post al respecto en el blog lo rubricará. Tendremos en cuenta sus retweets y compartidos en redes sociales para decidir.

Avisamos que se trata de un título meramente honorífico y simbólico, pero, ¿qué quieren que les diga? Si a “DMR” nos consideran Mejor Programa De Radio Musical o Mejor Blog Musical en alguna web, sin estatuillas o premios económicos, nos sentiríamos felices a más no poder.

Por ello, ahora aprovechen las fiestas para descansar y atender sus compromisos personales, que suponemos serán varios. La foto que encabeza el post corresponde a la pirámide luminosa que el Ayuntamiento de Torrejón de Ardoz ha colocado en su plaza mayor, cuya estructura parece más propia del Real de la Feria de Abril de Sevilla o de la Feria de Málaga.
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domingo, 11 de diciembre de 2016

Programa The Cure “Wish” (Temporada 8/ Programa 4)

Todavía emocionados por la vivencia de un nuevo concierto de The Cure el domingo anterior, el pasado sábado 26 de noviembre a las 16.00h en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH), llevamos a cabo un programa que intentamos dedicar a partes iguales a “Wish” de 1992 y a comentar el concierto de unos días antes.

Mariano González volvió a estar de forma presencial en los estudios, cosa que me alegró y durante unos minutos abrimos las líneas telefónicas, las cuales fueron aprovechadas por Carlos Caballero, cantante de La Broma Negra y buen amigo de “DMR” para comentarnos sus impresiones.

El programa contó satisfactoriamente con todas sus correspondientes redifusiones los miércoles 30 de noviembre y 7 de diciembre a las 23.00h y el sábado 3 a las 16.00h en el dial de RUAH. Por si se perdieron nuestras impresiones sobre el gran disco que tomó el relevo a “Disintegration” a título de trabajo inédito de estudio y nuestras reflexiones sobre el show del Palacio de los Deportes, aquí abajo les dejamos insertado el reproductor para su escucha y enlace a Ivoox por si desean descargarse el podcast: http://www.ivoox.com/dmr-8-4-audios-mp3_rf_14854165_1.html
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viernes, 9 de diciembre de 2016

Temporada 8/ Programa 5: Dardem y “La Brecha” (2016)

Este sábado se estrena el 3er. capítulo de entrevistas de la 8ª temporada; creo que es la 1ª vez que llegamos al parón navideño con superioridad de las entrevistas con respecto a los coloquios de discos. Dardem y su último lp “La Brecha” son los protagonistas del programa que podrán escuchar en estreno este sábado 10 de diciembre a las 16.00h en Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH).

Como ya hemos informado en post anterior, el programa lo ejecutamos el pasado 26 de noviembre de 2016 tras el directo dedicado a The Cure, “Wish” y su último concierto en Madrid. Con Raúl Pacheco, 4 canciones seleccionadas de “La Brecha” y las preguntas que Mariano González y yo elaboramos, dimos forma a este programa que esperamos sea de su interés.

Consideramos que será una buena forma de pasar la sobremesa del sábado. Dardem les reportará musicalmente (en los temas seleccionados) a partes iguales intensidad rockera y otros medios tiempos más reflexivos igualmente maravillosos. Y, como no, las impresiones de primera mano de uno de sus componentes, en este caso su guitarrista Raúl Pacheco, resultan bastante interesantes para comprender el funcionamiento de Dardem y la creación de “La Brecha”.

Links de interés:
Evento en Facebook: https://www.facebook.com/events/1171439489592215
Emisión on-line RUAH: http://www.ruah.es/online.html
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martes, 6 de diciembre de 2016

DMR entrevistó a Dardem

Tras realizar nuestro programa en directo sobre “Wish” de The Cure y de paso hablar del concierto del grupo liderado por Robert Smith en Madrid el pasado 20 de noviembre, contactamos telefónicamente con Raúl Pacheco, guitarrista de Dardem. El motivo era llevar a cabo una entrevista en profundidad sobre el último trabajo de Dardem “La Brecha”, al margen de comentar otros aspectos relacionados con el grupo.

