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viernes, 25 de junio de 2010

Discos, música y reflexiones cumple 2 años

Estamos de celebración. Esta semana celebramos nuestro 2º aniversario, y es momento de hacer balance, con lo que para estos próximos 7 días (8 en realidad, ya que publicamos con un día de antelación), a falta de 2 artículos (el artículo de “Thriller” de Michael Jackson y la crónica del concierto de Village People y otros artistas nacionales en Torrejón de Ardoz) tienen 3, lo que nunca habíamos hecho, o así creo recordar.

En este 2º año hemos crecido bastante y de distintas formas. Han sido 12 meses muy importantes para “Discos, música y reflexiones”, que comenzaron a tomar su forma poco después de que cumpliéramos nuestro primer año de vida y realizara la retrospectiva anual de nuestro primer año.

Digo que empezó poco después a tomar forma el estirón debido a nuestra participación en la IV Edición de los Premios 20Blogs del diario 20Minutos. Aquí conseguimos terminar en 6ª posición, de un total de 232 blogs. Un excelente resultado con una digna cantidad de votos en contraste con el único voto y el puesto “ni se sabe” de la III Edición. Con motivo de nuestra participación en dicha edición, nos realizaron nuestra primera entrevista. Fue en el estupendo radioblog “Luz De Gas”, a cargo de su titular, y a posteriori amigo nuestro, Juan Duque. Otro logro fue que dentro de la gala de entrega de dichos premios, a mi se me concedieron unos minutos para entregar unos premios simbólicos que me saqué de la manga en la dinámica de foros durante el tiempo que duró el concurso.

También derivado del concurso Premios 20Blogs y su IV Edición, establecimos contacto con Ordago13/Juan Ceñal del blog y programa de radio “10 Historias 10 Canciones”, quien nos abrió la posibilidad de tener nuestro espacio radiofónico en Radio Universitaria de Alcalá de Henares (RUAH). Con el consecuente vértigo que ello produce, fuimos poco a poco estableciendo contacto con el mundo de RUAH y tras 3 ensayos (2 de los cuales han terminado siendo programas de la 1ª temporada) nos lanzamos a las ondas. En un principio quise llamar al espacio “Discos, música y mucho más” para diferenciar blog de radio, pero al poco tiempo me pareció una estupidez y una forma de disgregar ambas funciones que están íntimamente relacionadas.

Yendo más lejos, en nuestro espacio radiofónico de RUAH hemos conseguido entrevistar a bandas muy interesantes del panorama pop actual como Second, Dr. Sapo u Oberón, con los que compartimos unos minutos de música, tertulia y radio más que interesantes. Sobre este aspecto quiero poner especial énfasis en lo que dispongo en el siguiente párrafo.

AVISO IMPORTANTE: Ya lo he comentado al final del artículo de “Thriller” de Michael Jackson, pero vuelvo a comentar que destaco especialmente el último de estos programas especiales, el cual se emitirá el próximo miércoles 30 de junio a las 22.00h en http://www.ruah.es/online.html, con una sorpresa que tenemos reservada para ustedes, para celebrar el fin de la 1ª temporada. Espero que el próximo miércoles hagan un pequeño hueco dentro de su rutina de miércoles por la noche y se pasen por el link que les he dejado de nuestra emisión on-line, en lo que será nuestro último programa hasta después del verano. Se lo confieso: me hará especial ilusión que lo escuchen en directo, más allá de que luego accedan al podcast. Igualmente espero que la sorpresa que les hemos preparado sea de su agrado.

En otros aspectos durante este 2º año, el número de visitas en el blog ha aumentado bastante, al igual que el de comentarios en las entradas. Si echo la vista atrás a junio de 2009, es como puedo ver el salto que hemos pegado desde entonces. Asociado a estar el blog directamente vinculado con nuestro espacio de radio, también hemos conseguido ya ser medio acreditado en conciertos y poder darles la cobertura de una forma más profesional.

¿Objetivos o, mejor dicho, sueños para este 3er. año que comenzamos? Pues por qué no, pedir ganar la V Edición de los Premios 20Blogs en la categoría de Mejor Blog de Música (por soñar que no quede), seguir consiguiendo que los managers y responsables de comunicación nos acrediten para conciertos que estemos interesados en cubrir y conseguir que los grandes grupos históricos del pop/rock de nuestro país, de una vez por todas nos hagan caso y se dignen a pasar por nuestro programa de radio (algo que es más difícil de lo que parece). Esto como deseos a nivel del blog y nuestro programa de radio. Evidentemente, y creo que desde el primer momento lo dije, mi objetivo es que a raíz de esta labor, algún día consigamos algún tipo de trabajo remunerado en algún medio de comunicación relacionado con el mundo de la música. Evidentemente tengo los pies sobre la tierra y lo que aspiro es a un sobresueldo, ya que pensar en que sin ser licenciado en Ciencias de la Información (aunque sí tenga carrera universitaria) pueda vivir exclusivamente de los medios, es una utopía.

Algunos cambios apreciarán en el blog en lo que al estilo se refiere, ¿no?. Hemos intentado ampliar a la 3ª columna, para aprovechar más el ancho de página, pero ha probado ser imposible con este tipo de plantilla, incluso habiendo consultado a expertos en el terreno del diseño blog. El formato de título de los archivos también se ha visto modificado ligeramente, siguiendo consejos externos, al poner el año en último lugar y entre paréntesis, para conseguir una mayor disponibilidad o repercusión en los buscadores de internet. La cabecera del blog, que nos diseñó hace aproximadamente un año nuestro amigo Ordago13/Juan Ceñal, la hemos sustituido por una realizada por un servidor, para poner marca temporal a este nuevo año de andadura. No obstante, la cabecera anterior está puesta al pie de blog, para no perder de vista parte de nuestra identidad de estos pasados meses y en parte agradecer a Ordago13/Juan Ceñal la labor que realizó y las numerosas modificaciones que le pedí en su día. El resto de variaciones son de naturaleza estética, más que funcional. Por ejemplo, he creado una especie de “botones-link” que les lleva a cada una de nuestras secciones y he cambiado el fondo del blog (dejando un solo color) y el color del texto. Espero ver sus comentarios e impresiones sobre estas ligeras modificaciones.

La dinámica de publicación seguirá siendo la misma, es decir, un disco por semana y conciertos cuando toque, a modo de plato extra en la semana en cuestión. Estoy pensando en modificar la estructura interna de los post, pero eso está aún por decidir; me refiero a sintetizar más el análisis del disco y acortar así la longitud de las entradas.

En todo caso, confío que durante este 3er. año sigan echando un ojo a nuestro trabajo y que en la medida de lo posible pasen un buen rato escuchando los discos que les proponemos y leyendo la revisión de los mismos que hacemos, sin olvidar de vez en cuando escuchar alguno de nuestros programas de radio, que con tanto ilusión hacemos. Gracias a todos los que en mayor o menor medida hacen que esto tenga algo de sentido. Y con este balance anual, me despido hasta la próxima semana; a modo de lo que digo en nuestro programa de radio, con ánimo de que coja peso como mi despedida personal: hasta entonces, sean buenos y disfruten de la música.
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Concierto Village People. Torrejón de Ardoz (18-06-2010)

Consideraba casi un crimen que tras 2 años de blog no hubiera comentado ni un solo concierto de los que acontecen en las fiestas de mi pueblo, bien sea en las patronales de octubre o en las populares de junio, recién finalizadas este pasado martes 22 de junio. Y es que a través de estos eventos tradicionalmente gratuitos desde que sé que el mundo es mundo, he conseguido ver a numerosos grupos o bandas, en su gran mayoría nacionales y este año ya hasta internacionales.

El consistorio de Torrejón de Ardoz, previo realizar recortes en otros eventos de las fiestas de nuestra localidad, tuvo a bien dar forma a un cartel, que aunque diste en muchos casos de los gustos de un servidor, sí que hay que reconocer que es de una fuerte tirada popular; véanse Macaco, Melendi, Estopa y La Oreja de Van Gogh. No obstante, a mi quien realmente me interesaba era el grupo neoyorkino Village People, grupo al cuál siempre tuve especial cariño desde que allá en mayo de 1997 escuchara “YMCA” en la radio (aunque ya me sonaba de pasada, lógicamente) y me decidiera a comprarme de mi bolsillo en plena adolescencia el disco recopilatorio doble en cd que acababa de editar la discográfica Divucsa en aquellos días, y que era el motivo por el que esa canción sonó no sé si en M-80.

Recuerdo que el cd doble me costó algo así como 2.600 pesetas en El Corte Inglés de Princesa (cuando la sección de discos aún estaba en la planta baja del edificio principal y no cruzando la calle Princesa). Si alguien en aquel mes de junio de 1997, en el que disfruté escuchando la música disco, bailable y comercial de este proyecto, me hubiera dicho que 13 años más tarde tendría la oportunidad de verles en directo, y que además sería gratuitamente y en mi municipio, le hubiera tomado a ese alguien por poco menos que un completo loco.

Nada es imposible y visto que nuestro ayuntamiento se anima con estas empresas (no hace mucho trajo también gratis a Boney M y Gloria Gaynor), ya me imagino algún día a The Cure o Depeche Mode tocando en la increíble explanada de conciertos del recinto ferial de Torrejón de Ardoz. Si el concejal de festejos lee este blog, que tome nota y que recoja el guante si se atreve.

