Bueno, retomamos por fin el día y hora aproximada habitual de publicación. La verdad es que me da algo de rabia que no haya habido el habitual tramo temporal de 7 días entre el último post de Derribos Arias y el de esta semana, debido a los motivos vacacionales ya aclarados por mi lado. No obstante, me da a mí la impresión de que no muchos usuarios se habrán metido en el universo de Poch, ya que probablemente les haya chocado lo peculiar de la propuesta, no pasando de alguna visualización de video en youtube.
No se me quejarán, ya que para esta semana volvemos a los discos grandes de todos los tiempos, y de alguna forma se trata de una obra que consiguió un éxito arrollador y descomunal a nivel mundial, semejante al que obtuvo el recientemente revisado por estas tierras “Like A Virgin” de Madonna. El caso es que para esta semana, sin contar el inciso de Derribos Arias, pasamos de la “Reina del Pop” al “Jefe del Rock”, Bruce Springsteen. Se da la casualidad de que las obras escogidas de ambos para su primera aparición en “Discos, música y reflexiones”, coinciden en lo que al año de edición se refiere, 1984.
Digamos que “Born In The U.S.A.”, obra que extraigo de la extensa discografía del Boss para presentársela, supuso la confirmación total y definitiva del fenómeno Bruce Springsteen a nivel universal, tras largos años de trabajo y trabajo junto a su casi siempre inseparable E-Street Band. Precisamente, en su anterior trabajo de estudio, Bruce se metió en el estudio en solitario, para confeccionar el profundo y sentido “Nebraska”, a partir de unas canciones que en principio eran esqueletos para rematar con el resto de la banda. Lo que pasó al final es que como sonaban tan bien de forma folk y desnuda, no hizo falta añadir más adorno.
No obstante, Springsteen ya había dado un salto grande casi una década atrás con la publicación de su otro inmortal con un “Born” incluido en el título, en este caso acompañado de “To Run”; noto otro cierto paralelismo en la repetición de estructura de título con Madonna y sus “Like A”. Aquel disco mítico de 1975 definió el sonido que desprende la perfecta máquina musical, de la E-Street Band y dio lugar a himnos como “Jungleland”, “Thunder road” y sobre todo la canción que le daba título.
“Darkness In The Edge Of Town” y el doble “The River”, mantuvieron el nivel de excelencia, pero sin producir conmociones tales a las de aquel álbum de mitad de década de los 70. Sí fue destacable “Hungry heart” como un tema de rock accesible muy celebrado por todo el mundo y con un marcado carácter vitalista. Posteriormente, Bruce se encontraría por primera vez consigo mismo en el estudio, hecho que repetirá con mucho acierto en el futuro, para dar forma al sobrecogedor “Nebraska”, como ya hemos citado antes.
De esta forma, el Boss volvió con más ganas que nunca de meterse en el estudio acompañado nuevamente de su inseparable familia musical, y con mucha hambre de carretera. En estos tiempos la E-Street Band se componía de Garry Tallent al bajo, Steven Van Zandt a la guitarra, Max Weinberg a la batería, Clarence Clemons al saxo, Danny Federici a los órganos y piano, Roy Bittan a los teclados y sintetizadores y Bruce llevando la voz cantante y la guitarra colgada al cuello. El resultado que se entregó fue, sin lugar a dudas, arrollador, enérgico, y a ratos romántico o sentimental. 12 canciones sin ningún altibajo, que pasaré ahora a comentarles de la mejor forma que pueda.
Llevo ya varios años con el disco, el cual compré en septiembre de 2002 en la serie media del Alcampo del Parque Corredor de Torrejón de Ardoz, movido por la locura y la obsesión que me causó en aquellos meses la canción “Dancing in the dark” y también su videoclip promocional con unos bailes a cargo de Bruce irresistibles.
