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miércoles, 27 de julio de 2011

Discos, música y reflexiones cierra por vacaciones 2011

Sí amigas y amigos: nuestro blog, por 1ª vez en 3 años de duración, se toma un respiro durante unas semanitas. He estado meditando durante mucho tiempo esta decisión, pero he de reconocer que la hiperactividad ha sido la tónica habitual en esta temporada pasada (no solo a nivel 2.0) y tras coger vacaciones en mi puesto de trabajo con el que me gano la vida, estimo que es también muy necesario desconectar de la actividad bloggera durante el mismo periodo de tiempo para que el relax sea total.

La necesidad de descanso es el principal motivo, pero también va anexo el stress que me podría causar no poder garantizar la publicación normal de los artículos de cada sábado durante este mes de agosto (un servidor de ustedes es muy escrupuloso y metódico en el calendario de publicaciones del blog); aunque otros años si no publicaba el sábado lo anticipaba o retrasaba, en este 2011 he pensado que lo mejor que puedo hacer es descansar.

De esa forma, en septiembre regresaré con más ganas y energía para seguir dejando aquí mis humildes y, como no, discutibles reflexiones sobre los discos que estimo revisar. Eso sí, todavía en los días finales de julio podrán ver un nuevo post en el blog “¿Canciones o lecciones?”, el cual he dejado pertinentemente programado.

Muy importante también: el día 6 de agosto, en riguroso directo en la sintonía de RUAH (no sabemos si a partir de las 18 o 19.00h) realizaremos un especial de nuestro programa “Discos, música y reflexiones” que versará sobre el concierto de OMD del pasado mes de junio, en el que nuestros tertulianos habituales (todos ellos asistentes al evento), debatiremos durante 2 horas sobre aquel magno evento y a la vez pondremos versiones en directo de otras giras de temas que formaron parte del setlist del concierto. Este programa, es un especial fuera de temporada, que será temático no sobre un disco, sino sobre un concierto o lo que podría ser un disco en directo. Espero que estén donde estén puedan escucharlo puesto que merecerá la pena.La foto del artículo no tiene nada que ver con la música. Es una relajante imagen (al menos así lo estimo yo), del paseo marítimo de Playa Blanca (Lanzarote) que tomé en mis vacaciones de agosto de 2007, en unos días en los que Level 42 estaban muy presentes en mi vida al protagonizar uno de sus discos de oro (perteneciente a su “Standing In The Light” de 1983, ya comentado en el blog) parte de la decoración del complejo hotelero donde me alojé (de ahí la foto de arriba de este párrafo). Pásenlo bien en sus respectivas vacaciones. Nos vemos en septiembre. Hasta entonces, y como digo siempre al final de nuestros programas de radio, sean buenos y disfruten de la música.
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martes, 26 de julio de 2011

Concierto Cyndi Lauper. Madrid (24-07-2011)