A lo que vamos, finalmente el viernes 18 me acerqué al recinto con un par de amigos que sufrimos una lluvia incesante durante 25 minutos que amagó con fastidiar el espectáculo. Dicha lluvia tuvo lugar durante la sucesión de teloneros de lujo que precedieron a Village People. Dentro de lo que es un grupo de artistas que están unidos al calor del proyecto “Locos Por Los 80”, unos cuantos músicos de bandas míticas se pasaron por Torrejón a ofrecernos algún clásico de su repertorio tocando junto a una banda que sirvió por igual a cada uno de estos cantantes.Comenzó el espectáculo el dj apodado “El Pulpo”, que con su equipo de platos se valió para tomar el pulso al público allí presente y que aguantaba estoicamente la lluvia constante, con una serie de hits que pinchó uno tras otro. Empezó por “Antes que ver el sol” de Coti, y también hubo lugar para guiños mundialistas como el “Waka waka” de Shakira. Hubo espacio para canciones de Alaska y los Pegamoides como “Bailando” o posteriores como “A quien le importa” de su etapa en Dinarama. Animó bastante con sus canciones durante los 10 minutos que estuvo como protagonista en el inmenso escenario del recinto ferial de Torrejón de Ardoz. Ahí arriba pueden contemplar a “El Pulpo” haciendo de las suyas.“El Pulpo” dio paso a Fernando López de Modestia Aparte y a la banda de músicos que acompañarían a cada uno de los cantantes y componentes de los grupos míticos que formaban parte del cartel. Fernando nos ofreció sus mejores canciones y se disfrutaron especialmente “Mi generación”, con la que abrió su tiempo de protagonismo, el punto álgido que supuso “Como te mueves” y también otro temazo como es “Cosas de la edad”. En su tiempo, Fernando tuvo tiempo de hacer un repaso por los que estábamos en primera fila, y recuerdo que reparó en mí diciendo “estás todo calado”. Este chico, hay que decirlo, es increíble lo bien que se conserva. Parece que tiene 31 años, cuando a saber cuántos tiene ya a estas alturas; prueba de ello la fotografía que encabeza este párrafo. Vitalidad y ánimo no le falta. Pasamos un rato agradable de la mano de sus canciones.Pensaba que lo que vino a continuación era como una sorpresa de última hora, pero más bien como un añadido más, porque en el cartel figuraba que venía La Guardia, grupo recordado por canciones como “Cuando brille el sol”. Sin embargo, a la postre su hueco fue cubierto de última hora por el menudito y simpático líder de Taxi y otrora de Melón Diesel, Dylan Ferro. Pensaba que era un invitado de última hora que pasaba por allí, pero finalmente se confirmó que cubría puesto de última hora dentro del esquema del espectáculo. Ya vi a Dylan y a sus Melón Diesel en 2001 o 2002 en las fiestas patronales de octubre (no recuerdo con precisión en qué año fue, pues lo confundo con el de Sôber) y hace un año, en la primavera de 2009 junto a sus Taxi en la Semana de la Juventud. Dylan quiso jugar con el público, buscando la participación del mismo a base de hacerle que coreara las canciones y nos ofreció un buen puñado de grandes temas del repertorio clásico de Melón Diesel como “Quiero un camino” que fue quizás su mejor momento, y también otro instante bueno como “Jamás me fui”.Era la hora ni más ni menos que de Miguel Costas, el glorioso 2º vocalista de Siniestro Total tras el abandono de Germán Coppini. A la postre me alegro mucho de haber visto a Miguel Costas, aunque quizás no le esperaba con demasiado ánimo estando allí. Cosa que no entiendo, ya que es un tipo que me cae simpático desde que adquirí un ejemplar en dvd de la colección de “La Bola De Cristal” en el que aparece el video de “Menea el bullarengue” de Siniestro Total (a raíz de ese video, un amigo mío afirmaba que se parecía bastante a Miguel Ángel Gil Marín; con el tiempo se ha disipado algo ese parecido razonable). Y desde estas líneas, afirmo que Miguel Costas lo hizo realmente bien, ya que con su guitarra eléctrica puso el punto rockero a la noche (pueden verle sobre este párrafo en una fotografía que es una buena muestra de ello), con las sencillas pero contundente melodías clásicas de los Siniestro Total más memorables. Sonaron enormes canciones como la que abrió su segmento de actuación “Assumpta” y otros clásicos como “Miña terra galega”, el inmortal “Bailaré sobre tu tumba” y la increíble “Pueblos del mundo: ¡extinguios!”. Pues me quedé con ganas de más, porque además de aportar estupendas notas de guitarra eléctrica y su rotunda voz, Miguel Costas, con su peculiar sentido del humor y su acento gallego, estuvo particularmente simpático y gracioso entre canción y canción soltando varias chanzas.Y llegábamos al final de los teloneros, si es que se les puede llamar así, puesto que no sé si sería correcto. Dentro de este grupo de artistas llegaba ni más ni menos que el alocado Bernardo Vázquez de Los Refrescos para poner el escenario definitivamente patas arriba con su hiperactividad (curiosamente ahora establezco un parecido entre él y Thomas Dolby) y sus temas entre el pop y el ska. De hecho las pintas ska que llevaba eran una completa proclama al respecto. Sonó, como no, el “Aquí no hay playa” y uno de mis amigos, que acudió antes que nosotros al recinto, nos contó emocionado que había podido hablar con Bernardo antes de que comenzara todo. De hecho le dedicó la canción a él. También tocó otro tema interesante, aunque de menor calado en los recuerdos de la gente que fue “Todo/nada”. Bernardo divirtió y se esforzó con su actitud en despertar a la gente que ya se iba acercando al recinto tras haber amainado la lluvia que había caído insistentemente, sobre todo durante los minutos de “El Pulpo” y de Fernando López de Modestia Aparte. Por desgracia fue el que menos temas interpretó, y fue una lástima ya que Bernardo se mostraba con muchas ganas. Sendas imágenes del líder de Los Refrescos escoltan este fragmento de la revisión.Y se acercaba el momento. Llevo la verdad un tiempo en el que cuando acudo a los conciertos me gusta tomar conciencia de lo que veo y pensar muy seriamente en lo difícil que veía poder asistir a un concierto de la banda que tengo delante. Pienso en los días en los que estuve metido a fondo en los discos del grupo en cuestión y lo mucho que me gustaron (y siguen gustándome) y veo que contra todo pronóstico los tengo delante. Esto me ha pasado muy recientemente con Madness, Spandau Ballet y ahora con Village People.De acuerdo que 2 pesos pesados como el vocalista principal Victor Willis o el motorista de ingente bigote Glenn Hughes ya no están en la banda, uno por problemas de salud desde hace tiempo, derivados del consumo de drogas y el otro por haber fallecido tristemente hace un tiempo. No obstante, siguen en la brecha muchos de los principales como Felipe Rose, el indio americano, David Hodo, el constructor, o Alex Briley, el militar. Ray Simpson, en el grupo desde 1979 y haciendo actualmente las veces de Victor Willis, con un parecido más que razonable tanto en lo físico, como en la voz (abajo tienen una imagen del mismo), Jeff Olson como vaquero y Eric Anzalone como motorista, vienen a completar el sexteto de los actuales Village People.Evidentemente el tiempo no ha pasado en balde y se nota la avanzada edad de estos muchachos. Su espectáculo de coreografías, voces y bailes, todo ello dispuesto sobre las bases musicales de sus éxitos (es decir, no se acompañaban de músicos, sino que sobre la música pregrabada cantaban y bailaban), dejó bien satisfechos a los que allí acudimos. Fue una sucesión de grandes éxitos e inmortales de la música popular durante una hora y cuarto.El grupo comenzó a tocar sobre las 00.25h, terminando a las 01.45h aproximadamente. En ese periodo de tiempo destacaron sobremanera canciones como “Macho man” o “In the navy”, en la cual en los juegos de banderas hubo un momento para que los componentes de Village People realizara la coreografía con la bandera estadounidense en una mano y la española en la otra; la última foto del artículo muestra dicho momento. A continuación pueden ver a Ray Simpson vestido para la ocasión, con Alex Briley a su lado esforzándose en su proceder al micrófono.De sus grandes éxitos quizás sí se echó en falta “Can’t stop the music” (no confundir con una canción actual de Rihanna), pero no faltó mucho más. Aún así, del disco doble de grandes éxitos que tengo sí que hubo varias ausencias, como las notables “Sex over the phone” o “Ready for the 80’s”, que particularmente eché en falta. Ya ni siquiera menciono que del desconocido “Fox On The Box” de 1982, que tengo en vinilo gracias a mis padres, no salió ni una sola, a pesar de ser un lp con notables temas como “Radio freak” que cierra dicha obra. Comprueben en la siguiente foto la pose tan solemne del obrero David Hodo.Los momentos más celebrados fueron principalmente los que supusieron “In the navy”, “Macho man” y sobre todo el fin de fiesta de la mano de “YMCA”. Fue muy especial poder escuchar esta canción y ver como los 6 componentes de la banda realizaban esa mítica coreografía de escenificar las letras de las iniciales del título con sus contorsiones corporales. Sin lugar a dudas, esta canción es un clásico de la música de los años 70 y quizás el tema más recordado por la audiencia media de Village People. Como pueden ver en la siguiente foto, al vaquero Jeff Olson no le llegaba a alcanzar correctamente el flash de nuestra humilde cámara de fotos.Curiosamente “Go west”, que también sonó en mitad de la hora y pico de espectáculo del grupo, no fue tampoco demasiado aclamada y eso que es de los temas más famosos y rítmicos de la banda. Creo que quizás sea debido a que a día de hoy me da la impresión de que es más recordada la exitosa versión que Pet Shop Boys hicieron a comienzos de la década de los 90. Hubo tiempo para alguna sorpresa como una versión de “Don’t leave me this way” de The Communards para lucimiento personal vocal como solista del militar de la banda, el mítico Alex Briley. Abajo pueden ver a uno de los miembros más antiguos de Village People, Felipe Rose, con sus ya clásicos atuendos indios.Y tras el subidón de adrenalina que supuso “YMCA” y siendo casi las 2 de la madrugada, el show llegó a su fin. Fue una experiencia única, inesperada del todo y una gran alegría para mí por lo descrito de la simpatía que siempre tuvo por este grupo desde que me compré aquel citado recopilatorio. Igualmente, todas las entregas de la historia del pop español que precedieron a los neoyorkinos hay que valorarlas muy positivamente. Fue una buena noche, que de no ser por el chaparrón que nos cayó durante unos 20 minutos, que nos dejó empapados para el resto de la velada, hubiera sido perfecta.Este ha sido el único momento que he visitado este año las fiestas populares de mi localidad. Tenía pensado haber acudido a ver a los hermanos Muñoz el pasado martes, para en parte paliar el vilipendio al que les sometí en el Rock In Rio de 2008 cuando aproveché su actuación para cenar antes de ver a The Police. No obstante, las fuerzas y el hecho de no tener a nadie con quién ir en mitad de semana, el poder acostarme a las tantas de la noche y, sobre todo, el tener que madrugar al día siguiente, terminó de echarme para atrás.Espero que les haya gustado esta revisión y poder comprobar de esta forma que una banda como Village People, que me apuesto que muchos ustedes darían por muerta y requetemuerta desde hace años, sigue en activo y todavía en condiciones de hacer pasar un buen rato con su espectáculo y con sus inmortales canciones de la música pop de finales de los años 70.
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Michael Jackson - Thriller (1982)