Fuimos Mariano González y servidor de ustedes quienes a dúo sometimos a nuestro particular y amable tercer grado a Raúl, el cual nos atendió muy amablemente durante 40 minutos para poder hablar de todo lo que queríamos hablar.

Esto fue ejecutado como decimos el pasado 26 de noviembre a eso de las 17:30h, pero será este sábado 10 de diciembre de 2016 a las 16.00h en el dial de Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH) cuando lo estrenemos. No se lo pierdan.

Agradecemos al propio Raúl Pacheco, en representación de su grupo, y a Pablo Camuñas de Promociones Sin Fronteras sus roles para que hayamos podido dar forma a este interesante programa de nuestra 8ª temporada de radio.
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sábado, 3 de diciembre de 2016

Nudozurdo - Sintética (2008)

ANTECEDENTES E INTRODUCCIÓN.
Me apetecía desde hace tiempo comentar un disco de Nudozurdo, no en vano es una de mis bandas favoritas del indie español y los considero lo suficientemente talentosos como para ser tenidos en cuenta. A la hora de elegir el disco a revisar me decidí por el que supuso su revelación ante un público más amplio, “Sintética”. Los motivos musicales son más que suficientes para ponerse manos a la obra, pero mentiría si dijera que no hubo otras consideraciones de índole más personal. Verán. La música de “Sintética”, por diversas circunstancias, fue parte de la banda sonora de una relación mantenida por servidor de ustedes. Se podrá aducir que tampoco es una música propensa al romanticismo, pero las explicaciones al respecto son lo de menos. El caso es que cuando la relación se fue concienzudamente a freír espárragos, “Sintética” llevaba aparejado una carga de dolor que aparecía como un acto reflejo al apretar el play. Lo cual no deja de ser una sandez sentimental, pero supongo que hasta cierto punto inevitable. El caso es que pasado el tiempo, la cabeza fría volvió a regir mi criterio y pude volver a disfrutar de un disco magnífico. Y tenía pendiente desfacer un entuerto. A modo de revisión, por ejemplo. Y a eso vamos. De todos modos ya decía Rick Blaine en “Casablanca” que los problemas de dos personas poco importan en este loco mundo, de modo que sensatamente circunvalaremos toda está morralla nostálgica.

Desde hace un tiempo en nuestra escena musical independiente están apareciendo una serie de grupo de sonidos oscuros y evocaciones cercanas al territorio post punk. Ahí tenemos, entre otros, (cada uno con su toque) a León Benavente, Ornamento & Delito, Catpeople (un tanto desaparecidos) y por supuesto a Nudozurdo. Cuando escuché “Sintética”, por cierto, creía (como más de uno supongo) que se trataba del debut de la banda pero en realidad ya había grabado un disco tras ganar un concurso (Popzuelo) en 2002. Lastimosamente esa primera grabación contó con una deficientísima distribución que hizo que prácticamente se conociera solamente a partir del impulso de “Sintética”. De hecho el propio “Sintética” contó con una gestación dificultosa, retrasándose su lanzamiento bastante tiempo. Tampoco en estos primeros años de la banda la formación es totalmente estable. En los tiempos en que “Sintética” fue lanzado, la formación estaría compuesta por Leopoldo Mateos (líder y espíritu del grupo, el único que ha estado siempre) en voces y guitarra, Jorge Fuentes a la batería, Meta en el bajo y César de Monteyrín en guitarras. Posteriormente en discos sucesivos Jorge Fuentes fue sustituido por Josechu Gómez.

Para situar las coordenadas de “Sintética” diremos que la música se mueve en un estilo oscuro, decadente, de bajo y batería marcados y guitarras entre lo atmosférico y sucio según se requiera. Podría haber reminiscencia de varios grupos de sonoridad oscura de principios de los ochenta, entendiendo esto como una mera orientación y no como una lectura unívoca. Hay también quien habla de similitudes con Low, Mogwai… Y quizá la banda no esté de acuerdo con muchas de estas referencias. Qué importa, si suenan bien. Si la música puede llegar a ser densa, líricamente el disco no lo es menos. Las letras de Leopoldo Mateos son abundantes en figuras perturbadoras, inquietantes y frecuentemente dolorosas, pero sin renunciar a un cuidado lirismo. No son letras malrollistas sin ningún tipo de matiz, no estamos hablando de un grupillo emo. Visto que el panorama no parece ser la alegría de la huerta, bien haremos en conceder tiempo y escuchas para que vaya calando poco a poco, despaciosamente. Lo cual no significa que no tenga bazas ganadoras; en su momento cuando escuché “Mil espejos” (quizá porque era un estilo cercano a mis gustos) tuve la impresión de que había que indagar con detenimiento, y hoy no tengo dudas de que fue un acierto. Así que, a fin de cuentas, el laborioso parto de “Sintética” fue provechoso.