¿Quién se atreve a afirmar rotundamente que un artista inmerso en la cincuentena, si hace una gira, solamente es capaz de arrastrarse por el escenario y machacar exclusivamente sus grandes éxitos? Yo me atrevo a apostar lo que sea al 100% que si hubiera asistido al concierto que Cyndi Lauper ofreció en Madrid dentro del programa de “Los Veranos De La Villa”, se hubiera tenido que tragar sus palabras. Y es que la buena de Cyndi, además de por lo visto romper su malditismo con la capital (ya que en el folleto de los eventos advertía que era su primera actuación en Madrid, lo cual desconozco), demostró que 58 años no son nada y que no solo de éxitos vive a día de hoy, presentando de forma más que digna su nuevo disco enfocado al jazz y blues.De esa forma Cyndi también pudo cerrar otras bocas que la tachaban de cantante pop gritona e histriónica, ya que se mostró ante los que acudimos al apañado recinto del escenario Puerta Del Ángel de La Casa De Campo como una vocalista muy buena, que casi no desafinaba. La cita era inmejorable: un domingo casi sábado (por aquello de que en Madrid era festivo al día siguiente, para algunos, que no para mi), un tiempo excelente propio del mes en que nos encontramos y además un escenario al aire libre, con una brisa estupenda y con el telón de lujo de fondo del Palacio Real y la Catedral de la Almudena.No había teloneros y Cyndi apareció en escena casi 10 minutos pasadas las 22 horas. La apertura vino de la mano de un par de temas de su último disco, entre los que se encontraba “Shattered dreams” (no confundir con nada de Johnny Hates Jazz), pero el primer punto álgido vendría en el 3er. lugar, ya que Cyndi se arrancó con la ligera readaptación a los tiempos jazz que atraviesa la cantante de “She bop”. Supuso un clamor entre la audiencia, el cual se convirtió en histeria cuando Cyndi en primer lugar se aproximó al público subiéndose a las vallas de separación del escenario, para en 2º término atravesarlas y con un par de narices adentrarse entre la multitud micro en mano e incluso subirse por las escaleras de las gradas. No sería la única vez, y más avanzado el concierto Cyndi repetiría inmersión en la zona de asientos reservados, dejando a un tío con un corte del tamaño de un piano de cola, cuando le apartó de un ligero empujón al ver que el buen hombre quería hacerse una foto con ella. No hubo que lamentar heridos y el chico se lo tomó a bien y la gente se rió bastante con el gesto y desparpajo de Cyndi; supongo que este mozo no sería uno de los casi 100 asistentes que abarrotaban la zona de backstage el final del show, para poder obtener un autógrafo de Lauper o una foto con ella. Abajo un ejercicio propio de “¿Dónde Está Wally?”; a ver si localizan a Lauper en mitad del público y arriba del presente párrafo un primerísimo plano de Cyndi avalanzándose sobre el respetable.Repito que mucha gente critica a las bandas longevas cuando hacen giras y solamente se centran en sus grandes éxitos, y de sus últimos discos apenas tocan 2 o 3 temas. En ese aspecto, Cyndi no se podría ganar ninguna pega ya que se afanó en desgranar en su concierto, al igual que en lo que lleva de gira, una considerable cifra de canciones de su nuevo disco “Memphis Blues”. Personalmente me hubiera gustado más haber asistido a aquel concierto que resultó ser un rumor o bulo en la red a la larga, que se hubiera celebrado en 2009 en la sala Arena en mitad de la gira del grandioso “Bring Ya To The Brink”, el cual considero quizás el mejor disco de la carrera de Cyndi. Aquel fue un retorno glorioso desde “Shine” y demostró adaptarse a las nuevas corrientes dance sin caer en la vergüenza ajena. Si hubiera ofrecido un concierto con una cantidad de temas de ese lp semejante a la que ofreció del “Memphis Blues” el domingo por la noche, todo ello aderezado de una dosis de sus grandes clásicos, hubiera sido la repanocha.Personalmente no soy muy de jazz, aunque para nada me disgusta escucharlo. Simplemente me hubiera gustado más ver a Cyndi inmersa en otros registros más pop, que creo que maneja a la perfección. No obstante, y sin ser experto en el género, a mis oídos me pareció que Lauper ofreció una interpretación realmente buena de cada uno de los temas de su último trabajo que escogió para la ocasión y de paso demostró ser una gran cantante por si había duda de ello.Sería en la parte final cuando se alcanzaron las cotas más brutales de intensidad. Primero, y mientras Cyndi regresaba de su 2ª y última aventura por las gradas, a través de una larga introducción instrumental, con clara importancia concedida a la batería y percusión, Cyndi Lauper nos llevaba de la mano al año 85 para ofrecernos en directo la impagable canción del film “The Goonies”. Esa genial “The Goonies ‘r’ good enough” sonó muy bien, excelentemente adaptada a la banda de jazz que Cyndi traía, y permitió ver a Cyndi bailar sobre su eje de forma muy graciosa con esos quejidos que suelta en el estribillo de este tema. Camino del recinto vi a gente que llevaba camisetas de la película, con lo que no era difícil adivinar que cuando llegara su momento sería uno de los temas más celebrados.Sin tiempo de recuperación, Cyndi Lauper giraba un poco más la rueda de intensidad para ofrecernos uno de los momentos más rockeros y potentes de la noche. Ese instante no podría ser otro que el que supusieron los minutos en los que “Change of heart”, tema abanderado del disco “True Colors” (aparte de su canción título, evidentemente) que revisamos hace unas pocas semanas, sonó en el escenario Puerta Del Ángel. Las guitarras, el bajo, la batería y la voz de Cyndi envolvieron al público para dejar a más de uno sin habla. Sin embargo, “Change of heart”, aunque es un auténtico temazo y de hecho lo he utilizado como música de fondo en nuestra 2ª temporada de radio, no es uno de los temas que más recuerdan los seguidores de Cyndi; por suerte Cyndi opina lo mismo que yo y no escatima a la hora de hacerle hueco en el repertorio.Si hablamos de emotividad quizás “All through the night”, que se situó en mitad del espectáculo, en tierra de nadie y rodeada del núcleo de presentación del último disco de Lauper, fue la que se llevó la palma sobre todo con esos coros que incluye en su parte final. Además, esta “All throught the night” nos permitió ver a Cyndi por primera vez tocando su arpa electrónica; un ejemplo de ello se puede ver en la imagen siguiente.Bueno, realmente no sé qué decirles, porque si me paro a pensarlo bien, la pintiparada versión del “What’s going on” de Marvin Gaye, que sonó para la ocasión, también ofreció una generosa ración de emotividad. Para mi gusto es una versión brutal, muy buena, que desde siempre me gustó, y que no entiendo como José Luis Casado de “Nos Queda La Música” la puso por los suelos en un especial que hizo sobre Cyndi en una ocasión; supongo que será cuestión de gustos. Podemos ver a Cyndi de rodillas al final de la interpretación de “What’s going on” en la foto que les dejo a continuación.Lo que fue curioso es que del “Bring Ya To The Brink” Lauper escogió la canción título. Ese ejercicio con ciertos toques de rap en la interpretación vocal de Cyndi la acogí con satisfacción y por otro lado con gran capacidad de aceptación, ya que en el evento por desgracia no pegaban ni con cola temas más dance como la acertada “Into the nightlife”. Lo que pasa es que este tema quedaría totalmente eclipsado debido a que acto seguido se presentó la incontestable “Girls just wanna have fun”. El delirio, la locura, la pasión… Todo se terminó desatando al ritmo de este inmortal del mundo del pop, que como curiosidad se movió en un medio tiempo entre la versión original y la revisión que la propia Cyndi hizo años más tarde con “Hey now”.Todo esto se desarrollaba ya en los bises y era el turno de otro buque insignia para la traca final. “Time after time” consiguió unir las voces de la audiencia para que al unísono retumbara el eco del título de la canción, todo ello con la mediación de Cyndi, que no se ocultó a la hora de buscar la complicidad del público para corear la letra. A poco que se esforzó, los allí presentes caímos a sus pies y al encanto de esta preciosa canción que formó parte de su debut discográfico y que no en vano concede el título a uno de sus recopilatorios, el cual con mucho honor tengo en mi discografía original.El broche final, en el que Cyndi se acompañó solamente de uno de sus músicos a la armónica y ella armada con su arpa eléctrica, lo supuso “True colors”. Fue la rúbrica perfecta, en la que Cyndi hizo un alegato expreso a la reafirmación de lo distinto, que al fin y al cabo es lo que pregona esta excelente composición. Se advertía el final lógico. Fue hora y media de buena música, buena voz y sus dosis justas de nostalgia. La imagen de debajo del párrafo muestra a Cyndi Lauper en los compases finales del show, en mitad de la interpretación tan sentida descrita de “True colors”.Realmente Cyndi no regateó a la hora de ofrecer sus clásicos. Yo solamente eché en falta 2 temazos de su “She’s So Unusual”, que revisamos hace mucho tiempo en el blog, que no son otros que “Money changes everything” y “When you were mine”. Cierto es que sobre todo el 2º, por su electrónica y sus teclados, no pegaba mucho en el setlist y en el espectáculo que Lauper ha dispuesto para este “Memphis Blues Tour”.Cyndi Lauper derrochó energía (no paró de bailar de un lado al otro del escenario durante todo el concierto), entrega, cariño (se la vio realmente afectiva con el público, con varias interacciones vocales, además de sus incursiones entre el gentío, y quedó para el recuerdo cuando preguntó que qué significaba eso que le estaban diciendo de “guapa”) y también voz. En el plano de su aspecto, Cyndi escogió un atuendo de cuero negro, con su transpiración necesaria, y unas notables deportivas negras, lo cual sumado a su pelo ensortijado rojo y su carita redonda, no me pregunten por qué, pero me evocaba en ciertos momentos a Robert Smith de mis adorados The Cure. No obstante, durante ciertos momentos y debido a ese pelo rizado y rojo intenso, también me evocó a la mítica actuación con Cyndi vestida de colegiala en el concierto de Roger Waters recreando “The Wall” de Pink Floyd en Berlín en el verano del año 1990, actuación en la que Cyndi se enfrentó cara a cara al alocado Thomas Dolby, que hacía las veces de profesor con sus sintetizadores al hombro. Estimo que Cyndi Lauper se conserva fenomenal para haber cumplido recientemente 58 años de nada.Al final del concierto, el hecho de que el backstage estuviera situado en el camino que la gente tenía que tomar para abandonar el recinto, propició que allí se agolpara una cantidad de gente exagerada esperando a que Cyndi saliera a saludar y a firmar algún que otro autógrafo. Un buen amigo mío tenía interés por quedarse, pero ante el gentío considerable que había (lo cual podría hacer pensar en una salida en falso de Cyndi huyendo de tanta gente; normalmente los artistas se suelen detener cuando no hay tanta aglomeración) y que un servidor al día siguiente tenía que madrugar, le convencí para que entonáramos la retirada, muy satisfecho de lo que había vivido.Estoy orgulloso de haber tachado otro nombre de mi lista de conciertos imposibles, eventos a los que consideraba una quimera poder asistir; de hecho, hace unas pocas semanas cuando “True Colors” fue protagonista del post de revisión de disco de turno, no sabía que podría saldar deudas con Cyndi en un periodo tan corto de tiempo. Como rezaba la traducción de uno de los temas más respetables y válidos del penúltimo disco de Cyndi “Bring Ya To The Brink”, Lauper se presentó en Madrid “feliz y poderosa”. Y nosotros encantados de que así fuera.
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sábado, 23 de julio de 2011