Publico con unas horas de antelación debido a que este fin de semana estoy ausente de mi domicilio. Dicho esto, de forma escueta que no quiero enrollarme, pasemos a lo que nos ocupa esta semana. ¿Qué falta por escribir sobre este disco que nos ocupa esta semana? Yo creo que nada. Todo está dicho. Y, ¿hace falta que desde aquí apoyemos su escucha o su rescate del olvido? Pues no, ya que es un disco que siempre está presente y se trata de uno de los discos más vendidos de la historia de la música moderna (sino el que más). Entonces, ¿para qué vamos a hablar de él? ¿No es acaso este un blog que suele luchar por recuperar discos olvidados o grupos que están en un nivel inferior de conocimiento popular? Pues sí, pero igual que ya pasaron Madonna o Springsteen entre otros, Michael Jackson es pieza básica de la música moderna y esta obra es imprescindible, les guste a algunos o no. Por ello, y para celebrar nuestro 2º aniversario he tenido a bien decantarme por tan alta elección.

Además, sirva en parte para homenajear a Michael Jackson, justo cuando se cumple el primer aniversario de su fallecimiento, que en su día coincidió con el primer aniversario de nuestro blog. No es tarea fácil abordar obras tan grandes e importantes. Siempre me supone un grave respeto y cierto miedo el extenderme en mayor demasía de la que de por sí es habitual en mis artículos. Intentaré sintetizar lo máximo posible.

Jackson a comienzos de los 80 ya había despegado su vuelo por su solitario más allá de su grupo The Jacksons Five, en el que tanto sufrió debido a la conducta autoritaria y dictatorial que su padre ejercía sobre la formación. De hecho, el anterior trabajo de Jackson “Off The Wall” ya había demostrado que nos encontrábamos ante una gran estrella. Canciones como “Rock with you” valían su peso en oro y tras este prometedor despegue definitivo, sería justo al siguiente paso cuando Michael dio de lleno en la diana.

“Thriller” sería el título de su siguiente disco. Este álbum supuso una conmoción brutal a nivel mundial. No solo por la calidad de sus canciones, sino por los excelentes videoclips y el gran despliegue audiovisual que se produjo alrededor de la promoción de la obra. La duración de la promoción del trabajo duró una barbaridad de meses, dando varias veces la errónea impresión de que “Thriller” fuera publicado en 1983 o hasta el 1984. Y es que individualmente “Beat it”, “Billie Jean” o la propia canción título fueron sacudidas puntuales durante varios meses cuando fueron editadas como singles o estrenados sus videoclips en la televisión.

El comienzo de “Thriller” nos muestra una animada canción titulada “Wanna be startin’ somethin’”, que choca de primeras al acceder a la obra si es que te has guiado por las canciones más conocidas extraídas de la misma. El caso es que aquí se nos presentan animadas secciones de viento y coros luminosos escudando a Jackson, que quizás entroncan el mundo musical del que proviene el artista con la proyección internacional y el nuevo estilo que abrazaría a partir de aquí. En 2º lugar nos encontramos con “Baby be mine” que es una delicia de pop ligero, con unas acertadas melodías de teclado, sobre ese ritmo funky suave que viene a regalarnos una de las joyas ocultas de “Thriller”, más allá de sus grandiosos éxitos individuales a nivel internacional. Pierde ritmo respecto a la alborotadora “Wanna be startin’ somethin’”, pero gana sensualidad en su sonido, aportándola así en este aspecto un resultado global mejor. Tras la sensualidad, se pasa a una lenta balada, que además es una especie de continuación en lo que al título se refiere de la anterior pista. Michael pasa de pedir “nena sé mía” a afirmar “la chica es mía”. Es una lenta balada que sirve como preludio o aperitivo de la gran traca central del disco con los 3 inmortales de la música moderna que se situarán seguidos a continuación. En el primer paso de ese triunvirato, nos encontramos con la canción que da el título a la obra. Apoyada en el respaldo inestimable del videoclip más famoso de la historia de la música pop (creo que en esta ocasión no hace falta que cuente de qué va), “Thriller” es un tremendo ejercicio de música electrónica con matices del soul clásico del que provenía Jackson, que ejemplariza la principal virtud del disco: la innovación y perfecta simbiosis de 2 géneros musicales enfrentados. Las bases rítmicas, tan contundentes y marcadas en la producción, junto a esos teclados y arreglos de viento son marca principal dentro de esta canción.Y si cabe “Beat it” situada a continuación, nos va suponer otro momento de frescura al introducir aquí matices de rock gracias a la guitarra de Eddie Van Halen. Es quizás la pieza más potente del disco y a ratos mi preferida. El clip grabado que, entre coreografías muy acertadas, muestra el ambiente de las bandas callejeras de las grandes ciudades de los Estados Unidos, fue otro gran fenómeno mediático. Dentro de la rotundidad de la canción, como ya he dicho, la parte de solo de guitarra es genial. Una canción muy pegadiza y llena de adrenalina, que entona a cualquiera que la escuche de camino a su trabajo por la mañana. El tercer gran hit es “Billie jean”. Con el estribillo quizás más recordado de Jackson “Billie jean no es mi amante…” es asimismo de los más memorables dentro de la historia del pop en general. Jackson en el video muestra sus pasos de baile en esa acera de baldosas luminosas, conformando otro fotograma imborrable de los últimos 30 años del pop. No deja de ser curiosa esta disposición de los 3 grandes hits del disco seguidos y en la parte central de “Thriller”. Creo que lo más acertado hubiera sido alternarlos, pero bueno, supongo que dentro del universo de Jackson, en aquella época en la que medían tan milimétricamente todos sus pasos, algún motivo de peso habría para poner de esta guisa el set list del álbum. En todo caso, estas 3 canciones que nos han venido seguidas, pueden estar sin ningún tipo de duda en el top 5 de las mejores canciones de Jacko. Tras tanta sacudida durante los 3 últimos cortes, la relajada “Human nature” se agradece gracias a la calma que nos transmite, lo cual nos permite recuperarnos de tanto ritmo y emoción transmitida en los 3 pesos pesados que se han encadenado en la parte central del disco. Luego “P.Y.T. (pretty young thing)” retoma el pulso con sus animadas bases rítmicas y su desenfadado carácter pop. Casi nos recuerda a los sonidos de algunos pasajes del anterior “Off The Wall” en ciertos momentos. En todo caso “P.Y.T. (pretty young thing)” es una pieza llevadera y animada que no desentona en “Thriller”. Sin embargo, Jackson dispone como cierre una lenta balada, que no queda mal como último paso, apoyada en unos teclados muy suaves y delicados para dar forma a “The lady in my life”. Es un final muy discreto, quizás demasiado discreto para un disco que guarda dentro de sí 3 inmortales de la música moderna (“Beat it”, “Thriller” y “Billie Jean”) y otras piezas tan interesantes como “Baby be mine” o “Wanna be starting something”.

Y esto es lo que contiene dentro de sí “Thriller”, que no es poco. Estamos ante uno de los discos más exitosos de la historia de la música moderna y en los años 80 tan solo discos como “The Joshua Tree” de U2 o “Like A Virgin” de Madonna supusieron estremecimientos tales como los que ocasionó este disco de Jackson. Tal fue la repercusión y tan largo se extendió en el tiempo la promoción del disco, que en la década de los 80, cuando los artistas normalmente editaban un disco por año, Jackson se permitió el lujo de esperar 5 años hasta que publicara “Bad”.

La repercusión mediática del disco fue exagerada. Michael Jackson se convirtió en la gran sensación del momento y en un símbolo mundial. Pasó a ser uno de los personajes más imitados por sus innovadores bailes, movimientos y también por su estilismo. Jackson fue de los primeros que supo aprovechar el gran avance audiovisual que el mundo de la música experimentó a comienzos de los años 80. Sus videoclips promocionales son un buen ejemplo de ello.

No obstante, estos días tan felices para Jackson fueron a su vez paradójicamente los del inicio de su lento declive. Es cierto que tanto “Bad” como “Dangerous” fueron discos con una repercusión importante, aunque dichos trabajos no hayan entrado en la historia de la música con letras doradas como es el caso del disco que hoy hemos homenajeado, ni tampoco como es el caso de “Off The Wall”, que cada vez está más valorado.

Me refiero a lo del declive debido a que hace un año y a raíz del inesperado fallecimiento del artista, se desveló un video con un tétrico accidente laboral del Jackson al realizar una promoción para una conocida marca de refrescos. Michael sufrió una explosión de unos fuegos artificiales cerca de su cabeza que hicieron que su cabellera se prendiera y a consecuencia de ello sufriera severas quemaduras en su cráneo. Esto derivó en la necesidad de tener que tomar calmantes y el comienzo de los problemas de salud de Jackson.

