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sábado, 31 de diciembre de 2011

Miguel Bosé - Velvetina (2005)

A mitad de la pasada década y tras una dilatadísima trayectoria, Miguel Bosé se propuso y consiguió sorprender a propios y a extraños con un disco realmente novedoso. Es cierto que en “Sereno” de 2001 se podían atisbar ciertos retazos de lo que Miguel terminaría concretando 4 años más tarde en “Velvetina”, pero las corrientes e inquietudes electrónicas no se mostraban de forma tan evidente; véase sin ir más lejos que el éxito que más se recuerda es “Morena mía” de aquel disco que suponía el primer disco de temas nuevos de Bosé desde “Laberinto” de 1996, puesto que entre medias anduvieron “11 Maneras De Quitarse Un Sombrero”, que es un disco de versiones y el recopilatorio “Lo Mejor De Bosé”.

En 2004, sin embargo, Miguel Bosé decidió dar forma y editar un disco que se nutría de composiciones de otros, en su gran mayoría nuevos talentos compositores, que vino a denominarse “Por Vos Muero”, que incluía aquel “Olvídame tú” y que nos mostraba en portada a un elegantísimo Bosé. Con este antecedente inmediato, nadie pensaba que lo que iba a venir después fuera una propuesta tan radicalmente distinta.

El caso es que “Velvetina”, protagonista del post de esta semana, y con el que retornamos a la figura de Miguel Bosé tras mucho tiempo de aquel post en el que nos centramos en “Salamandra” de 1986, irrumpió a comienzos de la primavera de 2005 con fuerza de la mano de la sugerente y arriesgada “Down with love” con el controvertido y en parte escandaloso videoclip en el que aparecía el mítico actor español de cine x Nacho Vidal. “Down with love” no sería un espejismo ni un engaño, ya que “Velvetina” en sus 13 cortes ofrecerá una propuesta electrónica que en ciertos pasajes resulta más extrema y valiente incluso. Pasemos a su escucha.

Comenzamos con ese juego de acentos en su título planteado por “Ójala ojalá”. En algunos momentos de esta pieza Bosé apuesta directamente por el techno casi industrial y si no céntrense en su estribillo. Un arreón potente de inicio de obra, con un regusto amargo en su melodía y que en su videoclip contó con una estética e imagen cercana a la URSS y al comunismo; al respecto hay que apuntar que en la edición coleccionista de “Velvetina” (la que yo adquirí por 4,99 eur. en las rebajas de enero de 2006 en el Carrefour de San Fernando de Henares), se incluía un dvd con un videoclip para cada una de las canciones. No comentaré todos los videos, sino los que más me llaman la atención. Podremos escuchar 2 temas de corte relajado a continuación. Llegamos primero a la preciosista “Aún más”, que conjuga a partes iguales solemnidad, efectos clásicos y matices electrónicos. Realmente interesante, oscilante, embriagadora y por lo general muy bonita. “No se trata de” deja de lado la monumentalidad y elementos clásicos de “Aún más”, para ofrecer un medio tiempo agradable. En el 4º lugar nos encontramos ante la gran joya oculta del disco, al menos para mi gusto. “Hey Max” es uno de los temas más intensos y arriesgados del disco. La electrónica es potente en las partes del estribillo, aunque otras partes suenan misteriosas y decadentes. En la letra Miguel, para quien se pierda en esa mezcla de inglés y español de la misma, critica el trato que se le da a los inmigrantes ilegales y el videoclip, fabuloso, para mi gusto igualmente el mejor de todos, muestra a Miguel en un fotomatón, en el que la gente hace con él lo que quieren (siendo igualmente una buena metáfora del maltrato o exclusión social que sufren los inmigrantes ilegales); de hecho, la fotografía del post corresponde a una captura de un momento del videoclip, que me pareció adecuada. Un tema movido, muy electrónico, pero muy humano en el fondo y contundente, que llama claramente la atención. “Celeste amor” destaca sobre todo en su estupenda introducción, con esas melancólicas notas de piano. Posteriormente el tema evoluciona a un medio tiempo que por otro lado forman el 2º núcleo duro de “Velvetina” confrontados con el sector de electrónica acusada. Buen corte, que cede el testigo en el siguiente capítulo a “Ella dijo no”, otro ejemplo de electrónica rotunda y potente. Esa parte de la letra “entonces el rey ordenó a sus eunucos: “traed de inmediato a la reina para que todos los empresarios ante su belleza se rindieran, se rindieran””, es chocante, pero de una rítmica sin posibilidad de discusión. El videoclip, con una protagonista bastante disoluta y la representación de su particular día a día y por otro lado con un teatral Miguel Bosé, tampoco deja indiferente a nadie. “Ella dijo no” es otro de mis temas favoritos del disco. Se alterna nuevamente una sacudida con un momento de relajamiento sonoro, ya que “De la mano de Dios” es sumamente placentera y se encarga de mecernos en sus leves sonidos durante los próximos minutos para posteriormente enfrentarnos a la curiosa “La tropa del rey”.En esta “La tropa del rey” de sonido marcial decadente, Miguel hace una buena crítica política y social, la cual puede pasar desapercibida si no estás muy atento a lo que dice Miguel. “Verde canalla” muestra ciertas inquietudes electrónicas, de tintes extraterrestres o espaciales, sobre todo en sus primeros compases, para sin embargo volverse una pista realmente accesible en su estribillo, en el que sin esos adornos electrónicos, casi nos podemos encontrar ante una animada bossa nova. “Paro el horizonte” nos puede engañar en sus primeros pasos, llevándonos a acertar que sea un medio tiempo marca de la casa particular de este “Velvetina”, pero sin embargo llega el estribillo, tan luminoso y vitalista, en el que Bosé se acompaña de coros que hacen ver a esta pieza como un ejercicio único en su clase dentro del disco. Gran tema fue, y un rotundo acierto escogerlo como 1er. single, “Down with love”. Ya he mencionado que fue controvertido porque en el mismo aparecía Nacho Vidal en porretas y tal, pero la composición es de una electrónica llevadera, muy rítmica, animada y muy luminosa. En ese estribillo malamente entendíamos que Bosé decía “El amor es locura”, pero por lo visto dice otra cosa, lo cual comprobé tras comprarme el disco y ver el libreto detenidamente. “Down with love” es una canción elegante, muy bien elaborada y que como single bandera del disco es inmejorable para adelantar parte de los valores electrónicos que Bosé plantea en el mismo. “Tu mano dirá” ofrece partes de una delicadeza pasmosa, con algunos arreones de intensidad que te dejan impresionado. Y es que a estas alturas y cuando vamos llegando al final de la obra, descubrimos que “Velvetina” tiene uno de sus puntos fuertes la alternancia de esas 2 vertientes: lo radical y lo íntimo o comedido. 2º single fue la manierista y de gracioso videoclip, con esas marionetas que el mismo Bosé protagoniza, “May day”. Las referencias a Constantino Kavafis me llamaron la impresión desde la primera vez que la escuché. Es curioso, pero este capítulo final forma del “Velvetina” es quizás el tema más pop y alejado de los extremos de la obra. Para dar más relevancia a ese trallazo que es “Ella dijo no”, se dispone un remix como epílogo de este fabuloso disco editado por Miguel Bosé en 2005.

Realmente “Velvetina” no fue un exagerado éxito comercial para Bosé. De hecho, y a vista de más de 6 años de su lanzamiento, me da la impresión de que tanto sus 2 trabajos anteriores “Por Vos Muero” y “Sereno” tuvieron una mejor acogida y sus primeros sencillos “Morena mía” y “Olvídame tú” fueron más populares que “Down with love”. Luego, si encima el pobrecito mío de “Velvetina” se da de morros con el posterior y desbordantemente exitoso “Papito”, que alargó su promoción más de 2 años, el trabajo para que este ítem conste a día de hoy como un disco en parte maldito dentro de la historia de Miguel Bosé está hecho.

El posterior “Papito” en efecto hizo que el recuerdo de “Velvetina”, este disco de portada con un dibujo sencillo de la silueta de Bosé, se disipara y más si cabe ya que del mismo no se incluyó ningún dueto para este recopilatorio con ninguna estrella que le permitiera tener cabida en esa fiesta o celebración de Bosé en forma de nueva entrega discográfica. “Cardio”, último disco nuevo de Miguel, es bueno, pero se aleja de esa novedad y riesgo que suponía “Velvetina”.

¿Quizás es que “Velvetina” fuera demasiado arriesgado? ¿Quizás ni muchos de los fans antiguos de Miguel Bosé lo entendieron? Todo es posible, pero el caso es que a esta gran joya, que desde su primera escucha me gustó muchísimo y que me supone un gran placer musical cada vez que lo recupero para mis sesiones de música en casa y con buenos alimentos, se le está empezando a poner un cariz de disco maldito en cierta manera, que si cabe hace que me guste más por ese punto de incomprendido que tiene.

Merece la pena detenerse en su listado de canciones (de hecho, aquí no veo ni un tema flojo; recuerdo que un lector montó en cólera en el post anterior sobre “Salamandra”, por el simple hecho de que dijera que la canción “Todo un hombre” no me llamaba especialmente la atención), para poder bailar con esas secciones electrónicas tan movidas e intensas o dejarse llevar por las sutilezas delicadas o elegantes que también ofrece en su interior. Sea como fuere, es el ítem que, cuando se van a cumplir en unos pocos días 6 años desde que me lo compré, he estimado rescatarles para esta semana y en particular para esta entrada y salida de año que nos toca; además, para ello “Velvetina” también es muy apropiado. Sin más, y recordando que esta próxima semana tampoco habrá programas de estreno en nuestras emisiones (seguiremos con repeticiones), desearles un buen 2012 y que en el mismo sigan en nuestra compañía.
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jueves, 29 de diciembre de 2011

Concierto Fnac Music Festival. Madrid (27-12-2011)

Gran tarde/noche de música la que pudimos vivir el pasado martes 27 de diciembre de 2011 en el Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid, gracias a la organización de Fnac. Para la ocasión se escogieron 6 artistas o grupos, que todos juntos dieron lugar a un más que apañado cartel para celebrar esta 1ª edición del festival y de paso darle un toque musical a estos días tan navideños.