Casal - Neocasal (1981)

Retornamos a la figura del mítico Tino Casal, tras haber analizado casi hace un año su disco “Hielo Rojo” de 1984, para centrarnos en lo que fue su verdadero debut en solitario. Y hablo de verdadero debut, debido a que los singles “Olvidar, recordar” y “Emborráchate”, editados en la 2ª mitad de los años 70 después de que Tino se desvinculara de Los Archiduques, poco o nada tendrán que ver con la trayectoria moderna musical de este inimitable genial artista asturiano.

Esa discografía o etapa moderna de Tino Casal, que abarca desde comienzos de los 80 hasta su triste desaparición el 22 de septiembre de 1991, está ineludiblemente asociada al periodista, músico y productor Julián Ruiz, que sería quien se haría cargo de la producción de los trabajos de Casal y que parece que jugó un papel importante en ayudar a Tino a dar forma a ese torrente de ingenio y novedad que tenía dentro de sí.

Los numerosos viajes que Tino hizo en la década de los 70 a Londres fueron fraguando o, mejor dicho, consolidando las formas o maneras que Tino apuntaba desde un inicio, acusándolas o marcándolas más. Con ello, el paso definitivo y decidido lo daría Tino en 1981 con el lanzamiento de su lp “Neocasal”, que además de incluir algún que otro pequeño clásico del imaginario musical español como por ejemplo es “Champú de huevo”, ofreció un conjunto de canciones sin altibajos, realmente bueno. Quizás peque de inconsistencia, pero eso lo iré explicando a lo largo del resumen de la obra o en el final del artículo en las conclusiones.

El disco abre fuego con un genial tema llamado “Tokio”. Estamos ante un tema con una envoltura de fantasía e ilusión en el sentir que transmite, que nos introduce de alguna forma en ese universo particular que Casal va a ir creando de aquí en adelante en sus canciones. La música electrónica se presenta de igual forma, ya que Tino será uno de los pesos pesados de estas tendencias, aunque a día de hoy sea más reconocido en forma general que en particular por su aportación al techno pop. Luego se dispone el ejercicio pop de “Champú de huevo”, con esa letra llena de reproches por parte de Tino al final de una relación, visto en ese puente “dices que te vas, que es más alto que yo. Me cambias por un Frankenstein…”, el cual ya forma parte de la memoria de los seguidores de Tino de forma ineludible. Cambiamos de tercio con la balada “Love me tonight”, una de las piezas más delicadas de la trayectoria de Tino, que está compuesta a la par con Julián Ruiz. La historia descrita puede ser fácilmente aplicable a Tino y a algún amor juvenil que tuviera, lo cual podemos intuir en partes como “… aún era un niño, tú casi una mujer…”. Un buen tema este “Love me tonight” para luego volver a girar 180 grados estilísticamente con la medio punk, medio electrónica “Billy Boy”. Los arreglos sintéticos están presentes en este tema acelerado, que no en vano homenajea al por entonces líder de los Generation X Billy Idol. Tino se mueve en el micrófono en unos registros muy agudos en ciertas partes. Con “Billy Boy” apreciamos que la variedad es la tónica general en la textura de los temas que forman parte de “Neocasal”, y eso es lo que en parte confiere al disco una sensación de que nos encontremos más que ante un disco de estudio ante un recopilatorio de temas sueltos; de ahí su ligera falta de consistencia que personalmente estimo tiene, lo cual no considero para nada un aspecto negativo, no quiero que se malinterpreten mis palabras o reflexiones. No sabría decir si la 5ª pista “Aquí en Viena” es a día de hoy mi favorita de la obra. Sus arreglos de regusto clásico y esos coros que incluye, cercanos a la música melódico-ligera, forman un binomio sonoro sencillamente espectacular y maravilloso. Es una delicia como Tino nos introduce con esas primeras frases de la letra en esta pieza que tan alta intensidad adquiere en el estribillo.El disco prosigue insistiendo en ofrecer variedad, y ahora es el turno del rock con tintes de glam con “Stupid boy”, canción que contó con la colaboración de la por entonces novia de Tino, Pepa Ojanguren, como inestimable compañera a la hora de ensamblar esa letra en inglés, que tiene tintes tan surrealistas. Como curiosidad, es impagable el solo de saxo que ofrece Luís Cobos en una interpretación en directo de la misma en un concierto benéfico para las víctimas del aceite de colza. En ciertos momentos “Stupid boy” nos ofrece un carácter hipnótico por el ir y venir de sus notas tanto instrumentales como vocales a cargo de Tino. Otro gran tema, la verdad. El disco también ofrece un par de versiones, siendo la primera de ellas la plausible revisión de “Life on Mars?” de Bowie, en la que el tema quizás suena más intenso que el original de Bowie. Decir que ésta supera el original quizás roce el sacrilegio, por lo que solamente diré que Tino Casal salió más que airoso y digno a la hora de afrontar el hecho de versionar este ítem inmortal del gran Duque Blanco. “Goodnight Hollywood” ofrece ciertas secciones interesantes instrumentales, como la del inicio. Es un tema llevadero, con un buen ritmo, en el que se introducen unos coros con efectos de vocoder algo graciosos. Se termina con la revisión de “White room” de Cream, concretada o traducida en “Blanca estancia”. Aquí, en lugar de hacer como con “Life on Mars?”, se produce la adaptación al español, y Tino consigue sellar una más que aceptable versión de esta canción. Por su carácter creo que es un buen broche final el lp.

