Para muchos de ustedes, el grupo del que hoy hablaremos, serán unos perfectos desconocidos. Wolfsheim se trata de un dúo alemán de música electrónica, que son bastante populares en su país, pero que fuera de allí, y sobre todo en España, su señal es de muy corto alcance. Como el blog es en castellano, aunque un alemán dé con el mismo con algún buscador de información, al ver que no está ni en inglés ni alemán, no lo leerá (usar el traductor de google suele ser un cachondeo monumental, hagan la prueba) y de los hispanohablantes, como ya he dicho, pocos podrán presumir de haber oído alguna canción o siquiera hablar de ellos, así que casi nadie será un experto en la materia que hoy trataremos. No se preocupen, yo les introduzco gustosamente.
Este grupo, mejor dicho pareja, se compone del cantante Peter Heppner y el teclista Markus Reindhart. La gestación de Wolfsheim data de finales de los años 80, y en los inicios, la banda era un trío formado por Markus y su hermano acompañados del cantante Pompejo Ricciardi. El nombre del grupo está tomado de un personaje de la literatura alemana. La marcha de dicho cantante propició la llegada de Peter Heppner, recomendada por el mismo Ricciardi, y la salida del hermano de Reindhart para concretarse el proyecto como un dúo. El comienzo de su historia, está marcado por la edición del single “The sparrows and the nightingales”, su reconocido primer éxito a nivel nacional alemán e incluso europeo, y la publicación de su primer trabajo de larga duración titulado “No Happy View”.
A este trabajo le siguió el complicado disco de 1994 titulado “Popkiller”, que incluía una lúgubre portada con un rostro ciertamente siniestro, y que estaba compuesto por canciones igualmente electrónicas, pero de una menor inmediatez que las anteriores. Ya de por sí el trabajo previo de la banda tampoco era fácil de digerir y estaba asociado al movimiento techno pop de vertiente oscurantista.
La “luz” se vería con la edición del acertado “Dreaming Apes” de 1996. La banda terminó de consolidarse en Alemania como uno de los grupos punteros, debido al acierto de canciones como “Closer still”, “A million miles” o “Leave no deed undone”. A los 2 años, el grupo afrontó la creación de la obra más perfecta de su trayectoria, su disco “Spectators”, que hoy les acercaré.
Aquí las canciones, a excepción de la última, tienen fuerza, madurez y consistencia suficiente de forma individual. “Dreaming Apes”, tratándose de un notable álbum, incluía canciones muy válidas como las citadas anteriormente, pero por otro lado se intercalaban piezas instrumentales de carácter experimental, que no eran bien entendidas por toda la gente. Tras haberles realizado esta pequeña presentación o introducción a lo que son Wolfsheim, o mejor dicho eran (luego les explico), pasemos al análisis de su considerado mejor trabajo.
La apertura del disco no deja de ser curiosa. Con un coro casi operístico femenino, que poco a poco va tambaleándose, se da paso a la oscura interpretación vocal de Heppner. “It’s hurting for the first time” es de las canciones más densas y con notas de teclados menos marcadas del disco. El muro de sonido es muy frondoso e hipnótico. A ratos aparecen los coros mencionados del inicio para ir compensando. Es una sensación extraña la que me causa esta canción. Sin duda, su carácter la hace poco accesible y esa mezcla tan poco convencional de los coros, la densidad de las notas y la oscuridad vocal de Peter la hacen bastante particular. Ese cierto desasosiego va en consonancia con la temática de la canción, de gran parte de las piezas del disco y de la discografía del grupo: el fin del amor y el torcimiento de las relaciones de pareja. Posteriormente, y en claro contrapeso, se nos incluye una de las piezas más delicadas y bellas de la discografía de Wolfsheim. “Kunstliche welten” fue uno de los singles escogidos para la promoción del disco y es uno de los temas que la banda suele incluir en sus trabajos cantados en alemán, ya que en la inmensa mayoría de las ocasiones las letras de la banda son en inglés. La traducción del título es “Mundos artificiales” y el comienzo con unas notas graves de sintetizador dan paso a una base movidita sobre la que Heppner comienza una sentida interpretación y quizás una de las mejores