ANÁLISIS DEL DISCO.
1. “Mil espejos”: O cómo empezar el disco de una forma óptima. Sentimentalmente es sin duda mi canción favorita de Nudozurdo, pero la admiración siempre es secundada por buena música. La intro a base de bajo y batería, mientras por encima se van dibujando unos melancólicos acordes de guitarra, es hipnóticamente atractiva. La melodía vocal a cargo de Leopoldo Mateos suena triste y serena a un tiempo. Líricamente se nota la amargura de una relación ya pasada: “y aunque estés equivocada, y aunque tú ya no estés, en mi cuerpo hay mil espejos por donde yo… por donde yo te puedo ver”. Buen comienzo de disco y una canción carismática e indispensable de Nudozurdo.

2. “Negativo”: Canción de ritmo persistente y nervioso con notable presencia de bajo y batería; es más sencilla y con más colmillo que la canción anterior. Transmite cierta sensación de agobio, subrayado por unos leves y fantasmales coros de Leopoldo. Una canción directa, de seducción oscura: “porque las chicas van pasando y te quitan el lugar, y en su voz hay mil promesas que tú tienes que pagar”.

3. “Ganar o perder”: El concepto balada es, como poco, amplio y ésta podría ser un ejemplo de balada a lo Nudozurdo. Guitarras atmosféricas, ritmo sosegado y una sensación de tristeza y decadencia dominándolo todo. De las guitarras podríamos decir que tienen toque a lo Chameleons o incluso Interpol (más o menos). En cualquier caso todos los elementos huyen de la afectación y la tentación del melodrama. Incluso líricamente afronta el tema de la ausencia de un modo un poco cruel: “Y creo que lo que más echo de menos es discutir contigo hasta hacerte llorar, para que me perdones primero y para ponerte de nuevo contra la pared”.

4. “Kamikaze”: Y nos adentramos en terrenos cada vez más oscuros. La canción se inicia poco a poco, casi reptando, sonando cada vez más lúgubre y angustiosa. A su favor, la pertinaz base rítmica, los cambios de ritmo y un estribillo potente. La letra también se desliza hacia el lado sombrío, como si fuera una exploración de alguien inquietante, pero diseccionando sin irse muy lejos del oyente: “tú quieres que te respeten pero la gente lo que ahora tiene es miedo de ti y esta noche avanzas en tu coche blanco, recién estrenado, por la ciudad”.

5. “El hijo de Dios”: Y llegamos al gran tour de forcé del álbum. Musical y líricamente es todo un puñetazo al hígado, una composición absolutamente visceral, sin miramientos; sensación que aumenta con el tono “hablado” de la canción. Son más de siete minutos y medio sin grandes variaciones en la melodía, pero son las modulaciones en la intensidad y los pequeños, pero astutamente dispuestos, detalles los que ayudan a atrapar; como por ejemplo el sencillo pero efectivo riff. La letra es la más brutal del álbum y pasa por ser una galería demencial de personajes y situaciones extremas donde lo mismo caben imágenes violentas, suicidios o menciones a ex alcaldes de Madrid (póngase cada cosa a su nivel). Dicho así, estoy haciendo una semblanza terrorífica, pero escuchándola, está todo articulado de una manera relativamente sutil. Impacta sin horrorizar. Me recuerda un poco el estilo lírico de Fernando Alfaro en sus diversos proyectos (véase “Gente abollada” de Surfin’ Bichos).
6. “Otra vez”: Conviene bajar un poco la intensidad, no sea que bordeemos la taquicardia y nos saturemos. Este tema cumple esa función, hacer un poco de contrapeso. Las estrofas son suaves, de guitarras acogedoras y entonación mesurada. El colmillo se clava en el estribillo donde el acelerador es pisado a fondo y se gana notablemente en contundencia. La letra es una conversación de cama de una pareja desde el punto de vista de la mujer y que comienza con un taxativo: “Otra vez, fóllame otra vez”. O sea, una “pillow talk” (que dirían los finolis) más bien erótico-festiva. Aunque no, festiva no mucho. Curiosa.