Estábamos en 1981 y la mayoría de los grupos clave de la movida madrileña estaban en pañales o en anteproyectos, todavía alejados de las tendencias y sonidos arriesgados que les concederían a la larga su buena y relevante reputación histórica. Sin embargo, Tino Casal se adelantaba a todos sellando este “Neocasal” con interesantes nuevas formas musicales. “Champú de huevo” sería la canción que asumió el papel de abanderada y a la larga el extracto más recordado de “Neocasal”.

El disco que hoy hemos analizado me gustó desde su 1ª escucha, y a día de hoy me sigue pareciendo muy bueno. Lo que sí he apreciado con el paso de las escuchas, es que más que un lp, tiene un sentir de conjunto cercano al recopilatorio. Quiero decir que opino que le falta consistencia en su carácter global. Es probable que el hecho de ser la carta de presentación del nuevo Casal (evidencia vista de forma directa en el título del disco), hiciera que Tino ofreciera una colección de temas muy variados y distintos en su sonido, para demostrar al público su nuevo enfoque, más allá de preocuparse de si el conjunto de temas tuvieran consistencia o no. En el 2º paso que sería Etiqueta Negra, este aspecto se vería solventado de sobra, y el álbum ofrece una sensación de unidad musical férrea y consistente.

Sin embargo, este carácter heterogéneo y algo disperso, puede ser un punto de apoyo para todos aquellos que les guste escuchar música de forma suelta o dispersa, más que de una forma metódica y cartesiana como la que defiendo aquí semana tras semana, que es la de acceder a un disco y oírlo de cabo a rabo. En todo caso, más allá de estas consideraciones, el disco es de notable alto y se puede escuchar de principio a fin sin necesidad de saltarse un solo tema. Además, es muy ligero y cuando quieres darte cuenta, ya estás escuchando esos alaridos que de cuando en cuando Casal suelta en “Blanca estancia”.

Su portada, con una genial fotografía de Tino de perfil empuñando su enorme guitarra y con un look muy rockero, con un gran flequillo y rotundo bigote, inevitablemente llama la atención. Casal daba su primer paso en 1981 para convertirse en lo que es a día de hoy: un reputado artista y un innovador dentro del mundo de la música de nuestro país. En 1983 remataría la jugada con el ya citado “Etiqueta Negra”, y sobre todo con “Embrujada” como single. El resto ya es leyenda. Ya comenté el año pasado en el post sobre “Hielo Rojo” que estimo que Tino no está lo suficientemente valorado, o mejor dicho, no es lo suficientemente recordado a día de hoy. Desde aquí seguiremos rindiendo tributo a su figura mientras nos queden discos suyos por comentar; aún tenemos 3 por delante, así que ya saben.
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martes, 19 de julio de 2011

Discos, música y reflexiones colabora en ¿Canciones o lecciones?

Como bloggero, diversifico mi actividad y gracias a mi compañero de radio y amigo Kike Neri comienzo a colaborar en el blog “¿Canciones o lecciones?”, una interesante bitácora en el que el protagonista principal es la música y más en particular las canciones y sus letras. Todos los días, uno de los editores publica, de forma periódica y respetando un turno de rotación, un post que pone de relevancia alguna parte de cierta canción que él considera valiosa.

Una interesante iniciativa, en la que daré rienda suelta a mi perfil de selector de fragmentos que personalmente considero gloriosos líricamente hablando dentro de canciones que me hayan influido. Para quien lo desee, ya se puede leer mi primer artículo de colaboración al respecto, recién publicado. Por cierto, ¿alguien adivina antes de acceder al post sobre qué grupo irá?

También decirles que no se asusten, ya que en esta bitácora mis artículos serán menos extensos que los del presente blog. Espero que les guste y que lo sigan.
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domingo, 17 de julio de 2011

Miqui Puig - Casualidades (2004)

Tristemente Los Sencillos terminaron por disolverse en verano de 2002, tras llevar algo más de media década con deserciones de componentes que formaban parte de su alineación clásica. De esa forma, casi se podría afirmar que el último trabajo de estudio del grupo, “Colección De Favoritas” fue en el fondo el primer trabajo en solitario de Miqui Puig; de hecho, muchos lo consideran así y Miqui lo aceptó como en parte lógico en la entrevista que tuvimos con él en nuestro último programa de radio de la 2ª temporada recién finalizada (“Dmr 2-31” en el reproductor de la columna derecha, por si alguien quiere escucharlo).

Puig tuvo la claridad de ver la situación y entender que la esencia grupal de Los Sencillos ya no existía y resolvió finiquitar la banda tras más de una década de actividad. De esa forma a Miqui se le presentaba en el horizonte la nada fácil tarea de afrontar su debut en solitario con el peso inevitable del éxito que tuvieron Los Sencillos, sobre todo durante la primera mitad de los años 90.

Es evidente que el disco no alcanzaría ni de lejos las cotas de repercusión mediática y éxito comercial que tuvieron en su día “Encasadenadie” o “De Placer!”, pero de cara a la crítica especializada y a los seguidores más puristas y fieles del grupo, el debut de Miqui en solitario satisfizo sobradamente las expectativas que podrían haberse generado al respecto. Y es que en efecto estamos ante uno de los mejores discos que se editaron en la 1ª década del siglo XXI en nuestro país. Si no me creen, pasemos ya mismo a ver qué nos ofrece “Casualidades”.

