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sábado, 27 de septiembre de 2008

1980 Queen - The Game

Me da por pensar de nuevo, que podríamos haber abordado otro disco de Queen distinto al que he escogido para comenzar los repasos de la discografía de estos gigantes del rock. No obstante, he decidido optar por un disco de su historia que aunque su impresión sea menos ampulosa, contiene clásicos inequívocos del repertorio de este genial cuarteto y otros hits menores a nivel comercial o de repercusión global, pero de suma belleza.

Queen fue un grupo que se formó a comienzos de la década de los 70 moviéndose en sus inicios dentro de la corriente asociada al rock duro. La consagración definitiva de la banda se produjo con la edición de “A Night At The Opera”, excelente tributo en el título a los irrepetibles Hermanos Marx, que incluía una de las piezas básicas de la historia del rock moderno: “Bohemian rhapsody”. Posteriormente Queen siguió firmando discos con relativa celeridad y dando forma a otros himnos, en este caso más accesibles o inmediatos, que son conocidos por cualquier persona en este mundo como “We are the champions” o “We will rock you”. A la par de los singles de relumbrón mencionados, también se editaron verdaderas glorias como “Spread your wings” o “Don’t stop me now” por citar algunas.

Confirmados como uno de los grupos con más reputación, basada en la calidad de sus entregas y la excelente forma de tocar, no sólo del virtuoso de la guitarra Brian May, sino también de una tradicional figura a la sombra, John Deacon, excelente compositor y bajista, y en menor medida del batería Roger Taylor, con su desmedido divismo a la hora de sentarse con las baquetas en la mano, la banda afrontaba un momento algo dificultoso tras la edición del no tan celebrado “Jazz” en comparación con lo hecho anteriormente. No obstante, no se trataba de una situación de gravedad, básicamente debido a que la publicación del directo “Live Killers” volvió a dejar en la banda en lo más alto y les confirmó a nivel mundial como una de las 5 bandas con mejor directo de la época (esto es mucho decir, y si no echen un vistazo a los grupos de rock activos a finales de los 70).

“The Game” es un disco que inicia la tradición de títulos simples por parte de la banda. Se puede asociar la dupla de discos con títulos de pleitesía a Groucho y su tropa, “A Night At The Opera” y “A Day At The Races” y por otro lado la citada tendencia a titular los álbumes “The…”, véase Miracle o Works en los 80. La portada con una foto en blanco y negro algo borrosa de los componentes de la banda sobre un fondo plateado, iniciará otra tradición que será la de confeccionar las portadas de sus discos con una representación del cuarteto sea del modo que sea: a través de dibujos o bocetos de los rostros (“A Kind Of Magic” y “Hot Space”, respectivamente) o por un collage de las fotos de las caras (“The Miracle”).