7. “No hay nadie”: La canción quizá más cercana al rock de toda la vida durante toda su estructura. Guitarras marcadas, ritmo pegadizo y poderoso estribillo. Es el tema más sencillo y más estándar del disco, si bien no desagrada tampoco. La letra también deja alguna perla lírica: “Perdí tanto el tiempo, que creí que el tiempo eras tú”.

8. “Ha sido divertido”: Vuelven las curvas; ritmo más pertinaz, guitarras nerviosas y nuevos efluvios post punk. La sensación de melancolía que emana es perdurable, también ayudada por una (a su modo) emotiva interpretación vocal. Suena a derrota. Líricamente se sitúa tras una ruptura, al poner a trasluz y comparar las partes iniciales y auspiciosas de una relación con las finales y amargas. Es la desolación de que algo potencialmente bueno se vaya a la mierda. La primera parte de la letra es la positiva: “Ha sido tan divertido habernos encontrado, ha sido divertido que me hayas acogido”. La segunda es la negativa: “No ha sido divertido habernos desangrado, no ha sido divertido mil malentendidos”. Dolorosa si estás en situación.

9. “Ido”: Y cerramos con un estupendo instrumental, de los que dan buen nombre a este tipo de composiciones. Olvídense de los instrumentales que son extractos de hilos musicales, pasivos y funcionariales. En cambio, tenemos lo mínimo que puede ser exigible para una composición: es expresiva, mueve a emociones. Las guitarras saben a eco, son bellas y bien estructuradas. No sé por qué me evoca un día lluvioso. Buen final.

RESULTADO, CONCLUSIONES Y REFLEXIONES.
Una primera aproximación: el disco es conciso; nueve canciones. Lo suelo decir con relativa frecuencia, pero en general me gustan los discos tirando a breves (con sus excepciones, claro está). Es preferible la sensación de quedarse con un poquito de hambre y ganas de más, que con un empacho que a la larga mengüe las ganas de futuras escuchas.

“Sintética” es un disco que evoca y disecciona (creo que he utilizado este término más arriba), trae al presente sensaciones colindantes con la melancolía, con la nostalgia. Sin embargo, a un tiempo lo hace presentándolo desde el lado oscuro, sin escudarse en sensiblería. Más bien al contrario. No hay subterfugios, ni evitación; lo que aquí se cuenta es crudo, sórdido, epatante. En la medida en que aceptemos esta premisa podremos adentrarnos en “Sintética” o de lo contrario nos quedaríamos viendo el panorama desde el umbral. Mi recomendación es que, si no lo han hecho, lo intenten; musicalmente me parece interesantísimo y dentro del tono punzante existe equilibrio, no es un desatino depresivo.