He tenido mis dudas para decidirme por qué obra de Springsteen decantarme para iniciar sus revisiones en el blog, aparte de aquella crónica que les dejé por aquí del concierto de Madrid de julio del año pasado. El otro disco que competía por aparecer esta semana por aquí, era “The Rising”, que curiosamente sería el primer disco que editaría Bruce con la E-Street Band desde este “Born In The U.S.A.”. “The Rising” fue un glorioso retorno por parte del Bruce más grande, por mucho que algunos de los sectores críticos cercanos al Boss le echaran en cara tanta evidencia patriótica por el 11-S. No obstante, he querido meterme en la difícil tarea de analizar el disco clave en la explosión definitiva del Boss y el que le supuso el triunfo final como leyenda viva y en activo de la música moderna.
Esta obra básica dentro del rock, abre con la canción que le da título. Para adaptarse a los tiempos que corrían a mitad de los años 80, lo que más destaca en el corte, aparte de la desgarradora y rasgadísima voz de Bruce, son esa combinación de teclados y piano, que acaparan el mayor protagonismo instrumental del corte. Se ha comentado en mil y una ocasiones la controversia del significado de la canción, la cual fue usada por el partido republicano de Estados Unidos como himno promocional. Bruce ha explicado varias veces que la canción tiene un claro enfoque irónico y sarcástico en tanto al llamado sueño americano. Un himno sin lugar a dudas fácil de recordar, aunque he de decir que no es mi favorita ni mucho menos del disco. Sin ir más lejos “Cover me”, que se encuentra a continuación, me gusta mucha más. Cuando al bueno de Bruce le dio por hacer caso a alguien que la pidió en su último concierto en Madrid, me supuso una gran alegría. El saltarín bajo de Garry Tallent concede un ritmo irresistible al corte, ayudado inestimablemente por las notas de teclado que tiene. Bruce está sensacional al micrófono imprimiendo una marcha y dando a la pista un toque sensual de rudo galán muy apañado. “Darlington county” se mueve dentro del sonido más clásico que puede destilar la E-Street Band. Una pequeña celebración desenfadada por parte de Bruce, que en algunas partes se apoya cómodamente en algunos coros muy relajados y festivos. A estas alturas, uno ya se puede dar cuenta del importante papel que tiene el malogrado Danny Federici en la obra. Roy Bittan también en el apartado de los sintetizadores será más que importante más adelante. “Working on the highway” es uno de esos tributos que de vez en cuando le gusta hacer al bueno de Bruce a la clase obrera y a esos verdaderos héroes norteamericanos, que se dejan casi todas las horas del día en sus duros trabajos por 4 míseros dólares y que sueñan con algo mejor, como se puede ver en versos como “todo el día sostengo una bandera roja y veo pasar el tráfico a mi lado y en mi cabeza tengo la imagen de una preciosa señorita. Algún día llevaré una vida mejor que ésta”. Es también una de esas ocasiones en las que Bruce demuestra sus influencias por parte de Bob Dylan. Rítmica y muy clásica, supone otro momento movidito y agradable de escuchar. “Downbound train” vuelve a narrarnos una historia de clase medio-baja de los Estados Unidos más profundos, aunque aquí con un regusto amargo y triste en su sonido, que le aleja del optimismo contenido que tenía su predecesora “Working on the highway”. Esta vez, el sueño se ha roto en mil pedazos, ella se ha ido y el panorama se presenta más que turbio, como podemos ver en partes como “Ella simplemente dijo “Joe, me tengo que ir. Lo tuvimos una vez, pero no lo recuperaremos nunca más”. Hizo sus maletas y me dejó atrás. Compró un billete a la estación central. Por las noches cuando duermo escucho el llanto en el viento y siento su beso en la lluvia y me siento como un conductor de un tren que va vacío”. Sin embargo, ahora se dará paso de una sensación de ruptura a una sensación de fuego dentro, de pasión desmedida y nocturna, concretada en una obra maestra en forma de canción. “I’m on fire” es, en mi opinión, la verdadera joya del disco. Una canción que me eriza la piel a medida que la estoy escuchando mientras escribo sobre ella. En lo instrumental se caracteriza por un sonido claro de balada del lejano oeste. Un ritmo de guitarra subterráneo, ayudado por unos lejanos teclados en las partes que Bruce no canta y un ritmo de batería llevado magistralmente por Max Weinberg, que nos puede asemejar al ruido de un tren que