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sábado, 30 de enero de 2010

1982 Hall & Oates - H2O

Tras el intercambio de colaboraciones de la pasada semana y el excelente trabajo que Ordago13 aportó a nuestra humilde bitácora, hoy volvemos a la tónica habitual. Quizás no muy conocidos en nuestro país, y mucho menos en estos días, pero de gran éxito y reconocimiento en los Estados Unidos, este dúo musical, que se podrían definir (salvando las enormes diferencias de estilo) como unos Simon & Garfunkel de los 80, Daryl Hall y John Oates tuvieron sus momentos de gloria en los últimos años 70 y sobre todo en la primera mitad de los años 80.

La mayoría de ustedes habrán escuchado “Maneater”, quizás su mayor triunfo individual, en las radio-fórmulas habituales como Kiss Fm o M-80 Radio. Por ese motivo podrán llevarse a errores y pensar que nos encontramos ante un fenómeno “one hit wonder”. No es el caso, pues antes de que esta canción empezara a sonar en las emisoras, Hall & Oates llevaban un buen tiempo en la brecha, concretamente desde comienzos de los 70.

Precisamente he escogido el disco en el que está incluida esta canción, más que nada para que no estén esta semana demasiado perdidos. Previamente el grupo había aproximado su éxito con el disco “Private Eyes”, en el cual se incluía algún que otro tema reseñable como la canción título y la estupenda “I can’t go for that (no can do)”, que hace algunos años sampleó el bueno de Mick Hucknall para uno de sus últimos éxitos con Simply Red “Sunrise”. Sin más dilación, procedamos a analizar el trabajo “H2O” de 1982 de estos 2 músicos.

Se empieza con toda la carne en el asador, al disponer “Maneater” en el primer lugar. Uno de los rasgos más característicos de esta pareja musical es el uso de las melodías seductoras y elegantes de saxofón en sus canciones, a cargo del inestimable Charlie DeChant, acercándolas así al jazz y rithm’n’blues; en este aspecto, “Maneater” cumple perfectamente. Destacan también los coros agudos haciendo de soporte para la estupenda voz de Daryl. Esta canción es casi siempre parte de recopilatorios de los años 80. Quizás esté algo requemada, pero aún así sigue siendo un placer escuchar su sonido tan elegante y nocturno. “Crime pays” es un corte medio funky, sobre todo debido a la insinuante línea de bajo que contiene. Este instrumento se acompaña principalmente de ciertas notas puntuales de teclado y la batería, para que Daryl termine de rematar un tema que hasta hubiera pegado bastante en el disco “Hot Space” de Queen (veo esta canción bastante parecida a “Back chat”). “Art of heartbreak” cambia de parecer respecto a “Crime pays”, volviendo a un sonido más normalizado. Retornan la guitarra y el saxofón, aunque no de forma muy evidente; con esto se regresa a los signos distintivos de esta pareja musical en aquellos días en mayor o menor medida. Sin embargo, el siguiente momento del disco nos va a recordar a los Hall & Oates de unos años atrás. “One on one” se sitúa dentro de los retazos más clásicos del estilo del dúo. Una composición heredera de los Hall & Oates de mediados de los 70, y en definitiva una canción que nos recuerda claramente a piezas como “Sara smile”. “Open all night” es una de las sorpresas agradables, al menos desde mi punto de vista, que nos regala el disco, más allá de los singles conocidos. El piano, las notas de la guitarra y sobre todo la estupenda interpretación de Hall, quizás en una entonación algo crooner en el estribillo (digo entonación, que no su voz o registro vocal), le confiere un aire seductor inestimable; ayudando a Daryl (como si le hiciera falta), aparecen también los clásicos coros agudos de falsete que tan comunes son en el grupo en la parte del estribillo. Una canción que de forma derrotista divaga sobre las infidelidades que pueden darse mientras uno está ausente; “ella estaba abierta toda la noche, mientras yo estaba fuera; no me hagas decirte quién me lo dijo…”. Un acierto enorme dentro de “H2O”, y quizás la joya oculta de esta semana; como siempre, presten especial atención.No se preocupen, pues al menos en la siguiente pista no se baja el listón: se incluye también en este trabajo la temprana revisión del tema “Family man” de Mike Olfield. Aporta un punto más rockero que el original de Oldfield, básicamente por la guitarra eléctrica aquí introducida (lucimiento personal del guitarrista G.E. Smith en un solo de guitarra en el clip grabado al efecto). Igualmente también me gusta y creo más apropiada la interpretación vocal de Daryl Hall a la que proporciona Maggie Reilly en la original de Oldfield; ajustada a la letra, y al protagonista masculino de la misma, es más creíble de forma evidente. El videoclip promocional, con una iluminación típica de la década de los 80, incluye alguna escena muy graciosa como aquella en la que Hall aparece protegido por su legión de supuestos hijos como muralla ante cualquier posibilidad de infidelidad; uno de esos niños, dando con el bate de béisbol en su propia mano, da miedo. Luego al final del video la chavalada se encarga de sacar un poco de sus casillas a Hall y Oates al unísono en el sofá que ocupa el centro del plató donde se grabó. “Italian girls” quizás suena demasiado hinchada y algo hueca. Es muy seguro que nos encontremos nuevamente en otro caso de comparativa odiosa tras 2 temas tan buenos como “Open all night” y “Family man”. Tampoco me parece bien ser tan duro con John Oates en la única canción del disco en la que se encarga de la voz principal; seamos pues benévolos con John y concedámosle el beneficio de la duda, al menos provisionalmente. “Gessing games” prácticamente se mueve por los mismos derroteros que su predecesora, con la particularidad de la vuelta de Daryl al micro en detrimento de Oates. “Delayed reaction” vuelve a recordarme curiosamente a los Queen de esos días, sobre todo por los coros que incluyen. Por otro lado, se trata de una canción bastante animada y llevadera. Llegamos a “At tension” que se mueve de forma más misteriosa y nocturna, dejando de lado los momentos pop del disco que hemos acumulado al menos en los 3 cortes anteriores. Es uno de esos instantes, salvando las diferencias, del estilo de “I can’t go for that (no can do)”, que tan bien rematan Hall & Oates. De lo más válido de la 2ª parte del disco, desde mi óptica personal. El final no deja de resultar curioso con la exótica “Go solo”. Empieza de una forma bastante atípica para ir moviéndose hacia un ritmo y estilo más normalizado. Me gusta particularmente el ritmo y melodía que alcanza en su estribillo. Quizás debido a “Go solo” y “At tension”, el disco se rubrica de forma correcta, pues quizás podría haber quedado demasiado evidente y plano si se hubiera seguido hasta el final de la obra el patrón que comenzó en “Italian girls”.

“Maneater” abrió las puertas del éxito internacional a Hall & Oates. Derivado de ello, durante los siguientes 3 años estarían en la primera línea del pop gracias a su trabajo “Big Bam Boom”, que incluía la genial “Out of touch” o “Method of modern love”. Ayudaría también el lanzamiento de su recopilatorio de grandes éxitos, que regalaría igualmente una canción tan respetable y maravillosa como “Adult education”.