que haya hecho nunca. De hecho en el dvd “Kompendium” se nota una bajada de calidad en la excelencia de la forma de cantar conseguida en estudio por el vocalista. Líneas sosegadas de teclado de sabor melancólico y una melodía general de aire triste, es lo que caracteriza al tema. Fue quizás el single que más se promocionó en su día en la cadena musical de televisión alemana viva zwei, con redifusiones casi constantes del videoclip grabado al efecto, en el cual un niño soñaba que huía de la Alemania democrática para intentar pasar a la parte occidental y que era descubierto en el camión que se ocultaba. Mientras, Peter y Markus, con su notable diferencia de estatura (Heppner algo retaco y Markus que debe rondar los 2 metros de estatura), daban paseos de forma lánguida (acorde con el sonido del tema) por la ciudad, caminando entre celebraciones de bodas y apareciendo en vallas publicitarias. Tras la excelencia de “Kuntsliche welten”, se da paso a “Touch”, uno de los momentos más anodinos del disco. Aire amargo y decadente tanto en la interpretación de Peter como en la melodía creada al efecto por Markus. Sin embargo, a continuación se nos pone otra de las grandes joyas que incluye “Spectators”. “Blind” es una balada preciosa que incluye versos como “no combatas los muros que están aquí para todos, eso es lo que me dijiste una vez, te miré a los ojos, y supe que tenías razón. Puedes sentir lo que nadie siente, puedes escuchar lo que nadie quiere escuchar…” o “la oscuridad es un estado de la mente, puedo ir allí cuando te tambalees, eso es lo que me dijiste y sé que tenías razón”. Supongo que si la habitual crítica que recibe el dúo por la levedad de sus letras, no será por la presente canción. Nuevamente el carácter serio e hierático de la voz de Peter, no impide que la interpretación sea estupenda y emocionante. Tal es la valía de esta canción, que se realizó una reedición de la misma hará 2 o 3 años como single. Tras este bello momento, se da paso al verdadero inmortal de la historia de la banda que aporta el disco. “Once in a lifetime” es el tema más bailable, más pegadizo y llevadero de “Spectators”. Sin dejar de estar impregnado por el oscurantismo del estilo de Wolfsheim, la canción es tremendamente rítmica y enérgica. Imprescindible a finales del siglo pasado en cualquier garito gótico que se preciase, la canción estuvo sujeta a diversos remixes, como le suceden a todos los éxitos de una banda de pop de sintetizadores. La melodía sostenida mantenida en el estribillo de la canción, es lo más destacable en tanto al sonido, dentro de la compleja elaboración de la misma. En tanto a la letra, se nos habla de un personaje al cual el océano le ha arrebatado a su familia entera y al que se quiere enfrentar nuevamente. Los versos rayan a un alto nivel, por ejemplo en el estribillo: “cálmate mi corazón, no latas tan rápido, no estés asustado por una vez en la vida, cálmate mi corazón, no latas tan rápido, no estés asustado por una vez en la vida. No hay lluvia que pueda limpiar mis lágrimas, no hay viento que pueda aliviar mi dolor. Me hiciste dudar, me hiciste temer, pero ya no soy el mismo. Te llevaste a mi mujer, a mi hijo recién nacido al fondo del océano…”. El dolor descrito del personaje protagonista y su soledad es lo que mueve la temática de la canción. Peter alcanza sus registros más elevados y épicos en la parte final cuando dice aquello de “el amor en ti no arde, no hay lección que puedas aprender. Y hay sonidos que no puedes escuchar y hay sensaciones que no puedes sentir”. El clip grabado al efecto se componía de imágenes de una mujer y un niño, a efectos de los personajes de la canción, y un hombre mayor jugando al ajedrez al borde del mar. Markus y Peter aparecen los 2 juntos de forma intercalada, como es costumbre, y en una variación de los videos (juro que lo vi en la viva zwei), aparecía un viaducto ferroviario por el cual circulaba un tren rojo y blanco de la red española de cercanías. He buscado dicho video en youtube y no aparece. Se ve otro semejante, en el que dichas imágenes del tren de marras no aparecen. Una canción estupenda, bien elaborada, con una intensa historia en sus líneas y una melodía perfectamente construida y de fácil enganche en la parte de los estribillos. Un clásico con