Sigo regateando la responsabilidad a la hora de abordar a los gigantes del rock y de la música en general Pink Floyd de afrontar el análisis de sus consideradas 3 grandes obras (véanse “The Wall”, “Dark Side Of The Moon” y “Wish You Were Here”). Si el primer post que concedí a los Waters, Gilmour y cía. correspondió a un disco infravalorado o traspapelado dentro de su discografía como es el fabuloso “Meddle”, hoy al menos sí que tomo por banda uno de los que sí están enmarcados en su era grande y no en vano se sitúa entre los 3 trabajos que he mencionado entre paréntesis, siendo de alguna forma el 4º lp más valorado, al menos si no contamos la era Barrett.
Y es que “Animals” es emblemático desde su portada, quizás la más fácilmente recordada del grupo o la más espectacular por el despliegue que supuso. No me negarán ustedes que atar a un cerdo hinchable gigante en una de las descomunales chimeneas de la tétrica, siniestra, mastodóntica y lúgubre Battersea Power Station (en activo aún en aquellos días) y sacar una instantánea global no tiene mérito y que además el resultado es fabuloso. Puede resultar minimalista el significado del prisma de “Dark Side Of The Moon”, o los sencillos ladrillos blancos de “The Wall”, incluso choca mucho detenerse a ver ese acalorado saludo de “Wish You Were Here”, pero la portada de “Animals” representa ambición en proporción tal como el del tamaño del edificio que refleja.
El grupo estaba inmerso en sus años de más gloria y con la formación más memorable en pleno rendimiento, aquella compuesta por David Gilmour como vocalista y guitarrista, Roger Waters al bajo y voces, Nick Mason como batería y Rick Wright en los teclados. La resaca de “Wish You Were Here” todavía duraba en aquellos días en los que el grupo comenzó a dar forma a Animals. El disco se comenzó a gestar en la gira anterior y la inercia de Pink Floyd en aquellos momentos era inmejorable. El resultado fue una gran obra conceptual, con un corto listado de temas, pero de duración kilométrica en algunos casos (marca de la casa), que pasamos a analizar sin más demora.
La 1ª composición es la 1ª parte de “Pigs on the wing”, que ofrece un carácter acústico y relajado, con un leve poso de melancolía, que al fin y al cabo no es más que una introducción a la primera de las obras maestras que tiene el disco y que son las 3 composiciones centrales. Y es que “Dogs” es una pieza de 17 minutos de duración, muy del estilo y gusto de Pink Floyd, al estilo de esas composiciones gigantes tipo Echoes de Meddle, que ya comentamos hace un tiempo, y en el que la canción evoluciona y ofrece numerosas partes muy interesantes, tanto líricas como instrumentales. Ciertas partes de la letra son incisivas a más no poder como cuando Gilmour dice eso de que “…tienes que transmitir confianza a la gente que mientes y cuando ellos te den la espalda tienes la posibilidad de clavarles el cuchillo”. La melodía quizás más recordada es esa que ofrece unos acordes tan claros de guitarra eléctrica, demostrando el virtuosismo del grupo y en especial de Gilmour. Aunque la presencia de los teclados de Wright tiene sus retoques o añadidos que son inestimables, lo cierto es que “Dogs” es más bien recordada por sus guitarras y estructura de rock clásico.“Pigs (three different ones)” me llama la atención principalmente por la interpretación vocal en este caso de Roger Waters con esa especie de risa o repetición que hace en una parte de la letra oída en el comienzo de la pista. Es una pista más desenfadada que la sesuda “Dogs”, con un carácter levemente hipnótico en las melodías que entrelaza. Con “Sheep”, que fue el único corte de la obra incluido en el recopilatorio “Echoes”, el grupo gira un poco más la rueda de graduación de intensidad rockera de “Animals”. El tema es un auténtico trueno en varias de sus partes y un ejemplo del sector más abrasivo de Pink Floyd. Igual que la 1ª parte de “Pigs on the wing” era una intro a la obra, la 2ª parte es una especie de epílogo o cierre, que da carácter global o conceptual a la obra, rubricando su envoltura correctamente.