A partir de 1985 Hall & Oates redujeron su actividad y perdieron repercusión en lo que hicieron. Como suele pasar en las parejas artísticas, uno suele triunfar y el otro se queda en un 2º o 3er. plano. Daryl Hall, en este apartado tuvo sus buenos momentos por su cuenta, supongo por aquello de que era el cantante del dúo. Eso siempre ayuda.

“H2O” es un excelente disco. La única pega que le podríamos sacar es que a lo mejor hubiera resultado más adecuado guardar alguna de las canciones insignia de la obra para la parte final. Resulta acertada esa portada tan sencilla, pero contundente a la par, con ese cara a cara tan intenso entre los 2 protagonistas principales de este proyecto musical sobre un fondo rojo.

Es importante igualmente reseñar o hacer una mención especial al saxofonista rubio y de lentes solares Charlie DeChant, apodado Mr. Casual, (que tanto me recuerda a un jefe de sala de un bingo o un camarero de cabaret nocturno de los años 80, al menos en el clip de “I can’t go for that (no can do)”) y también al guitarrista G.E. Smith, que en aquellos días lucía un peinado engominado y repeinado hasta límites insospechados, el cual junto a John Oates formaba estupendas líneas rítmicas. Evidentemente no eran los únicos compañeros de viaje en aquellos días de Hall & Oates, pero sí al menos los que a mi siempre me han llamado más la atención, tanto de aspecto como musicalmente hablando.

Esta pareja musical son bastante desconocidos en nuestro país. La gente como mucho conoce “Maneater” y los más instruidos o eruditos pueden llegar hasta “I can’t go for that (no can do)”, siendo ya de nota. Gracias a un recopilatorio del grupo, conocí mucho más de estos 2 muchachos, y la verdad es que merece bastante la pena su trayectoria más allá de sus 2 canciones emblema a nivel mundial. No obstante, a pesar de que no les conozcan, es fácil quedarse con su imagen; Daryl Hall, un guaperas rubio, de ondulado y cuidado peinado y por otro lado John Oates con su tez más oscura, su ensortijado pelo moreno y su bigote tan característico (el cuál ya no lleva en la actualidad).

De hecho, es necesario que se introduzcan en ellos puesto que en series estadounidenses de animación para adultos como “Padre De Familia” o “The Simpsons”, cada cierto tiempo se hacen referencias a ellos (se perderán o no entenderán muchos chistes de lo contrario); esto no deja de ser una clara evidencia del éxito de estos 2 hombres en los Estados Unidos. Curiosamente también se establece un paralelismo entre la pareja Simon & Garfunkel, al considerarse a uno de los 2 el exitoso y al otro el fracasado en solitario. Aquí, el damnificado y patito feo es el pobre John Oates.

Confío en que con “H2O” se animen a escuchar más sobre Hall & Oates, y siguiendo un paso lógico, deberían posteriormente incurrir en el disco o bien anterior (“Private Eyes”), o bien posterior (“Big Bam Boom”) de este trabajo de 1982. Daryl Hall y John Oates destilaron un pop con matices de jazz de bastante calidad, que no resulta para nada indigesto.

Del apartado de la radio, decirles que esta tarde intentaré subir a ivoox el 6º programa dedicado a Ultravox y su disco “U-Vox” de 1986, para que lo tengan disponible en el blog para su escucha o descarga. No obstante, esta tarde a las 19.00h tienen una nueva ocasión de escucharlo en http://www.ruah.es/. Para este miércoles llegará el turno de que pase por nuestro programa de radio a Miguel Bosé y su disco “Salamandra”, también de 1986. Reseñar, como apunte curioso, que este programa fue el 2º piloto que grabamos en las sesiones de prueba, pero que como no nos quedó del todo mal, hemos decidido compartir con ustedes. Espero que les guste.
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sábado, 23 de enero de 2010

10 Historias 10 Canciones propone: 1988 Johnny Clegg - Cruel, Crazy, Beautiful World

Señoras y señores, seguidores habituales o lectores ocasionales de “Discos, música y reflexiones”, ésta no es una semana al uso. No solo me refiero al hecho de haber cumplido las 20.000 visitas en estos 7 días (desde que puse el contador de las mismas cuando ya llevábamos 11 meses de trayectoria…), me explico: debido a una iniciativa que me propuso el sr. Juan Ceñal, alias Ordago13, titular del excelente programa de radio y blog “10 Historias 10 Canciones”, y gracias a quien iniciamos andadura en el mundo de la radio, para estos 7 días decidimos intercambiarnos los papeles. Es decir, yo hacer una entrada al uso de las que suele hacer él para su blog, y él hacer un artículo al uso de lo que suelo hacer yo para “Discos, música y reflexiones”, es decir, revisar un disco.

Con esto, decirles que lo que he escrito esta semana, el artículo “Las 10 Mejores Canciones de “Discos, Música y Reflexiones””, lo podrán encontrar aquí http://www.10historias10canciones.com/2010/01/las-10-mejores-canciones-de-discos.html. Por cierto, he de reconocer que me he gustado la propuesta, con lo que si alguien se anima y deseé que intercambiemos colaboraciones entre blogs, no teneis más que realizarme la propuesta y estudiaremos la viabilidad.

Comentarles del apartado de la radio, que mientras el gobierno nos permita seguir emitiendo, debido a la nueva ley audiovisual (algún día les hablaré de ello), este miércoles podrán disfrutar de un nuevo programa que todavía no han escuchado, tras haber concluido con la redifusión de los 5 primeros programas que iniciamos a causa de aquellos problemas de la emisión on-line. Será el turno de Ultravox y su disco “U-Vox” de 1986. Ya saben: a las 22.00h el miércoles en http://www.ruah.es/ o el sábado a las 19.00h. A las malas, el jueves intentaré que el archivo esté subido (si ivoox se porta bien) en el reproductor del blog, para que aquellos que no lo hayan podido escuchar en directo lo hagan cuando quieran y puedan. De momento, esta tarde toca la redifusión del 5º programa de la 1ª temporada, la revisión del disco “Through The Barricades” de Spandau Ballet.

A continuación pues, les dejo en compañía de Ordago13, que les presenta esta semana el disco “Cruel, Crazy, Beautiful World” de Johnny Clegg. Que ustedes lo disfruten. Me despido de ustedes hasta la próxima semana.

“Las mejores canciones las encontraras en “10 Historias 10 Canciones”, tu programa de radio músical favorito. Hoy te traemos en este blog amigo la disección de uno de mis discos favoritos “Cruel, Crazy, Beautiful World” de Johnny Clegg. Mi historia personal comienza en 1991 cuando mis padres por casualidad escuchan una canción de Clegg en la radio y deciden ir al concierto que este iba a dar en Madrid (cuanto pagaría ahora por poder verle en directo).

Justo se encontraba presentando este genial álbum que mis padres compraron en el concierto, el álbum pasó a cinta y la cinta pasó a nuestros viajes en coche. Años más tarde con el internet a mano, me pude bajar toda la discografía y aprenderme la vida de este maestro de la música y de la unión entre culturas.