La canción título, con un “Play” añadido, abre el álbum. Es uno de los singles que se extrajeron y habitualmente es de las menos recordadas. No obstante, yo la considero más bonita que la sobreexpuesta “Another one bites the dust”. Es un tema de cierta mesura y que excepto la parte de lucimiento de guitarra de Brian, es delicada y relajada con un Freddie acorde a las circunstancias al micrófono. Todo esto va acompañado de una letra con partes o versos exquisitos “Abre tu mente y déjame entrar… deja que tu corazón decida… es tan fácil cuando sabes las reglas, es tan fácil, lo único que has de hacer es enamorarte…”. Del videoclip grabado al efecto promocional resulta curiosa la lucha entre Brian y Freddie cuando forcejean por la “Red Special” del sr. May, y la presentación en sociedad del a partir de entonces inseparable mostacho de Mercury. “Dragon attack” es un tema que se sustenta principalmente en la base rítmica, con especial relevancia de la agresiva línea de bajo de John Deacon. Algún que otro acorde de Brian May acompaña el corte. Es de los momentos más serios en el sonido y vagamente nos puede recordar de lejos a la anterior “We will rock you”, siempre poniéndonos algo imaginativos y prestando atención a la contundencia con la que se emplean los instrumentos. “Another one bites the dust” es quizás la canción más reconocible del disco a nivel generalista. Un ejercicio con toques funkys apreciado en la saltarina línea de bajo de John Deacon junto a los rasgueos de guitarra de May. Los videoclips de esta época de Queen tampoco es que sean espectaculares. Parece ser que tras el hito de la entrega del considerado primer videoclip de la historia en “Bohemian Rhapsody”, la banda se relajó y hasta mediados de los 80 no volvieron a hacer algo relevante en este campo. Del video rodado para la ocasión, resulta curiosa la gorrita con los cuernos que lleva el sr. Mercury. Por lo demás se trata de una simple representación de la banda tocando aplicadamente. Freddie hace uso de sus niveles más altos de intensidad vocal en gran parte de la canción, demostrando su ya conocido por aquel momento poderío recitativo. Siempre he sostenido que John Deacon es una pieza bastante menospreciada dentro de Queen y situada a la sombra de May y Taylor, por no decir de Freddie. No obstante, su pericia al bajo es más que contrastada y si no díganme, ¿cuántas líneas o melodías de bajo recuerdan como para entonar y tararear una canción como la citada “Another one bites the dust” o la futura “Under pressure”? Bueno, pues aparte de esto, Deacon era un compositor genial. Aparte de “Another one bites…” firmada por él, nos entregó un vibrante tema pop llamado “Need your loving tonight”. Una de las canciones más vitalistas del disco y que ayuda a alegrarte el día. Se trata de una canción de amor evidentemente, abordada desde el punto de la pérdida del mismo e intentar recuperarlo: “Lei tu carta tantas veces, tuve que leer entre líneas para entenderla”. El tema pop por excelencia que aporta “The Game”. “Crazy little thing called love” supone un claro guiño de Queen al rock más clásico y al sonido creado por Elvis Presley. Como podrán apreciar, el disco es rico o variado en estilos y no permite el aburrimiento. Evidentemente este corte se trata de otro momento alegre y bailable al estilo “Grease” muy en boga en aquellos años. El clip que se rodó puede ser el más gracioso de los que se hicieron para el álbum con Freddie Mercury agarrado a una deslumbrante moto, que daba la perfecta escenificación para el sonido aportado por la canción. “Rock it” es un tema que empieza de forma semiacústica con Freddie acompañado tan sólo de alguna nota del bajo de John y una melancólica melodía de guitarra de Brian. No deja de ser una intro de escasamente un minuto que nos da paso a un vibrante tema rock (por el título no podía ser menos) acompañado de unos psicodélicos sonidos de teclados que adornan casi toda la canción. Estamos ante la canción más acelerada del disco y el tono de Freddie se nos muestra en un nivel de registro vocal no tan reconocible dentro de su repertorio. En la parte final, nos encontramos con unos leves coros al estilo de discos anteriores de la banda como los ya vistos en el primer corte del álbum. “Don’t try suicide” nos devuelve a la relativa calma tras el frenesí del corte anterior. La canción se inicia de una forma que por los rasgueos de guitarra perdidos nos pueden llevar a equívoco y confundirla por un segundo con “Walking on the moon” de los Police que sonaba por aquella época. Nada más lejos de la realidad. Es una canción que alterna partes a capella acompañadas de simples palmas y vagamente algún instrumento con la irrupción de la máquina sonora al completo de Queen. Sin duda es una pieza de tono irónico que tras el rock acelerado del corte anterior, vuelve a demostrar que “The Game” es un álbum muy heterogéneo en su sonido. “Sail away sweet sister” es una balada al estilo de “Spread your wings”, bastante moderada y un ejercicio de preparación para la balada de corte épico que nos regalará la banda al final del disco. Nuevamente aparecen los coros clásicos del sonido de la banda para completar la canción, ayudándonos a recordar el pasado no tan lejano por aquellos tiempos de Queen. “Coming soon” es una canción algo exótica en su sonido y la producción de la misma. La voz de Freddie y la de los coros suenan como si fueran a subirse de revoluciones. Todo ello causa una sensación algo hipnótica. A parte de esta curiosidad tampoco es que nos encontramos nada nuevo en este corte. Reseñable quizás un solo de guitarra de Brian en torno a los 2 minutos y poco más. Sin embargo, Queen se guardaba la verdadera joya del disco para finalizar. “Save Me” es una balada épica, con la interpretación más sentida por parte de Mercury en todo el disco y que acertadamente reserva para el final del disco. Es muy importante igualmente el tono trascendental que alcanza el solo de guitarra de Brian. La canción empieza de forma acústica, pero en los estribillos se alcanza un altísimo nivel de intensidad. El video promocional se compone de algunas animaciones muy sencillas, pero que funcionan muy bien y nos regala un bello fotograma con Freddie alargando el brazo hacia una paloma blanca. En un futuro la banda grabaría “It’s a hard life”, la cual puede considerarse la hermana pequeña de este clásico de la banda y una de sus más acertadas baladas en toda su discografía. Es la forma perfecta de terminar el álbum y que ayuda a que el mismo, tras una escucha completa y ordenada, aporte una mejor impresión.