Nos presentamos en las inmediaciones del Palacio de los Deportes a las 18.00h, pero por un error protocolario a la hora de recoger las acreditaciones que teníamos, el fotógrafo que habíamos dispuesto para recoger las mejores instantáneas posibles del evento para el presente artículo, no pudo acceder a la zona cercana al escenario y desde el acceso de prensa nos mandaron a la entrada de la calle Goya y de ahí al interior. Nadie quiso ayudarnos a intentar lograr una posición mejor para nuestras fotografías (especial indiferencia y actitud algo borde por parte de un encargado de localidades que pululaba por la zona de la grada extensible enfrente del escenario). Por ello, las fotos de las 3 primeras actuaciones son laterales y cuando se fue poblando el recinto, retornamos a la zona habilitada para prensa, frente al escenario. El zoom se exprimió al máximo y las fotos que hay son las mejores que pudimos conseguir, no siendo grandes cosas.La puntualidad fue bastante escrupulosa y solamente hubo una demora lógica por el trasiego de grupos y roaddies en el escenario en las 2 últimas actuaciones. Por ello, a las 18.30h aparecieron en escena The Noises, grupo que dispuso a duras penas de media hora, y como diría Bunbury en “Alicia expulsada al país de las maravillas”, o mejor dicho parafraseando al ex-Héroes Del Silencio, fueron tan breves que cuando estaban empezando ya habían acabado. En los pocos minutos que estuvieron en las tablas, demostraron intensidad y mucho ritmo, dejando a la gente entonada para que Second llegaran con la gente en caliente. No había oído nada previamente de The Noises y la verdad es que no me desagradó lo que escuché en el festival, pero creo que tendré que escucharlos con más detenimiento, en casa y con buenos alimentos para emitir un juicio musical más sopesado. Arriba del párrafo, una imagen de The Noises en acción.Cierto es que el recinto se fue poblando poco a poco, y fue con Love Of Lesbian en el escenario cuando alcanzó su apogeo, pero para cuando los 5 de Murcia se presentaron ante la audiencia para defender su disco “Demasiado Soñadores”, la audiencia que ya se daba cita en el Palacio de los Deportes ya era considerable. Sean Frutos, Nando Robles, Fran y Jorge Guirao y Javi Vox, es decir Second, tuvieron que hacer encaje de bolillos para la selección de temas, dando lugar a una variante de set list con un comienzo bastante melancólico, ya que dispusieron los 2 singles de su último trabajo con “Rincón exquisito” intercalada entre “Muérdeme” y “N.A.D.A.”, para luego ir metiendo más energía de la mano de 2 trallazos como “Autodestructivos”, “Psicopáticos” y “Rodamos” para terminar la jugada. Abajo pueden ver la presencia de Sean Frutos sobre el escenario del Palacio de los Deportes.Realmente me sorprendieron Second, ya que me imaginaba un set list parecido al del Universimad del 15 de mayo de este año (que tan lejos me parece que queda a día de hoy), pero en lugar de descargar energía sin cesar, quisieron aportar más variedad. Y eso jugó a favor suya, ya que de haber apostado por un set list muy intenso, hubieran diferido poco de la propuesta acelerada y movida de sus predecesores en el festival The Noises.Por fin “Rincón exquisito” pudo sonar en un recinto a su medida y además sonó muy, pero que muy bien. Sin embargo fue “Autodestructivos” el tema que más se bailó y celebró (más si cabe que el final de actuación que supuso “Rodamos”) y desde aquí, por si no lo hemos dicho ya, apoyamos vehementemente a este gran tema como 3er. single de “Demasiado Soñadores”, aderezado de un buen videoclip; esta canción no merece menos. Sean se movió por todo el escenario a sus anchas, avanzando por la pasarela pasillo que se adentraba en el público e intentando transmitir ese carisma a las almas allí reunidas mediada la tarde del martes. Lo que sin duda demostró fue que claramente se coronó como el mejor vocalista del festival, en dura pugna con la también importante Eva Amaral, de la cual hablaremos cuando avancemos en el tiempo en el post. La acústica no jugó malas pasadas a Second y con el tiempo que tenían cumplieron de sobra y pusieron su bandera en un recinto realmente importante dentro de Madrid y nuestro país en general como es el Palacio de los Deportes. Espero que algún día el grupo alcance el suficiente apoyo de seguidores y repercusión como para verles en exclusiva en ese mismo recinto, siendo ellos el artista principal de un concierto. ¿Que nos quedamos con ganas de más? Pues sí, pero eso con Second siempre nos sucede, aunque toquen casi 2 horas como en el pasado concierto en los Teatros del Canal.Llegaba el turno para Christina Rosenvinge. Bueno, pues, ¿qué quieren que les diga? Mi relación (igualmente exigua) con la buena de Christina es cuanto menos peculiar. El caso es que a esta mujer la conocí en mi más tierna infancia cuando salía en “La Bola De Cristal” su videoclip del tema “El souvenir”, que me transmitía un mal rollo de alucinar, tanto por su clip como por su letra; es lo mismo que me sucedió con Mecano y su “No es serio este cementerio”, que a un niño de 5 años le pones imágenes de cosas destrozadas (un desguace de coches en el caso de Mecano y demoliciones con explosión en el caso de la Rosenvinge, que en aquellos días estaba con Alex de la Nuez, dando lugar a Alex Y Christina), y a no ser que seas un incipiente psicópata, no te suele gustar. Luego descubrí (aunque era anterior en el tiempo) su naif “¡Chas! y aparezco a tu lado” y le quité un poco el sanbenito de “tipa chunga”. Pero de ahí no he pasado. Vamos, que de su trayectoria, bastante prolífica en solitario desde entonces, ni flores.El caso es que Christina hizo algo muy complicado, dadas las condiciones del recinto: conseguir transmitirnos a todos la sensación de que estábamos asistiendo a un concierto en una pequeña sala; eso fue un punto muy a su favor. Su repertorio fue delicado e íntimo y ella, acompañada de sus músicos, se encargó de la guitarra y los teclados para defender su buen nombre en los poco menos de 40 minutos de los que dispuso. Supongo que algún día volveré a ver el videoclip de “El souvenir” y me pasará lo mismo que con Mecano, que ahora me gusta mucho su “No es serio este cementerio” y me parto de la risa viéndolo. Para no conocer el repertorio de Christina, apuntar que no me importunó y que ayudará a quitarme el yuyu algo irracional (cosa de la infancia) que me gasto con la Rosenvinge desde hace más de 20 años. Añadir que la moza se conserva fenomenalmente bien para su edad, y eso es algo que en cierta manera comparte o tiene en común con quien le cogería el testigo en las actuaciones.Sí, mi principal interés del cartel ya había pasado. ¿Hace falta que muestre otra vez mi devoción por Second? No, ¿verdad? Ya estarán cansados. No obstante, Iván Ferreiro siempre estará en mi listado particular de gente a la que admiro, respeto, me gusta su música y me apetecerá siempre ver en directo. Solamente tuve una experiencia previa con él y curiosamente en el mismo lugar, en aquel Festival Pobreza Cero de la primavera de 2006 (si no recuerdo mal). No sé si el mal rollo con Los Piratas, habiendo pasado por entonces no demasiado tiempo de su disolución (bueno, 2 años largos para entonces) y que estaba con la promoción de su primer disco, hicieron que aquel día Iván ignorara por completo el repertorio de la banda que lideró y con la que se dio a conocer. Esta vez no tuvo lugar ese feo a su historia grupal previa y Ferreiro ofreció unos 50 minutos de espectáculo musical muy equilibrado entre su obra en solitario y el legado de Los Piratas.No faltaron de sus composiciones en solitario “Extrema pobreza”, que dispuso de ese video que en parte lo considero una coña, ya que juega a envejecer de aspecto a Ferreiro, cuando este tío siempre me ha parecido (en cada una de sus etapas vitales) que tiene 10 años menos de los que tiene en realidad (por cierto, cada día me recuerda más al Peter Gabriel de la época de su 3er. disco, en lo que a aspecto físico se refiere) o contundencia tal como la que supone siempre “El viaje de Chihiro” de su primer disco (y que recordaba haber escuchado también en ese mismo lugar un lustro atrás).De Los Piratas, Iván Ferreiro rescató muchas cosas buenas para la ocasión, lógicamente todo ello motivado por la promoción de su último trabajo antología “Confesiones De Un Artista De Mierda” en el que Ferreiro recupera varios de los temas de su grupo anterior. Fue curioso escuchar una nueva versión de “Promesas que no valen nada”, más lúgubre que la original del grupo o un dueto con Santi Balmes de Love Of Lesbian (arriba una imagen del momento, aunque sea poco nítida) cuando tocaba oír “El equilibrio es imposible” (por cierto, se ve que se coló una canción antes a la hora de presentar al bueno de Balmes, y al darse cuenta dijo: “bueno, pues no voy a presentaros a nadie… ¡Que os den!”). De los minutos de Iván Ferreiro, quizás el tema más celebrado fue “Años 80” (que pensaba que volvería a contar con la presencia de Eva Amaral, al estilo de lo que hicieron Los Piratas en su concierto despedida en La Riviera en otoño de 2003), sin dejar de lado a “Mi coco”, la cual se dispuso en la recta final de los minutos de actuación. Como curiosidad, mencionar la rareza