mayúsculas. Para continuar se nos presenta la canción que proporciona una mayor sensación de desasosiego del disco. “Sleep somehow” recrea una atmósfera de pesadilla con una orquestación inquieta, descoordinada y con unos teclados punzantes y que siguen una melodía que parece sacada de un código morse, que ayuda al hipnotismo que también aporta la canción. Cambio de registro para continuar. Hablamos antes de “Blind” como la balada más sentida del disco. No me corrijo, pero ahora se nos incluye otra canción lenta y tremendamente sentida. En esta ocasión el carácter es sumamente triste, ya que en “Blind” se hablaba de esperanza. “For you” es una de esas baladas que hablan de cuando una historia ya ha terminado. Véase el comienzo: “Esta vez es difícil. No es tan fácil como cuando tú estabas aquí. Siempre estuviste a mi lado. Hiciste de este mundo un mejor lugar con solo una sonrisa…”. No se deja claro el motivo del fin de la relación. No se dice si fue fortuito (muerte de la otra parte) o simple ruptura. El caso es que Peter dice “Nunca sentí por nadie lo que sentí por ti. Y no pertenezco a ninguna otra. Te pertenezco a ti”. Tras esta intensidad lírica se da paso a la bailable “Read the lines”. Sencilla líricamente, se intuye un nuevo abandono amoroso: “Leí las líneas que dejaste para mi, no pude creer que llegaras tan lejos…”. Las notas de teclado son saltarinas y claramente creadas para llenar pistas de baile de la Europa central. Se ve también de forma evidente dicho desenfado en que la letra es una simple estrofa repetida en 3 ocasiones. ¿No habían tenido suficiente abandono amoroso?, pues aquí viene otro más. “I don’t love you anymore” trae como novedad, como se intuye en su título, que el que abandona o pone fin a la historia es la primera persona de la narración. Por otro lado, es la última canción del disco que habla de rupturas (suponemos que Peter Heppner tiene presente aquello de “quien ríe el último ríe mejor). Otro de los puntos álgidos del disco y de sus mejores momentos; el gran desconocido igualmente a nivel global. Los teclados utilizados por Markus para crear la melodía principal tienen un regusto claramente melancólico y las palabras que suelta Peter son ciertamente directas. “El silencio habla por ti y por mi cuando estamos bailando”, frase tremendamente acertada, es lo que más evidencia que la relación de la que se nos habla ha llegado a un punto muerto. Aún así la parte interpretada por Peter guarda un recodo de esperanza cuando dice “me gustaría que me hablaras cuando estamos bailando”. Apliquen la metáfora del baile a lo que ustedes quieran. A pesar del sonido melancólico de la melodía que tiene la canción, se trata de otra pista claramente rítmica y bailable en cualquier bar gótico o de techno pop. “Heroin, she said” es una canción algo parecida a “Sleep somehow”, en lo referido a lo aguerrido y agresivo de su sonido y de la nueva pesadilla descrita en la misma, evidentemente sabiendo de qué hablamos. Es el momento más abrasivo del disco y creo que no está bien situado en el mismo. Yo lo hubiera situado entre “Blind” y “Once in a lifetime” y hubiera dejado el penúltimo lugar a “I don’t love you anymore” para proporcionar su carácter al cierre al disco. “E” no deja de ser un epílogo instrumental al estilo de las canciones que se intercalaban en “Dreaming Apes” y no aporta nada nuevo, por muy curiosos que queramos ver esos coros femeninos medio árabes en la misma.
“Spectators” es un disco de música electrónica sobresaliente. Está reconocido a nivel continental por los más altos expertos en la materia. A nivel nacional alemán terminó de facilitar a Wolfsheim su estatus de una de las bandas más importantes en su país. Supongo que alguno echará en falta que comente algún posible vínculo o influencia de Kraftwerk en el sonido de la banda. Eso es más que evidente, aunque quizás de una forma indirecta, ya que la banda bebe más de la influencia directa de bandas como Depeche Mode y discos de dicha formación como su “Black Celebration”, que ya revisamos hace tiempo. Pero claro, Depeche Mode viene de Kraftwerk, así que… pues igual que se dicen que todos los caminos llevan a Roma, casi toda la música electrónica actual (y sobre todo en Centro-Europa), en mayor o menor medida vienen de Kraftwerk.
