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sábado, 11 de abril de 2009

2006 Casiotone For The Painfully Alone - Etiquette

Ésta es una de esas semanas en las que pretendo acercarles grupos o proyectos que no están en el disparadero del panorama musical mundial y que difícilmente conocerán. Aquí, aunque principalmente lo que busco semana tras semana es rescatar discos que ya fueron editados hace tiempo y no están de actualidad, para que no pasen al olvido y les podamos quitar un poco el polvo que acumulan, también hay algunas ocasiones en las que me apetece presentarles obras, que solamente la casualidad puede hacer que lleguen a ellas.

Y con Casiotone For The Painfully Alone, en parte me sucedió así. Fue allá hace 2 años y medio cuando a finales de 2006 un eventual compañero de trabajo, tuvo a muy bien grabarme en un cd una recopilación de varios discos, tras haber tenido algunas charlas sobre música en los descansos de jornada. Entre las joyas que me incluyó se encontraban el “Writer’s Block” de Peter, Bjorn And John con su “Young folks” de irresistibles silbidos y también estaba el disco en solitario de Thom Yorke de Radiohead.

Sin embargo, al poner el disco a reproducir en el ordenador, si seguías el orden que se había recogido al grabar el cd, lo primero que te encontrabas era “Etiquette” de un grupo llamado Casiotone For The Painfully Alone. Resultó al final que el álbum más valioso con diferencia que se incluía era éste, y no porque sus compañeros de cd fueran de dudosa calidad; no, por ahí no van los tiros.

Les confieso que desde entonces es de los discos que más me han impactado y calado, y eso que ya va para 3 años de aquello. Les introduciré brevemente antes de pasar a revisarlo. Tras el nombre de Casiotone For The Painfully Alone, a partir de ahora CFTPA, se esconde Owen Ashworth, un chico de 29 años del estado de Illinois de EEUU, que a base de sus numerosos teclados Casio (el propio nombre del grupo lo indica) y sus sintetizadores, crea las melodías ajustadas a las historias de amor, experiencias vitales y situaciones cotidianas que describe en sus letras.

En 2006 CFTPA contaba con 2 discos editados. Su anterior trabajo “Twinkle Echo” ya había contado con alguna canción realmente buena como “Tobby, take a bow”, en la cual Owen homenajea en la letra a sus admirados The Smiths. Sin embargo el sonido del disco y la producción seguían siendo extremadamente limitados, asociados a un proyecto bastante underground. Las melodías seguían corriendo a cargo principalmente del entramado de teclados y efectos de sintetizadores creados por Owen.

Sería con la edición de “Etiquette” donde veríamos un salto cualitativo. Este disco tiene una producción mucho mejor que los trabajos anteriores y las melodías son mucho más elaboradas, aunque no pierden ni un ápice del regusto tan entrañable que desprende Ashworth. Igualmente Owen se valdría de la acertada cantante Jenn Herbinson para que le supliera en algunas canciones, que se ajustan perfectamente al agudo tono de esta chica. Procedamos a adentrarnos en “Etiquette” de la misma forma que si iniciaramos un viaje por una tierra desconocida. Descubramos qué sorpresas nos depara la travesía.