que supuso en el set list el tema “Tiovivo”, perteneciente a ese “Kid A” de Radiohead a la española que es el disco “Relax” de Los Piratas. En definitiva, una actuación notable de Iván Ferreiro, que daría paso al que a la larga fue el gran momento de la noche. Más del dueto con Santi Balmes en la siguiente foto.Que Love Of Lesbian están subiendo como la espuma, y con merecimiento, no es una novedad, pero su actuación en el Fnac Music Festival lo rubrica o pone de manifiesto. Este grupo es un caso parecido a Second (trayectoria desde finales de los 90, comienzo de repercusión de unos pocos años para aquí, primeros discos en inglés…). No es la primera vez que el grupo que no es cabeza de cartel es el que triunfa y tampoco es la primera vez que yo lo experimento en persona (recuerdo perfectamente a aquellos The Killers en Las Ventas en junio de 2007 en el Pepeworld Festival, cenándose con patatas al gran Billy Corgan y a sus Smashing Pumpkins adulterados en su formación). Cuando el día siguiente es laborable y el festival termina tarde, la cosa juega en contra del cabeza de cartel y eso le pasaría a Amaral, que aunque estaban previstos para las 22.40h y no hubo mucho retraso, ya les tocó igualmente salir a las 23.00h.Bueno, pues los catalanes Love Of Lesbian aparte de que disfrutaran de la mayor concentración de gente (ya había llegado casi todo el mundo y aún no se había ido nadie), se notaba que en la masa no solo había cantidad, sino especificidad, es decir, mucha gente que es fan, no sé si de John Boy, pero sí de Santi Balmes y sus compañeros. Y en efecto cuando la luz se volvió a apagar (por cierto, muy acertado por parte de la organización de poner videoclips en la pantalla gigante del escenario de telón de fondo, y más acertado aún repetir varias veces el de “Shiny soul” de Fuel Fandango), y cuando sonaron los primeros compases de “Club de fans de John Boy”, se notaba que la gente estaba muy entregada.Love Of Lesbian tiraron claramente de su último trabajo hasta la fecha, ese “1999 (O Como Generar Incendios De Nieve Con Una Lupa Enfocando A La Luna)”. No faltaron temas como la propia “1999”, en la que el grupo se sirvió de la compañía de Iván Ferreiro (compruébelen en la siguiente imagen), o la esperadísima (al menos por mi lado y la canción que más me gusta del grupo con distancia) “Allí donde solíamos gritar”, la cual se dispuso en una primera mitad de forma acústica, para posteriormente meter toda la maquinaria sonora y terminar su actuación en lo más alto.Tan solo fueron tres cuartos de hora de música, pero suficientes para que Love Of Lesbian confirmaran su buen estado de forma, no solo musical, sino social, ya que la gente lo vivió intensísimamente (bueno, cosa que también sucedió con Iván Ferreiro, sobre todo con ciertas fans que estaban un par de filas de asientos detrás de la nuestra); no en vano, siendo ello bastante significativo, mucha gente se marchó tras su actuación y eso teniendo después a un artista de la talla del grupo Amaral, es cuanto menos un insulto, a no ser que te tengas que levantar al día siguiente a las 4 de la mañana.Y es que yo a Amaral le debía una desde hace un par de otoños, cuando vinieron a las Fiestas Patronales de Torrejón de Ardoz, y por estar fuera de Madrid no poder ir a verles. Eva le echó valor y vino desafiante. Se notaba algo especial, como una mezcla de alivio, sufrimiento y emociones en Eva, ya que por un accidente de su batería, llevaban un tiempo sin poder actuar, viéndose obligados a cancelar varios conciertos últimamente. En cada intervención, Eva se mostraba solemne dirigiéndose a la audiencia, casi provocando un aplauso constante a cada una de sus palabras entre canción y canción, echando en una de ellas el órdago de decir que tocarían todos los temas de su último disco. Incluso nos dio alguna lección sobre el mundillo de la música cuando nos explicó quiénes eran los “backliners”, que son el personal que se encarga de tener afinados los instrumentos y tal; yo de toda la vida les he llamado “pipas” de forma coloquial, pero bueno.Y cumplieron su palabra de tocar “Hacia Lo Salvaje” al completo. De hecho, en los primeros compases ya apareció la fuerza y rotundidad del tema título, pero no por ello el grupo renunció a su repertorio de grandes clásicos como “Sin ti no soy nada”, la cual no se hizo mucho esperar a que sonara en el Palacio de los Deportes. Si me pongo a destacar los grandes momentos de la actuación de Amaral, me quedaré principalmente con 2. Primero, y quizás uno de los grandes puntos álgidos del Fnac Music Festival en general, fue la versión tan rítmica y rockera que hicieron de “Estrella de mar”, que dejó de lado las tendencias electrónicas para provocar una sacudida increíble; yo, sentado en esos momentos, al término de la misma me puse en pie para aplaudir tan a rabiar como Orson Welles en cierto pasaje de la película “Ciudadano Kane”. Y sin duda, otro momento muy esperado y celebrado en general, fue “El universo sobre mi”. En su día cuando vio la luz no me llamó mucho la atención, pero a día de hoy es mi tema favorito de Amaral y afirmo que es una de las mejores canciones, sino la mejor, que vieron la luz en la pasada década.“Revolución”, no era para menos, también puso todo patas arriba, con Eva esforzándose en gritar con un megáfono al comienzo de la canción. Del nuevo disco, el cual no he escuchado aún al completo, me convenció mucho “Van como locos” y es que Eva se encargó de que todo saliera a la perfección, aleccionando al público para hacer unos coros que hicieron retumbar las paredes del pabellón, con ensayo previo incluido. Muy buen tema éste, me gustó notablemente.Un artista tiene que ser de palabra. Eva prometió tocar cada una de las canciones que forman parte de su último disco, y con las luces ya encendidas, las cuales te invitan a tomar el camino a casa, salió y se marcó la última canción de la noche (no hubo narices a cortarles la corriente del escenario, hubiera faltado más) con el Palacio de los Deportes completamente iluminado, momento que aproveché para bajar a pie de pista y sacar la foto más cercana que pude; lástima que me saliera borrosa. Abajo la prueba.Eran las 00.50h y Amaral habían ofrecido su show desde las 23.00h. Parecía increíble, ya que la sensación fue que el concierto hubiera durado una hora escasa. Ni nos dimos cuenta de cómo pasó el tiempo. Amaral tuvieron tiempo para remontar y conseguir momentos de gran complicidad con el público, siendo este menguante progresivamente a medida que iban pasando los minutos ante las horas tardías que se alcanzaban. Juan Aguirre estuvo centrado en sus cuerdas, como es habitual, y salvo alguna tímida cosa que soltó al micrófono, se mantuvo en un discreto segundo plano de protagonismo. Eva hizo gala de esa voz tan personal y su buena labor como vocalista. Al micrófono solamente Sean Frutos de Second estuvo a tan buen nivel, como ya hemos comentado antes.Con menos frío de lo esperado enfilé el camino hacia la avenida de América para esperar esos malditos búhos nocturnos del Corredor del Henares, que “tanta frecuencia” de paso tienen (tradicionalmente uno cada hora, a las en punto, y llegué a la parada a las 01.15h en esta ocasión, sufriendo 3 cuartos de hora de eterna espera). Llegando a las conclusiones, decir que el Fnac Music Festival en su 1ª edición fue un más que notable éxito. La venta de entradas funcionó más que bien y la asistencia de público al Palacio de los Deportes rozó el lleno en sus momentos de máximo apogeo cuando Love Of Lesbian eran los amos y señores del escenario. Todos los grupos y artistas estuvieron a un más que aceptable nivel, pero creo que por el ambiente vivido y por su actuación en sí (bastante intensa por lo general) Love Of Lesbian fueron los auténticos triunfadores de la noche. Amaral, quizás a priori, se suponía que serían sin discusión los más destacados del evento, pero tuvo en su contra la hora tardía de salir a escena. No obstante, lucharon contra los elementos y con la seguridad de disponer de la actuación más larga en duración para conseguir sellar una digna actuación, recibida por el público de forma cálida. Flanqueando el presente párrafo, 2 imágenes más de la actuación de Love Of Lesbian.Los mimbres están dispuestos para próximas ediciones. Supongo que tras la acogida de su primera edición, el Fnac Music Festival se celebrará en más ocasiones. “Discos, música y reflexiones” confiará en estar allí para contarles nuevamente lo que acontezca en el mismo. En tanto a esta edición, finalizo agradeciendo a la gente de Get In, Amaia Nuin y Nacho Gamboa, nuestra acreditación para el evento. Sin embargo, no podemos decir lo mismo de un tipo que tenía pinta de responsable de la organización de localidades, el cual pasó olímpicamente de nosotros, no pudiendo tener acceso a conseguir unas mejores imágenes del evento para el presente artículo. No obstante, para donde pudimos situarnos, creo que el trabajo no está tan mal. Es curioso que a esta hora que publicamos el artículo se está dando lugar en el Palau Sant Jordi la edición del festival en Barcelona… ¡Qué cosas! ¿Verdad? Espero que el post haya sido de su agrado.
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sábado, 24 de diciembre de 2011