circula por esas vastas extensiones desérticas del oeste norteamericano, para describir unas fuertes sensaciones pasionales en mitad de la noche. Preciosos esos quejidos lejanos que suelta el Boss en la parte final instrumental. De las canciones más íntimas y más bonitas que jamás haya compuesto Bruce, y no es el caso de que haya hecho pocas. La letra es sencilla, pero sumamente acertada a la hora de describir esa pasión descontrolada y contada por Bruce con una voz grave y susurrante, bastante sensual. Se ven versos estupendos como “A veces nena, es como si alguien cogiera un cuchillo muy afilado y cortara un valle de seis pulgadas a través del medio de mi alma. Por la noche me levanto con las sábanas empapadas y un tren de mercancías pasa por encima de mi cabeza. Solamente tú puedes enfriar mi deseo. Estoy ardiendo”. Se acompañó de un excelente video, con Bruce encarnando a ese posible sueño americano, concretado en un churretoso mecánico de taller, el cual tiene un extraño vínculo con una delicada y sofisticada señorita. Aprovecho para decir, que nunca he visto unas piernas tan sensuales y apetecibles como las que se muestran en el clip para representar a la clienta de Springsteen. Ese momento en el que Bruce lleva el coche ya reparado a la casa de esa mujer en plena noche, y se queda dudando en llamar a la puerta, para luego dejar las llaves en el buzón e iniciar un taciturno y solitario paseo de regreso en la noche de la ciudad, es de esos pasajes bohemios y románticos que a un servidor de ustedes tanto le gustan. Lo dicho, una muy preciosa pista, imprescindible de conocer dentro de la discografía del Boss y que seguramente aquellos de ustedes que identifican solamente la fachada de Bruce, es decir, “Dancing in the dark”, “Born in the U.S.A.” etc., no tenían ni idea de que existiera y la verdad es que se están perdiendo algo muy grande. Supongo que precisamente el clip será fácil de encontrar por youtube. Así que ya saben.“No surrender” es una de esas piezas que Bruce compone con mucha orquestación instrumental, que choca más que nunca tras el carácter nocturno, íntimo y casi acústico que nos ha dejado la gloriosa “I’m on fire”. Suena bien, pero quizás es de las que me menos me llama la atención del disco, supongo que muy influenciado por el estado de shock en el que me deja la canción que la precede. “Bobby Jean” curiosamente repite más o menos el mismo sonido emotivo y sentimental de “No surrender”. Son más que importantes los teclados tan sentidos que se incluyen en las partes instrumentales. En la misma se narra la historia de una amistad perdida por la marcha sin aviso de Bobby Jean, que dejó al bueno de Bruce con las ganas de “al menos decirte adiós”. “I’m goin’ down” pone fin a este trío de canciones de sonido melancólico y emotivo que se inició con “No surrender”. Narración de un amor que parece que se viene abajo como indica el título y un tema que se recuerda principalmente por esa repetición del título por parte de Bruce en el estribillo, el cual se te graba a fuego en la mente. “Glory days” es quizás un evidente recuerdo a uno de los últimos éxitos que tuvo Bruce con la banda antes de este disco, que fue aquel “Hungry heart”, en lo que al sonido se refiere. Es quizás un signo de seguridad, que antes de editar el disco, se incluyera una canción que tiene por título “días de gloria”, que efectivamente es lo que principalmente reportaría el álbum a Bruce. Fue uno de los singles extraídos y dispuso de un clip promocional en el que se ve a Bruce jugando al béisbol con su hijo, que vuelve a escenificar otro ejemplo de la “american way of life”, que ya nos mostró otro estrado de la misma en la vida de ese solitario mecánico del video de “I’m on fire”. A continuación, nos damos de frente con la canción que me abrió el camino hacia Bruce. “Dancing in the dark” supone la adaptación perfecta de Springsteen a la década de los 80, introduciendo de forma más que inteligente los teclados y sintetizadores a cargo de Bittan y Federici, para conformar un tema rock muy bailable. Dichos teclados y elementos electrónicos es lo más destacable del corte en lo instrumental, pero también hay que señalar el principal papel en el disco del gigante Clarence Clemons en la parte final de este tema, con ese solo de saxo tan bien insertado. En tanto a las ganas de baile que despierta la canción, mejor ver el clip grabado al efecto, que recrea una actuación en directo de Bruce, irresistiblemente