No vamos a hablar del progresivo descrédito que fue acumulando esta estrella a partir de 1996 en adelante hasta que falleció el año pasado. Curiosamente su bajada de popularidad más pronunciada empezó tras la humillación a la que mi admirado Jarvis Cocker, líder de Pulp, sometió a Jacko en los Premios Britt del citado año.

Dejando de lado todas esas consideraciones, hay que reconocer que “Thriller” es un gran disco y que Michael Jackson fue la estrella más importante, deseada, admirada y también la que más curiosidad levantó desde 1982 hasta mitad de los años 90. “Thriller” es un excelente conjunto de canciones con una triada de clásicos inmortales de la música pop que no tienen posibilidad de discusión alguna.

Sirva este humilde post como una especie de homenaje que desde este blog realizamos al peculiar Michael Jackson, recuperando su disco y sus días más gloriosos, en los que este personaje era protagonista por su música y no por sus excentricidades. He de decir que Jackson no está ni de lejos entre mis artistas favoritos, pero no es de los casos que me causen animadversión, con lo que he tenido a bien rendirle este pequeño tributo justo en esta semana que se cumple un año de su muerte. No obstante, y tras haberles confesado esto último, he de decirles que escuchar “Thriller” es una experiencia satisfactoria aunque no seas fan de Michael Jackson; espero que se animen a ello pues.

Llegamos al final de nuestra 1ª temporada en Radio Universitaria de Alcalá de Henares. Este miércoles pasado se pudo escuchar nuestro penúltimo programa dedicado a “The Lexicon Of Love” del grupo ABC. Ya saben que pueden escucharlo este sábado a las 19.00h en http://www.ruah.es/online.html, y así se lo recomiendo pues tardaré algo en subir el “DMR 1-23”.

No obstante, lo importante para mi llega este próximo miércoles 30 de junio de 2010 en nuestro último programa, con una gran sorpresa que les hemos preparado para despedirnos hasta septiembre. No voy a desvelar la misma por un sencillo motivo: sé que es mucho pedir, pero me gustaría que en la medida que sus quehaceres se lo permitan, este próximo miércoles estén presentes a las 22.00h en http://www.ruah.es/online.html para escuchar en directo nuestro último programa. Evidentemente subiré el audio de lo que les tenemos preparado en el futuro al servidor ivoox, pero me gustaría que registráramos una buena marca de audiencia para despedirnos por esta primera temporada. Sé que no me defraudarán.
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sábado, 19 de junio de 2010

1998 Garbage - Version 2.0

Si me preguntan por qué grupos marcaron mis días de enseñanza secundaria o de instituto, las bandas que curiosamente me vienen a la mente son Everything But The Girl y Garbage. Y siempre esto se me hace algo raro, porque precisamente en 1º de B.U.P. fue cuando empecé a sentir la música como la siento y fue con The Cure con quién empecé, en los días del lanzamiento de “Wild Mood Swings”. Luego en junio de 1998, al finalizar 3º de B.U.P. (en pleno comienzo del Mundial de fútbol de Francia) me metí con The Smiths y anduve fascinado aquellos días con “The Queen Is Dead”. Algo más tarde, en septiembre de aquel año, descubrí a Depeche Mode, tras llamarme la atención una canción que había lanzado Rammstein que originariamente era de la banda, “Stripped”, para aquel tributo de varios artistas que se llamó “For The Masses” a los de Basildon.

Pues ya ven, aunque mis grupos favoritos hicieron acto de presencia en mi vida en mis días de instituto, a quién recuerdo con más fuerza en aquella etapa fue a estas 2 bandas que he mencionado en la primera frase del artículo de hoy. Y claro, he tendido a buscar los motivos por los que es así. Creo que básicamente fue que en la 2ª mitad de los años noventa tanto Everything But The Girl, como Garbage, tuvieron un gran éxito y bastante repercusión mediática. Otro aspecto es que a estos grupos, salvo en puntuales ocasiones, no he vuelto a acceder con demasiada euforia a posteriori, como si hago periódicamente con Depeche Mode, The Smiths o The Cure.

Y por ello es que hoy he considerado un buen día para retomar a Garbage y el que fuera su glorioso y estupendo 2º trabajo, aquel “Version 2.0” editado en verano de 1998. Ya hice lo mismo con Everything But The Girl hace justo un año con su “Temperamental” y ahora es el turno de que Shirley Manson y sus muchachos pasen por el blog. Aunque quien más destaca dentro del núcleo de la banda es la citada vocalista, los otros tres componentes, Butch Vig a la batería, Steve Marker al bajo y Duke Erikson a los teclados y guitarra, son muy importantes de cara a afirmar que a finales de los noventa representaron la máquina sonora más potente e interesante, gracias a sus matices electrónicos, dentro del territorio del pop accesible internacional.

Garbage se había postulado con su disco de inicio de mismo nombre como una banda de rock/pop, de sonido sucio, agresivo y algo lúgubre. La grave voz de su vocalista Shirley Manson jugaba un papel muy importante en esa percepción y la textura de canciones como “Vow” o “Only happy when it rains” demostraban claramente el carácter sonoro de esta formación. Fue un prometedor disco de estreno dentro de un panorama musical mundial algo revuelto, en el que el brit pop empezaba a resquebrajarse tras el punto álgido de 1995. Había que recolocarse pues y aprovechar los huecos del mercado.

Llegaba 1998 y Garbage retomaba el pulso a la actividad con su 2ª entrega, simplemente titulada “Version 2.0”. Y en efecto se trataba de una nueva “versión”, ya que el grupo abordaba caminos más cercanos al pop en este disco, aunque también hubiera un buen porcentaje de canciones al estilo de su disco de debut, con ese oscurantismo, melancólico y a ratos depresivo que Shirley sabía transmitir correctamente. Ahora lo veremos.

“Temptation waits” muestra ese camino pop más marcado en el estribillo de la canción. Salvo alguna parte de la prosa y la distorsión de las guitarras, se ve un carácter más pop y una evolución respecto al sonido del disco de debut. Sin embargo, el grupo a través de sus 2 primeros singles intentó no dejar tan perdidos a los seguidores. Precisamente nos encontramos ahora al segundo sencillo, la peculiar “I think I’m paranoid” que está más acorde con los sonidos supuestos a Garbage, aunque en esta ocasión la intensidad está en el estribillo. Hay partes más accesibles, como el comienzo de la canción, pero la contundencia de la guitarra y Shirley suenan con más fuerza que nunca cuando deciden romper en la canción. Y la verdad es que los singles fueron los que marcaron el ritmo del devenir de “Version 2.0”, ya que el 3er. y cuarto sencillo serían los que mostraran a Garbage como un grupo más accesible. Después de “I think I’m paranoid” se presenta la ligera “When I grow up”, que fue un gran éxito en su día, a pesar de su posición como 4º sencillo. De hecho fue la canción con la que Garbage confirmarían su popularidad en nuestro país tras la aproximación de accesibilidad de “Special” que fue el 3er. single. En los días de promoción de esta canción, fue cuando Garbage vinieron de gira a La Riviera y hasta formó parte de alguna campaña publicitaria de la época. El tarareo, y la fuerte melodía pop hacen de “When I grow up” un tema fuertemente pegadizo y comercial. Me gusta mucho, la verdad. Es un subidón de adrenalina pop estupendo, sobre todo en su parte final con Shirley alcanzando unos registros vocales muy interesantes en la repetición de la frase “lo hice todo trizas y lo dejé marchar”. “Medication” aborda la parte lenta, lánguida y relajada del disco, con esa suave melancolía que Garbage aborda de vez en cuando. Nos vamos a encontrar algún que otro ejemplo interesante de este estilo en la obra, como veremos en “You look so fine”, pero ya en sí “Medication” a ratos es estupenda como por ejemplo en esa relajada sección en la que Manson dice “y todavía puedes llamarme co-dependiente, de alguna forma me echas la culpa a mi”. “Special” fue la canción que terminó de acercarme a Garbage, ya que el siniestro clip de “Push it” y “I think I’m paranoid” de primeras no me convencieron. Aquí, la ayuda promocional en forma de video vino de la mano de una especie de batalla aérea futurista entre los componentes de la banda, perfecto para una canción con tanto ritmo y velocidad. El estribillo tiene un fortísimo gancho sonoro y se trata de una canción pop, con la base sonora potente de Garbage que comenzó a abrir el camino a las grandes masas a un grupo que a priori asustaba en cierta medida. Garbage tiene mucho que agradecer a “Special”. Después de este momento pop se hace algo agreste la atropellada “Hammering in my head” que vuelve por los derroteros más contundentes de Garbage, mezclando guitarras con electrónica y con distorsiones vocales digitales de la voz de Shirley (algo muy marca de la casa en este disco). También hay lugar para alguna parte más calmada e incluso hipnótica que sirve como descanso en mitad de la marea de fuerza de esta pista. Gracias a esta canción y la posterior presencia del primer single extraído “Push it”, “Versión 2.0” coge el ritmo sonoro de origen del grupo, dejando el sonido pop durante un rato.“Push it” de hecho vino a acompañarse con un video algo tétrico, con personajes algo raros, con Shirley y el resto de la banda asemejando a personajes algo raros y misteriosos que me causó en su día bastante desasosiego. Es la pieza más contundente y oscura de la obra. Es una buena canción, pero creo que fue muy arriesgado ponerla como 1er. single, de cara a conseguir un mayor éxito. No obstante, para conseguir el reconocimiento del gran público ya se encargó la tarea a “Special” y “When I grow up” y de hecho lo consiguieron. “Push it”, en parte como la anterior “Only happy when it rains” contiene frases tan contundentes como el inicio: “estaba enfadada cuando nos encontramos, creo que todavía lo estoy…”. Destaca la fuerza y arrojo del estribillo: “este es el ruido que me mantiene despierta, mi cabeza explota y mi cuerpo sufre. Apriétalo, haz que los golpes suenen más fuerte”. También es digno de mencionar la alternancia de Shirley al micrófono conteniéndose, mostrándose sensual, y desgañitándose a partes iguales a lo largo de su duración. Un tema poco amable y muy en la onda que Garbage habían mostrado en su debut. Hubo 6 singles o 6 canciones con promoción comercial. “The trick is to keep breathing” tuvo sus momentos de protagonismo en sus días en la cadena alemana Viva Zwei que tanto visionaba en aquellos días. Su clip era una especie de compendio de imágenes al ralentí del grupo en directo, para dar forma a una canción que sigue la estela de canciones como “Medication”, que antes hemos mencionado como más que interesantes dentro de los recovecos de esta obra. En su día, cuando me hice con el disco, el cuál, he de confesarlo, lo tengo en copia desde cd original en cinta de casette (no vean lo bien que se escucha a día de hoy, no se crean), fue una de las canciones que más disfruté. Recuerdo dejarme llevar en mi cuarto por su sinuosa melodía y su contenida tristeza y desesperanza melódica (y también lírica en este caso), tumbado en la cama después de terminar las tareas, trabajos o estudios derivados de aquellos días de C.O.U. (quién en su día vivió tal curso, que era la antesala de la anterior selectividad, lo sabe). Más allá de consideraciones personales esta canción es una pequeña joya oculta, no en su día, ya que fue single y tuvo videoclip, pero sí en la actualidad dentro de la discografía del grupo y a vista de 12 años. Cuesta nuevamente hacerse al ritmo y oscuridad mostrada por un tema como “Dumb”, que llega tras este momento de calma y decadencia exquisita. No obstante “Dumb” es heredera nuevamente del sector oscuro y vital que Garbage ofrecía en su anterior disco. Dentro del sonido más rockero y agresivo, nos encontramos ahora con “Sleep together”. Después de escuchar al completo “Version 2.0” uno se da cuenta que el giro al pop no es tan fuerte como aparentemente se puede pensar, y gran parte de esa quizás errónea percepción estriba en la fuerte popularidad que alcanzaron por separado “Special” y “When I grow up”, pero creo que por ejemplo “Sleep together” no muestra mucha luminosidad que se diga. La pieza exótica en su sonido y estructura, con un guiño quizás a otros géneros, es la penúltima pieza del disco “Wicked ways”. Se aprecia un mayor sello Garbage en el estribillo, pero fuera del mismo el ritmo de la canción está bastante alejado de cualquier ejemplo que nos hemos encontrado hasta ahora en la obra. Es una especie de medio tiempo, que con esos sonidos electrónicos y guitarras queda bastante curioso. El disco de hoy es otro ejemplo de rúbrica sobresaliente. En este caso de matrícula de honor. Y es que “You look so fine”, dispuesta como final del disco, es sencillamente una de las mejores canciones de la obra y de la discografía de Garbage en general. Una preciosa balada oscura y triste, aunque en la letra se refleja un amor llevado al extremo que no resulta demasiado sano. El video que se filmó es precioso y muy acorde con las notas de teclado gélidas que suenan en la canción; muestra a Shirley Manson arrodillada quizás ante el cuerpo de su amado en mitad de la nieve (el cuál no sabría ahora recordar si estaba dormido o estaba muerto), cantándole la letra de la canción. Shirley está muy elegante y muy guapa en este video, ataviada con un vestido ajustado de tonos pastel y con su pelo largo liso cayendo a partes iguales a ambos lados de la cabeza. Esta preciosa pieza, al igual que “The trick is to keep breathing” fueron de mis canciones de cabecera de aquel invierno 98-99 a la hora de escuchar música en mi cuarto.