La portada del disco es una vista de la tierra desde la superficie lunar. En esto se podría asemejar a la del “Some Things Never Change” de Supertramp, con la única diferencia de que en esta ocasión no hay una pareja mayor tomando el té de las cinco en la misma.
Desde la publicación de “Spectators” hasta la edición de “Casting Shadows” pasaron 5 años, durante los cuales la banda se movió a lo largo del continente, llegando incluso a recalar en España con algunas fechas que incluyeron una en la sala Arena madrileña en mayo de 2002. En aquella época andaba algo despistado y se me pasó por alto. Sin embargo, en junio de 2003 estando en un bar de la zona de Huertas, un dj pinchó “Once in a lifetime”. Yo, que no salía de mi asombro, me acerqué hasta su cabina y me puso a hablar con el pincha discos de turno, con el que tuve una pequeña conversación sobre la banda. Me confirmó que él había ido al concierto y que el grupo en directo no es gran cosa. Ello se debe básicamente a la timidez extrema de Peter, el cual se escuda tras un atril con las letras impresas de las canciones, en plan sacerdote. Markus se sitúa en un lateral con sus numerosos sintetizadores y teclados. Algún efecto de luz y de agua y poco más.
“Casting Shadows” editado en 2003 es un muy buen trabajo. Algo inferior al disco hoy presentado, pero de alto grado de satisfacción. El caso es que desde hacía unos 2 años iba entrando de forma frecuente en la página oficial de la banda a ver si había novedades, y las mismas brillaban por su carencia. Por desgracia, el presente 2008 nos trajo una desafortunada noticia en enero, para comenzar bien el año. En forma de un comunicado, se informaba que el dúo había decidido separarse por disparidad de criterios a la hora de discutir sobre el futuro de la banda.
Pues, ¿qué le vamos a hacer? De momento habrá que quedarse con la obra editada hasta la fecha. Una dificultad evidente: en las tiendas habituales en España no van a encontrar fácilmente los discos de Wolfsheim. Yo solo tuve la ocasión de ver un ejemplar original y nuevo del cd de “Casting Shadows” y del dvd “Kompendium” en una tienda pequeña de importación situada en la calle Fernández de los Ríos de Madrid. El precio no era barato que se diga (unos 21 eur. el cd y el dvd 30 eur. o así). De esto hace ya mucho tiempo. A saber si siguen estando por allí. Con lo que no nos queda otra salida que tirar de lo que ya les comenté hace tiempo. No se lo volveré a decir de una forma tan clara, que no me apetece que la SGAE venga contra un servidor que lo único que pretende es que se difunda la música, pero nunca se sabe… Búsquense la vida y verán como habrá merecido la pena el esfuerzo.
6 comentarios:
Es o era una banda excelente, una pena que se hayan separado. Veremos que pasa con el trabajo de Heppner en solitario, yo seguire escuchando durante mucho tiempo la música de Wolfsheim.
Un saludo.
Sin duda habrá que estar atentos a los proyectos en solitario de los 2 componentes y en particular al próximo disco de Heppner en solitario al que aludes. La música siempre perdudará, aunque estén separados. Por ejemplo, estos días atrás estuve escuchando "Popkiller" sin ir más lejos. Gracias por escribir.
Pese a que Heppner ha sacado dos discos en solitario, que no son lo mismo, y sus colaboraciones varias con Nena, Schiller, etc, se les echa en falta.
cvb, estuve en Berlín en junio y me compré el 2º de Heppner en solitario por 6 euros (precio de risa); tengo aún pendiente su escucha a ver qué tal.
"Solo", el primero de Heppner en solitario, me gustó. También tiene colaboraciones buenas por ahí (recuerdo una con Joachim Witt que era impactante: "Die flut"). Pero también concluyo como tú: a Wolfsheim se les echa mucho en falta.
Gracias por escribir.
La verdad es que fue un gran grupo. Para mí, su mejor disco es Popkiller, pero con los discos siguientes fueron haciendo hits de mejor factura (closer still, Once in a lifetime o Kein zuruck, entre otros)
Dmplus, todas sus obras son reseñables. "Popkiller" también es muy bueno y gracias a tu comentario me has despertado las ganas de recuperar su escucha tras mucho tiempo ;)
Gracias por escribir.
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