ABC - Up (1989)

Primero de todo: ya está abierta la VI Edición de los Premios 20Blogs. Participamos en la categoría de música y el plazo de votaciones ya ha comenzado. Si ustedes participan en el concurso y estiman que nuestro trabajo se merece un reconocimiento en su categoría, agradeceríamos mucho que nos otorguen el voto del que disponen en la misma. Para ejercer el mismo, simplemente diríjanse a este link: http://lablogoteca.20minutos.es/discos-musica-y-reflexiones-1578/0/

Dicho esto, pasemos a lo estrictamente musical. Lo fácil para acceder al grupo liderado por Martin Fry a la hora de escoger un disco de su trayectoria, es tomar por mano el debut, ese básico “The Lexicon Of Love”, paradigma del movimiento neorromántico y en definitiva un ítem interesantísimo de funky blanco en estado puro, con una selección de canciones maravillosas. Y en este blog tampoco fuimos muy originales, ya que la primera y hasta hoy única vez que ABC han desfilado por el blog fue de la mano del citado “The Lexicon Of Love” hace ya tres años (¡Cómo pasa el tiempo! Durante esta semana pensaba que el post era de 2009, pero no, fue publicado en diciembre de 2008).

Menos común es ir avanzando en la trayectoria del grupo, la cual a medida que fueron pasando los años tuvo una menor repercusión mediática y comercial, pero no necesariamente asoció una bajada de la calidad musical. Personalmente estimo que gran parte de los trabajos de ABC son bastante acertados, más allá de su debut, o al menos incluyen algún tema reseñable y que realmente te guste.

En esta ocasión viajamos a la 2ª mitad de los 80, y además a finales de década, unos tiempos comúnmente difíciles para muchos grupos que vivieron sus días de más éxito a comienzos del decenio. Son varios los ejemplos y ABC no eran una excepción. A pesar de que su anterior trabajo, su 4º disco de estudio lanzado en 1987, titulado “Alphabet City”, incluyó algún que otro tema válido como “King without a crown”, el lp es bastante irregular y también guarda en su interior patinazos (al menos desde mi punto de vista) como la fallida “When Smokey sings”.

En estos días, el grupo se componía básicamente de Mark White y el bueno de Martin Fry. Ya no había lugar para componentes serios del palo de los ex-componentes Stephen Singleton, Mark Lickley o David Palmer, o de elementos de atrezzo como David Yarritu o Eden, que ridiculizaron el resultado musical del digno “How To Be… A Zillionaire!” de 1985. Ahora el grupo viraría a los sonidos del house suave, el northern soul y el acid jazz, en un trabajo muy bailable y dinámico, que se vino a llamar sencillamente “Up” y que es el objeto de análisis del post de hoy para seguir reivindicando el más que excelente material que los ABC nos regalaron desde sus comienzos.

“Nunca más que ahora”, y qué verdad, es lo que dice Martin en la primera canción, y que a la frase que le da el título al corte. “Never more than now” no es baladí y ya muestra las formas básicas de este disco, con unas bases funky cercanas al dance y al soul, con un gran ritmo y en todo caso un tema que despliega un envite al baile difícil de no aceptar. Una de las características de este disco es que ofrece un listado más corto que cualquier trabajo anterior, pero todos los temas ofrecen una duración bastante más extensa en minutos. Hubo 2 singles extraídos del disco, los cuales se sitúan seguidos en “Up” en el 2º y 3er. lugar del listado. Primero llegamos al 2º single, la canción “The real thing”. Resulta irresistible los teclados y secciones de viento de este animado tema, bastante incisivo y obsesivo en su ritmo, con un estribillo sencillo “nada excepto la cosa real es real”. El 1er. single de la obra fue la 3ª composición en el orden de canciones. “One better world” obtuvo un resultado más bien tibio en los charts, tibio tirando a fresquito, y en el mismo, además de hacer una fuerte defensa de la unidad internacional y del loable fin de obtener en definitiva un mundo mejor, se ofrece un sentido musical muy festivo y en parte apreciamos algo de fusión en los coros que incluye. Martin se afana en menciona a los políticos en la letra, llamando su atención, pero el problema es que aunque la canción es resultona y no suena nada mal, aparte de levantar el ánimo por su carácter desenfadado, jovial y luminoso, no tuvo apenas repercusión a nivel comercial. Una lástima y en todo caso un indicativo de que ABC tendría difícil recuperar el éxito que lograron en sus primeros pasos por mucho empeño y buen material que dispusieran al público. “Where is the heaven?” tiene un toque más reflexivo, o al menos tiene un puntito melancólico en su melodía, que le otorga algo especial, ya que de momento hemos encontrado mucho baile, ritmo y movimiento en las bases instrumentales y en las estructuras generales de las canciones, pero con un toque muy vitalista. Estimo que a esta “Where is the heaven?” le falla algunas partes de la letra, algo forzadas, pero su resultado global es aceptable y se agradece un ligero viraje en el enfoque o sentir transmitido por las pistas que estamos escuchando en “Up” hasta el momento.Iniciamos la 2ª parte de la obra de forma inmejorable, retornando al toque dance y de northern soul inestimable de “The greatest love of all”. Esta pieza del disco se enfoca desde un prisma de club nocturno en sus ritmos, con un cierto misterio ya ofrecido por el tono sensual y casi susurrante de Martin Fry en el micrófono, acompañado correctamente por algún que otro coro femenino que le suma más sensualidad si cabe. Un acierto de composición, que seguramente hubiera sido el 3er. single de haber tenido el disco un mayor éxito y haber sido valedor de una mayor promoción. Una pena, y en todo caso por ello es necesario recuperar la escucha al completo de “Up”, ya que de lo contrario se la perderán. Pero en esto último también abunda otra gigantesca joya oculta que es la canción “North”. Esta misma fue objeto de inclusión en aquel recopilatorio “Master Series” que por navidades de 2000 me compré en los grandes almacenes de la calle del Carmen de Madrid, cosa que ya comenté en el post de “The Lexicon Of Love” (creo que no procede repetir todo aquello). Lo que sí caigo es que sirva este post como conmemoración en el 11º aniversario particular del inicio de mi relación musical formal con Fry y compañía (cosa que les aseguro que me acabo de dar cuenta mientras escribo el post y que no estaba premeditado). Si “North” sin ser single se incluyó en un recopilatorio del grupo, por algo será. Es quizás el momento del álbum en el que mejor se consigue el balance entre ritmo y baile con cierto sentimiento o toque emotivo en su melodía. Los coros femeninos son maravillosos y muy acertados y Martin Fry alterna y cambia sus registros vocales y entonaciones a la perfección para dar lugar a una de las grandes joyas ocultas absolutas de la discografía del grupo. Ya solo por esta canción “Up” merece, y mucho, la pena. Los elementos de viento le dan ese toque nocturno de baile tan apropiado y un ligero toque romántico, lo cual inevitablemente siempre traslada la línea de un saxofón correctamente ejecutado. “I’m in love with you” es la composición claramente más hedonista de la obra. Por el simple hecho de poder escuchar al bueno de Martin Fry ofrecerse a las voces con ese falsete, se puede intuir o apreciar la ligereza de esta composición. “I’m in love with you” nos sumerge durante sus minutos de duración en un mundo de relajación y sensualidad para prepararnos de cara al capítulo final, que es mucho más emotivo y sentido. No se puede terminar de mejor manera que con “Paper thin”. Igual que en su día en el injustamente infravalorado (quizás por la estética del grupo en los días que el mismo vio la luz) “How To Be A… Zillionaire!” terminaba con la monumental, íntima y preciosa “Between you and me” (también acertadamente incluida en aquel “Master Series” que me compré hace 11 años), aquí también se le concede el cierre a otra canción muy sentida y a otra de las grandes baladas de ABC. Quizás es la vez que más choca su toma de parte en el conjunto de un disco de la banda, ya que aquí el sentido del baile es muy elevado y quizás descuadra y supone un epílogo exótico para dar el carpetazo a la obra, pero en todo caso es una delicia y otra joya oculta de ABC. La misma es una composición de hace tiempo, ya que en las propinas incluidas en las remasterizaciones y posteriores reediciones de “Up” se incluye la toma demo del año 1986, que si cabe es más sentida y atenazadora. En definitiva, un lujo para darle el final formal a la obra, aunque en las últimas ediciones en cd hay una dosis generosa de remixes de algunos de los temas más destacables del disco, es decir, de los 2 que fueron single y del que hubiera sido el 3º en caso de haberlo habido, no obstante, y para no perder el toque del disco, igualmente se cierra con la versión demo de “Paper thin” para no alterar ese final formal tan excelso.

El que fuera 5º trabajo de estudio de ABC para nada supuso un éxito para la formación. Aunque el grupo hizo el esfuerzo de adaptarse a los nuevos sonidos de baile que más aceptación tenían en aquellos días y que conformaban la moda sonora de finales de los 80, eso no les ganó nuevos adeptos y supongo que en parte el grupo perdería parte de los aficionados o seguidores iniciales o simplemente muchos de los fans no acérrimos perdieron el interés por el grupo.

Fry y White dejaron la elegancia que habían retomado en “Alphabet City” para vestirse de forma colorida y desenfadada (aunque no con unos tintes tan horteras como los del año 1985) y bueno, es bastante hilarante ver a Mark White con una medio melena rizada en el video de “One better world” muy animado y con un look que durante mucho tiempo me recordaba a un jugador de fútbol del RCD Espanyol y del Deportivo de la Coruña que se llamaba Sergio.

Vamos, que la caída libre de ABC se confirmaba y el grupo se reafirmó en su siguiente disco “Abracadabra”, siguiendo con la profesión de la orden del northern soul, pero en este caso de forma mucho menos acertada y con una lista de canciones con menos gancho sonoro y emocional en el paquete; aunque “Abracadabra” tampoco está nada mal en su conjunto, lo que pasa es que estimo que no llega al nivel de su predecesor tratado en el presente artículo.

No sería hasta el 96 cuando Fry retornara con “Skyscraping”, sin Mark White ya a su lado, pero con la curiosidad de Glenn Gregory de Heaven 17 como acompañante, del cual es muy destacable la canción que concede el título a este disco tardío y tristemente decadente.

“Up” supuso el fin de los días felices de ABC. Ya se sabe que los 90 no fueron benévolos con casi ningún grupo de la década anterior y ABC no fueron una excepción en este apartado. Con este disco de portada sencilla, con Fry y White sacados en primer plano en blanco y negro, el grupo firmó un disco que no se valoró en su día lo suficiente y que creo que a día de hoy todavía sigue siendo injustamente nada recordado. Poco a poco se está haciendo justicia con “How To Be A… Zillionaire!”, pero creo que quizás a “Up” le falte un tiempo para reconocerle los méritos. Esperemos que desde aquí hayamos puesto la primera piedra de toque.