Para todos los que recordamos aquella época, “Versión 2.0” fue uno de los discos más celebrados de aquel periodo entre verano de 1998 y la primera mitad de 1999. Recuerdo que en mi grupo de amigos de instituto gustó bastante (gracias a ellos conseguí la copia de cd original en casette) y hasta alguno de ellos se declaraba como gran fan del grupo. Aunque anduvo presente en mi vida cotidiana toda aquella temporada 98/99, fue principalmente en la 1ª mitad de 1999 cuando le presté más atención, a la par que me iba sumergiendo en discos como “Hatful Of Hollow” de The Smiths.

Situó a Garbage como una de las promesas de la música del momento, gracias a que el grupo había suavizado su propuesta gracias a su 3er. y 4º single del disco. Para no perder la esencia oscura, “You look so fine” fue editado como 6º single (o al menos se le dió promoción comercial, con la grabación de un delicado, precioso y gélido videoclip) y previamente fue “The trick is to keep breathing” quien siguió con la exitosa etapa promocional de este álbum. La portada es muy sencilla, con un fondo cuadriculado y rojo, sobre el cual se dispone el nombre del grupo y del álbum.

Tal fue la repercusión que alcanzó Garbage, que hasta fueron escogidos como la banda encargada de la nueva canción de la siguiente entrega de la saga de James Bond, en los días de mi no muy querido Pierce Brosnan, “El Mundo Nunca Es Suficiente”, con un tema fastuoso y algo oscuro, que sin desvirtuar el sonido de los temas Bond, llevaba el toque genuino de Garbage.

Y digamos que Garbage no terminó de rematar la jugada y el resto de sus entregas a partir de “Version 2.0”, además de ser escasas, también son algo flojas. Por ejemplo, su siguiente disco “Beautiful Garbage” no le llega ni a la altura del betún a este “Versión 2.0”; no hay más que escuchar la discretita “Androgyny”, que es un single falto de la emoción del pop de canciones como “Special” o del sonido duro de Garbage de canciones como “Only happy when it rains”.

El grupo en la pasada década a ratos pareció estar disuelto, luego retornó con el tampoco acertado “Bleed like me” y se oyen rumores de nuevas grabaciones en breve. Veremos si Shirley Manson y sus compañeros retoman el camino de las buenas canciones que compusieron para la estupenda obra que les proponemos para esta semana, ya que desde “Version 2.0” estimo que perdieron el toque. Espero que les guste el disco. A mi, volver a escucharlo, me ha trasladado en el tiempo 12 años atrás a unos días que recuerdo con especial cariño; supongo que en ello influirá que la temida selectividad de aquella temporada, tuvo un final feliz y notable para mi.
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sábado, 12 de junio de 2010

09-06-2010 Concierto Angelik Acid. Madrid

Este pasado miércoles tuvimos la ocasión de asistir al concierto de presentación del primer disco de estudio de la banda Angelik Acid, titulado “Delayed”. La cita estaba concertada en la sala La Boite, justo en el centro de la ciudad. La hora en principio eran las 21.30h, pero haciendo honor al título de su debut, y como suele suceder en este tipo de conciertos, el comienzo se retrasó una hora hasta las 22.30h. Llegamos tan pronto que al entrar en la sala, los operarios nos invitaron amablemente a salirnos, teniendo que escoger el restaurante argentino de enfrente para tomarnos unas cervezas previas. Como suele ser habitual, hicimos nuevas amistades, con las que mantuvimos unos ratos de tertulia muy interesantes. Tras este calentamiento, volvimos a la sala, que ya mostraba un aforo más que decente para el concierto.