Jonathan Clegg es un músico sudafricano, guitarrista y compositor. Uno de los más grandes de su país que lleva tocando desde los años 70 uniendo puentes entre la gente negra y blanca. Fue de las primeras personas en tocar en una banda con negros y blancos y en mezclar en su música el idioma inglés con el KwaZulu de los negros. Por ello fue perseguido en su juventud hasta que su estatus de estrella mundial y el final del apartheid llegaron. Su música habla de la libertad, del amor, de la igualdad de las personas entre muchos otros temas.

Hoy os voy a presentar el que es su disco más famoso y conocido “Cruel, Crazy, Beautiful, World”, el que lanzo en 1989 con su banda Sawuka. Es el máximo exponente del sonido de Johnny Clegg: Varías melodías superponiéndose en la canción con una guitarra y dos pianos, arreglos y baterías típicamente ochenteros pero mezclados con percusiones africanas y coros en Zulú. Un sonido único lleno de vida y color que nadie podrá repetir en 10 mágicas canciones.

“One hu'man one vote”, esta canción de Savuka, es claramente de corte político, se refiere al hecho de que en Sudáfrica no hay libertad y la mayoría de la población de color vive bajo una opresión racial y no puede votar y por lo tanto sus libertades están coartadas. Además cuando se refiere a un estado unitario un hombre un voto, está pidiendo que todos los hombres puedan votar (tanto negros como blancos) y que desaparezcan los bantastunes, que desparezca en definitiva el apartheid. Está canción fue compuesta a raíz de la muerte de un activista blanco anti-apartheid compañero de universidad de Johnny Clegg, y fue la canción que acompaño a Nelson Mandela en los mítines a las elecciones presidenciales que ganaría en 1994. “Cruel, crazy, beautiful world”, canción compuesta para su hijo y para toda esa generación venidera que en el siglo 21 tendrán que lidiar con los problemas que la generación de Johnny Clegg les ha dejado en el mundo. Una canción llena de esperanza, una lección de amor paterno y una de las mejores canciones padre-hijo de la historia de la música. “Jericho”, una canción que habla de la esclavitud y de los lazos de amor y odio que unen al esclavo con su captor. Como las personas se alienan en situaciones absurdas y como cuando alguien causa dolor y destrucción está se vuelve en su contra. “Dela”, una canción mística en propias palabras de Clegg, que trata del amor y de la totalidad de las cosas como reza el estribillo “creo que se porque el perro ladra a la luna”. “Moliva”, después de que naciera su hijo Johnny se caso con su mujer por segunda vez está siguiendo el rito zulú. La ceremonia tuvo lugar en el rio Mooi (Moliva) y a través de este rito mi mujer fue introducida en la comunidad Zulú. La canción narra la experiencia de la boda.
“It's an illusion”, canción donde vemos la mezcla más clara que nunca, la técnica de tararear mmm Bhaca sobre una base reggae además al final Keith el saxofonista le mete el toque jazz perfecto. “Bombs away”, canción escrita en 1986 durante el estado de emergencia que se vivió en Sudáfrica en aquel año. Cuenta la experiencia de verse atrapado entre dos tipos de violencia, la violencia del Apartheid y la violencia en nombre de la liberación. “Woman be my country”, cuando sientes que tu país no puede ser tuyo, no te pertenece porque no estás de acuerdo, con toda la violencia y la injusticia que hay en el buscas refugio en las personas que más quieres y especialmente en tu mujer. “Rolling ocean”, una canción dedicada a todas personas que creen que hay esperanza para Sudáfrica y que viven su día a día luchando contra las injusticias. Es personalmente mi canción favorita del álbum por su ritmo alegre con una bajo espectacular y una línea de teclado ultra pegadiza. “Wrsaw 1941”, una canción inspirada por los escritos de Czeslaw Milosz. Como la amistad más fuerte puede superar la más terrible de las traiciones. “Vezandeble”, una canción enteramente en Zulú, que narra con humor la rivalidad entre un hermano mayor y su hermano pequeño.

Espero que os haya gustado este disco, para mi obra maestra de la música. Si quieres escuchar mi programa de radio visita mi blog: http://www.10historias10canciones.com/.”
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sábado, 16 de enero de 2010

1994 Morrissey - Vauxhall And I

Hace mucho tiempo, en los primeros días del blog, analizamos el disco “The Queen Is Dead” de The Smiths. No hace tanto que pasaron por nuestro programa de radio. Hoy es un buen momento para volver a su ratio de influencia, analizando un disco de la carrera en solitario de su cabeza más visible, quien fuera su cantante y letrista, Morrissey. Para el que no lo supiera, ya advertimos que tras The Smiths, Mozzer emprendió una larga trayectoria en solitario, la cual se extiende hasta nuestros días.

Esta aventura en solitario del quizás rey internacional de la música indie, se divide claramente en 2 etapas. Hubo un largo parón tras su disco de 1997 “Maladjusted”, puesto que hasta “You Are The Quarry” de 2004, no se editó nada nuevo. En ese periodo de tiempo, solamente hubo lugar para alguna gira intermitente del artista por lugares como México y otros sitios poco habituales en sus tours.

He escogido mi obra favorita de Morrissey en solitario, su disco de 1994 titulado “Vauxhall And I”. Conocí primero a The Smiths y sería posteriormente cuando entrara en la discografía de Mozzer por su cuenta. Durante mucho tiempo no acababa de cogerle el gusto a la obra en solitario del cantante. Notaba como que le faltaba un punto rítmico, que aportaba inestimablemente el guitarrista Johnny Marr en The Smiths; un aspecto que aquí no era tan brillante en el apartado instrumental. Conozco de hecho solo a una persona que me asevera que prefiere a Morrissey en solitario que a The Smiths. A día de hoy, aprecio mucho la obra de Mozzer, pero sigo considerando mejor lo que editaron The Smiths.

Cuando empecé a tomar conciencia de que la obra de Morrissey era algo a tener muy en cuenta, fue allá por comienzos de 2005/finales de 2004. En aquellos días fue cuando intimé verdaderamente con “Vauxhall And I”, aunque ya le había conocido 6 años atrás en forma de cintas de cassette pregrabadas, que me pasó el hermano mayor de mi más antiguo amigo, que incluían obras como “Viva Hate”, “Bona Drag”, “Your Arsenal”, etc. Es decir, sacarán en conclusión que durante mucho tiempo tuve en interrogante a Morrissey y su carrera independiente de la banda con la que se dio a conocer.

En 1994 Morrissey vivía la resaca de su provocador disco “Your Arsenal”. Un álbum iconoclasta desde su sugerente portada, hasta las canciones que lo componen como por ejemplo “The national front disco”. Tras su notable debut “Viva Hate” y el acertado compendio “Bona Drag”, Morrissey recuperó gran parte del éxito y credibilidad perdida debido a su disco quizás más flojo, aquel “Kill Uncle” de 1991; un álbum con una majestuosa foto vertical de Mozzer en plan titánico como portada, que curiosamente no estaba muy en concordancia con el material que dentro guardaba, salvo “Sign your life”.

Con esto, tras el revuelo montado por “Your Arsenal” y sus canciones provocadoras y que hurgaban en ciertas heridas y asuntos polémicos, “Vauxhall And I” reportó un éxito sobrio y solemne a Morrissey. Desde su elegante portada, con quizás la foto en la que Morrissey sale más favorecido en su devenir en la historia de la música, hasta canciones tan moderadas y sosegadamente geniales como “Why don’t you find out for yourself”, “Vauxhall And I” es grande.