En 2011 Nudozurdo lanza su segundo disco “Tara Motor Hembra”, un disco musicalmente expansivo en varios aspectos. Cuando es atmosférico, es más atmosférico y cuando es crudo es más crudo. O lo que es lo mismo, tenemos varias canciones largas y espaciosas y otras distorsionadas y turbias. En vista de lo cual es ajustado decir que es un disco más ambicioso, con síntomas de crecimiento y a la vez de coherencia. No me gusta tanto como “Sintética”, pero sí creo que se hizo acreedor a un mayor reconocimiento, si bien en general las críticas fueron buenas. El siguiente paso, en 2012, fue el EP “Ultrapresión”, conformado por cinco canciones grabadas durante las sesiones de “Tara Motor Hembra” y que remiten lo mismo a sonidos familiares de anteriores entregas que a territorios no hollados todavía. Más desconcertante puede parecer su “Acústico” (2013) y la reescritura de algunas de sus canciones, con arreglos de cuerdas y tal. Igualmente es disfrutable. Y llegó la hora de hacer un desdoblamiento, un spin off o simplemente de inaugurar un proyecto en solitario de Leopoldo Mateos llamado “Acuario” (2014), donde aportaba la interesante novedad de añadir el manejo de los sintetizadores permitiéndose algún deje ochentero. Este disco cobra todavía más importancia porque parte de su sustancia se traslada al siguiente trabajo de Nudozurdo, “Rojo Es Peligro” (2015) donde las programaciones son más importantes y el elemento electrónico aumenta a la par que también lo hacen los tempos de corte más tranquilo. En este caso la oscuridad es más sutil, pero a pesar de todo ello en el trasfondo se puede ver elementos primordiales de Nudozurdo. Y después… Parece ser que el grupo está trabajando de pleno en un nuevo disco, pero poco más se sabe. Visto todo con panorámica Nudozurdo es todavía un grupo joven, si bien llevan en liza desde 2002; solamente acumulan cuatro discos de larga duración y las recientes aventuras estilísticas han resultado satisfactorias. Lo cual nos lleva a concluir que el futuro es francamente auspicioso.

Y creo que antes de que se materialice ese futuro no está de más escuchar “Sintética”, no en vano es la piedra angular (creo yo) de lo que está siendo su carrera. No hace falta tener ninguna tribulación sentimental como yo, bastan los criterios musicales. Un disco que a pesar de haberlo descrito como oscuro, triste, etc, es un disco honesto, emotivo y, por cierto, bastante lúcido. Merece la pena.

Texto: Mariano González.
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viernes, 2 de diciembre de 2016

Concierto Ocean Colour Scene. Madrid (30-11-2016)

Este otoño de 2016 que comienza a agonizar, nos ha reportado una serie de experiencias en directo altamente satisfactorias, señaladas y muy emotivas. Comenzamos con el set acústico de Lloyd Cole en el Teatro Barceló de Madrid, para luego vivir el universo Kraftwerk por duplicado en Bilbao a los pocos días. Tuvimos también la ocasión de experimentar los triunfos de Dorian en La Riviera y de mis predilectos The Cure en el Palacio de los Deportes. Todo esto al margen del solvente show que Mariano González vivió de Dardem en la sala Arena.
“DMR” rematamos este 2016 con una cita de lujo de la mano de Ocean Colour Scene, una de las grandes bandas del brit pop de los años 90 y que nos ha dejado grandes momentos musicales desarrollados principalmente entre la 2ª mitad de los 90 y comienzos del milenio. Se cumplen en este año 20 desde que su emblemático “Moseley Shoals” viera la luz y el cuarteto actualmente formado por los clásicos Simon Fowler, Steve Cradock y Oscar Harrison, junto al actual bajista Raymond Meade ha tenido a bien dedicar una gira a su recuerdo, con la interpretación completa del mismo sin olvidar otros trallazos de su obra discográfica.
El miércoles llegamos a La Riviera poco más tarde de las 20:30h y el ambiente aún era tibio. La hora de comienzo estaba fijada para las 21.00h, y ésta fue una de esas ocasiones en las que el aforo se repleta en los últimos 15 minutos antes del arranque, ya que a la hora indicada para zarpar, el recinto se puso hasta los topes. Abajo la base rítmica de OCS con Oscar y Raymond.
Nos situamos en 3ª fila enfrente de la posición de Raymond, en la que intuíamos un concierto plácido, pero poco a poco se fueron acercando hasta nuestra posición una buena legión de una perfecta mezcla entre rude boys y mods, que iban bastante espirituosos (y lo que fueron añadiendo durante la actuación) y que causaban cierta inquietud por su impetuosidad hooliganera; parece que últimamente tenemos imán para que la gente más bullanguera del recinto se coloque cerca de nosotros. Por fortuna, no hubo que lamentar heridos.
Bueno, a lo que vamos, a eso de las 21.12h, con el tiempo justo de hacerse de rogar, pero sin crear cabreos por ello, y tras una buena sesión muy sesentera (con algunos retazos de mi gusto como el “Going underground” de The Jam) a cargo de nuestro buen amigo Dj Pichurra, las luces se apagaban y se presentaban ante nosotros los OCS capitaneados por ese vigoroso y potente cantante que es Simon Fowler; un tipo que nos imaginábamos a priori (ésta era la 1ª vez que veía a Ocean Colour Scene en directo) más serio y que por el contrario demostró ser muy simpático y bromista. Abajo vemos sin embargo en la imagen a Steve Cradock.
El grupo arrancó con la cover de “Day tripper” a modo de intro. Y así se quedó, como una buena intro, ya que los cánones mandaban arrancar con “Moseley Shoals” tal como fue concebido, por lo que sin descanso se presentaron los acordes de contundentes envites que conforman la imprescindible “The riverboat song”. Los acordes de la eléctrica de Steve estuvieron a la altura de efectividad que Simon desplegaba con su timbre de voz al micrófono.
En “The riverboat song” la base rítmica de Oscar (arriba del párrafo) no defraudó y destacó sin duda el papel de Raymond en un tema donde el bajo dice tanto. A favor de Raymond Meades hemos de comentar que destaca su humildad, siempre tocando en un segundo plano de posición en el escenario, no queriendo para nada quitar un ápice de protagonismo a ese dúo carismático y arrollador que forman Simon y Steve. Sin duda un momentazo que en otras giras de Ocean Colour Scene se debería situar más tarde en el setlist, pero aquí el concepto y protagonista era el que era. Les insertamos el vídeo que grabamos de “The riverboat song”; no esperen, como siempre, gran calidad de audio/imagen de nuestros vídeos.