Angelik Acid, a partes iguales nos puede recordar musicalmente hablando a una mezcla de los primeros Garbage de Shirley Manson (cuando no se habían “popificado” en exceso) con los Cycle nacionales, con algunas gotas de los Siouxsie And The Banshees de los comienzos. Digo esto para que se hagan una pequeña idea. El fondo trasero del escenario, aprovechaba su pantalla para iluminar el nombre del grupo y también compartir protagonismo con el símbolo de la formación, ese doble triángulo concéntrico que simboliza la doble A como inicial del nombre de Angelik Acid.El grupo, compuesto por Paula Medina como vocalista, Jordi Claver encargado de las programaciones electrónicas, Juanjo Reig a la guitarra y bajo, Pablo Giaretta, alias “Aquiles” (también componente y líder del grupo Circus) como guitarrista y Raúl López a la batería, inició el show sin la presencia de su vocalista, con una “intro” instrumental de lo más interesante. A continuación Paula salió a escena con un peinado cardado bastante llamativo y con un vestido fuxia, con toques de negro y la banda se arrancó con un interesante tema de apertura, bastante contundente y de fuerte pegada titulado “Out of time”.Durante la hora del concierto el grupo nos ofreció un listado de 13 canciones más un bis con bastantes momentos álgidos, entre los que destacaron piezas como el single promocional “I want to…” que apareció en la 2ª parte del concierto. Paula advirtió precisamente al llegar al ecuador del show que ahí era cuando empezaba el concierto de verdad. Y en parte tenía razón al incluirse allí las canciones de mayor potencia.No obstante, en la 1ª parte del show, y teniendo principalmente en cuenta que aparte de “I want to…” no conocía ninguna otra canción del grupo, nos llamó especialmente la atención el tema “Under the covers”. Una pieza que goza de la potencia, oscuridad y rotundidad del sonido que destila Angelik Acid, pero que en su estribillo tiene unos puntos álgidos dentro de la melodía, unos registros vocales altos y un sonido que muestra algo de luz dentro de la oscuridad sonora de la banda que la hacen muy especial. Tal es su potencia que fue escogida como el único bis de la actuación, repitiendo su interpretación. De la primera parte del concierto igualmente me gustó mucho, como ya he mencionado, el tema de apertura “Out of time”, que ya desde el inicio tras la “Intro” definió perfectamente el sonido de Angelik Acid.En la segunda mitad destacaron “Lost seeds” y la versión de “The look” de Roxette que se marcó la banda y también la canción más compleja estructuralmente del disco a primera vista “Black party”. Citando nuevamente “I want to…”, Paula se acompañó de un invitado especial para cantar el tema a dúo, con una química más que interesante en el escenario; la prueba la tienen justo al finalizar este párrafo. La energía sonora desprendida por la potencia de las guitarras a cargo de Pablo “Aquiles” y Juanjo, sumado a los bailes y en algunas ocasiones pasos militares que Paula se marcaba en el escenario, hicieron que la sala estuviera muy metida en el concierto.Se llegaba al final de la mano del bis de “Under the covers”, que estratégicamente se puso como cierre y para sonar 2 veces, puesto que será la siguiente canción promocional del disco, y la que creo que terminará de hacer que Angelik Acid pegue un gran salto cualitativo mediático, ya que es un tema con mucho gancho, pero que no traiciona las formas de este grupo. Abajo Paula y Pablo a pleno rendimiento con Raúl cubriéndoles las espaldas.Acudir al concierto sin haber escuchado el disco hace que te quede un recuerdo difuso a la hora de presentarles esta crónica. En un futuro les presentaré el disco de la obra, al estilo de lo que solemos hacer, para que puedan adentrarse en el universo de Angelik Acid de forma menos agreste. La propuesta musical resulta interesante y con mucha energía. La única pega del concierto, es que quizás debido a las mezclas, las programaciones a cargo de Jordi, quedaron bastante diluidas, y eso, la verdad, fue una lástima, pues le aporta unos matices muy interesantes a la textura de las canciones. Este es el despegue de una formación que promete dar guerra en los próximos años y desde aquí seguiremos sus pasos y su evolución.Al final del show, y gracias a las nuevas amistades que hicimos, pudimos acceder a hablar con Pablo Giaretta, alias “Aquiles”, para poder intercambiar algunas impresiones del concierto. Pablo estaba satisfecho tanto del concierto como del aforo que había casi abarrotado la sala La Boite. Le pregunté por quizás una obviedad, que era confirmar si “Under the covers”, que tan bien había sonado las 2 veces, iba a ser el siguiente single. Pablo así nos lo confirmó, informándonos que ya estaba en marcha la grabación de su correspondiente videoclip de la mano del director Ramón Salazar, el cuál también había incorporado en un rodaje cinematográfico propio a la cantante de la banda Paula. Precisamente a Paula pudimos simplemente saludarla, tras mediación de Pablo “Aquiles”, pero en eso nos quedamos; no pudimos entrevistarnos con la vocalista de la banda. Antes de este párrafo, pueden ver a Pablo tocando a tumba abierta, con Raúl López, batería de la banda, en 2º plano. Pablo Giaretta nos pareció un gran tipo en los minutos que amablemente nos concedió, a pesar de que le interrumpimos en sus tareas de recoger su equipo musical. En todo momento irradió simpatía y muy buen rollo. En el plano musical, como ya hemos mencionado, destacó mucho su entrega sobre el escenario de la sala La Boite, aportando inestimablemente al sonido de su banda Angelik Acid.Fue un buen concierto, nosotros al menos quedamos satisfechos, y sin duda una interesante propuesta. Confío en que les haya gustado este reportaje y les mueva a hacerse con más información sobre el grupo. Nuevamente, quisiera agradecer a Mónica Caballero de Promociones Sin Fronteras todo su apoyo e interés a la hora de facilitarnos el acceso a este evento.
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2004 Sôber - Reddo

Advertí hace unas semanas con el post sobre aquel concierto que ofreció Sôber en Madrid, que no a mucho tardar tocaría revisar uno de los discos de la formación metalera madrileña. Y esta es la semana que dedicamos en exclusiva a los hermanos Carlos y Jorge Escobedo, a Antonio Bernardini y a, en su día, Alberto Madrid. Sôber han regresado tras un largo parón que se produjo después de la gira y promoción de este disco que hoy proponemos. Nunca entendí ese cese de actividad, y más cuando el grupo estaba en su nivel más alto de popularidad.

Y es si cabe más incomprensible, ya que Sôber llevaba varios años luchando como banda para conseguir abrirse camino y poco a poco fueron sumando adeptos, hasta haber conseguido una respetable legión de seguidores a nivel nacional y también en el extranjero. Yo recuerdo que les conocí como teloneros de HIM y me sorprendieron muy favorablemente. A partir de entonces les seguí la pista.

Aquellos días eran los tiempos del ep “Synthesys”, pero la subida de nivel de la banda se produjo con el lanzamiento de “Paradysso”. Gracias a canciones como “Arrepentido” o “Una eternidad” el grupo empezó a sonar con más insistencia en la radio e incluso llegaron a aparecer por los 40Principales (hecho que quizás desagradaría a algún seguidor, pero que por otro lado, acercó su música a otros sectores de público).

Con este trabajo, previo a la obra que hemos escogido para esta semana, llegarían los premios, el reconocimiento de la crítica, la subida en las listas de ventas, el aumento de forma muy importante del número de conciertos de su gira y la multiplicación del número de seguidores de la formación. Sôber era uno de los grupos de moda, y sin duda la formación metalera nacional del momento, siendo una de las que dentro de ese género habían llegado más lejos, y con total merecimiento.

Llegaba el momento de la confirmación y el siguiente disco de la banda se mostraría vital de cara a comprobar de qué palo iba Sôber. Curiosamente, como luego comentaré, el camino tomó la dirección a priori menos esperada tras el lanzamiento del siguiente álbum. El caso es que la respuesta a las expectativas fue el disco “Reddo”, “reflejo” en latín; al respecto recuerdo una entrevista a la banda en 20Minutos en el que no sé si era Carlos el que decía que la portada simbolizaba perfectamente el título del disco, ya que al mirarlo de frente reflejaba tu propia cara; qué cosas se sacaban de la manga estos muchachos. Veamos que llevaba dentro de sí el “reflejo” de Sôber.

“Una hora más” abre con una base rítmica de rock metal brutal. Aquí ya vemos que la producción del disco es mucho más clara y accesible que en obras anteriores del grupo. Quizás ese es el punto de crítica, ya que antes el sonido era más farragoso y aquí, aunque no se abandonen las potentes guitarras y líneas de bajo, junto a la contundente batería, se ve un sonido más limpio. El caso es que esta canción es de mis favoritas del disco. No sé por qué motivo, pero en esta obra me gustan principalmente 2 de las canciones con una letra más esperanzada, como se puede ver en el estribillo “estaré a tu lado, cuando sufras, cuando llores. Te tendré en mis brazos, ahora el tiempo es solo tuyo”. La melodía construida alcanza una emotividad, y en cierta parte un punto épico en el citado estribillo, que hace de esta pieza una de las joyas ocultas; y digo eso de joya oculta, ya que aunque se trate de la apertura de “Reddo”, no fue editada como single, aunque yo vea a “Una hora más” como clara candidata a que lo hubiera sido. De hecho, los 3 singles del álbum vienen seguidos a continuación. “Cientos de preguntas” es cierto que tiene más gancho y es más fácilmente identificable para los seguidores de Sôber de toda la vida. Sin embargo, “El hombre de hielo” es una pieza algo exótica dentro de “Reddo” al alternar partes casi a capella de Carlos Escobedo al micrófono, con otras contundentes, fuertes y agrias. Tras ello, llega “La nube”, que es el single más destacado del disco. Llegó a sonar y verse el video en los 40Principales, aspecto por el cuál la banda fue muy criticada. Qué tontería; en los 40Principales suenan de vez en cuando cosas interesantes y Sôber en su día fue un ejemplo de ello. De acuerdo que es un tema más accesible, pero no se deja de lado la contundencia sonora de la banda. Se describe la historia de un amor terminado con acertadas frases. El final, con ese sostenido vocal del estribillo “que ya pasó, soñaré…” es excelente. Se acompaño de un videoclip grabado en Berlín en el que los componentes de la banda huyen de una chica con un aspecto levemente gótico, simbolizando lo máximo posible la letra de la canción. ¿Qué quieren que les diga? Me encanta este tema. El siguiente paso de “Reddo” tiene un punto emotivo y algo sensible en su melodía. “Penitencia” vuelve a guardar, sin embargo, el punto agridulce en la letra y la historia que cuenta. La incomprensión y el fin del amor son quizás los aspectos más relevantes puestos sobre la mesa en esta canción de sonido bastante accesible. Quizás la pieza más alejada de las texturas musicales de la banda es que media el ecuador de “Reddo”. Un carácter acústico y a ratos orquestal o clásico da forma a la siguiente pieza titulada “Solo”. Carlos Escobedo nos narra de forma relajada y sentida la nueva penitencia a la que se ve sometido en su soledad, con partes realmente delicadas y bellas. Una canción que realmente a los fans más cañeros de Sôber deja fácilmente en fuera de juego. Como curiosidad, decirles que la escuché como hilo musical de una heladería de una famosa cadena del sector el pasado jueves por la noche; aluciné en colores.No obstante, esto no deja de ser un mero espejismo, ya que las bases metaleras regresan con fuerza en la siguiente pieza. “Lo perdí” habla de ausencias y de carencias, muy en la onda del resto del disco. “Reflejo”, además de ser la canción que da título traducido a la obra, es otra de las piezas accesibles y que deja de lado las bases rítmicas más contundentes en su primera parte para ir ganando poco a poco fuerza, pero que en definitiva forma una canción de enfoque más bien rockero. Después, “La burbuja de cristal” se muestra agresiva desde el inicio y es de las más fáciles de recordar en sus primeras escuchas gracias a ese estribillo “… yo te sacaré de tu burbuja de cristal. Sueño con tener la oportunidad de poder romper tu burbuja de cristal”. Hay varios matices dentro de la canción, con cambios de ritmo, partes instrumentales, efectos de modulación en la voz de Carlos etc. que hacen de “La burbuja de cristal” quizás la pieza más compleja de “Reddo”. Es una maravilla y de las mejores pistas de la 2ª parte del disco. “12+1” destaca principalmente por lo amargo de su letra, sobre todo en esa frase “jugando a ser mayor, se hizo viejo sin querer”. Es quizás una de las composiciones más rotundas de la obra, dispuesta con inteligencia antes de la más emotiva canción de cierre. “Blanco y negro” es la pieza perfecta para cerrar la obra. Es una canción de estructura o, más bien, de sensaciones parecidas a “Penitencia”. Es rotunda y cañera, (como todas las canciones de este disco, a excepción de “Solo”, y de Sôber en general), pero tiene ese punto de melancolía dentro de su entonación, que se intuye inmerso en el muro de sonido, que la hace especial. Si bien, también tiene sus partes que no están exentas de la rotundidad sonora de la máquina musical de Sôber. Hay un cambio de melodía excelente para afrontar el estribillo “sueño que tus manos arrastraran mi vida y nuestros destinos al fin busquen juntos la salida. Restaré las horas que me falten para salir, de los laberintos que me alejan y separan de ti”. Por fin una pieza de lucha por el amor, después de tantas y tantas canciones amargas y que abordan el fin del sentimiento y la pasión. Quizás pueda que se trate de mi favorita del disco, curiosamente junto a la apertura del disco y “La nube”. Reitero, dentro del estilo y grupo que estamos abordando, es un precioso final de obra, de cierto sonido épico. La rúbrica perfecta.