vestido con un ceñido pantalón vaquero y una acertada camisa blanca, que sumerge en la locura a la actriz Courteney Cox de Friends, cuando Springsteen la invita a subir a bailar la parte final de la canción al escenario. Recreación de lo que solía hacer el Boss en aquellos días y ejemplo de la fuerza que tenía. No tenemos que caer en el error de pensar que este tema, de claro enfoque comercial, sea una canción baladí en lo que a la letra se refiere; personalmente me parece soberbio ese verso de inicio del estribillo, que con tanta fuerza canta Bruce: “no puedes prender fuego, no puedes prender fuego sin una chispa…”. También en la letra se muestra la evidencia de que Bruce se quiere adaptar a los tiempos: “el mensaje se está haciendo cada vez más claro, la radio está encendida y me muevo alrededor de donde estoy. Miro en el espejo mi aspecto, quiero cambiar mi ropa, mi pelo y mi cara…”. Un bombazo que reportó a Bruce un éxito descomunal, que junto a la canción título del disco le situó en el Olimpo de los grandes músicos del rock de la historia de forma definitiva. También amplió el ratio de seguidores a los/las más jóvenes. En el recopilatorio “The Greatest Hits”, en cuyo libreto Bruce comenta breves impresiones de los temas incluidos, cuenta que unas quinceañeras se le acercaron un día y le comentaron de forma efusiva que habían visto el clip de la canción en la televisión y que les había gustado mucho; Bruce confiesa que disfrutó mucho al convertirse en ídolo adolescente a la edad de 34 años. La importancia de “Dancing in the dark” reside en que fue el primer single extraído y que tuvo una excelente acogida, como no podía ser de otra manera, debido a su increíble gancho, llegando al nº1 en la lista de singles de Estados Unidos. “My hometown” reporta el reflexivo y lento final a una obra intensa de principio a fin, aunque dicha intensidad se muestre de distintas maneras, ya sea de forma sentimental, melancólica, pasional, enérgica, bailable etc. Apoyado en unos sentidos teclados, Bruce describe la melancolía brutal que supone dejar tu ciudad de origen, al ver que en la misma no hay futuro. Desgarrador resulta ese párrafo final con el que se cierra el disco: “La última noche Kate y yo estábamos tumbados en la cama, hablando de marcharnos. Cogimos las maletas y probablemente iremos al sur. Tengo 35 años y ahora tenemos un hijo. La última noche, le senté al lado del volante y le dije: “hijo, echa un buen vistazo alrededor. Esta es tu ciudad natal””. Emotividad y nuevamente otra recreación de las numerosas historias que se dan en ese gigantesco país, llamado Estados Unidos, del cual Springsteen se ha convertido en su trovador preferido (con permiso de su maestro Dylan).
“Born In The U.S.A.” es uno de los discos que más éxito han podido tener a nivel global en la historia de la música. No sé yo si hasta se puede incluir dentro de un posible “top ten” junto a otras obras como el ya revisado “Like A Virgin” de Madonna, “Thriller” de Michael Jackson, “The Joshua Tree” de U2, “Dark Side Of The Moon” de Pink Floyd, cualquiera de los grandes de The Beatles, “(What’s The Story?) Morning Glory” de Oasis, “Nevermind” de Nirvana y algunos otros pocos. Mítica resulta igualmente la portada con ese trasero de Springsteen, con sus pantalones vaqueros enfundados y una gorra colgada de uno de los bolsillos. Todo ello con las barras de la bandera estadounidense de fondo. Un claro símbolo dentro del mundo de la música y quizás su portada más recordada y característica.
Este álbum convirtió a Bruce en portada de todas las revistas. Reportó una gira mundial de celebración increíble y arrolladora, y además permitiría a Springsteen vivir de las rentas hasta hace unos años, ya que en los 90 habría algunos trabajos menores que ni de cerca la situaban a los niveles de excelencia de este disco. Aún así, en 1987 un enamorado Springsteen, viviendo los inicios de su relación sentimental con la componente de la E-Street Band Patti Scialfa, dio forma a un precioso y acertado disco titulado “Tunnel Of Love”, con canciones inolvidables como “Brilliant disguise” o “Tougher than the rest”. Igualmente, en la marea de medianías de los años 90, Springsteen se anotó otro tanto de oro al conseguir el Óscar a la mejor canción gracias a su acongojante “Streets of Philadelphia”, que formó parte de aquella película de Jonathan Demme “Philadelphia”, que también reportó al bueno de Tom Hanks su primer Óscar.