Un disco que empieza con la emoción que transmite una pieza como “Now, my heart is full”, anticipa que nos encontramos ante un álbum al que habrá que prestar especial atención. La orquestación instrumental y el sonido hinchado de la voz de Mozzer debido a la producción, redundan especialmente en la intensidad emocional que desprende este tremendo inicio de disco. No obstante, el álbum abre con la frase “van a haber algunos problemas…”, la cual estará en perfecta concordancia con el capítulo final que nos presentará el disco, que luego comentaremos. “Spring-heeled Jim” abunda en el aspecto más oscuro y menos brillante sonoramente hablando del disco. Tras la luminosidad del tema de inicio, Morrissey aborda una pista de sonido menos amable y menos emotivo, aunque igualmente una pieza que tras varias escuchas también agrada, aunque con un enfoque distinto. No obstante, no todo aquí va a ser tranquilidad y también hay lugar para momentos más animados y acelerados como el que nos presta “Billy Budd”. El núcleo fuerte de la obra viene seguido a continuación. Compuesto por el trío apabullante que suponen “Hold onto your friends”, “The more you ignore me, the closer I get” y “Why don’t you find out for yourself”, vale por si solo el resto de la obra, sin que este comentario esté desmereciendo a sus otras canciones compañeras de obra. “Hold on to your friends” es una canción de sonido lento y decadente, con una interpretación vocal apagada de Morrissey, llevada a cabo de dicha manera con mucha intención. Fue uno de los momentos escogidos como sencillo del disco y un contrapunto perfecto a la luminosidad transmitida por el otro single de relumbrón del disco, materializado en “The more you ignore me, the closer I get”. Esta canción, vagamente nos puede recordar a algún momento pasado de The Smiths, resultando algo cercana a una mezcla de “Heaven knows I’m miserable now” y “The boy with the thorn in his side”; ¿piensan ustedes lo mismo? El clip, muy rockero, con Morrissey al volante de un descapotable con los músicos que le acompañaban en aquellos días, se vale igualmente de algunos movimientos inconfundibles del cantante al micrófono cuando sale a escena, pero recreados en estudio. En definitiva es una canción de amor, no correspondido como suele ser habitual en las canciones de Mozzer, pero que no cesa en su empeño y que nos desprende un optimismo que pocas veces hace acto de presencia en las composiciones del cantante; Morrissey se mostraba seguro en aquellos días y esta canción es un ejemplo de ello.Dudo a menudo sobre mi favorita del disco; a ratos he de confesarles que “Why don’t you find out for yourself” ha sido la respuesta a dicha pregunta. De hecho, experimenté una gran alegría cuando sonó en el Saturday Night Fiber en julio de 2007; a nivel de curiosidad personal, decirles que Morrissey es el único artista al que he escuchado en directo en concierto, pero al que no he visto. Luego, si no me he enrollado demasiado les hablaré de ello en las conclusiones. Creo que en algún artículo ya he mencionado la aceptable versión que hicieron no hace mucho The Killers de esta canción. Esa primera frase “los días más cuerdos son locos”, es simplemente genial. “I am hated for loving” inicia la parte tranquila y más sosegada de la obra. A partir de aquí, hasta la canción de cierre, el disco va a discurrir por parajes bastante relajantes sonoramente hablando. Esta canción, precisamente, me recuerda vagamente a preciosas composiciones de los primeros Smiths, como era aquella joya titulada “I don’t owe you anything” de su debut. “Lifeguard sleeping, girl drowning” es quizás la pieza menos al uso de las que incluye el disco. Con un Morrissey casi reconvertido en narrador y con una voz susurrante al micrófono, se nos cuenta una triste historia. Esta canción, en parte podría anticipar los dejes del siguiente disco “Southpaw Grammar”. “Used to be a sweet boy” es otra pista de carácter inofensivo y amable, que redunda en la madurez compositiva que transmite la 2ª parte de “Vauxhall And I”. “The lazy sunbathers” se muestra igualmente relajada y placentera, con Mozzer muy suave vocalmente hablando. Quizás nadie se podría esperar tan fuertes emociones para el final de disco, tras escuchar un núcleo tan comedido como el que nos hemos encontrado desde la medio rockabilly “Why don’t you find out for yourself”. Sin embargo, el final de “Vauxhall And I” es simplemente majestuoso. Sí, dirán que siempre estoy con lo mismo, y que todos los finales de disco me parecen buenísimos. “Speedway” merece cualquier tipo de alabanza. Es quizás la canción más épica en sonido que haya escrito Morrissey en su carrera en solitario y también al frente de The Smiths. No deja de ser una composición con una fuerte sensación de que Mozzer se está refiriendo a ciertos aspectos de su vida: rumores, no confirmaciones, etc. El muro de sonido creado por las guitarras y la mezcla de melancolía y heroicidad de la canción, conforman una de las verdaderas joyas ocultas de la carrera de este cantante. Ese final con Morrissey diciendo “y todas aquellas mentiras, mentiras escritas, mentiras retorcidas… Bueno, no eran mentiras, no eran mentiras. Nunca dije, nunca dije… Podría haber mencionado tu nombre, podría haberte arrastrado. Culpable por estar implicado, por asociación… siempre he sido sincero contigo, a mi extraña y personal manera, siempre he sido sincero contigo, a mi enfermiza manera, siempre he sido sincero contigo”. Las claras referencias personales se pueden ver en el inicio de la letra: “Todos los rumores siguen echándome al suelo, nunca dije, nunca dije, que fueran totalmente infundados”; creo que es una más que evidente insinuación, aunque no de forma clara, a la siempre comentada y puesta en tela de juicio sexualidad de Mozzer. En eso curiosamente Morrissey y Miguel Bosé guardan un tremendo paralelismo. Una canción que te deja sin palabras, mientras que el silencio se apodera del ambiente en el que has estado escuchando la obra, tras finalizar esa atronadora batería de los segundos finales. Morrissey consigue meterte en esta canción y hacerla tuya. Una visión de antihéroe que siempre destila tanto encanto. Brutal “Speedway” y brutal “Vauxhall And I”.

“Vauxhall And I” en su día no reportó el mismo nivel de éxito de “Your Arsenal” y el paso del tiempo ha sido su principal valedor de cara a conseguir el reconocimiento que en estos días se le otorga. Sería falso igualmente afirmar que el disco pasara desapercibido; lo que sucedió, más bien, fue que el disco tuvo una repercusión moderada en comparación con su antecesor. Destacar que en estos días el bueno de Boz Boorer, comenzaba a consolidarse como más que importante mano derecha de Morrissey en las tareas compositivas, sin olvidar evidentemente a Alain Whyte.

Posteriormente Morrissey alargaría su primer período en solitario hasta 1997 con un disco de estudio atípico, como fue “Southpaw Grammar”, un recopilatorio al uso de un “The World Won't Listen” de The Smiths titulado “World Of Morrissey” y el injustamente criticado (siempre desde mi punto de vista y también del de algún otro amigo seguidor de Mozzer) “Maladjusted”. Después de ello, vendría el silencio durante un largo periodo de tiempo, para volver por la puerta grande de la mano de “You Are The Quarry”.