“Reddo” fue bastante exitoso. Quizás la vara del triunfo se mida de una forma más sencilla de cara a la repercusión global, constatando el hecho de que Sôber entraran en el circuito radiofónico de las emisoras más comerciales. No hubo la comunión tan perfecta entre la opinión de los fans y la crítica como pasó en “Paradysso”, puesto que los seguidores de antaño no vieron con tan buenos ojos este trabajo.

Creo que el matiz parte de la distinta producción, menos farragosa, más clara del disco, que por otro lado permite a las canciones tener a ratos un enfoque más melódico. Quizás eso es lo que le resta fuerza a la obra, pero no mucha, porque creo que el adjetivo “contundente” lo he repetido unas cuantas veces en el párrafo principal del artículo en el que reviso las canciones de la obra que nos ocupa. Sea como fuere, “Reddo” tuvo tratamiento de lanzamiento estrella en su día y por esa simple inercia, y también en gran parte a la labor promocional de “La nube” en solitario, tuvo su nivel de repercusión.

Sin embargo, tras este disco de cristalina portada, se produjo lo que nadie esperaba: la disolución del grupo. De esta forma se dieron paso a 2 proyectos al margen del grupo, conformados a su vez cada uno de ellos por 2 miembros de Sôber. Por un lado Carlos y Alberto se fueron a dar forma a Savia y por el otro Bernardini y Jorge Escobedo se metieron en Skizoo. Curiosamente el mayor éxito se lo apuntaron Skizoo liderados visiblemente por el vocalista Morti, en lugar de conseguirlo Savia, que era el proyecto liderado por la voz de Sôber.

Lastimosamente, Alberto Madrid perdió la vida en un accidente de tráfico en la autopista de circunvalación madrileña M-40 hace unos años. Con ello, y tras coincidir Savia y Skizoo en un festival unos meses atrás, los antiguos componentes de Sôber se vieron con ganas de retomar su exitosa banda en común, junto al batería Manu Reyes en sustitución del malogrado Alberto Madrid, y regresar este 2010 con nueva gira y con un disco recopilatorio que incluye nuevos temas. Prueba de ello es el artículo de unas semanas atrás del concierto sorpresa que dieron en la puerta del Hard Rock Café de Madrid a comienzos de abril.

De hecho, Sôber abren fuego el día heavy por excelencia del Rock In Rio de este año (fecha a la que no acudo básicamente por celebrarse un ¿? Lunes). Veremos con qué ánimo retornan Sôber a la actividad y si el público sigue estando ahí como estaba hace 5 años. Parece ser que así es, pero nos quedaremos con la incógnita de qué hubiera sido de Sôber si no hubieran abandonado justo cuando se encontraban en lo más alto de su trayectoria, es decir, en los días de la edición del estupendo disco que hoy les hemos propuesto.

La pasada semana se me pasó comentarles algo de la radio. La pasada semana fue el turno de U2 y su disco “Zooropa” (ya lo tienen disponible como “Dmr 1-21” en el reproductor) y esta semana los protagonistas son Wolfsheim y su disco “Spectators”. Sería interesante que escucharan esta tarde el programa a las 19.00h en http://www.ruah.es/, puesto que hace unas semanas les hablé del disco en solitario que ha editado su vocalista. El audio tardaré unos días aún en subirlo a ivoox por acumulación de trabajo, puesto que por un lado llegamos al fin de la 1ª temporada en RUAH, y estamos trabajando en una sorpresa, y por otro lado se cumple en unas semanas nuestro 2ª aniversario. Supongo que lo entenderán.
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sábado, 5 de junio de 2010

1987 Depeche Mode - Music For The Masses

Ya hemos afrontado unos cuantos capítulos sobre Depeche Mode en estos casi 2 años de actividad del blog. En nuestras primeras semanas revisamos “Black Celebration”, del cual también hicimos un programa de radio en RUAH. En la primavera pasada publicamos un artículo experimental, que revisaba su último trabajo “Sounds Of The Universe”, de reducida extensión derivado de un concurso del diario 20Minutos, que ponía en juego un viaje para el comienzo de la gira de “Sounds Of The Universe”. Por último, en el apartado de conciertos, publicamos la crónica de su concierto el 16 de noviembre de este año pasado en el Palacio de los Deportes.

Como la crónica de “Sounds Of The Universe” no guardaba la estructura habitual de nuestras revisiones, hoy realmente es cuando repetimos análisis de un disco de la formación de Basildon, siguiente con la tradición techno pop que llevamos durante las 3 últimas semanas. Vamos a continuar con el paso siguiente que dieron Depeche Mode tras “Black Celebration”.

Este disco, que mostraba un fuerte cambio de carácter sonoro en Depeche Mode, aunque no tuvo el nivel de éxito de sus 2 anteriores entregas, posicionó perfectamente a la banda para que alcanzara el éxito internacional masivo en sus 3 siguientes álbumes. Esto permitió a Depeche Mode librarse de esa quema a la que he aludido varias veces de grupos techno pop surgidos a comienzos de los 80, que sucumbieron a la 2ª mitad de la década, bien desapareciendo o reduciendo mucho su cuota de aceptación.

No obstante, ya en “Black Celebration” se fueron definiendo los roles dentro del grupo, sobre todo en lo referido al papel cada vez más protagonista de Alan Wilder en las labores de perfeccionamiento de las composiciones. También se fue dando forma a la estética o imagen clásica de Depeche Mode, en lo referido al look de la banda; lo que más se recuerda es a Dave con el pelo muy corto, muy moreno (su color natural) y un medio tupé, con sus gafas de sol, Alan Wilder con sus chupas de cuero y su flequillo despeinado, Martin L. Gore y sus rizos dorados, sin el histrionismo de un par de años atrás y con la cantidad de cuero necesaria para satisfacer sus gustos de estilismo y Andrew Fletcher con sus gafas y su pelo repeinado para atrás o con raya al lado.

A Depeche Mode se le resistía el mercado norteamericano, y el título del disco que hoy revisamos “Música para las masas”, es un claro guiño o ironía al respecto. “Music For The Masses” será realmente el verdadero trampolín a la inmortalidad de Depeche Mode. Es el disco que les permitiría comenzar a consagrarse como una de las grandes bandas de la historia y en especial de la música electrónica, gracias a los estupendos 3 primeros singles que contiene. Los motivos restantes vendrán expuestos a continuación, al revisar su contenido; sus excelentes canciones.