“The Game” aunque no vendió mal y tuvo ciertos singles de repercusión, no llegó a superar en estatus los míticos “A Night At The Opera” o “News Of The World”. Quizás esos niveles no fueran alcanzados por la banda nunca más en lo referido a una grabación de estudio en lo referido a conjunto global de disco y no a canciones sueltas. Las esperanzas que se pusieron en “The Game” hace que el agravio comparativo expuesto por la prensa musical del aquel momento sea mayor, a pesar de que se trate de un disco mucho más que aceptable. De hecho, “The Game” supongo que en pocos fans de Queen estará incluido en el podio de los 3 discos preferidos por cada uno de ellos de la discografía de Queen. No obstante, no nos confundamos, no se trata de un disco criticado, simplemente se trata de un disco que permanece a la sombra de otros discos del grupo, y quizás a eso también ayude el tono gris de la composición de la portada y contraportada. De la estética del grupo, durante la promoción de este disco, Freddie se dejó su tan recordado bigotazo e igualmente se cortó el pelo para no volverselo a dejar largo en el resto de su vida.

Al disco hoy analizado le siguió “Hot Space” y la banda sonora de “Flash Gordon”. Resultados desiguales en tanto a las valoraciones. El primero fue malentendido por un sector muy amplio de los fans de toda la vida de Queen, que no apreciaron el giro hacia lo “electrónico” en algunos detalles por parte de la banda. Sin embargo, la segunda grabación citada está considerada como una de las mejores bandas sonoras de la historia, o incluso según algunos la mejor directamente.

Queen siguió consolidándose como unos gigantes del rock formando una solida imagen a través de la reputación de sus extensas giras y sus espectaculares conciertos. A mediados de los 80 prosiguieron con “The Works”, otro disco que disgustó a los seguidores primigenios de la banda y el éxito de masas que supuso en 1985 el lanzamiento de “A Kind Of Magic”, al calor de la colaboración del grupo en la banda sonora de “Los Inmortales”. En este mismo año Queen resucitó (si es que alguna vez habían estado muertos) en el primer festival de “Rock In Rio” celebrado en Brasil, con un show que deslumbró a medio mundo, como ya mencionamos al hablar de la edición de este año del festival.

El lamentable hecho de que Freddie Mercury enfermara de sida, hizo que la banda dejara de hacer giras y se centrara en el trabajo de estudio, debido al cada vez más precario estado de salud del cantante, que le imposibilitaba entregar a la audiencia las interpretaciones de tanta intensidad que le gustaba regalar a su público. Como curiosidad, comentarles que los últimos shows de la historia de la banda en la gira del Magic Tour, a la que pertenece el monumental disco en directo “Live At Wembley”, fueron en España a parte del festival de Knebworth.

En noviembre de 1991 Freddie nos decía adios habiendo dado forma previamente al disco “Innuendo”. Un disco de escucha sobrecogedora por las circunstancias en las que fue grabado. A pesar de que su salud estuviera al límite, en aquellos días Freddie se empeñó en grabar todo el material que fuera posible para dejar un gran legado a los fans. Todo ese esfuerzo se transformó en el entrañable “Made In Heaven” publicado en 1995. Parecía que Queen daba a su fin de una forma más que digna… pero, para May y Taylor la cosa no podía quedar ahí.

Tras numerosos intentos, pruebas de cantantes y rumores que situaban a George Michael o Robbie Williams sustituyendo a Freddie como vocalistas, finalmente se tiró del talludito Paul Rodgers para volver a la carretera y ahora grabar un disco. El proyecto no se llama puramente Queen y suele venderse como Queen + Paul Rodgers. Yo diría más bien “1/2 Queen + Paul Rodgers”, ya que a la insustituible baja de Freddie Mercury hay que unir la negativa de John Deacon a formar parte de dicho proyecto. Creo que ya les he dejado entrever mi simpatía por el bajista de la banda, pues bien, este hecho me hace que aún le tenga más aprecio. Supongo que habrá que entender a Brian y a Roger; de algo tendrán que vivir y para qué van a romperse la cabeza con nuevos proyectos, ¿no? En fin, ellos sabrán. Supongo que se agarrarán como un clavo ardiendo al epitafio musical de Freddie concretado en “The show must go on”. Bueno, pues nada, que continúe el espectáculo. “God save Queen”.
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sábado, 20 de septiembre de 2008

1993 U2 - Zooropa

Esta semana seguiremos situados en la década de los 90, y de paso continuaremos con el 2º capítulo de defensa de discos duramente criticados. Creo que ya ha llegado la hora de hablar de los que fueron llamados “los Mesías del rock”, U2. El disco que hoy analizamos es uno de los motivos por los que la crítica musical quitó dicha distinción a esta banda irlandesa, bajo desde mi punto de vista, de forma injusta.