Un disco como “Vauxhall And I”, que incluye canciones de tan alta ralea como “Speedway” o “Why don't you find out for yourself” merece una atención especial. Es quizás el disco más equilibrado de Morrissey y si no su mejor trabajo, al menos uno de los 3 mejores. Algunos seguidores y algún amigo personal, me han hablado de Spotify. Pues nada, ya saben, pónganse a buscar el disco de marras y disfrútenlo, si es que no lo conocen y no disponen de él en su colección de música. Luego, si les convence, procedan a hacerse con él de la forma que estimen oportuna. El año pasado, al igual que pasó con “Crash” de The Human League, también estaba en aquella colección de cd's a 4,95 eur. en unos grandes almacenes.

A nivel personal, he de reprochar, no sé si al propio Mozzer o los promotores de conciertos, el que únicamente haya venido a Madrid en 2 ocasiones; además, las 2 bastante variopintas, con el denominador en común de tratarse de conciertos al aire libre (algo que a mi personalmente me encanta, siempre y cuando la metereología acompañe). La 1ª fue el histórico concierto con The Smiths en las fiestas de San Isidro de 1985, con un paseo de Camoens hasta los topes de gente. El 2º fue en julio de 2008 en la sucursal del FIB en Madrid de aquel año.

El riesgo de espantada de Mozzer fue lo que también me hizo no arriesgarme a ir al concierto, ya que si Mozzer no iba, pero sí lo hacían el resto, el importe de la entrada no te lo devuelven. Si algún día Morrissey viniera en solitario a un concierto propio de su gira, por supuesto que compraré la entrada. En ese supuesto, aunque le coincida el día del show con uno de esos de llorera que describió perfectamente en su biografía de la editorial cátedra el sr. Troquel sobre The Smiths, sé que me devolverán el dinero pagado. Algo parecido a lo que sufrieron los fans donostiarras de The Smiths en 1985.

En el blog de un seguidor/comentarista habitual de “Discos, música y reflexiones” se hizo una entrada a propósito del Saturday Night Fiber de 2008 en el que actuó Morrissey y en el mismo se describieron las frases que Morrissey intercambió con los asistentes. Entre ellas, más o menos había sentencias tales como “No os atrevíais a llamarme para venir aquí” o cosas por el estilo. Bueno, pues desde aquí tiro un guante a Gay Mercader o a algún otro promotor: Atrévanse a traer a Morrissey de gira al Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid. Esperemos que asuman el reto, pero tengo pocas esperanzas 1º de que lean este blog, y 2º de que se atrevan con Morrissey y su particular forma de ser.

Pues poco más he de decir, simplemente que espero que si aún están en la fase en la que la música en solitario de Morrissey les produce rechazo o indiferencia, este disco les ayude a ver con mejores ojos el trabajo del cantante en comparación con lo que hizo al frente de la legendaria banda de la tomó parte.
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sábado, 9 de enero de 2010

1972 Genesis - Foxtrot

Del “entorno Genesis” hemos acometido ya varias incursiones. Véanse los siguientes ítems: revisión de un disco de la etapa de Phil Collins como cantante (“Abacab” de 1981), de un álbum en solitario de dicho cantante (“Face Value” de 1981) y de una obra de la trayectoria independiente de su primer vocalista Peter Gabriel (“So” de 1986). Por tanto, como adivinarán, una de las cosas que nos quedan, es el análisis de un disco de la primera etapa del grupo, en la que el protagonismo lo acaparaba el excentricismo de Gabriel al micrófono.

Me he decantado por lo que fue su 4º trabajo de estudio, “Foxtrot” de 1972. El motivo es que, como ya explicaré más adelante, la considero adecuada para estos fríos días, y que esta semana pasada he recuperado su escucha tras haber pasado mucho tiempo desde la última vez que me introduje en su mundo.

Se da el caso de que esta obra, al igual que le sucede a su antecesor “Nursery Crime” de un año antes, están eclipsados por la considerada joya de la corona de la banda y del rock progresivo que por aquellos días pregonaba la banda, el “Selling England By The Pound” de 1973. Pues, ¿qué les voy a decir? A mi personalmente me gustan más “Foxtrot” y “Nursery Crime” que “Selling England...” Lo cual no implica que no me guste dicha obra, o que la considere mala. No hay que confundir preferencias con odios.

En estos tiempos Genesis se caracterizaba por sus largas composiciones. En cada disco había sitio para una canción que forma parte del mito e historia de estos primeros años de la banda. En “Trespass” fue la bélica y heroica “The knive”, en “Nursery Crime” fue la dramática y fantasiosa fábula de “The musical box” y la otra leyenda de “The return of Giant Hogweed”, y en la obra de hoy habrá lugar para 3, destacando como luego verán, la kilométrica “Supper’s ready”.

Me inicié en Genesis en los comienzos de 2002, a raíz del estupendo documental de la cadena Vh1 “Behind The Music” que se hizo sobre la banda y que conservo como oro en paño en una cinta de vhs. En aquellos días, en la otrora gloriosa serie media del Alcampo del Parque Corredor de Torrejón de Ardoz, en una peregrinación de un día entre semana, adquirí de una tacada “We Can’t Dance”, “The Way We Walk (The Shorts)” y “Genesis Live”. Como pueden ver, no diferencié entre empezar con una etapa u otra de la banda, sino que me adentré en Genesis con discos de los 2 periodos del grupo definidos por quién era su cantante.

El último disco de esa tanda de 3, es el documento que refleja el directo de la primera etapa del grupo. Un trabajo, que pese a contar únicamente con 5 canciones, la duración del mismo supera los 40 minutos de duración. En aquel disco se incluyen 2 de las composiciones que contiene el trabajo que hoy revisamos. Estas canciones épicas, elaboradas y extensas son características del rock progresivo. Suele decirse que hay mucha diferencia entre la etapa Collins y la etapa Gabriel de Genesis. Luego en las conclusiones analizaré un poco los motivos de las diferencias entre los 2 periodos del grupo, y qué es lo que hubiera sido de la banda en el hipotético caso de que Peter Gabriel no dejara el grupo unos años después de este trabajo.

Genesis había lanzado 3 discos de estudio y un celebrado trabajo en directo y en estos días había terminado de completar la que sería denominada como su formación clásica de componentes. Con esto, el grupo estaba formado en aquellos días por los fundadores Peter Gabriel, Mike Rutherford y Tony Banks, como cantante, guitarrista y bajista y teclista respectivamente, habiéndose incorporado para el efecto el por entonces desconocido batería Phil Collins y el guitarrista Steve Hackett.