De “Born In The U.S.A.” ni más ni menos que se extrajeron hasta 7 sencillos con “Dancing in the dark”, “Cover me”, “Born in the U.S.A.”, “I’m on fire”, “Glory days”, “I’m going down” y “My hometown”, llegando todos a entrar en el top 10 de los singles más vendidos de Estados Unidos. Sobran las palabras. El disco, como no, número uno destacado del año en el Billboard.
Pasarían muchos años hasta que Bruce se metiera en estudio de nuevo con toda la banda, motivado por el empuje popular del pueblo norteamericano, que tenía la necesidad del regreso de su héroe, de ese sueño americano, de ese trovador que narra sus historias de forma tan sentida, para ayudar a levantar el ánimo de una nación hundida tras el golpe y la infamia de lo ocurrido el 11 de septiembre de 2001 en el World Trade Center.
Aunque no se lo crean, hay varios detractores del disco que hoy hemos revisado y propuesto, y algunos afamados. Para muestra un ejemplo; Javier Ojeda, de mis amadísimos Danza Invisible, ha escrito en su blog que no soporta este disco del Boss, aunque sí que lo admira como músico al tener al menos 7 discos de él entre su estantería de cd’s. Es un disco que te puede gustar o no. Lo que no se puede negar es la evidencia de en qué posición situó a Bruce este trabajo.
El motivo es que hay gente que desde que apareció Nebraska allá por 1982 con un Bruce desnudo en el estudio, cercano, intenso, emocional y desgarrador a ratos, mucha gente se queda con el Springsteen de los trabajos en solitario y en acústico. Evidentemente, a un servidor de ustedes le encantan tanto el citado disco que incluía la maravillosa “Atlantic City”, como el trabajo de 1995 “The Ghost Of Tom Joad”, como también el “Devils & Dust” de 2005. Pero esto no quita que también me gusten “The Rising”, “Magic”, “Working On A Dream”, “Born To Run” y, sobre todo, “Born In The U.S.A.”.
Dispónganse pues a disfrutar de uno de los discos más populares y exitosos de la historia de la música moderna. Van a tener ocasión de escuchar la obra con la que Bruce estuvo en lo más alto de su carrera. A día de hoy Springsteen es una leyenda y un dios de la música, que arrastra una marea interminable de muy fieles y enloquecidos seguidores, que son capaces de seguirle a lo largo de todo el mundo en sus interminables giras (tanto en el número de actuaciones, como en la extensión de cada uno de los conciertos que las componen). Si a Bruce Springsteen, le guste a él o no, le llaman “El Jefe” por algo será. Quizás “Born In The U.S.A.” les ayude a dar con alguna de esas razones. Que lo pasen bien.
13 comentarios:
Increible la letra de Downbound train, si señor muy buen post de una leyenda viva de la musica Norteamericana, el jefe sera el jefe siempre. abacab buen trabajo de nuevo, por cierto el post de derribos arias me ha abierto mucho los ojos respecto a la movida madrileña, cantera de grandes grupos espeñoles un saludo.
Como siempre un buen repaso. Personalmente no me llama la atención. Si me tengo que quedar con una de las grandes figuras estadunidenses sería Dylan.
Efectivamente la letra de "Downbound train" es muy sentida, bonita y triste. Amigo Jairo, te recomendaría no obstante, que echaras un ojo al video de "I'm on fire" en youtube a la par que disfrutes de la canción. No sé por qué me da que te encantará. Ya me dirás.
También, como apuntas, La Movida es mucho más que Alaska y Dinarama o Radio Futura. Efectivamente hay cosas más que interesantes, que a día de hoy están muy enterradas y que convendría recuperar con moderación. De Derribos Arias, te diría que comiences con "Branquias bajo el agua", que es lo más suave que ofreció esta banda tan atrevida.