Este disco no puede empezar de forma más contundente. Se presenta en el primer lugar un clásico dentro del repertorio de la banda, que además tuvo el mérito de convertirse en ello a través de su posición como 2º single. “Never let me down again” ya nos sorprende desde su inicio con los nuevos sonidos electrónicos que introducía Depeche Mode, para dibujar un corte de textura oscura y con ciertos momentos épicos y con algún pequeño matiz clásico en esos efectos al estilo de coros operísticos que se intuyen en la parte final, que tanta grandiosidad le aportan. El videoclip que se grabó, además de conformar una historia más larga unido al grabado para “Behind the wheel”, muestra a Gahan sufriendo un accidente de coche y lo mal que lo pasa derivado de ello. Mientras, se ven imágenes del resto de los componentes corriendo por campos de siembra, todo ello en ese blanco y negro tan marca de la casa de Anton Corbijn. En los conciertos de las últimas giras de la banda, “Never let me down again” suele situarse en los bises y ya desde aquella gira llamaba mucho la atención el mar de brazos ondeando al viento, que asemejan los campos de cultivo mencionados del clip, mecidos por el viento. Un disco que empieza con tan tremenda canción, una de dos, o es una mentira (por aquello de situar algo tan grande al inicio) o es un disco de 10. Por fortuna, en esta ocasión se da la 2ª circunstancia. Prueba de ello es la cantidad de joyas ocultas que hay en el disco, ya que la mayoría de las canciones que no fueron singles lo son. Por ejemplo “The things you said” es de las mejores piezas compuestas por Martín para su propia interpretación. A día de hoy echamos mucho de menos que en los nuevos discos de la banda, Martin no atine de forma tan excelente en las composiciones que se guardaba para él (y también en general). El carácter fuertemente íntimo y nocturno de la melodía, es perfecto para esa letra llena de reproches que canta Martin. Nos advierte que por otro lado “ellos saben mis debilidades (nunca he intentado ocultarlas)…” en ese acertado estribillo. Y tras la 1ª joya oculta, pasamos al que fue el 1er. single del disco y quizás una de mis favoritas de la banda de siempre. Al respecto he de echarles en cara al grupo que tras haberles visto 3 veces en directo, jamás he encontrado a “Strangelove” en el repertorio y eso duele. También hay que afirmar que esta excelente composición pop es la que menos tiene que ver con el resto del disco. Se dispuso para su promoción un clip grabado en París, con imágenes de 2 modelos y con los chicos desfilando por las calles con un altavoz (símbolo de la época y de lo que después hablaremos), a la par que se intercalan imágenes de los mismos observando a las insinuantes damas (a destacar una cara de aviesa intención que muestra Alan en determinado momento). La melodía es muy clara, sobre todo en la versión single, ya que no hay que olvidar que entre las versiones del disco y las “single edit” de Depeche Mode, mediaban notables diferencias, sobre todo en esta obra. La versión del disco destaca por su misteriosa intro, que intenta acercarla más al oscurantismo del resto de la obra, aunque en vano, ya que “Strangelove” es un momento pop genuino de muy buen gusto, dentro de tan excelente entramado de composiciones techno pop de corte oscuro. Más joyas ocultas. Ahora llega “Sacred”, que igual que al resto de canciones “no-single” del disco, descubrí primero al escuchar el lp en directo de la gira titulado “101” en casette allá por octubre de 1999. Se abordan nuevamente los temas religiosos con ese doble sentido único de las letras de Martin, en lo que pudo ser un ejercicio previo del inmortal “Personal Jesus” del posterior “Violator”. La melodía del estribillo, con esa perfecta modulación de la voz y la perfecta simbiosis de la misma con los teclados cuando David nos dice aquello de “intentando vender la historia de que el amor es una eterna gloria” es simplemente genial. “Sacred” tiene un gran ritmo, no del todo oscuro, y a ratos bastante contundente en los sonidos empleados. Ahora llegamos a “Little 15”, el 4º sencillo moral de la obra (únicamente editado en Francia), con ese estático video en tonos sepia, en el que se simboliza la historia narrada en la letra, de un amor o un romance entre 2 personas con bastante diferencia de edad, siendo una de ellas todavía un adolescente. Tiene un carácter muy clásico y casi acústico, después del entramado de sintetizadores, teclados y samplers que se han sucedido hasta el momento en cada una de las canciones. Por otro lado, supone un momento exótico dentro del disco y que nos confiere una ligera, pero para nada baladí, pausa dentro de la escucha de la obra.Volvemos al ritmo y de forma muy marcada, gracias al inicio tan contundente de sintetizador de “Behind the wheel”, que en la edición en vinilo suponía el inicio de la cara “b”. Una historia que describe las sensaciones de una historia de amor, con un cierto doble sentido en su letra más que interesante en partes como “mi pequeña niña, prefiero que tu estés al volante y yo ser el pasajero”; sobran más explicaciones, ¿no? El ritmo de base de sintetizador, que protagonizó el inicio, permanece en toda la canción, sobre la que se disponen las solemnes notas de teclado, que terminan de rubricar una pieza muy oscura, dentro del carácter global que desprende el disco, aunque de una forma distinta al que emanaba “Black Celebration”. Como he mencionado antes, el clip grabado supuso la continuación del de “Never let me down again” con un afortunado David, que tras quedarse tirado en la carretera, sin coche y con muletas, se encuentra con una señorita que va en vespa que amablemente le recoge. El final con David con un bigotito al estilo del de Clark Gable en “Lo Que El Viento Se Llevó”, también es digno de destacar. Llega nuevamente el turno de que Martin se luzca al micrófono de la mano de “I want you now”, una de esa canciones más acústicas, con una tremenda carga de intensidad y melancolía a la par. En un futuro no muy lejano, de la mano de “One caress” nos vendrían reminiscencias de este acertado pasaje dentro del disco, que aporta oscurantismo y decadencia, al igual que en mayor medida y sumando bastante asfixia, nos va a suceder a continuación con “To have and to hold”. Esta canción es una pieza tremendamente sucia y oscura, con un sonido inquietante y poco amable, dando lugar al momento más siniestro de “Music For The Masses”, destacando sobremanera la grave interpretación vocal de David Gahan. En la parte final destaca sobremanera “Nothing”, que no sé por qué motivo la veo muy pareja a “Sacred”. Quizás parte de culpa la tenga el hecho de que las descubrí a la par al escuchar “101” y de ahí que vea su paralelismo. No tiene los momentos tan graves de “Sacred” en su estribillo, pero musicalmente es de los momentos más interesantes en el plano menos conocido del disco y una de las favoritas de los seguidores de Depeche Mode de toda la vida. El solemne y asfixiante final que otorga la instrumental “Pimpf” no deja de ser curioso, pero yo creo que como intro del disco hubiera quedado más apropiado, al igual que jugó dicho papel en el disco “101”. También es digno de destacar que tiene un videoclip en el que los componentes de la banda, derriban una caseta, siguiendo la tradición de los martillazos al citroen cx del video de “Stripped”. Hay normalmente anexadas en las numerosas ediciones en cd varias caras b y rarezas, de las que destaco principalmente “Agent orange” como una decente instrumental y la variación de “Behind the wheel” que supone la interesante “Route 66”. También hay sitio para algún borrón como “Pleasure, little treasure”, pero eso es lo de menos.

“Music For The Masses” remontó el vuelo tras el disco de transición, pero a la par que muy interesante, “Black Celebration”. Esta obra ya no pilló de nuevas a la gente y la audiencia se había amoldado el oído tras escuchar el trabajo anterior y piezas como “Stripped”, “A question of lust” o “A question of time”. Algo destacable es que ya desde aquí, se abandonarían las canciones más pop y de sonido más dulce, como “But not tonight”. “Pleasure, little treasure” supondría el último de estos cortes. Desde entonces, el sonido Depeche se caracterizará por la seriedad de sus composiciones.

En efecto el disco triunfó en Estados Unidos, de tal forma y con un proceder tan correcto, que hasta consiguieron en aquel famoso concierto inmortalizado en el disco “101” ser cabeza de cartel por delante de los grandiosos OMD, que por aquellos días afrontaban sus momentos más difíciles y el final de sus días gloriosos.

La gira mundial fue arrolladora y Depeche Mode aumentaría de forma exponencial su legión de seguidores, convirtiéndose en uno de los grupos favoritos por los jóvenes junto a The Cure o U2. De hecho, ¿qué hubiera sido de este disco si no hubiera coincidido en espacio y tiempo con el “The Joshua Tree” de los irlandeses? En todo caso, no debemos dejar de lado el hecho de que este trabajo no sería más que el inicio de los mejores años de Depeche Mode, puesto que tanto el concierto/película “101”, como sobre todo su siguiente lp “Violator” de 1990, dejaron a “Music For The Masses” bastante eclipsado dentro de la historia del grupo, a pesar de la importancia que tiene dentro de la misma.

La portada, con ese marco de color marrón anaranjado claro y con esa fotografía de un poste de altavoces rojos en mitad de una extensión o desierto, es quizás el simbolismo más acertado de Depeche Mode de su historia, mucho más allá de las estupendas portadas de sus primeros discos, que quizás tenían un mensaje ideológico que desglobalizaba y sectorizaba su contenido. Depeche Mode querían ser mundiales, masivos, y tanto el título del disco, como la portada buscan esa intención. Y vaya que lo consiguieron. Redundando en ello, el protagonismo del símbolo del altavoz Bong en esta época va a ser bastante importante también las portadas de los singles, en los videoclips y en los decorados de los escenarios de la gira. Símbolo, sin lugar a dudas, de una época gloriosa.

Después de la edición de este obra, vendrían los tiempos más felices y de mayor apogeo de Depeche Mode con los posteriores lanzamientos del doble directo “101”, del magnífico “Violator” y del también acertado “Songs Of Faith And Devotion”, aunque este último trabajo supusiera una ruptura tanto de imagen como de sonido con lo que había hecho el grupo hasta el momento, y no todos los seguidores de Depeche Mode lo vean con buenos ojos; yo sí lo aprecio. Precisamente, al finalizar la gira de este disco, a ratos maldito, se produjo el resquebrajamiento del grupo con el abandono de Wilder y con la tentativa de suicidio de Gahan.

Antes, y mientras daban forma a “Songs Of Faith And Devotion”, el grupo vivió durante un tiempo en Madrid, en un chalet de La Moraleja, al cuál en plan ruta turística fui este pasado jueves por la tarde, por el simple hecho de saber dónde habitaron Depeche Mode en aquellos días de tanto desenfreno en la capital y, por otro lado, poco trabajo musical (que era para lo que habían alquilado la finca principalmente). Supe el lugar exacto debido a unos seguidores de antaño que conocí en la gira de “Playing The Angel”, que en su día, cuando Depeche eran los inquilinos, abordaron la fortaleza. Me contaron que llegaron a colarse en la casa, aprovechando un descuido de la seguridad, y fueron a parar a un patio en el que Martin y Andy jugaban al fútbol, con la consecuente cara de sorpresa que pusieron los 2 miembros del grupo al ver a esos desconocidos paseando por allí.

La verdad es que del chalet en sí no se ve nada. Me atrevería a decir que es de los más cobijados por la naturaleza de la urbanización. Simplemente vimos la entrada y el área que ocupa el jardín, pero de la casa no intuimos ni el tejado siquiera, debido a la cantidad de árboles y aligustre que tiene el perímetro de la parcela. Aún así, fue interesante imaginar que en ese lugar Depeche Mode había tenido fijado su cuartel general durante varios meses en 1992 y ver que por esa entrada desfilaban a primera hora de la mañana, tras regresar de aquellas largas noches de farra.

Con esta anécdota terminamos por hoy. Volveremos a Depeche Mode; nos quedan muchos discos por revisar del grupo. Hoy proponemos que les aborden en el despegue o confirmación definitiva de que estábamos ante una banda que pasaría a la historia de la música. “Music For The Masses” es un disco clave dentro de la historia de Depeche Mode y uno de sus grandes trabajos de todos los tiempos.
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