Tanto el inicio de “Foxtrot” como el de “Genesis Live” lo aporta “Watcher of the skies”. Destaca la misteriosa introducción a base de los teclados, creando una atmósfera excepcional. Lo que chocan luego son las petarderas (para la época) notas de teclado de Tony Banks, junto a las cuales entra Peter con su agudo y personal registro vocal, aludiendo a ese “vigía de los cielos”. Notable composición, de marcado ritmo en ciertas partes (como ese ciclo que se repite del inicio descrito tras la intro ambiental) y que también regala momentos más suaves y melódicos. La 2ª canción de la obra, tras los más de 7 minutos de “Watcher of the skies”, es “Time table”. Salvo cierto retorcimiento y agitación en el estribillo, es relajada y sin mayores sobresaltos. “Get ‘em out by friday” es una curiosa composición tragicómica, puesto que la historia que nos narra Gabriel (como casi siempre rozando el delirio), si nos la tomamos por el lado serio, no es muy alegre que se diga: expropiaciones, siniestros experimentos genéticos... Sin embargo, la exageración de Peter al micrófono al interpretar a ciertos personajes que forman parte de esta teatral canción, hace despertarnos alguna sonrisa. En la versión de “Genesis Live”, destaca el excesivo dramatismo que confiere a esa mítica frase: “esto es un anuncio de Genetic control”, casi rozando el llanto. Estamos ante una canción que sobre todo destaca por el sonido de sus partes más cercanas al rock puro, que son las derivadas del inicio de la letra cuando Gabriel grita ese “Échenles de aquí al viernes”. Debido a esas partes, esta canción quizás sea el momento más intenso de “Foxtrot”.“Can-utility and the coastliners” es el alma gemela de “Time Table”. Es casi una evidencia que el disco se puede agrupar en parejas de canciones. Por un lado estaría la pareja de “Watcher of the skies” y “Get ‘em out by Friday”, que se agruparían básicamente por la semejanza de las estructuras de ambas y la duración de las mismas. Por otro lado estarían la presente “Can-utility and the coastliners” y “Time table”, sobre todo por su carácter más soleado y menos enrevesado, además de disponer de duraciones parejas. Y para finalizar estarían las 2 siguientes canciones en el track list, que forman pareja por el claro antagonismo que tienen en tanto a la duración de las mismas. No obstante, hay que reseñar que más o menos a los 2 minutos y medio de duración de “Can-utility…” hay lugar para una acertada sección instrumental, derivando posteriormente en una mayor carga instrumental por el protagonismo que adquieren los teclados de Tony Banks. En lo lírico, la canción por lo visto trata de una leyenda escandinava. Una característica bastante común en las obras de rock progresivo o sinfónico, era alternar canciones de extrema duración, con otras pistas que apenas sobrepasaban, si es que llegaban, los 2 minutos. “Horizons” es el ejemplo de esas pistas que nos encontramos en “Foxtrot”. Una instrumental de fuerte carácter medieval, que sería la banda sonora perfecta para realizar una visita por ejemplo al Monasterio de El Escorial. Bueno, llegamos al final… ¡Y qué final! Nos encontramos con la obra cumbre de la historia de Genesis. Su canción más trabajada, larga, compleja y complicada. Ni más ni menos que más de 22 minutos de duración. Una pieza que aparecerá en cualquier enciclopedia musical como ejemplo perfecto de lo que es el género musical del rock sinfónico o progresivo. “Supper’s ready” parece tener su origen en ciertas paranoias personales del propio Gabriel. Se abordan en la letra pasajes fantásticos, de ultratumba, referencias al Apocalipsis, a la mitología… vamos, que no es nada fácil meterse en el mundo de “Supper’s ready”. De hecho, a mi aún me cuesta. La canción estructuralmente se divide en 7 partes, con las consecuentes variaciones instrumentales y miles de matices que cada uno de los músicos aportan al tema. No se puede negar la elaboración de la canción, pero resultan mejor otras canciones no tan largas dentro de la historia de Genesis como “The knive” o “The musical box”. Si no son muy cercanos a este género, probablemente “Supper’s ready” se les indigeste brutalmente. Este pieza destaca además por las representaciones de la misma en directo, en las que Gabriel se disfrazaba en casi todas las partes, poniéndose entre otras cosas una cabeza floreada o una máscara geométrica (inmortalizada en la portada de “Genesis Live”) y en la que vocalmente había ratos en los que se pasaba tremendamente de vueltas, sobre todo en la parte dedicada a la “granja de los sauces” “Willow farm”. Un final magistral y monumental, para una obra en conjunto tremendamente elaborada y hecha a conciencia.

Con “Foxtrot”, Genesis terminó de ganarse los favores de la prensa. Cierto es que gran parte del reconocimiento que estaba adquiriendo la banda, venía derivado del ensalzamiento individual de Gabriel por los medios, por lo novedoso y teatral de sus actuaciones en los shows de la banda. De hecho, en aquellos días, además de la retahíla de disfraces para “Supper’s ready”, también se ponía el vestido rojo y la cabeza de zorro, para encarnar a la protagonista de la portada del disco. Dicha portada, dispone de ese extraño personaje que permanece en un mini islote a unos metros de la orilla del mar y en la contraportada se pueden ver a los guardacostas expectantes, por si ese particular ser amenaza con pisar tierra. Creo que la portada y contraportada del disco y la leyenda sobre la que versa “Can-utility and the coastliners” está íntimamente relacionada.

Tras este disco, llegó el turno para el celebrado e histórico “Selling England By The Pound”. Aquí hasta había lugar para un éxito comercial y muy accesible titulado “I know what I like (in your wardrobe)”. No obstante, tras este trabajo, se presentó la brutal obra “The Lamb Lies Down On Broadway”. Una especie de historia a lo “The Wall” de Pink Floyd, aunque si bien es cierto, más bien habría que decirlo al revés, ya que primero fue este disco de Genesis que la gran obra vital de Roger Waters al frente de Pink Floyd.

En la gira de presentación de “The Lamb Lies Down On Broadway”, Gabriel anunció que dejaba el grupo para iniciar proyectos en solitario y dedicarse a su familia (por aquellos días nació su primer hijo). Igualmente, parece ser que los celos del resto de la banda sobre el protagonismo que acaparaba Gabriel, eran más que una suposición, y la situación no se podía sostener mucho más en el tiempo.

De ahí en adelante, tuvo lugar la ya conocida historia del ascenso de Phil Collins al poder, desde su puesto de batería del grupo, y esas casualidades a las que alude siempre el simpático Phil a la hora de referirse a sus comienzos como frontman. Yo no me lo trago; de casualidad, más bien diría poca, pero bueno.

Quería comentar como dije al principio, algo sobre las 2 eras del grupo definidas por quién era el vocalista de Genesis. Los seguidores de los primeros años de la banda no tragan a Collins y los fans surgidos en los 80, no pueden con el rock progresivo de los tiempos de Gabriel. Sinceramente, creo que si Peter Gabriel no hubiera abandonado el grupo, el sonido de la banda hubiera seguido una trayectoria más o menos parecida a la que tuvo con Collins como vocalista. Ahora bien, lo que sí creo que no hubiera sido igual, son las letras, ya que Gabriel gustaba de apoyarse en leyendas, además de crear fábulas e historias mágicas y Collins sí que abunda en un perfil de letrista más convencional, alejado de extraños relatos.