La canción que concede el título al disco tiene la tarea de abrir el fuego. Las casualidades de Miqui se centran en esas circunstancias que rodean al fin de una relación y todo lo que puede suceder tras haber terminado la misma. La melodía es suave, con un leve y casi imperceptible tono amable y optimista sobre una letra que por el contrario ofrece cierta angustia como en ese puente al estribillo que dice “mis amigos me preguntan por qué estoy así, por qué me maltrato. Y es que me acuerdo tanto de ti…”. Un buen comienzo que se remata en el paso nº2 con uno de los grandes momentos del disco. “Tipo loft” es un temazo en toda regla. El ritmo de esta pista es mucho más vertiginoso, con acordes realmente cálidos de guitarra y con Miqui mostrándose en todo su explendor, con una interpretación vocal suave y acorde en ligereza con el sentir que desprende la canción. La melodía de guitarra acústica es sencillamente maravillosa. No hay que perder de vista la colaboración de Diego Vasallo de Duncan Dhu, que se anota una estrofa del estribillo en la parte final. El pasado y la ausencia vuelven a estar presentes en esas últimas palabras de Puig “no sabes cómo me gustaría que estuvieras aquí, que pudieras venir”. “Tipo loft” ofrece pop ligero y muy llevadero en niveles excelsos. “Punk-rocker enamorado” es un fragmento clásico dentro de “Casualidades”, que destaca principalmente por esas relucientes notas de piano que sobresalen en su melodía. No abandonamos el tema principal de “Casualidades”, que no es otro que el sentimiento que queda tras haberse producido una ruptura sentimental. Y para muestra otro botón, ya que en el 4º lugar del disco, además de encontrarnos otro de los grandes momentos de la obra y de los preferidos de los seguidores de Miqui Puig y Los Sencillos, ya podemos notar claras evidencias de ese tema central del álbum en “La puta canción de amor en la que el chico gana”. Miqui se anotó un tanto importante al conseguir que Jeanette aceptara volver a ponerse delante de un micrófono para que, al igual que hizo Vasallo en “Tipo loft”, ofrezca variedad vocal con un estribillo asignado en la parte final. La letra es buena desde el principio hasta el final, ya desde esa petición inicial “pídete un día de fiesta, diles que estás enferma, yo te vendré a buscar temprano a tu casa y saldremos los dos juntos a pasear. Tengo algo que decirte, no es nada de amigos, no hay ninguna fiesta…” Bueno, veo que me embalo y no pongo freno. Sin más, les recomiendo que la escuchen si no la conocen. En general supone unos minutos de pop en estado puro, muy animado y con una melodía maravillosa. “Eufórica nº3”, que casi podría titularse “Terriblemente eufórica”, juega un papel semejante al de “Punk-rocker enamorado”, ya que es una canción de lenta cadencia, más calmada y reflexiva, situada detrás de una joya pop más animada y luminosa. “Te quiero ahora, te quiero luego” es otro gran momento del disco, sumamente intenso, pero no asociado a la vertiente pop animosa. Miqui siempre se ha denominado cantante de amor y con composiciones como ésta, su autodenominación cobra un sentido claro y directo. Con una melodía más misteriosa y adornada con sutiles toques clásicos, Miqui construye una pista con un estribillo directo “Sí, te quiero, te quiero ver bailando. Sí, te quiero, lo saben todos menos tú” y con unas partes ajenas a dicho estribillo igualmente válidas y fabulosas.Hay una alternancia casi matemática entre temas más movidos y otros más lentos en “Casualidades” que se pone de manifiesto en “Revival”, que quizás es la canción más luminosa y radiante del disco, la cual viene a poner de manifiesto que las “Casualidades” planteadas en la obra también se pueden asociar a modas expontáneas que miran de forma innegable al pasado y que cuando resurgen brillan con tanta intensidad como lo hace el sonido de esta “Revival”. Sorprende quizás el rigor y cierto oscurantismo que ofrece “Charcos”. Esta canción ofrece los momentos más rotundos y solemnes dentro del disco y quizás de primeras se te puede antojar algo agreste. Es con el paso de las escuchas cuando se le va cogiendo el punto, justo lo contrario que con el siguiente tema de “Casualidades”. Con “Totalmente a favor”, quizás otra de mis favoritas de “Casualidades”, Puig nos ofrece unos minutos, que con un toque distinto de producción y con un tono más chulesco por parte de Miqui al micro, nos podría evocar fácilmente a Los Sencillos más clásicos. En “Totalmente a favor”, en la que la electrónica tiene una papel ligero pero muy importante, hay partes de las letras que me encantan, como por ejemplo cuando Miqui dice “a favor, totalmente a favor de salir de noche con tus amigas y vecinas pijas a beber vodka con ellas”. El aire retro no obstante no se pierde en ciertas instrumentaciones que complementan a este otro gran tema del lp. “Tan lejos tan cerca” compite con “Revival” en luminosidad y alegría. Un tema con fenomenales coros de letra en inglés, una melodía muy sencilla y a la par radiante. Además, hay un videoclip que he podido encontrar por youtube, que no sé si es oficial, hecho con marionetas, muy gracioso y apropiado para la pista (“Totalmente a favor” también tiene uno del mismo corte). “Con un traje de Elvis” redunda en las disyuntivas planteadas ante el final de una relación. Como estarán pudiendo comprobar, Miqui Puig con “Casualidades” nos muestra prácticamente una tesis de estados de ánimo ante el fin del amor, algo muy parecido a lo que hacían quizás con un seguimiento temporal mucho más lineal Los Planetas en “Una Semana En El Motor De Un Autobús”, que ya revisamos hace unos meses atrás. El final llega de la mano de “Mucho”. Y es que a pesar de todas las casualidades descritas, que al fin y al cabo son circunstancias que pueden rodear a unos hechos dolorosos en el plano emocional personal de cada uno si le toca atravesarlas, desembocan en muchos caso que después de todo al final sigues queriendo a esa persona por mucho que te empeñes en olvidarla. Miqui no se cansa de repetir en mitad de una producción que concede efecto de lejanía “creo que todavía te quiero mucho”.

Recuerdo que cuando leí en la prensa que se editaba el debut en solitario de Miqui Puig todavía no era consciente de que la banda se había ido al traste, considerando al mismo una especie de aventura paralela al estilo de lo que hace Dave Gahan al margen de Depeche Mode de cuando en cuando. Sería un tiempo después cuando me enteré de la disolución de Los Sencillos, aunque yo estimo que esa disolución fue produciéndose a partir de 1996 y el disco de mismo nombre que el grupo, el cual ya tratamos en artículo y le dedicamos el ya citado programa final de esta temporada en las ondas con Miqui al otro lado del teléfono.

Puig tuvo la ocasión de defender su nuevo material en directo en el Día de la Música en Madrid del año 2004, evento que imperdonablemente me perdí no recordando ahora el motivo, aunque 3 años después, en las mismas celebraciones anuales pude sacarme la espina y establecer el 1er. contacto personal con Miqui; de hecho, la foto que preside el presente post corresponde a un momento de aquella gran actuación que ofreció Miqui Puig junto a su Conjunto Eléctrico ante una plaza de Vázquez de Mella hasta la bandera de gente.