Tranquilo Deprisa, Bob Dylan también pasará tarde o temprano por este sitio; no obstante, antes tengo que sumergirme un poco más en el universo de Bob, el cuál solamente he visitado hasta la fecha por encima.
Gracias por escribir.
No tengo nada que decir; no comentas nada sobre la entrada, por lo que yo no comento nada sobre lo que dices.
No sólo me parece increible este hombre como músico, que también, tiene canciones de esas que seran para siempre. Es que además es una persona tremendamente carismática.
Muy buena entrada, he aprendido muchas cosas que no conocia.
Un abrazo
Jajaja, no me extraña que no le respondas a Maritoñi aunque lo has hecho, es tremenda.
Tus palabras en el comentario son pura poesía y tu voz sonó fantástica.
Eres un crack, muchas gracias por todo
Arriba Bruce
Reconozco que es uno de los grandes y más de una vez me ha alegrado la tarde/noche, pero por mi carácter melenudo y bohemio soy más de la música-moña cantautoril y en castellano. Vamos, un carca, un antiguo, un demodé, un rojo trasnochao, jajajaja
Eso sí, la entrada me ha parecido muy buena.
Un abrazo zurdo
Ah, y que se me olvidaba, que tienes un voto más. Espero que aunque sea zurdo valga igual. Y si no, que se compense con mi vena atlética, ¡que leñe!
un abrazo
Vamos respondiendo a los últimos comentarios.
Alma, efectivamente el carisma de Bruce es una de sus características principales, y que precisamente creo que me pasé por alto de decir explícitamente en el post. Gracias por tu visita, fue un placer compartir programa en Luz De Gas contigo y pasaré regularmente por tu blog para leer tu poesía. Celebro que también hayas conocido cosas del Boss que desconocías.
Amigo Juan (Luz De Gas), no te tomes a mal lo de Maritoñi, pero es que en realidad a su comentario tampoco es que hubiera fácil réplica. Agradezco muchísimo que me entrevistaras en tu maravilloso programa. Reitero que haces un excelente trabajo. Por cierto, te escribiré un mail para tema de colaboraciones musicales en tu radioblog, a ver si puedo ayudarte en algo.
Sr. Mariano Zurdo, sinceramente he de decirle que es un tremendo placer verle por aquí. Si me lo permites, a partir de ahora te tuteo. Esos gustos musicales que tienes son de lo más respetables y de calidad; Enhorabuena (lo digo en serio). Probablemente algún día a lo mejor aparezca por aquí algún cantautor, así que no te pierdas mucho, que alguna semanita quizás te lleves una sorpresa agradable. Los votos, sean zurdos o diestros, siempre se agradecen (y mucho); no hay que olvidar que en tu caso además de zurdo, es atlético y eso tiene mucha importancia. Espero que consigas meterte con un empujoncito más en el 5º puesto de tu categoría, que lo tienes a tiro compañero.
A todos, gracias por escribir.
Vaya buen repasito a la obra del gran Boss. Yo también soy fan suyo. Por cierto, ¿has comentado la obra de Clearwater Revival?, creo que da para un buen post.
Me ha encantado tu blog, me lo apunto, y suerte en el concurso.
Saludos
Serreina, antes de nada, decirte que me encanta tu avatar.
Todavía de la Creedence no hay nada por aquí, pero dale tiempo al tiempo.
Celebraré tu voto hacia mi trabajo en el concurso 20blogs, si finalmente estimas que soy merecedor del mismo.
Gracias por escribir.
tengo duda de la supuesta cancion born in usa como tonada y en catalan ya existia, y que segun un programa de tve el jefe es nacido en cataluña y registrado en usa. Ilustrenme por favor en el tema controversial. gracias saludos
Anónimo, me acabas de dejar a cuadros. Cierto es que Springsteen siente devoción por Barcelona, pero creo que ello estriba en el estupendo recibimiento que tuvo en 1982 en su 1er. concierto en la Ciudad Condal y el gran ambiente que se vivió en aquel show.
Pero eso que citas... no sé yo. Poco más puedo aportarte. Sería curioso escuchar el "Born in the U.S.A." en catalán, la verdad.
Gracias por escribir.
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