Esa impresión de que el sonido de la banda hubiera seguido la misma evolución, la baso en que Gabriel empezó a sonar parecido en sus discos de los años 80, y que Genesis con Phil Collins como cantante, no renunció a seguir incluyendo canciones kilométricas en sus discos, bien sean como varias pistas formando un todo (como sucede en “Duke”) o con piezas como “Domino” de “Invisible Touch”.

A mi sinceramente, me gustan las 2 etapas de Genesis. Los tiempos del bueno de Ray Wilson al frente, no dejan de ser una mera anécdota y un intento fallido. Depende de la época del año, unos discos de Genesis me resultan más apropiados que otros, y precisamente en los 3 primeros meses del año es cuando más disfruto de los álbumes que la banda editó con Peter al frente; quizás ese gusto también vaya asociado a la compra de “Nursery Crime” y “Trespass” un sábado del mes de febrero de 2002. Los de la era Collins me gustan más generalmente para la etapa otoñal (octubre y noviembre), con la salvedad de “Invisible Touch”, que lo considero idóneo para el verano puro y duro.

Para finalizar, les advierto que el disco de hoy no es fácil (por si les ha quedado alguna duda tras leer la revisión de las pistas que lo componen). Si no están familiarizados con el estilo o género musical al que pertenece (el rock progresivo), es probable que les cause rechazo. Recomendaciones para su escucha: no se lo metan en su mp3, mp4 u otros reproductores para ir escuchándolo en el transporte público, ni por la calle. Es un disco que hay que escuchar en casa y prestando buena atención a la letra. Si el inglés se les resiste, busquen las letras de las canciones por su cuenta y no pierdan comba de las alucinantes historias que nos narra Peter Gabriel en este disco, mientras se deleitan con los matices sonoros del resto de sus compañeros con sus respectivos instrumentos. Ya revisaré sus comentarios y veré que les parece.
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sábado, 2 de enero de 2010

1983 U2 - War

Llámenme oportunista si quieren o, mejor dicho, previsible, pero lo que no me podrán negar es que siempre intento ir acorde al momento del año que pasamos y proponer música adecuada a los días que vivimos. Si la pasada semana me dio por dar entrada a Mecano por 1ª vez en el blog, por el carácter navideño de “Ya Viene El Sol”, (no por su título, ya que más bien evoca al verano, sino por aquel concierto retransmitido en Navidad de 1985 en Tve de la gira del disco), y de su canción “Un año más” de “Descanso Dominical” (irremediable y orgullosamente asociada a la Nochevieja), me ha venido a la mente hoy U2 y su canción “New year’s day”. Este tema, precisamente ha sido sugerencia musical desde el blog de RUAH, en nuestro mensaje de felicitación del año nuevo.

De paso así regresamos a U2, que ya aparecieron por nuestro blog hace varios meses. En consecuencia, adivinarán que la elección de esta semana es el disco al que pertenece el tema mencionado en el anterior párrafo, es decir, el lp “War” del año 1983. Cambiamos por tanto radicalmente de etapa respecto a la época de la banda que analizamos en su primera visita al blog de la mano de “Zooropa”; con aquel disco de la 1ª mitad de los 90, U2 ya era un fenómeno de masas, quizás el grupo musical más grande en activo a nivel mundial, y atravesaban su etapa más experimental, que en su momento fue la peor valorada (por fortuna, el paso del tiempo ha ido dejando de lado esas injustas críticas negativas).

Allá por 1983, U2 editaba su 3er. disco de estudio tras sus prometedores 2 primeros trabajos “Boy” y “October”. Su 2ª obra supuso un estancamiento respecto al puntero “Boy”, que se escudaba férreamente en canciones como “I will follow” o “Out of control”. “October”, aparte de “Gloria”, no caló demasiado hondo a nivel internacional; hecho que se puede comprobar que en el recopilatorio de U2 “The Best of 1980-1990”, solamente se incluye la canción título y además como pieza oculta anexada a la final “All I want is you”, pasados unos segundos de silencio.

En estos tiempos, U2 no pasaba de ser una de las bandas con más nombre dentro de la hornada de la new wave, de la cual no había aún despuntado una más que otra, sino que había una primera línea con un puñado de formaciones con unos buenos lps de inicio. “War” tendrá su importancia en que U2 politizaría su mensaje, con la consecuente repercusión que ello tuvo y su subida de escalón necesaria para posicionarse buenamente de cara al asalto final que protagonizarían unos años más tarde.