Una gran ópera prima en solitario este “Casualidades”, con esa portada en tonos rojizos y claros, con la foto de la cara de Miqui con gafas de sol y ese maremagnum de letras impresas sobre la misma, que ya en su día fue muy bien acogido por la crítica, pero que por el contrario no funcionó tan bien como hubiera merecido en el plano comercial. El paso del tiempo lo que está haciendo con el lp es el mismo efecto que produce a los buenos vinos; creo que no hace falta explicar más.

Después llegaría “Miope”, una celebración de Miqui a 20 años de trayectoria, en el que en directo recogería varios de sus temas y contaría con colaboradoras de excepción como Alaska. No obstante, el siguiente gran momento tenía que ser “Impar” de 2008, que no terminó de rematar la jugada iniciada por “Casualidades”, a pesar de incluir buenos temas como “Domingo diesel” o “Miqui contra el mundo”.

A día de hoy Miqui tiene varios proyectos como grabar un disco con orquesta en directo y por otro lado seguir escribiendo para lo que será su 3ª entrega en solitario. Hoy les propongo recuperar este buen disco, apropiado para estas fechas veraniegas, y hasta me atrevo a solicitar a los detractores de Miqui que lo escuchen sin prejuicios (como ya indicó en el título de uno de sus trabajos George Michael); si lo consiguen, quizás se lleven una grata sorpresa.
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sábado, 9 de julio de 2011

The Jam - The Gift (1982)

No hace muchas semanas vi este ítem, que tengo de forma cochina en mi fondo discográfico (entiéndaseme, no en formato original) a precio amigo y justo cuando me decidí ir a comprarlo en los siguientes días, había regresado a su precio habitual, con lo que prosiguió como cuenta pendiente a saldar en un futuro (¿qué quieren que les diga? Me gusta comprar los cds a precios razonables). Con lo que de alguna manera, este post es una especie de desahogo al respecto.

Independientemente de esta circunstancia comercial personal, el que fuera el último disco del fabuloso trío liderado por Paul Weller, como guitarrista y cantante, que estaba escoltado por Bruce Foxton al bajo y Rick Buckler a la batería, es decir, The Jam, es un disco que no me disgusta, y al que sin embargo tradicionalmente se le han dado mil y un palos; vamos, que estamos ante un caso habitual de revisión del blog, ya que los que siguen “Discos, música y reflexiones” desde hace tiempo saben que me gusta echar capotes a discos que estimo injustamente infravalorados o despreciados.

The Jam eran un grupo que trabajaba mucho el formato single, y en unos tiempos en los que editar lps era casi norma anual, “Sound Affects” (revisado hace casi 3 años en el blog) era de 1980 y llegado 1982 todavía no había salido al mercado el nuevo trabajo de larga duración de los Jam. Entre medias hubo sitio para varios singles como “Absolute beginners”, que fue premonitorio de los nuevos sonidos empleados por The Jam, incluyendo muchos metales de viento, y que dispuso al mismo tiempo de uno de los videoclips más graciosos de la formación con el trío a plena carrera por las calles de una ciudad.

“The Gift” sería el resultado de la larga espera para esa época. Un disco grabado y trabajado en unos días en los que la mente inquieta de Paul Weller comenzaba a no sentirse a gusto en The Jam. Quizás esa dispersión interna del líder del grupo influyó de forma decisiva en uno de los puntos débiles del disco: su falta de consistencia en el carácter compacto de la obra. “The Gift” sin embargo, si lo analizamos canción a canción, no es un álbum tan horrible como apuntan muchos. Tiene varios temas destacables e incluso algún clásico entre sus minutos de duración. Pasemos a comprobarlo.

El primer tema de “The Gift” es “Happy together”. Estamos ante una apertura acelerada, que no sé por qué me da a mí que tiene algo de sentido irónico teniendo en cuenta el posterior devenir de la banda a los pocos meses. Weller se emplea con mucha fuerza al micro y se presenta una línea rítmica bastante contundente por parte del binomio de los otros 2 Jam, Foxton y Buckler a su bajo y batería respectivamente; de hecho, la fuerza de la base de las composiciones va a ser distintivo principal de este último disco de estudio de The Jam. Tras la animosa y potente apertura, se cambia radicalmente de palo para ofrecernos de la mano de “Ghosts” un pasaje bastante calmado. No estamos ante uno de los mejores momentos de The Jam en ritmos bajos, básicamente porque esta “Ghosts” no tiene el tono oscuro de otras joyas como “The butterfly collector”, pero a la larga sacarán en conclusión que no es un mal tema y de hecho en algún momento hay resultones repuntes de intensidad vocal a cargo de Weller. Un single extraído del disco fue “Precious”. Con un videoclip sencillo, pero igualitario en lo que a rabia y frenesí ofrecido por las expresiones faciales de Paul Weller con sus gafas de sol con respecto al tono de la pista, esta composición nos otorga nuevamente una dosis agresiva de secciones de metales de viento que poco a poco se están convirtiendo en los instrumentos abanderados de la obra. “Precious” resulta interesante y marca una evolución estilística increíble desde los primeros tiempos del grupo. Otra especie de pseudo single fue la canción que nos encontramos a continuación. De hecho en “Just who is the 5 o’clock hero?” podemos encontrar de alguna forma las reivindicaciones sociales que Weller ha tenido en conciencia casi siempre. En lo instrumental nos enfrentamos a un medio tiempo, en el que las secciones de viento suenan más relajadas y llevaderas que en otros temas en los que la aceleración marca su devenir. Estimo que quizás le falte algo de chispa o gancho. “Trans-global express” es la pieza más arriesgada de la obra. Estamos ante una especie de instrumental, ya que las únicas voces son unos coros atropellados de Weller, los cuales asemejan el ruido de un tren, que se erigen como pueden entre ese maremagnum de sonidos, donde las trompetas atronan en algunos pasajes. Solamente por la curiosidad merece la pena. La siguiente canción “Running on the spot” es quizás mi favorita a día de hoy. Tras haber quemado en exceso la escucha de “Town called malice”, esta pista tradicionalmente olvidada dentro de “The Gift”, es la que más gusto sonoro me causa al escuchar la obra. Estratégicamente se sitúa mediada la obra y su mayor virtud reside en el tono medio épico, alegre y algo trágico que entremezcla en sus notas.Otra instrumental es “Circus”. Menos complicada que “Trans-global express”, es un buen pasaje del disco, con una melodía estupenda. En definitiva fue un tanto que se anotó en la composición el bueno de Bruce Foxton, que es quien la firma. “The planners dream goes wrong” en mi modesta opinión es el tema más flojo de los que se incluyen en “The Gift”. Solamente por esas desacertadas notas de teclado, a modo de chanza o arreglo pachanguero, el tema está lastrado y en conjunto tampoco nos aporta nada nuevo. “Carnation” es una agria balada, vista en partes como “si me dieras un clavel fresco solamente rompería sus tiernos pétalos”. Decadencia sonora y un contrapunto a tanto sonido elevado o acelerado que nos encontramos en el álbum. El gran tema, y otro nº 1 como single para la formación, fue “Town called malice”. En esta pieza básica de la discografía del trío, tienen un papel relevante esa melodía de teclados, aunque estimo que el papel saltarín del bajo de Bruce Foxton es igualmente impagable. Mucho ritmo, y un buen ánimo melódico e instrumental frente al poso o regusto amargo que tiene la letra. Si no la conocen, algo que les ayudará a identificarla es que tenía un momento de relativo protagonismo en el film
Billy Elliot”. “The gift”, la canción que concede el título al disco, nos puede evocar en parte a los primeros pasos discográficos que dieron The Jam. De no ser por la producción, quizás podría haber estado incluida sin ningún esfuerzo titánico en “This Is The Modern World” o incluso en “In The City”. Dentro de este álbum lleno de melodías de teclado, más o menos pegadizas y en el que las notas de viento tienen su importancia, poder encontrarse una pequeña y ligera dosis de punk, aunque sea suave, es de agradecer. Creo que es un cierre cuanto menos significativo por su textura para el último lp de The Jam.