Terminamos diciendo que no habrá estrenos radiofónicos en nuestro programa durante los próximos miércoles ni en &radio ni en RUAH. En los horarios de emisión podrá escuchar repeticiones de programas anteriores. Retornaremos el miércoles 11 de enero con nuevo material. Lo que no haremos es tomarnos vacaciones en el blog. Aquí seguiremos con nuestro post semanal en pro de recuperar discos para su escucha detenida. Bueno, y por último desearles feliz navidad y esas cosas.
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jueves, 22 de diciembre de 2011

Discos, música y reflexiones cubrirá en Madrid el Fnac Music Festival (27-12-2011)

No hay mejores fechas ni mejor lugar que para celebrar un festival con varios de los grupos más granados del panorama nacional. Y es que Fnac, claro difusor y prisma a la hora de buscar ítems culturales que comprar (en mi caso particular y de varios de mis colaboradores en nuestros coloquios radiofónicos, las peregrinaciones a su centro referente de Callao en Madrid son abundantes), se ha decidido a montar su festival musical por todo lo grande, tanto en Madrid como en Barcelona, para este periodo navideño.

El cartel es muy interesante en ambas sedes, pero nosotros nos encargaremos de cubrir lo que depare la fiesta este próximo 27 de diciembre en el inmejorable escenario del Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Posteriormente a la celebración del evento, tendrán aquí la correspondiente crónica del espectáculo, pero huelga decir que animamos a vivir la experiencia de primera mano, ya que la lista de artistas merece, y mucho la pena.

Si acuden este próximo martes al Palacio de los Deportes, podrán ver en directo a bandas que están a la vanguardia del panorama indie nacional, como nuestros siempre defendidos a capa y espada Second (en su mejor momento tras grabar hace unos días su nuevo trabajo en directo), The Noises, y los chicos liderados por Santi Balmes, Love Of Lesbian. No obstante, dentro del programa nos encontramos con otros 2 buques insignia de la música de más calidad de nuestro país, de la mano de Christina Rosenvinge y el ex-Piratas Iván Ferreiro. Además, si los cabezas de cartel son Eva Amaral y Juan Aguirre, la rúbrica es perfecta.

¡No os lo perdáis! Las entradas a precios muy razonables, teniendo en cuenta la cantidad de horas de música que se van a vivir y los artistas que toman parte del festival, las podéis conseguir en los propios centros Fnac, Servicaixa y Ticketmaster. Recomendamos la asistencia y que luego se den un paseo por nuestras tierras o dominios para ver la crónica de lo que vivamos en el Palacio de los Deportes el próximo día 27. ¡Ah! Y para quien le coja mejor Barcelona, el cartel, aparte de tener muchos artistas en común, tampoco tiene desperdicio. En la imagen del cartel que encabeza el artículo pueden echar un vistazo.

Terminar el presente post agradeciendo a la gente de Get In, Amaia Nuin y Nacho Gamboa, nuestra acreditación para poder cubrir el evento como medio de comunicación.
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sábado, 17 de diciembre de 2011

U2 - Achtung Baby (1991)

Hace poco el bloggero Nimboestrato, seguidor habitual (y desde hace ya tiempo) de esta bitácora, me propuso a través de las redes sociales (Twitter más concretamente) que por qué no hacía el post correspondiente al análisis del disco “Achtung Baby” de U2 ahora que se cumplen 20 años de su edición y que la efemérides se ha conmemorado con una de las ediciones coleccionistas más apabullantes que se han visto en la historia de la industria discográfica. Uno es amigo de atender las propuestas razonables y lo planteado por Nimboestrato creo que lo es por lo apropiado del momento.

En todo caso, aquí nos vamos a centrar en analizar y revisar el disco original y no nos meteremos en diseccionar el nuevo paquete para coleccionistas que ha sido editado, el cuál creo que contiene de primeras 6 cds y no sé cuántas más cosas. “Achtung Baby” dispone de 12 canciones realmente estupendas en la mayoría de los casos, que ya permiten extenderse en demasía al hablar sobre ellas casi sin proponérselo. En este año he intentado sintetizar los post, no divagando tanto, pero no sé si hoy me será posible comprimir mis pensamientos y reflexiones sobre U2, este disco suyo y la época que vivían cuando lo sacaron al mercado.

Pongámonos primero en antecedentes. El anterior trabajo de estudio de este mítico cuarteto irlandés compuesto por Bono como vocalista, The Edge a la guitarra, Adam Clayton al bajo y Larry Mullen Jr. en la batería databa de 1987 y con el mismo U2 se convirtió en el nuevo fenómeno del rock mundial. “The Joshua Tree”, sobre todo gracias a sus 3 principales singles, que a la vez coinciden con sus 3 primeras canciones en el track list, supuso un estremecimiento brutal en el mundo de la música y terminó de consagrar a unos U2 que ya habían mostrado maneras muy interesantes en sus 2 anteriores discos “War” y “The Unforgettable Fire”, en los cuáles ya había aparte de buenas melodías mensaje social y político en las letras.

El éxito de “The Joshua Tree” permitió una promoción larga, con una gira por Estados Unidos que quedaría inmortalizada en el irregular pero efectivo “Rattle And Hum”, del cual salió otro éxito en forma de número 1 como single de título “Desire”, que mostraba a los U2 más cercanos al rock clásico y con un claro guiño a su público de Estados Unidos, tierra por la que Bono siempre se sintió atraído.

Sin embargo, lo mejor de “Achtung Baby”, disco protagonista del presente artículo y siguiente entrega de Bono y cía. 4 años después de “The Joshua Tree” es que demuestra que U2 no cayó en la autocomplacencia ni en la inercia del éxito, sino que el grupo buscó innovar. De ese concepto o enfoque más clásico en “The Joshua Tree” se pasa a la introducción de un componente más electrónico y eléctrico que le daría una fuerza, contundencia y ritmo a las canciones increíble.

También se produjo un cambio de estética, y del pelo con coleta de Bono, sus chalecos sobre su torso desnudo y los pantalones vaqueros con botas texanas, se pasó a la chupa de cuero, una medio melena engominada y unos pantalones oscuros ajustados para dar forma a uno de sus primeros alter-ego en la forma de The Fly (igualmente título de una de las mejores composiciones de la nueva obra). Esto de los personajes que se creaba Bono sería considerado como una ida de olla del cantante, pero en todo caso forman parte clarísima de la estética y actividad de U2 en los 90, al menos durante su primera mitad. Creo que como introducción ya está bien. El disco habla por sí solo. Pasemos a analizar cada uno de sus temas y luego abordamos las conclusiones y panorama posterior que afrontarían U2 tras su publicación.

Las corrosivas guitarras de The Edge y la cáustica batería se abre paso en los primeros compases, para posteriormente entrar Bono con sus coros y luego poder escucharle medio distorsionado, con ese enfoque ácido y poco amable que caracteriza a “Zoo station”. Es una declaración de intenciones este comienzo, alejado del rock tradicional profesado en “The Joshua Tree” y también en un single como “Desire”. Se aprecia desde este comienzo, bastante cañero, que no nos vamos a encontrar más de lo mismo y que parecía que el grupo evolucionaba. Primer clásico en el 2º lugar del set list con “Even better than the real thing”. Junto a la posterior “The fly” tema paradigmático de “Achtung Baby” y claro definidor de su sonido rockero, pero con unos matices eléctricos y electrónicos evidentes. Bono se muestra hedonista en esta composición en la que las guitarras de The Edge apuntalan claramente su leyenda. No obstante, es curioso que “One”, que es la siguiente composición que escucharemos, sea el tema más recordado a nivel colectivo. Personalmente estimo que para los seguidores reales de U2, al margen de que sea un grupo que guste de forma generalista a un amplio porcentaje de la población, hay una mayor estima por la previa “Even better than the real thing” o “The fly” por su significado en la obra de los irlandeses. Sin embargo, no podemos negar la evidencia de que “One” es una composición bonita, de las más sentidas y acertadas de U2 en el plano de las baladas de amor o desamor, y que nos hace mirar con nostalgia el pasado con respecto a patinazos no muy lejanos en el tiempo como “Sometimes you can’t make it on your own”. Las guitarras de The Edge suenan calidas y Bono se muestra como un vocalista perfecto en esta composición de sentir desesperanzado que tanto encanto le confiere. La letra es destacable de principio a fin, muy acertada y emotiva, muy emotiva. Un gran tema y un clásico del repertorio de los irlandeses, que se mereció la grabación de más de un videoclip promocional (muy acertado es ese que muestra a Bono sentado en una cafetería). Retornamos a las texturas eléctricas animadas de las guitarras afiladas de The Edge en otro tema que es paradigma del nuevo sonido de U2 en aquellos días, la acertada “Until the end of the world”. Me resulta algo gracioso la interpretación dejada de Bono ante frases como “tú estabas comportándote como si fuera el fin del mundo”, claramente quitando importancia el bueno de Paul Hewson a la cosa. Pasamos a un sentir más propio de “The Joshua Tree” con “Who’s gonna ride your wild horses?”, aunque no podemos obviar que hay matices de la producción que la acomodan al conjunto de “Achtung Baby”. No obstante, el sentir épico está cercano en su estribillo a ratos a esos pasajes que dejan sin aliento de “Where the streets have no name”. Quizás tanta carga emocional en esta pista hace más que necesario un medio tiempo, y eso se consigue de forma balsámica en la comedida y coqueta “So cruel”, un tema que quizás en los primeros momentos se te puede pasar desapercibido, pero con el tiempo acabas identificando y celebrando que la escucha llegue a sus tierras. Bono nuevamente está excelente como vocalista en esta pieza que no deja de resultar algo exótica en la envoltura de este rock eléctrico de “Achtung Baby”, con esa cadencia rítmica tan tranquila en la base con la batería tan orgánica de Larry Mullen Jr.; como curiosidad, porque quizás no se percaten de ello, decirles que “So cruel” es el tema más largo en duración de la obra, cosa que me parece increíble, porque se me pasa volando su escucha.Llega para mi gusto el gran momento de la obra. El paradigma del cambio de U2. Si además fue escogido como 1er. single por algo será. “The fly” combina todos los elementos de evolución sonora del grupo y sobre todo destaca por varias partes de las guitarras de The Edge que son de lo mejor que este hombre ha hecho a lo largo de su carrera como músico. La letra es solemne y en el videoclip tan nocturno, lleno de proclamas rotundas en pantallas luminosas, muestra a Bono poseído por su alter ego que precisamente coge su nombre o apodo del título de la canción, con esas gafas de sol enormes cuáles ojos de mosca y ataviado con ese look rockero o cyberrockero con las chupas de cuero y demás. Monumental tema, dispuesto estratégicamente en mitad de la obra, pero que sin embargo y de forma injusta está a la sombra de la balada para todos los públicos “One”. El sonido Madchester, tan en boga en aquellos días, también es una evidencia en parte, solamente en parte, dentro de “Achtung Baby”. El pasaje donde más claramente se ve eso es en “Mysterious ways”, que por lo visto Bono dedicó a su hijo. Bajo mi punto de vista es el tema más flojo de la obra, pero afirmar esto solamente pone en alza el valor del disco, ya que para nada este tema es malo; ójala U2 a día de hoy pudiera componer a la altura de esta pieza. Fabulosa balada nocturna, no solo por que se mencione a las 6 de la madrugada en su letra, nos encontraremos ahora con “Tryin’ to throw your arms around the world”. Un día regresando de juerga a esas horas (o quizás un poquito antes) dio la casualidad que tenía el disco en la cadena de música de mi cuarto, y antes de dormirme me la puse. Les recomiendo que hagan la prueba, ya que he experimentado pocas veces una conjunción de sensaciones parecidas a las que sentí al escuchar este tema, con la luz de las farolas entrando por las ventanas de mi cuarto, mientras que mi cuerpo iba quitándose de encima el frío de la madrugada ya dentro de la cama. No obstante, es un tema que suena bien a la hora que suene. Ahora, mientras escribo esta parte del post, son las 16.21h y tampoco queda nada mal con ese lento decaer del sol a estas horas en estos últimos días de otoño. Estamos ante una composición delicada, sentida, emotiva y muy bonita. De las grandes joyas ocultas del disco, pero es que “Achtung Baby” tiene varios ejemplos de canciones no tan conocidas que son de 10 sobre 10. Otro ejemplo, más cercano al carácter rockero electrónico del disco es “Ultraviolet (Light my way)”. No obstante, la fuerte carga emocional del estribillo, con ese “Nena, nena, nena, alumbra mi camino”, hace que pueda suponer la perfecta unión entre el sentir de pasajes de “The Joshua Tree” con “Achtung Baby”. En tanto a este tema, un colaborador habitual de nuestros coloquios (de hecho el único que ha asistido a todos de momento) Mariano González, hizo un post en su blog acerca de este tema. Les dejo aquí el link para que le echen un vistazo y de paso promocionar su trabajo como bloggero, el cual no entiendo por qué no se da más empeño en sacar a la luz, pinchen aquí . Sencillamente fenomenal y muy pegadiza, además de sonar bastante heroica. Me encanta. “Acrobat” se muestra como uno de los momentos de mayor rabia vocal empleada por Bono. Sin hacer uso del sonido eléctrico más potente, “Acrobat” destaca por ser de los momentos más contundentes de la obra, que a su vez pondrán el puente de plata al final de la obra, concretado en la desgarradora y nuevamente emotiva “Love is blindness”. Una balada sombría y amarga, que a su vez puede considerarse como ítem o ejemplo pocas veces tratado por U2 en su discografía, pero que en esta ocasión afrontaron de forma magistral.