Lo de la politización del mensaje de las canciones de U2, para darle un contenido importante a su música, viene explícitamente reflejado en la primera pista de “War”. No hay una forma más contundente de iniciar un disco que de la mano de “Sunday bloody sunday”. La canción describe la desolación, rabia y desesperanza que provoca la ocurrencia de un atentado terrorista. U2 lanzaba de esta forma su mensaje pacifista introduciéndose de lleno en la cuestión del Ira, que tanto preocupaba por aquellos días a su país de origen Irlanda. El ritmo militar de la base rítmica y la tremenda línea de guitarra creada por The Edge, permiten a Bono lanzar igualmente de forma muy intensa su proclama; “¿cuánto tiempo? ¿Cuánto tiempo tendré que cantar esta canción?” se pregunta Bono una y otra vez a lo largo del tema. Llama la atención que la canción no disponga de videoclip propio grabado expresamente (o eso creo). Sin embargo, para compensar y de paso ayudar a crear una imagen mítica y legendaria, está aceptado por la gente que la canción disponga como videoclip su fragmento del inigualable concierto en el cañón del Colorado “Under A Blood Red Sky: Live At Red Rocks”, con esas rotundas columnas coronadas por hogueras ardiendo a más no poder y Bono desfilando por el escenario en tan incomparable marco. Con esta canción, U2 empezaban a tomar la delantera de forma definitiva dentro del grupo de bandas de la new wave junto a las que surgieron. Todo nos parecerá poco tras este comienzo tan arrollador, sin embargo “Seconds” mantiene el tipo correctamente en el 2º lugar del track list del lp. El ritmo sin complicaciones, dentro del rasgueo de guitarra de la melodía principal, es de fácil gancho. Nos vale igualmente para no perder de vista el sonido de la banda que habían construido en sus 2 anteriores discos de estudio. En el 3er. lugar dentro del orden de las canciones de “War”, se dispone el otro clásico de la obra. “New year’s day” es una canción que destaca principalmente por esas notas de teclado y la fuerza de la guitarra de The Edge, con sus distintos riffs y partes, a cual mejor. Los primeros alaridos de Bono y el conciso, pero inigualable estribillo, dan forma a una de mis canciones favoritas de U2 de todos los tiempos. De hecho, dicho estribillo, tiene 2 variantes, una que dice aquello de “estaré contigo de nuevo” y la más intensa (o eso creo yo) cuando dice “comenzaré de nuevo”, con un Bono mano en pecho en el frío (e igualmente mítico) clip grabado en un bosque nevado de Suecia. Este videoclip, también es digno de comentar o reseñar, puesto que además de ser el único momento reseñable grabado para promocionar “War”, es uno de los favoritos de los seguidores de U2 de todos los tiempos. Esa localización tan extrema, con esos atuendos de soldados abrigados, con la bandera blanca (símbolo clave del disco y de la gira promocional) clavada en la nieve y esas caras tan sufridas (por la adversa climatología) de los componentes del grupo, dan lugar a uno de los mejores y más sencillos videos de la primera mitad de los 80. Como anécdota, en una entrevista The Edge comentaba que en su día se quejaron a la casa de discos, reclamando lugares más exóticos y amables, como los que visitaban Duran Duran en Sri Lanka; no obstante, al final de su discurso, admitía que este video conforma una de las imágenes más añejas y entrañables de la historia de este fenómeno musical masivo llamado U2. En lo lírico, la canción es una perfecta descripción de lo que es el día de año nuevo “todo está tranquilo en el día de Año Nuevo”, y a su vez una enumeración de los propósitos más ambiciosos y profundos que uno de puede hacer en ese día. Para terminar de hablar de “New year's day”, no hay que olvidar que una frase de esta canción daría el título al siguiente disco en directo del grupo. Lanzadas muy pronto las 2 balas con más pólvora de “War”, lo que queda no piensen que es baladí. “Like a song…” empieza con una batería amenazante a cargo de Larry Mullen Jr. y al poco tiempo entra Bono junto a la rockera guitarra de The Edge. Aquí Bono se muestra más contundente que nunca en todo el disco. En definitiva, es quizás la canción más acelerada y rotunda del disco. Intensidad desbordada y una gloria de rock en definitiva. Tras esta rotundidad, se da paso a la canción más curiosa de la obra. “Drowning man” es una canción con un sonido medio western, que si hacen un esfuerzo se la pueden imaginar como canción perfecta de apertura para cualquier película del género. Sonido subterráneo, forajido y Bono realizando distintas modulaciones de su voz, yendo del tono más grave a los registros más agudos que mostraba por entonces, antes de que conociera los falsetes.Choca pues bastante que después se meta la medio-graciosa “The refugee”, ya que “Drowning man” muestra un perfil muy serio y medianamente oscuro. “The refugee” se mueve dentro de unos coros que adornan de forma adosada a Bono, conformando una canción muy de la nueva ola y que de facilona, se te queda sin dificultad en la retina; no obstante, esta canción no es de lo mejor de la obra, si bien hay que decir que en otros discos posteriores del grupo, hubiera sido una alegría dar con ella entre tanto medio-pelo. Mucho más válida resulta “Two hearts beat as one”, al disponer de una melodía mucho menos rimbombante y contar igualmente con un Bono bastante correcto al micrófono. Este tema, curiosamente contó también con la grabación de un video promocional, con el grupo tocando en una azotea, al lado de lo que se supone que es una iglesia o catedral. Se trata de uno de esos videos que han quedado en el olvido, ya que como he comentado antes, la gente recuerda comúnmente el de “New year’s day”. En este clip, había también sitio para una especie de acróbata vestido de rojo, que va haciendo cabriolas por las calles, intercalando sus peripecias con imágenes de la banda tocando. “Red light” desconcierta por esos coros femeninos que abren la pista. El estribillo con Bono ofreciendo su amor, es otro de los pasajes que más se recuerdan del disco, si dejamos de lado los 2 clásicos que suponen la 1º y 3ª canción. Abundando en lo chocante (junto a esos coros de inicio), hay también tiempo para unas notas estridentes de trompeta. “Surrender” es de mis favoritas de la obra. Me gusta particularmente por tenerla también muy fuertemente asociada al comienzo de ese “Under A Blood Red Sky: Live At Red Rocks” de la gira del disco, pero en su edición de video, puesto que la del lp/cd original no la incluye. La repetición del título de la canción por Bono en la parte del estribillo es de una solemnidad pasmosa. Al llegar al final, no deja de sorprender que tras un disco tan rockero y vibrante, se cierre con una baladita (sonoramente hablando), que destaca en lo lírico por esa asociación con la canción que abría el disco en los versos de “¿cuánto tiempo habrá que cantar esta canción?”. U2 deja claro su mensaje en “40”, por si alguien había perdido la perspectiva al llegar al final. Sonido amable y emotivo, acertadamente dispuesto para rematar una obra clave y muy valorada (con mucha razón) dentro de la trayectoria de este grupo irlandés.

La edición de este trabajo y el anexo inestimable del disco y video en directo “Under A Blood Red Sky” de unos meses más tarde, permitieron a U2, como ya he mencionado antes, posicionarse de cara a conseguir ser una de las bandas con más éxito a nivel mundial. “New year’s day” y sobre todo “Sunday bloody sunday”, suponen clásicos innegables del repertorio de la banda y normalmente suelen estar incluidas en los repertorios de sus conciertos hasta la actualidad.

La portada evidencia una muestra del carácter sonoro del disco, es decir, un punto más de “mala leche” y rabia en las canciones, adoptando un enfoque menos alegre derivado de la new wave. Digo esto porque como muchos sabrán, la portada del disco de debut “Boy” de 1980, también tenía como protagonista de la portada la foto de un niño desnudo de medio torso para arriba, pero con una expresión relajada en su rostro. En esta ocasión, la cara del niño refleja un mayor cabreo, siendo este un matiz importante a tener en cuenta. No deja de resultar igualmente contundente el título del disco “guerra” y que las letras del nombre de la banda y del álbum estén en rojo intenso igualmente en la portada.

Los siguientes pasos lógicos de U2 para que alcanzasen el estatus de megaestrellas del rock, fue continuar con la vena política en su siguiente trabajo (con claras referencias en homenaje al personaje de Martin Luther King), aunque dulcificando un poco el carácter global del disco, dejando de lado la excesiva contundencia de “War”. Con esto “The Unforgettable Fire” (qué título tan precioso para un disco), se convirtió en otro álbum mítico por distintos motivos que algún día analizaremos a fondo en este humilde blog.

Tras haber demostrado que era una banda capaz de tener mensaje, llegaba el turno de demostrar que son capaces de hacer canciones globales, de esas que gustan a casi todo el mundo (y al que no le gusta es porque las ha cogido manía de tanto escucharlas). Por ello, “The Joshua Tree”, con la inmortal balada “With or without you”, consagraría definitivamente a U2. Sigo preguntándome qué hubiera sido del estatus de U2 si The Smiths no se hubieran separado a comienzos de 1987 y le hubieran dando un enfoque algo más comercial a su obra…

Resumiendo y finalizando, “War” es la obra más rockera y acelerada de U2 de toda su discografía. Igualmente les sirvió para diferenciarse claramente del pack de grupos con los que habían salido a la palestra y empezarían a forjar su leyenda con míticas actuaciones en directo. La duración de la obra no es muy larga y debido al ritmo de las canciones, cuando quieres darte cuenta estás escuchando los últimos “¿cuánto tiempo?” de la canción de cierre “40”.

Por entregas como esta, U2 se puede permitir el lujo de seguir en activo con la cabeza bien alta, más allá de que sigan llamando la atención por sus arrolladoras giras, con escenarios cada vez más imposibles y lanzando obras con mayor o menor acierto, que incluyan algún momento de sonrojo; por ello eso de decirles que a estas alturas qué bien nos vendría algún “The refugee” en los discos actuales de U2 de vez en cuando. Les dejo en compañía de Bono, The Edge, Larry Mullen Jr. y Adam Clayton. La próxima semana más.
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