La banda en aquellos días era uno de los grandes conjuntos musicales de la new wave que se mantuvieron desde sus orígenes en los días del punk y que evolucionaron en la etapa “post” de dicho movimiento. Por ello, “The Gift” no sufrió en exceso para ser nº 1 indiscutible en la lista de álbumes más vendidos del Reino Unido y obtuvo una buena acogida comercial, aunque no tan excelente en lo que a crítica se refiere. Su portada es casi una recreación de algún pasaje del ya mencionado videoclip de “Absolute beginners”, con un tono colorido distinto sobre cada componente del grupo. Es curioso que haya un paralelismo tan notable con el “Synchronicity” de The Police de unos meses más tarde.

Luego, en mitad de la gira de presentación del disco, flanqueada por otros 2 singles tardíos “The bitterest pill (I ever had to swallow)” y “Beat surrender”, Paul anunciaba que dejaba el grupo y por ende que The Jam se iban a hacer puñetas, pues sin él el grupo no existía. Por ello, el “Beat Surrender Tour” fue una gira de despedida, tras la cual y pasar un tiempo de reflexión Paul Weller se dedicaría a una música pop más refinada y elegante con su buen amigo Mick Talbot en The Style Council. Foxton y Buckler prácticamente pasarían desapercibidos para el negocio de la música tras la disolución de la banda; no en vano, quisieron revivir hace poco a unos pseudo-Jam con el proyecto From The Jam, el cual les otorgó algún que otro serio rapapolvo.

Vuelvo a decir lo mismo que casi siempre. Con este artículo no estoy queriendo defender que “The Gift” sea el mejor disco de The Jam. De hecho no creo que lo sea, puesto que estimo superiores mil veces a “All Mod Cons” o “Sound Affects”, pero sí que pretendo romper una lanza a su favor. A pesar de que tenga momentos anodinos, también en su interior incluye piezas buenas como “Running on the spot”, “Circus” o “Happy together” u otras interesantes como “Trans-global express” o “Precious”. Ya por el simple hecho de que “Town called malice” esté en su listado, es preciso ir más allá a ver qué ofrece “The Gift” como lp además de este clásico del grupo. Como cierre por hoy he de apuntar necesariamente que ha sido el paso del tiempo lo que me ha hecho ver a “The Gift” con mejores ojos, o escucharlo con oídos más benévolos.
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sábado, 2 de julio de 2011

Fuel Fandango - Fuel Fandango (2011)

Unas semanas atrás asistimos al concierto que el grupo Fuel Fandango ofreció en la sala Joy Eslava, del cual les dejamos crónica al respecto. En la misma ya avisábamos que en breve daríamos tratamiento a la obra de debut de este interesante proyecto musical, cosa que hacemos en el artículo de esta semana. Además, aunque el disco se grabó el año pasado, podemos decir abiertamente que tratamos la actualidad básicamente porque aparte de que se editó ya en el mes de enero de 2011, hace un par de semanas ha sido reeditado ante la buena acogida que ha tenido.
Les comenté en el artículo sobre el directo del pasado día 10 de junio que descubrí al grupo gracias a la notable difusión del videoclip de su tema “Shiny soul” en la cadena Kiss Tv. Siempre me llamaron la atención el ritmo y la contundencia de las cuerdas en la instrumentación del grupo. Además el juego de voces entre la vocalista y el guitarrista era también bastante resultón.

Pasado un tiempo el grupo, formado principalmente por la vocalista Nita y por Ale Acosta (conocido por aventuras como Mojo Project), estrenó nuevo videoclip con “Talking” y la canción nuevamente mostraba interesantes formas musicales, si cabe más moviditas que las de “Shiny soul”. No hace mucho pudimos disponer del álbum al completo para ir más allá de la superficie promocional del grupo, al resultarnos ésta muy llamativa, y hemos podido descubrir que en la ópera prima de Fuel Fandango no todo se reduce a “Shiny soul”. Ni mucho menos. Además, como ya comentamos por aquí, la forma en la que llevan al directo ese material es sobresaliente. Tenemos 13 canciones por delante en las que la fusión de géneros y los notables cambios de ritmo entre unos y otros temas serán la nota principal.