U2 tardaron 4 años en editar nuevo disco tras “The Joshua Tree”, pero esta espera les permitió entregar un trabajo perfecto y que para nada redundaba en las formas que profesaba el disco que permitió a los irlandeses dar ese salto de calidad en 1987 y que les encumbró como las nuevas promesas del rock tras llevar un tiempo rondando la corona mundial musical con “War” y “The Unforgettable Fire”.

“Achtung Baby” superó las expectativas, las cuales ya eran de por sí elevadísimas, lo cual, como ustedes entenderán, no era nada fácil. La locura se tornó en demencia desbordante, con U2 inaugurando un canal propio de televisión, Bono creándose alter egos como el mencionado The Fly y más tarde Mr.Macphisto, haciendo una gira descomunal mundial, con un montaje que quitaba el hipo y en mitad de todo ello, allá por 1993 (no vean ustedes si dio de sí la promoción del disco; no era para menos), sacar nuevo disco, que ya no gustó tanto a todos.

Y es que “Zooropa” les supuso un duro golpe de crítica y de parte de sus seguidores, que ya no vieron con buenos ojos el que se girara un poco más la rueda de matices electrónicos en el sonido del grupo. Consecuencia de ello el grupo tardaría ya otros 4 años en editar “Pop”, aunque eso sí, con canciones y cosas interesantes entre medias, como esa colaboración con el tenor Luciano Pavarotti en “Miss Sarajevo” o la correcta “Hold me, thrill me, kiss me, kill me” para una de las películas de la saga de Batman de mediados de los 90; si hasta Clayton y Mullen Jr. se hicieron un tema instrumental para “Misión Imposible” y el grupo colaboró activamente en la canción “Goldeneye” del regreso de James Bond de la mano del paniaguado Pierce Brosnan.

Lo que pasa es que “Pop” se llevó más palos aún que “Zooropa” y luego en el nuevo siglo el grupo se bajó los pantalones, retornando con más miedo que vergüenza a las formas rockeras, pero con poco sentimiento o emoción en sus melodías (lo peor que le puede pasar a un grupo: que no suene mal, pero que a la vez no emocione). Esta es mi opinión, pero habrá otras, faltaría más. Ya reivindiqué a “Zooropa”, siendo el primer post de U2 que publiqué en el blog, y ya romperé una lanza por “Pop”, pero hoy toca quitarse el sombrero ante uno de los discos más importantes editados en los últimos 30 años. Es difícil estar a la altura de la obra cuando se escribe de ella, de hecho no creo que lo haya estado, pero bueno, estas son mis impresiones y termino ya, porque me da la impresión que podría haber hablado mucho más sobre el disco y un servidor de ustedes tiene vida al margen de este blog. Que ustedes lo pasen bien con “Achtung Baby”, ese disco que recoge ese curioso collage de imágenes en su portada; siempre es una gloria poder pasar una hora de buena música en su compañía.

De nuestro programa de radio, decirles que este miércoles será nuestro último estreno del año y que hasta el 11 de enero no habrá más programas nuevos los miércoles, sino que se emitirán repeticiones, como ya sucede en &radio los lunes, martes y jueves a las 21.00h. Este miércoles pues, a las 23.00h en RUAH y a las 21.00h en &radio sonará el programa que dedicamos a Level 42 y su disco “Standing In The Light”. Pedirles por otro lado disculpas por el fallo de emisión en ambas radios este pasado miércoles de la 1ª parte del Especial Mecano que anuncié por las redes sociales, y recordarles que el audio del programa sobre The Specials y su primer disco ya está subido a nuestro perfil de Ivoox para que se lo descarguen o al menos lo escuchen.
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sábado, 10 de diciembre de 2011

Simple Minds - New Gold Dream (81/82/83/84) (1982)

No sé si será casualidad, pero antes de que me enterara de que Simple Minds van a estar de gira con sus 5 primeros discos en los próximos meses, ya tenía en mente abordar la estela de esta banda escocesa, la cual ha tenido poco tratamiento en el blog hasta la fecha. El único artículo que hemos dedicado al grupo corresponde a la revisión de uno de sus últimos discos, el muy válido “Black And White (050505)” del año 2005.

Sin embargo, para más casualidad, el disco que tenía pensado recuperar, y de hecho recupero para el presente artículo, corresponde a ese quinteto de obras recuperadas para la gira actual del grupo, siendo el 5º trabajo de estudio de la banda, el que quizás les permitió un avance mayor de cara al éxito que conseguirían un par de años más adelante.

Desde sus orígenes derivados del punk, en los días en los que el grupo se hacían llamar Johnny And The Self-Abusers, Simple Minds mostraban una evolución sonora imparable que les llevó a editar aquel debut “Life In A Day” en el que se apreciaba algún lejano regusto punk de sus inicios, para posteriormente comenzar a introducir otro tipo de inquietudes vanguardistas y experimentales en el siguiente “Reel To Real Cacophony”, las cuales estallaron en el 3er. álbum, de corte algo más oscuro y bailable “Empires And Dance” (impagable título y portada del mismo).

Se siguió aproximando esa evolución en el pack que suponen el ep “Sisters Feelings Call” y el álbum “Sons And Fascination”, pero lo que sería el conseguir el producto acabado y perfeccionado, equilibrando parte comercial e inquietudes experimentales se rubricaría en el disco “New Gold Dream (81/82/83/84)”, que en su día no pasaría, pero cualquiera que vea ahora su título puede llevarse a extraños pensando que es un recopilatorio de sus trabajos de 1981 a 1984, cosa no lógica cuando salió a la venta ya que su edición fue en 1982.

Aquí vendrían los primeros éxitos comerciales y mayoritarios del grupo liderado por el vocalista Jim Kerr, perfectamente escudado principalmente por el guitarrista Charlie Burchill y el teclista Michael MacNeil. La culpa la tendrían sobre todo “Promised you a miracle” y “Glittering prize”, pero pensar que “New Gold Dream (81/82/83/84)” es simplemente el disco al que pertenecen estos 2 temazos sería un error. Hay muchas cosas interesantes en su interior, joyas ocultas, que pasaremos a desgranar ya mismo.