Claro, por lógica ahora tocaba meterse con el otro gran clásico del 2º disco de estudio de OCS. No podía ser de otra forma y “The day we caught the train” provocó unos coros atronadores y llenos de emoción entonados por cada una de las almas que estaban dentro de la sala; no sería la única vez de la noche en este sentido.
Por tanto, el grupo planteó un inicio de actuación con la que ya se consiguieron el notable de calificación y prosiguieron para subir nota desplegando toda la magia y distintos capítulos que ofrece su “Moseley Shoals”. Un disco, que aún no ha pasado por aquí en nuestro clásico formato de revisión canción a canción (quizás no tarde mucho en hacerlo), que como bien saben da lugar a capítulos intensos, otros más recogidos y en definitiva una variedad con la que OCS demostraron tener buena cintura para pasar de demostrar distintos estados de ánimo de un minuto a otro. Por cierto, que se nos pasaba: a continuación insertamos el vídeo que grabamos de ese himno llamado “The day we caught the train”.

Hubo por tanto momentos para el recogimiento, como el que nos otorgó la bella y calmada “The downstream” y un rato antes “It’s my shadow”, con su buen trabajo registrado en su estribillo. Otros capítulos desgranaron mayor enfoque rockero como la efectiva “Policemen & pirates” (situada entre las 2 piezas más calmas, al igual que en el track list del disco, claro) y el tramo troncal del concierto dedicado al 2º disco de estudio de OCS se cerraría con el largo desarrollo de “Get away”, donde no faltó la armónica que ejecutó Simon, abajo en primer plano.
Pero, no todo iba a ser “Moseley Shoals”, ni mucho menos. Ocean Colour Scene completaron 1 hora y 40 minutos de actuación en la que se repasaron otros episodios muy válidos de su discografía. Yo les hablaré ahora del que para mí fue uno de los grandes momentos de la noche; venga, no me quiero quedar en medias tintas: fue mi momento favorito del concierto. Me refiero a “Better day” de su “Marchin’ Already”, sucesor de “Moseley Shoals”. Recuerdo muy bien los días en los que esta canción era puesta una y otra vez en el programa “Play Music” que presentaba Adriana Frade en Canal 7.
“Better day” es, como bien saben ustedes, una canción en forma de bonita balada melancólica y reflexiva, que en directo sonó sublime y muy sentida. Gran trabajo del señor Fowler a la voz, en este episodio tan remarcado del show que ya se dispuso tras el primer receso que la banda tomó para dejar el escenario durante unos segundos y ceder el protagonismo a Simon que no se bajó de las tablas (foto superior al párrafo) para antes afrontar “Foxy’s folk faced” también de “Marchin’ Already” con la acústica; sonó menos folkie y creo que le vino bien este enfoque más desnudo. No podía dejar de grabar (si bien no mirando a la pantalla, que las cosas hay que verlas en directo) mi debilidad de OCS que es “Better day”.