De forma aséptica, la propia Herbinson nos introduce el disco en una pista de 5 segundos. Por si hay dudas se nos dice “estás escuchando “Etiquette” de Casiotone For The Painfully Alone”. Curiosa forma de empezar un disco. Una presentación en toda regla, para dar paso a Owen en la primera canción “New year’s kiss”. Respecto a trabajos anteriores de CFTPA ya se ve un cambio de registro y que estará muy marcado en todo el disco, que es la utilización del sonido de piano clásico en detrimento de las melodías sintetizadas de los teclados, las cuales pasan a un segundo plano de base o soporte en esta canción. Un punto de madurez, coherencia y evolución, que pone de manifiesto un mayor empaque y elaboración. Owen en la mayoría de sus composiciones destila una cierta melancolía, pero aquí si cabe se hace más que evidente en su registro. Su grave voz puede recordarnos a veces a la de Leonard Cohen, más que nada por la forma en la que Owen relata sus historias. Eso sí, la voz de Ashworth no alcanza una textura tan extremadamente grave como la del autor de “Suzanne”. A continuación se abre paso al núcleo duro y potente del disco, compuesto por las canciones más pegadizas de la obra. 4 pistas que destacan por su luminosidad y por su sonido tan rítmico y electrónico. Quizás también son las más genuinas del sonido CFTPA heredero de “Twinkle Echo”. Esta parte se inicia con “Young shields”. Una latente melodía sostenida con un muro de sonido sin fisuras, en la que Owen trata la historia de una pareja que marcha del hogar y a la que precisamente las cosas no les van fáciles: “envié una carta a mis padres que decía, “padres, el dinero se ha acabado”; recibí una carta de mis padres, no decían nada en particular…”. Es uno de los temas indies más acertados que he escuchado nunca y no por ello deja de ser una canción que hasta sonaría estupenda en cualquier radiofórmula. Incluso si tuviera videoclip, podría no desentonar en el canal Kiss Tv, en el cual de vez en cuando te ponen videos de grupos que tampoco es que estén a la cabeza de la comercialidad ramplona. No sé hasta qué punto ustedes acceden a la totalidad de los discos propuestos, o si tras leer la crónica únicamente cogen las 2 o 3 canciones que más destaco y escuchan solamente esas pistas. En ese último supuesto, esta sería la canción que les recomendaría que extrajeran del conjunto. Intensa, emocional, y con una contenida desesperación estupendamente transmitida por Owen en su interpretación vocal. Tras ese final con esa parte tan atronadora, se da paso a la más relajada “I love Creedence”, con una sencilla melodía muy al uso de los anteriores trabajos de CFTPA. Aquí lo que se plantea es una historia de una pareja, Creedence Clearwater Wright y Elodie Eye que “fueron uña y carne desde su clase de la Percy Elementary de 1985”. A ratos puede suponer el guión de una road movie y la subsanación de los obstáculos que aparezcan de las formas más evidentes: “vendí mi violín para que así lo tuvieramos todo más fácil, Elle recibió el dinero de su abuelo cuando éste murió”. No obstante, y tras esos felices años al lado de Elle, que “fue la única junto a mi padre que me dijo “te quiero Creedence””, la rutina y el oscurantismo propio de una vida alejado de Elle aparecen cuando a Creedence le toca “trabajar a una hora en autobús en cada sentido, copiando cartas para un abogado… es estúpido, pero paga bien”. La melodía de sintetizadores es lineal y casi hipnotizante y solo algunos de ellos, a modo de percusión, rompen la monotonía. Es Owen y la narración de esta pareja la que hace de forma casi increíble que la canción no resulte para nada aburrida. Uno de los momentos más claros de techno pop lo supone “Nashville parthenon”. Otra vez una historia de amor que se acabó y la negativa al olvido de la misma por una de las partes, que vive en el deseo de que ella regrese a Nashville. Algunos teclados de cierto sonido tropical dan a la canción una cálida sensación. Owen se recrea en rememorar la historia: “recuerda la primera vez que nos besamos, recuerda cuando tu madre nos pilló…”. Es sin duda una carta que el personaje escribe a su antiguo amor: “si alguna vez vuelves a Nashville recuerda que siempre tendrás un amigo. Nos encontraríamos en el parthenon, que era el sitio al que siempre íbamos…”. La voz de Owen suena sintetizada y ayuda a crear el efecto de carta escrita que he mencionado. La siguiente canción es la única que a ratos ha conseguido traspasar la barrera de lo minoritario/indie. “Scattered pearls” está cantada de forma animosa por Jenn Herbinson, que aquí hace su aparición estelar tras esa presentación del comienzo. Se nos narra la cotidiana situación de una chica que se va a una discoteca a bailar con el collar de su abuela, para estar más guapa, y que por un lance desafortunado en la pista de baile, las perlas del mismo se desparraman por la discoteca, encontrando 7 de las perlas únicamente. Como consecuencia, el sufrimiento descrito, en el cual la protagonista narra sus temores en el bus de vuelta a casa, pensando lo que le iba a decir a su madre al día siguiente: “Madre no llores, sólo son perlas”. Dedicado a las chicas que siguen el blog y que sean de Madrid, por poner un ejemplo: imaginaos que salís de marcha por Huertas os pasa algo así y luego al coger el búho en Cibeles con vuestras amigas os lamentáis de haber salido ya que “todavía habría perlas en el collar, no olería a humo y todavía tendría el dinero que me gasté en bebida”. Cercano, ¿no? Es el instante más bailable y junto a la remarcada “Young shields” es otro de los “debe” que incluye sin posibilidad de réplica “Etiquette”. Chocante es el cambio de registro a un sonido aflautado y hippie en “Happy mother’s day” interpretado por otro artista invitado masculino, Sam Mickens. Apenas dura un minuto. Tras esto se da paso a la percusiva “Bobby Holly”, de la que se encarga otra voz femenina, Katy Davidson, que acompañada por unos graves y traseros coros de Owen, acapara el protagonismo vocal del corte. Es una canción bastante luminosa y con algún momento álgido cuando entran a dúo Owen y Katy. “Cold white Christmas” es como la 2ª parte, o mejor dicho, 1ª parte en relación a la anterior “New year’s kiss”, ya que estructuralmente y en el apartado sonoro son prácticamente herederas. Quizás ésta tiene un sonido más cálido y hogareño. “Bobby Malone” es la primera parte del combo de mayor malditismo, decaimiento, oscurantismo y sordidez en la forma de cantar de Owen que tiene “Etiquette”. La otra parte la supone “Don’t they have payphones wherever they were last night”, que es la canción más oscura y decadente de todo el disco, con Ashworth alcanzando su mayor gravedad vocal. En lo instrumental se compone de una melancólica y triste melodía de piano, conformando el tema de carácter más clásico del disco, ya que los sonidos sintetizados no hacen ni siquiera acto de aparición. El resto se compone de una base rítmica igualmente decadente y pausada a base de bajo y batería. Apenas 2 minutos de duración con un sonido nocturno, sombrío y lúgubre para dar paso al epílogo agridulce que viene de la mano de Jenn Herbinson. “Love connection” no se puede concebir interpretada por Owen, aunque en sus actuaciones en directo no le queda otra, ya que sometida a la dirección vocal de Jenn el tema destila una sutil sensualidad, que a ratos resulta irresistible. No sé si una de las frases finales en las que se dice “algunas cosas es mejor no decirlas”, es otro guiño de Owen a grupos de su infancia y en este caso a Daryl Hall & John Oates.