Se comienza con el predominio de los teclados melancólicos de MacNeil al servicio de un Jim Kerr ajustado a esas sensaciones que transmite la melodía en “Someone, somewhere in summertime”. Se trató del 3er. single en discordia, y en todo caso es un pequeño clásico por lo general bastante celebrado por los seguidores acérrimos de Simple Minds. Quizás su estribillo, consistente en el título del tema, no me parece del todo adictivo, pero las melodías de los teclados de MacNeil son algo a muy destacar dentro de este notable tema. El experimentalismo sigue presente en el grupo, lo cual se puede ver en la posterior “Colours fly and Catherine wheel”. Los ejercicios sintéticos, esqueléticos y espasmódicos que a ratos podíamos apreciar en “Reel To Real Cacophony” alcanzan aquí su punto álgido y perfeccionado, en una canción sinuosa y misteriosa, pero que extrañamente me transfiere una luminosidad bastante chocante a priori. En todo caso, no podemos negar que el enfoque de este 2º corte de “New Gold Dream (81/82/83/84)” resulta elaborado y para nada evidente. Nos encontramos ahora con uno de los clásicos que han permanecido realmente en el tiempo del álbum. “Promised you a miracle” destaca principalmente por el papel de MacNeil y esas notas tan rimbombantes de sus teclados y el éxtasis vocal transmitido por Jim Kerr al micrófono. No obstante aquí el bueno de Burchill tiene algunas partes de guitarra que suma matices rock al tema y que puede anticipar los siguientes pasos que daría el grupo en su posterior disco “Sparkle In The Rain” y el masivo “Once Upon A Time” en los que las cuerdas del guitarrista del grupo alcanzarían un mayor protagonismo. Estamos en todo caso ante un tema muy animado, que deriva del espectro que ya nos mostró el grupo en la acertadísima y poco valorada en su día “I travel” de su 3er. trabajo “Empires And Dance”. Llegamos a la primera verdadera joya oculta, que no es otra que “Big sleep”. Es un tema maravilloso que realmente si nos detenemos a ver su enfoque, puede derivar simplemente de quitarle el exceso de dramatismo que quizás tuviera “Someone, somewhere in summertime” y añadirle algo más de misterio en su melodía. A ratos el tema transmite un hipnotismo y trance interesantísimo de experimentar si escuchan el disco en algún momento de relax en sus casas. En la 5ª sección de la obra se da paso a un interludio como podría resultar “Colours fly and Catherine wheel”, pero en este caso completamente instrumental titulada “Somebody up there likes you”. Estamos ante una composición de lento ritmo, a ratos envolvente y que no pierde el carácter principal de la obra en su parte instrumental, el cual no es otro que el importantísimo papel de las melodías misteriosas creadas por MacNeil en la parte electrónica.La canción título es de las que mayor carga instrumental y utilización de recursos tienen del disco, ofreciendo un ritmo continuado y trepidante muy bailable y aceptable para situarse en la mitad del conjunto de temas que forman parte del trabajo al que concede nomenclatura. Se presenta ante nosotros en el 7º lugar la canción que me abrió el camino a Simple Minds. “Glittering prize” es una maravilla desde su inestimable línea de bajo hasta las saltarinas notas de los teclados, sin dejar de lado a un ajustado Jim Kerr en las tareas vocales, alejado de estridencias que se le podrían echar en cara en otras ocasiones; aquí Jim está hecho a la medida de las exigencias del tema. El nivel de emotividad transmitido por la pompa en la que se le envuelve a la composición en su estribillo es una maravilla. Ese “Ilumina, ilumíname con la luz, en toda mi vida, así podré ver más…” del inicio es de una fuerza tremenda. Las cuerdas de guitarras y bajo tienen una gran importancia en perfecta armonía con la parte electrónica. Personalmente Simple Minds allá por comienzos de milenio, cuando les conocí con la repetición una y mil veces del clip de “Don’t you forget about me?” en la Vh1, me caían algo mal, pero sin embargo fue dar con este tema y su impactante y dorado videoclip (muy acorde con el título del tema) y no pasaría mucho tiempo hasta que me decidiera a comprarme su recopilatorio doble de aquellos días “The Best Of Simple Minds”, editado en 2001. ¿Quizás mi tema favorito de los escoceses? A ratos, seguramente. La otra joya oculta del disco para mi gusto es “Hunter and the hunted”, que llega justo tras “Glittering prize”. Su comienzo es sensacional, con esa base rítmica de batería a paso marcial, que le da un empaque y rotundidad al tema fabuloso. Los acordes de las guitarras de Burchill se dibujan inconexos sobre esa base de batería a la que la producción confiere la importancia principal de la pista. La sensación de misterio vuelve a estar presente en esta maravilla sonora, terminando de dibujar una estela compacta al conjunto del disco. El final lo supone “King is white and in the crowd”, la cual se comporta dignamente con cierre, sin buscar robar el protagonismo a los clásicos de la obra ni tampoco a su solemne predecesora “Hunter and the hunted”. No obstante, su papel en el 9º escalón es básico de cara a darle el cierre correcto, ya que el tema está en perfecta consonancia con el resto de la obra, siguiente su estela sonora de forma fiel. Su enfoque vuelve a estar cercano al de “Colours fly and Catherine wheel”, ya que su ritmo no es tan trabajoso y menos continuo que el ofrecido por ejemplo por la penúltima canción. A ello ayudan ciertos desgarros vocales y gritos perdidos con los que Kerr se hace cargo de la canción. Una composición larga (como muchas que forman parte de “New Gold Dream (81/82/83/84)”), la más extensa de la obra, que aúna los sonidos predominantes en el disco y el toque experimental de los Simple Minds en sus 5 primeros discos.

Señalar que con este trabajo Simple Minds situó por 1ª vez en su trayectoria 2 singles en el top 20 del Reino Unido y que el disco en sí hizo podium en la lista de los álbumes más vendidos, sirve de sobra para calibrar la importancia de “New Gold Dream (81/82/83/84)”. De aquí en adelante y hasta que una pieza clave como MacNeil se marchara en el año 1990, los escoceses vivirían sus tiempos más gloriosos. Primero, continuarían el buen ánimo con un disco más rockero como fue “Sparkle In The Rain” con ejemplos tales como “Waterfront”. No obstante, este disco de 1984 seguiría siendo una aproximación al éxito.

La perfección vendría asociada a “Once Upon A Time”, su 7º disco (número tradicionalmente de la suerte), que es el considerado álbum para toda la familia. Aquí ya no hay lugar para experimentaladas, que quizás vivirían su último y glorioso capítulo en el ítem que hoy hemos revisado. Con temas como “Alive and kicking”, “All the things she said” o “Sanctify yourself” el grupo estaría en boca de todo el mundo y firmarían 1985 como su año de mayor impacto mediático. En aquellos días, gracias a la banda sonora de “El Club De Los Cinco” con su versión de “Don’t you forget about me?”, el grupo rubricó su subida a la cúspide internacional musical.

Serían los días en los que más se compararían a Simple Minds con U2 y más semejanzas se buscaban entre Bono y Kerr en sus tareas vocales. No seré yo quien reniegue de un disco pluscuamperfecto como es “Once Upon A Time” (de hecho me encanta), el cual además de sus grandes singles ofrece una razonable de temas menos conocidos en su regazo como son las fabulosas “Oh jungleland” o “I wish you were here” (nada que ver ni una ni la otra con Springsteen o Pink Floyd respectivamente, no se me confundan), pero sin embargo me quedo con el trabajo que hoy protagoniza el post.

Ya saben la mayoría de ustedes que uno es admirador de lo enrevesado y no es que este disco de portada tan llamativa, con ese destello y esa cruz con toques medievales que proseguirían en el siguiente “Sparkle In The Rain”, sea excesivamente raro, ya que en ese apartado le ganan el 2º, 3er y 4º disco de Simple Minds. No obstante, precisamente por eso creo que combina el comienzo de un enfoque más abierto y el experimentalismo a partes iguales de forma inmejorable. Ahí reside su fuerza. No es una obra por tanto excesivamente complicada y le pueden hincar el diente sin mayor problema.

Recuerdo que en su día, cuando aún estaba despejando mis dudas o manías hacia Simple Minds, vi este disco en la serie media del Alcampo de Torrejón de Ardoz a un precio de 6 euros y unos céntimos, junto a otras joyas como “Invisible Touch” de Genesis o “Dare” de la Human League; todos ellos catálogo de Virgin. Sin embargo, no me lo compré en su día y es uno de mis errores de coleccionismo que no me perdono. Curiosamente, un buen amigo mío tuvo una experiencia parecida con “Sparkle In The Rain”. Personalmente desde entonces cuando veo una oferta no la dejo pasar, que si no luego te estás arrepintiendo una eternidad. Consíganlo cómo sea, pero les recomiendo que le den una pasada y que si lo ven con buenos ojos se animen en febrero a acudir a ver a Simple Minds repasar el repertorio de sus 5 primeros discos en directo. Yo aún no tengo mi entrada, pero creo que no tardaré mucho en comprarla, no sea que se me agoten y sume otra experiencia encontrada con el grupo como la que acabo de describir con respecto al disco que hoy hemos propuesto.

En RUAH a las 23.00h y en &radio a las 21.00h este próximo miércoles 14 de diciembre podrán escuchar la 1ª parte del Especial Mecano que dedicamos a “Ya Viene El Sol”, con intervención de su descubridor, Miguel Ángel Arenas, alias “El Capi”. La 2ª parte la podrán escuchar a la siguiente semana. Por cierto, esta tarde a las 16.00h en la sintonía de RUAH podrán escuchar nuestro Especial Talk Talk en riguroso directo, dedicando el debate a su 3er. disco “The Colour Of Spring” de 1986. Será nuestra última tertulia en directo de este 2011. Regresaremos en enero con más especiales los sábados a las 16.00h para que ustedes reconsideren un poquito echarse la siesta o escucharnos debatir en directo.
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sábado, 3 de diciembre de 2011

Alaska Y Dinarama - Deseo Carnal (1984)

Cumplo con el último grupo de aquellos que comenté a comienzos del presente año o finales del 2010 que circularían por 1ª vez por el blog. Aquel comentario lo hice visible en las redes sociales y no sé si algún seguidor del blog, en plan inquisidor, se anotaría la lista de grupos y los ha ido tachando a medida que hayan ido apareciendo por aquí este año.