Se comienza con la mayor fuerza posible de la mano de “Shiny soul”, que es la canción que ha brindado la fama a Fuel Fandango. Estamos ante una canción que mezcla el rock, el funky y algunas gotas de jazz, pero que sobre todo destaca por la fuerza de las cuerdas que su instrumentación que ofrece y por el sensacional ritmo que imprime durante casi toda su duración. Solamente hay una bajada de intensidad antes de afrontar la parte final, que lejos de romper la unidad, otorga un apunte interesante. Estimo que es uno de los mejores temas que vieron la luz en nuestro país en el año 2010. El videoclip, con el grupo tocando en plan jam session en unos estudios, es sencillo, pero en todo caso creo que le viene muy bien al virtuosismo que demuestra este tema. El primer disco de Fuel Fandango es uno de esos ejemplos en los que se encadenan singles en las primeras pistas, y con “Talking” proseguimos el orden al tratarse del segundo sencillo lanzado al mercado, en este caso con un videoclip grabado en Londres y otras ubicaciones, que abre a Fuel Fandango al mundo al dejar de lado las paredes de los estudios de su primer clip. “Talking” resta contundencia, pero sin embargo añade un ritmo más vertiginoso y nervioso a su sentir. Aquí hay juegos vocales entre el inglés y el español entre Nita y Ale, que le conceden un toque exótico a la pista. Por algunos momentos, debido a sus bases rítmicas, podemos incluso intuir un guiño al drum’n’bass; la fusión de géneros, ya lo he advertido, es una de las principales características de la obra. Pero el hecho de haberse dispuesto a los 2 singles en el 1er. y 2º lugar no es ningún riesgo para que el disco entre en barrena, ya que por ejemplo en el 3er. lugar del track list se dispone una de mis favoritas del grupo. “The engine” supone por un lado una bajada del ritmo y la contundencia vistos en las 2 primeras piezas, pero por otro nos reporta una mayor mesura, calma, apoyada en una instrumentación sobre la que destacan las notas de teclado normalizadas que incluye. Es una canción esta “The engine” con un tono más reflexivo, que considero bastante acertado. “Monkey” se basa en una electrónica muy sensual en sus formas sonoras para luego duplicar esa dosis de sensualidad en la sugerente “Brazil”, que no en vano nos ofrece ciertos retazos o regustos instrumentales en su melodía que nos evocan a la tradición musical del país que concede el nombre a la pista. En el 6º y 7º lugar está la suite de “No sense”, con sus partes 1 y 2, que nos devuelve a un sonido más pausado, estimo que realmente maravilloso, y nuevamente apoyado en una melodía de teclado de notas poco complicadas, pero bastante resultonas; cierto es que en su 2ª parte el tema se radicaliza algo más en su sector electrónico, pero para nada alcanza niveles estridentes.“Uh uh”, empieza con unos loops vocales electrónicos de Nita. Estamos ante uno de los temas que tiene un toque más cercano a los retazos flamencos, al menos en su sentir, ya que si analizamos su textura musical no es tan evidente, sino que sobre todo se ve en el énfasis que Nita pone en ciertas partes de la pista al micrófono. En directo les garantizo que sonó muy potente. “I say no” comienza misteriosa, con Ale encargándose de las voces principales. Más tarde entra Nita y el tema poco a poco va sumando efectivos instrumentales y ganando una intensidad que ya podíamos intuir desde sus primeros compases. La batería de la parte final me parece sencillamente genial, al igual que esas etéreas notas de teclado que ponen el broche de oro a esta “I say no”. Proseguimos con “Hype” en la que volvemos a ver las notas de cuerdas tan rotundas que ya se hacen acreedoras de ser marca principal del sonido de Fuel Fandango, sobre todo gracias a su papel en el escaparate que es “Shiny soul”. Y es que “Hype” es como una vuelta de tuerca a “Shiny soul”, pero con un enfoque más rockero y contundente. Lo que es evidente es que “Hype” con el paso de las escuchas se convierte con facilidad en uno de los temas que más disfrutas y con los que más te mueves, ya que te imprime una notable dosis de adrenalina. “Just” continúa en la senda de la fuerza y energía y destaca sobre todo porque aquí Nita se cambia a cantar en español de forma clara y decidida durante unas cuantas frases, cuando hasta ahora de cuando en cuando soltaba alguna palabra o media frase insertada en los temas. “Always searching” se está perfilando posiblemente como 3er. single de la obra. Esta canción apuesta por un mayor vértigo rítmico, con unas interesantes pausas en su devenir sonoro. Los cambios que hay dentro de “Always searching” y las evoluciones sonoras dentro de la misma son muy válidas. El final lo reporta “Lifetime”. Personalmente estimo que el orden entre “Lifetime” y “Always searching” debería estar alterado; no en vano “Always searching” cerró el concierto de la Joy Eslava de hace unas semanas. “Lifetime” nos supone un final muy calmado, en fuerte contraste con el sentir principal del disco, y quizás, sí, debería haberse situado como una pausa ante tanto ritmo que nos hemos encontrado en la parte final, o al menos así lo siento personalmente. En este tema final se aprecia el deje aflamencado de la destreza vocal de Nita, sobre todo en esas partes en castellano que vuelven a aparecer con fuerza y energía sobre una melodía de medio tiempo. Por cierto, apuntar que los coros que hay en la parte final del tema, retumbaron en las paredes de la sala Joy Eslava cuando el público al unísono se puso a gritarlos a pulmón abierto cuando “Lifetime” sonó en el concierto del pasado día 10 de junio.

El primer disco de estudio de Fuel Fandango, de mismo nombre que el de la formación, como habrán podido comprobar en la simple lectura de este post y de forma evidente si lo han escuchado al mismo tiempo, ofrece una notable conciliación de distintos géneros musicales. La fusión musical, siempre que esta sea bien llevada, puede ser algo muy acertado, como creo que es el caso del álbum de esta semana, o algo horrible como es esa especie de pastiche farragoso que Lady Gaga ha colado en su último disco llamado “Americano”, de la que ya hablamos en el post de revisión de disco de la pasada semana.

Fuel Fandango han dispuesto en su concepción una mezcla de géneros que van desde el rock al flamenco, pasando de forma importante por la electrónica, el funky y otros subgéneros musicales. Y el resultado es que estamos ante uno de los discos más interesantes que se han editado en lo que llevamos de año. Si a eso le sumamos que el grupo en directo son sorprendentemente arrolladores, tenemos entre las manos algo a lo que habrá que prestar especial atención.

Además, creo que este debut de Fuel Fandango, con esa floreada portada, es un disco que viene pintiparado para estas fechas. Les sugeriría que lo escucharan mientras que se dirigen este verano a su lugar de vacaciones, ya sea volando en avión, en tren, o a través de la radio-cd de su coche de turno si van por carretera; ya saben que defiendo asociar la escucha de los discos a unas épocas determinadas. La apuesta de Fuel Fandango ofrece calidad y diversidad a partes iguales. Desde aquí les seguiremos los pasos, ya que tras este prometedor debut se lo merecen.
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