Hablar de éxito y repercusión del disco aquí sobra. Estamos hablando de un proyecto básicamente underground, lejos del mainstream, y me doy con un canto en los dientes si alguno ha escuchado por ahí “Scattered pearls”, de la cual alguien me dijo que la había oído en un anuncio de una cadena de tv.

La portada del disco está en la tónica habitual de dibujos que conforman la trayectoria habitual de la discografía de CFTPA. Es un cuadro, supongo que a base de acuarela por el carácter acuoso del mismo, en el que un cocodrilo aparece sentado a tomar el té en mitad de un prado con una mujer. Puede sintetizar de alguna forma la sensibilidad que desprenden las composiciones de Ashworth.

Es curioso que cuando escuché el disco, unas 2 semanas antes CFTPA había tocado en la sala Neu!-Galileo Galilei, de cuyo espectáculo en el portal youtube.com se pueden encontrar hasta 5 fragmentos en bastante buena calidad de imagen/sonido. He llegado a contactar con Owen Ashworth en persona, ya que tuve ocasión de conseguir su e-mail personal. De esa forma, tuve la ocasión de intercambiar algunas impresiones musicales con este interesante personaje del underground estadounidense.

Owen me confirmó sus preferencias musicales, destacando entre ellas a mis admirados Talk Talk. Igualmente me comentó que le gustaría volver de gira por nuestro país, si bien es cierto que para la gira de presentación de su siguiente disco, que saldrá en unas semanas a la venta, de momento no ha incluido ninguna fecha en España. Hay que decir que en su página ponía que más fechas están pendientes de confirmarse y añadirse.

En caso de que CFTPA decida venir de gira, les recomiendo que vayan a verle. Supongo que su espectáculo costará alrededor de 10 euros y son de esas actuaciones cercanas, que por dicho precio te pueden resultar agradables. Las mismas se componen de Owen tremendamente atareado entre sus teclados y sintetizadores, con el micrófono a mano para poder cantar sus letras. No se esperen un espectáculo de luces sonido y a Owen dando botes por el escenario. El show es minimalista hasta límites insospechados.

A la espera de lo que será su siguiente disco, “Etiquette” ya se puede considerar algo más que un proyecto indie. Las críticas, aparte de la que un servidor les expone hoy, que existen por la red son bastante favorables. La elaboración de las canciones, la mayor diversidad del sonido a lo largo de todo el álbum respecto a obras anteriores y la colaboración acertada de Jenn Herbinson, conforman una obra muy interesante. Crea una sensación entrañable, cercana y con la que fácilmente podemos empatizar a través de las situaciones que Owen nos describe.

Por el simple hecho de incluir piezas tan válidas como “Young shields” y “Scattered pearls”, “Etiquette” ya merece la pena; no obstante, el resto de canciones son igualmente aceptables y supongo que lo habrán apreciado en el detalle de que hoy no he hecho referencia a la “canción más floja” dentro del disco. Espero que se animen a realizar este viaje a través del universo y atmósfera que crea Owen Ashworth en su proyecto y que de vez en cuando se dignen a visitar el Partenón de Nashville.

2 comentarios:

Grobeto dijo...

Interesante recomendación. Etiquette me ha gustado mucho en primera escucha. Apúntese un tanto.

Abacab dijo...

Celebro que te haya gustado la propuesta. De esta forma compensamos el descontento que te creó la anterior revisión. Efectivamente "Etiquette" es un disco sorprendente y lo mejor editado por CFTPA hasta la fecha. La pasada semana tuve ocasión de acceder a su nuevo disco "Vs. Children" y, a falta de más escuchas, el nivel no es tal alto. No obstante, tampoco es que suene mal y a la música hay que darle tiempo. Gracias por escribir.