Parecía mentira que Olvido Gara, alias Alaska, en 1984 solamente tuviera 20-21 años, pues daba la impresión por su trayectoria que fuera mucho mayor, todo ello debido a que empezó a una edad increíblemente temprana. En todo caso en 1984 le había dado tiempo a ser guitarrista en Kaka De Luxe, a formar y finiquitar Alaska Y Los Pegamoides y a fusionarse con el proyecto de Dinarama puesto en marcha por Carlos Berlanga, para conformar el proyecto conjunto de ambos, con la simple unión de sus nombres artísticos y con el inseparable Nacho Canut en el combo.

“Canciones profanas” de 1983 había sido la primera piedra de toque de la reinvención de lo que en su día fueron Alaska Y Los Pegamoides y que se diferenciaban básicamente en que en el pack no estaban ya Ana Curra ni el malogrado Eduardo Benavente, que formaron Parálisis Permanente tras la desaparición de Pegamoides. De este anticipo no quedó en el recuerdo colectivo ningún tema relevante (aunque sí para los seguidores acérrimos del grupo destacar “Perlas ensangrentadas”), pero tenía en su interior cosas curiosas como el experimento pop con tintes orientales de la versión de “Kali”.

Sería en el 2º paso de Alaska Y Dinarama cuando consiguieron igualar el éxito de “Terror en el hipermercado” o el de “Bailando”, incluso superándolo. Realmente “Deseo Carnal”, protagonista del post de esta semana, es de los discos más relevantes de los tiempos de la movida madrileña. Bueno, quizás lo más correcto sería decir que es de los discos más relevantes de la historia de nuestra música moderna junto a otros inmortales como algunos ítems de Radio Futura o de los rivales de Alaska Y Dinarama Mecano.

No se puede empezar de mejor manera que con “Cómo pudiste hacerme esto a mí” Lo afirmo básicamente porque quizás sea mi canción preferida de todos los tiempos de la trayectoria de Alaska en cualquiera de sus proyecciones musicales. Carlos Berlanga fue capaz de dar forma a una letra trágica y épica a partes iguales, además de anotarse un dueto vocal interesantísimo con Alaska. La envoltura instrumental, aunque su base y sentir es electrónico, tiene matices que le dan un aire retro especial. Los cambios de ritmo y giros melódicos a la par que acusados son geniales. Casi todo el mundo recuerda ese estribillo “la calle desierta, la noche ideal, un coche sin luces no pudo esquivar, un golpe certero y todo terminó entre ellos de repente. No me arrepiento, volvería a hacerlo, son los celos…”. En definitiva estamos ante una historia pasional llevada al límite, que despliega todo el potencial de encanto que este tema puede ofrecer en una canción pop. “Isis” realmente lo que hace es valerse de los arreglos clásicos de “Cómo pudiste hacerme esto a mí” y cambiar las bases, para dar lugar a una canción más oscura y menos evidente. Hay lugar para otro gran tema inolvidable que es “Ni tú ni nadie”. Quizás podríamos afirmar que estamos ante un tema que desprende una alegría con tintes melancólicos en mitad de ese discurso sobre la reafirmación personal. Los teclados se muestran fastuosos, confiriendo al tema un tono algo pomposo, sin que esto sea una nota negativa para “Ni tú ni nadie”. De los temas más ligeritos y accesibles de la historia musical de Alaska y sin duda otra de las canciones más marcadas en la memoria colectiva popular. Coincide con “Cómo pudiste hacerme esto a mí” en los arreglos orquestales que incluye. Pasamos a un corte más rockero en el que Carlos Berlanga se hace cargo de la interpretación vocal íntegra, titulado “Sólo por hoy”. “Sólo por hoy” es por otro lado en el plano personal una de mis canciones favoritas de “Deseo Carnal”. Una composición esta “Sólo por hoy” con un sentido más agrio, pero que concede el testigo a un tema contrario en sus sensaciones, en el que nuevamente Berlanga es la voz principal y Alaska se encarga básicamente de hacerle los coros en un templado dueto. “Falsas costumbres” choca a cualquiera que conozca los grandes éxitos de Alaska Y Dinarama exclusivamente, ya que es una composición ligera, en el que los toques clásicos están nuevamente presentes y las guitarras suenan muy cálidas y amables.Alaska recupera el protagonismo vocal en la bailable y medio funky “Un hombre de verdad”. Esas voces en medio falsete le dan un toque lisérgico y hedonista muy simpático a un tema bastante válido. No sé si alguno se habrá dado cuenta, pero noto un paralelismo rítmico bastante acusado entre “Un hombre de verdad” y la anterior “Bailando” que sellarían Alaska Y Los Pegamoides. “La decisión” suma al lado más rockero, contundente y directo de “Deseo Carnal”. Quizás peca algo de repetición o reiteración del estribillo en su parte final, pero no desentona para nada en el conjunto de la obra, ya que la variedad es uno de los distintivos de “Deseo Carnal”, y si no, escuchen bien la siguiente canción y cómo se cambia de tercio de forma tan acusada. Es curioso el enfoque de la canción título. “Deseo carnal” tiene un toque cabaretesco en su cadencia, ritmo y sobre todo debido a esas notas de saxofón. Tanto Alaska como Carlos emplean su registro vocal más grave para darle un enfoque taciturno a esta composición. “Víctima de un error” se sirve de un pop muy heredero de décadas anteriores, convirtiéndose en uno de los momentos más alegres de “Deseo Carnal”, lo cual choca más con la lúgubre y misteriosa “Carne, huesos y tú”. Esta última composición supone un curioso final, un epílogo algo siniestro (ya desde su título), con toques fantasmagóricos en sus formas instrumentales, que en definitiva podría estar más en concordancia con esa imagen de Alaska en aquellos días, tan influenciada por la dama siniestra del pop/rock británico Siouxsie Sioux.

Quizás, y sin el “quizás” bajo mi punto de vista, “Deseo Carnal” sea el mejor trabajo de Alaska Y Dinarama. Y es que aparte de ser el que mejor funcionó en ventas y que incluya en su interior 2 joyas o clásicos de la talla de “Cómo pudiste hacerme esto a mí” y “Ni tú ni nadie”, el disco es un conjunto de canciones bastante centrado y además variado en su enfoque o sensaciones que cada una transmite. La portada representa ese deseo carnal en la imagen de Alaska con ese abrazo desnuda al que sea quizás ese “hombre de verdad” que se alude en una de las canciones que forman parte del disco. La imagen de Carlos y Nacho se deja para la contraportada.

No es que Alaska Y Dinarama dejaran de tener éxito en años venideros. No. Lo que sucedió es que sufrieron el despegue absoluto de Mecano. No podemos obviar que cuando los hermanos Cano y Ana Torroja atravesaban los días más difíciles de su trayectoria con su 3er. disco “Ya Viene El Sol”, revisado en el blog y objeto de un glorioso programa en esta temporada de radio, con la participación de El Capi (programa que volverá a sonar en breve en los próximos miércoles en nuestros horarios y sintonías de emisión habituales), coincidían con este “Deseo Carnal” y los días más venturosos para Canut, Berlanga y Alaska.

Tanto “No Es Pecado”, como “10” o “Fan Fatal” regalaron a la escena musical nacional clásicos impagables como “A quién le importa” o “Mi novio es un zombi”, y también en esa 2ª etapa Alaska se convirtió en un icono de la sociedad española irrefutable con su participación en el mítico programa de TVE “La Bola De Cristal”. Lo que pasó es que sus rivales Mecano se comieron el mundo ya desde “Entre El Cielo Y El Suelo” y parecía que no había ningún otro grupo en España.

La cosa iría decayendo lentamente hasta que Alaska Y Dinarama saltó por los aires. Alaska y Canut se reconvertirían en Fangoria por un lado y Carlos Berlanga se iría por su cuenta a trabajarse él solito su música y demás inquietudes culturales. Personalmente recuerdo que en verano de 1988 acudí al Parque de Atracciones de Madrid y en aquel día actuaba Alaska Y Dinarama y La Trinca. Mis padres me llevaron porque querían ver al irreverente y cómico trío catalán y recuerdo que mi madre, algo chapada a la antigua en tanto a lo que la música se refiere y bastante despegada de intereses musicales en general (¿de dónde me vendrá a mi tanta afición a la música? ¡Ah! Sí. De su padre, mi querido y siempre recordado abuelo materno Alejandro), veía a Alaska como al “anticristo”, dándole respeto ver su actuación y mezclarnos entre el gentío, por lo que solamente recuerdo verlo desde la parte de arriba de las gradas del anfiteatro del recinto de conciertos del lugar, con una humareda a lo The Cure que no permitía ver casi nada y un juego de luces bastante interesante. No sé si llegamos a escuchar algo más que 2 canciones de su concierto, pero muy lejos de la vorágine de modernos y tipos raros que estimaba mi madre nutrían el núcleo duro de la audiencia allí reunida.

“Deseo Carnal” es un gran disco, que además puede derrumbar varios tópicos previos a la gente que no conoce más que superficialmente a Alaska Y Dinarama. Lo principal es el papel tan importante que Carlos Berlanga tenía en las voces. También es importante ver la variedad de estilos que incluye la obra y el cambio de registro tan acusado que hay entre unos temas y otros. Siempre merece la pena recuperarlo, sea la época del año que sea; aquí en nuestro blog le ha tocado en vísperas de navidades, ¡qué cosas!

Esta semana nuestro programa de radio de estreno (el miércoles a las 21.00h en &radio de Torrejón de Ardoz y a las 23.00h en Radio Universitaria de Alcalá de Henares) versará sobre The Specials y su disco de debut. Por si se lo quieren descargar o simplemente escuchar, ya está subido el audio del programa nº 7 de esta 3ª temporada de radio, aquel coloquio que hicimos el 7 de octubre del presente año sobre Supertramp y su “Crime Of The Century”. Mientras que ojean el blog, pueden escucharlo en el reproductor que aparece en el lateral derecho del blog; es el “Dmr 3-7”. No me digan que no se lo pongo fácil.
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