Destacó mucho “Profit in peace”, que llegó tras la soberbia “Better day”. Este tema de su “One From The Modern” de 1999 es tremendamente pegadizo y se hizo acreedor de los momentos de coros de la audiencia más destacados de la noche, superando incluso en ese apartado a “The day we caught the train”. Y en el plano de los coros, tampoco estuvo mal la respuesta del público en los últimos segundos de “Get blown away”. Vean aquí abajo a Simon coronando a “saint Steven”.
Otro capítulo que en mi terreno personal esperaba con ansias fue el pasaje “Lock And Stock” del show. “Hundred mile high city” arrolló cuando salió a la palestra. Los punteos eléctricos de la eléctrica fueron ejecutados por mr. Cradock de forma soberbia. Simon la afrontó con cierto malditismo al micro y lo más curioso de todo es que este tema supuso el final del concierto; un lugar dentro del set list que no me pega demasiado (sí que la veo más como re-arranque para iniciar el bis).

En el capítulo de ausencias, dentro de un setlist apto para los seguidores más exigentes, solamente me faltó el trallazo pop que fue single de su “Mechanical Wonder”. “Up on the downside” es un tema que me encanta y fue lo único que restaba para que la satisfacción hubiera sido de un 100%. Por lo visto (tras el concierto he estado trasteando por la red viendo setlist anteriores), Ocean Colour Scene no la tienen en consideración para sus conciertos desde el año 2007. Una pena, pero bueno. Les hemos narrado los momentos más destacados desde nuestra óptica del show, pero para que se hagan una idea más fiel, les dejo una foto del setlist que tomé de una afortunada que se lo llevó para casa.
Llegando a las conclusiones, lo primero es darnos cuenta del buen concierto que Ocean Colour Scene ofrecieron en Madrid. Demuestra varias cosas. La primera es que el grupo dispone de un repertorio de rock que no debe ser olvidado. La segunda es que con los medios justos y precisos (formación de guitarra, batería y bajo, con segundas guitarras cuando procedía por parte de Simon o algunos teclados a cargo de Steve), OCS son capaces de llenar el escenario y ofrecer un concierto de tremenda potencia rítmica, donde Oscar y Raymond tienen mucho que decir.
Antes de continuar con esta enumeración de ideas o reflexiones sobre lo experimentado, reparen en la imagen en blanco y negro que sacó Susana Hernanz y que está situada aquí arriba (a OCS le viene muy bien el blanco y negro para sus imágenes). Continuemos donde estábamos; la tercera es que la gente tiene en mente a esta gran formación, ya que la sala se terminó llenando y registró un aforo con un público completamente entregado a las canciones del grupo. Y la cuarta, si bien puede ser de perogrullo, es que Ocean Colour Scene siguen estando en activo, cosa no tan evidente cuando se aprecian actividades tan inconexas temporalmente como las que ofrecen las carreras de Pulp o Blur a día de hoy o la disolución de Oasis. Solamente Suede, de los contemporáneos de corriente o movimiento, se mantiene a buen nivel de actividad a día de hoy.
Al igual que lo suponemos de todos los asistentes, nosotros no fuimos una excepción y nos lo pasamos muy bien en el concierto de Ocean Colour Scene; al terminar, a la otra orilla del río y como hicimos el día de Dorian, nos tomamos unos pequeños bocadillos y algo de beber para celebrar lo vivido y comentarlo con la emoción todavía a flor de piel. Esta cita con OCS la imaginábamos como un gran colofón al ya comentado otoño musical en vivo tan fabuloso que hemos disfrutado (quizás solamente comparable al que gozamos en 2010) y no nos equivocamos. Agradecemos a Pablo Camuñas de Promociones Sin Fronteras sus gestiones para facilitar que “DMR” fuéramos acreditados como medio para poder informarles de esta cita tan destacada.
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