La lástima principal de “Animals” no reside en sus resultados comerciales, los cuales fueron notables, o su calidad, la cual es indiscutible, sino en el hecho de que en su proceso de creación, desde que comenzó su génesis, se produjeron las primeras grietas incurables en el seno de la banda, las cuales se fueron acrecentando en los siguientes años y desembocarían en el desmantelamiento de la banda en los años 80, o mejor dicho en su reconversión.
¿Quién fue el culpable? Pues sí, el malo de la película parece que está aceptado de forma generalizada que es el amigo Roger Waters, al cual no le vamos a discutir en ningún momento su nivel como músico y compositor, pero al que sí reprocharemos su actitud con sus compañeros, especialmente con Mason y sobre todo con Wright. El hecho de que los teclados de Richard sean sibilinos y secundarios en la producción no es fruto de la casualidad o despiste, sino que fue el inicio de un mobbing claro hacia el teclista de la formación por parte del cada vez más autoproclamado líder Roger Waters, el cual consideraba a Wright un vago.
Con “The Wall” y su gran éxito, Waters terminó de convencerse de sus ansias de dominar en exclusiva Pink Floyd, con la única salvedad de mantener a Gilmour y para “The Final Cut” Richard Wright ya no era parte del grupo. Luego vendrían peleas legales, más peleas legales, malas formas en las entrevistas con recaditos al rojo vivo de unos a otros componentes, etc. Es una pena que esta obra conceptual, que se basa en el libro de Orwell “Rebelión En La Granja”, y su estratificación social a través de los grupos formados por los animales que protagonizan las canciones del disco, supusiera el comienzo del fin de Pink Floyd. No obstante, dejando esas leves consideraciones al margen de la música en sí, estamos ante una de las grandes joyas en forma de lp que editó el cuarteto clásico de Pink Floyd en los años 70. Aprovechen su recuperación o escucha como se merece.
Respecto a nuestro programa de radio, avisar que ya está subido el programa nº 4 de esta temporada sobre 10cc y su “Deceptive Bends”. Esta semana lo estará con gran seguridad el 5º sobre R.E.M. y “Automatic For The People”. Muy importante es informarles que hoy a las 16.00h en la sintonía de &radio podrán escuchar el especial que dedicaremos a Lady Gaga y su “Born This Way”. Del programa de estreno de este miércoles a las 21.00h en &radio y a las 23.00h en RUAH… Bueno, esta semana haré un post especial al respecto y les cuento más a fondo. De momento, esta tarde estén ahí a las 16.00h en la emisión on-line de &radio de Torrejón de Ardoz.
6 comentarios:
Un grupo genial¡¡¡
Muy buen post, como siempre.
Este fue uno de los grupos a los que me engancho mi padre, así que de nuevo, me traes buenos recuerdos.
Saludos
Serreina, genial formación, por supuesto. El post me ha quedado escueto, podría haberme extendido mucho mucho más; Pink Floyd da para ello.
Saludos y gracias por escribir.
Muy buena reseña de este grandisimo disco. Siempre que escucho alguno de los discos de P.Floyd descubro algo nuevo. Saludos.
Como dices, un disco menos reconocido que otros, pero con casi todos los detalles que hacían grandes a estos tipos. 'Sheep' siempre me ha gustado mucho, aunque 'Dogs' me "sulivella". Buena reseña de unos genios.
Un grandísimo disco que, a mi parecer, está incluso al mismo nivel que la "santísima trinidad" DarkSide-WishYou-Wall.
GRACIAS por dar notoriedad a un disco que, junto a Atom Heart Mother, se han considerado, de manera inmerecida, las "ovejas negras" de Pink Floyd
Leo, es que lo discos de Pink Floyd tienen varias capas y siempre se gana con sus sucesivas escuchas. Saludos.
Nimboestrato, es que "Dogs" es mucha "Dogs". Hay que reivindicar la importancia de este dicho dentro de su trayectoria, sin duda.
José Luis, coincido en que está al nivel de los considerados 3 grandes, e incluso me parece superior a "Wish You Were Here", que es con el que más se asemeja en tanto a estructura y tal. De nada, esto se hace con mucho gusto.
A los 3, gracias por escribir.
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