En 1993 U2 estaba en lo más alto de su reinado. Confirmados como la banda de rock más grande surgida en los 80, y consolidada por el paso de los años tras la edición de lps inolvidables y básicos para cualquier melómano, la banda estaba metida en una vorágine mediática descomunal. La mastodóntica gira de “Achtung Baby”, la creación de Zoo Tv, el canal de televisión propio de la banda, la aparición de los “alter ego” de Bono concretados en “The Fly” y “Mc Phisto”, hacían que U2 aparecieran en esa época poco menos que hasta en la sopa.

En “Achtung Baby” se había apreciado una vuelta de tuerca al sonido del predecesor y disco mítico “The Joshua Tree”. Del sonido cercano al rock clásico se pasó a un sonido más electrónico y más agresivo con el que adaptarse a los nuevos tiempos. En esta ocasión los resultados sorprendieron a más de uno y para mucha gente existen bastantes dudas sobre qué disco considerar mejor: “The Joshua Tree” o “Achtung Baby”.

A nivel de éxito, U2 había conseguido convertirse en un fenómeno de masas en la gira de “The Joshua Tree”, con una más que considerable aceptación por parte del público norteamericano. Con este disco y la mencionada gira correspondiente, se llegó a pensar que no se conseguiría superar lo conseguido. Craso error. “Achtung Baby” consiguió enloquecer de la misma manera a la audiencia mundial y también contenía su propio “With or without you”, en esta ocasión llamada “One”. Además, la gira mundial que acompañó a la edición de este disco editado en 1991 fue si cabe más espectacular. Con estos antecedentes se esperaba ansiosamente nuevo material de estudio por parte de la banda para comprobar si nuevamente se conseguiría marcar un nuevo “record” de repercusión mundial unido a la calidad del trabajo editado.

El disco que se editó tuvo como nombre “Zooropa”. Título que redunda en el nombre de la gira de la primera mitad de los 90 y evidentemente en la ya mencionada Zoo Tv.
Digamos que es un disco que está por debajo de sus 2 discos anteriores, pero que para nada merece una crítica negativa, como la que recibió en el momento de su edición y que con el paso del tiempo parece haberse hecho más benigna al ver el disco con perspectiva y no con el calentón del momento. Se puede comprobar en este caso, que el famoso dicho de “el tiempo pone a cada uno en su lugar” en muchas ocasiones se cumple. “Zooropa” es un ejemplo.

La obra entregada por U2 en 1993 empieza con la canción título. Desde el primer momento se aprecia el acercamiento de U2 a lo electrónico, las programaciones, los sintetizadores, los teclados etc. Bono canta de forma relajada, menos en el estribillo en el que da rienda suelta a sus registros más altos. Un corte con sonido misterioso asociado a la electrónica introducida, bastante instrumental en su parte inicial con una intro que dura más de 2 minutos y que, con razón, dejó en fuera de juego a más de un seguidor de la banda. “Baby face” responde a un patrón más clásico y comedido. Iniciada con unos teclados cristalinos que se mantienen a lo largo de toda la canción y que le dan un toque inocente e infantil, es uno de los cortes más cálidos de “Zooropa”. La guitarra de The Edge no suena particularmente enrevesada y aporta la dosis de rudeza que necesita la canción. “Numb” fue uno de los singles abanderados de “Zooropa”. Inolvidables son los acordes enfermos y agresivos de la guitarra eléctrica de The Edge al inicio de la canción, y más inolvidable es la interpretación de la mayor parte vocal del tema por él mismo, menos los estribillos entonados por un Bono haciendo uso de su ya conocido falsete (véase “The fly” del disco anterior). Alegato a la alienación social y la búsqueda del poder dominante de convertir a las masas en peleles fáciles de manejar: “No te muevas, no hables a destiempo, no pienses, no te preocupes, todo está correcto, correcto”. Nuevamente los teclados, en este caso muy sencillos, tienen un papel bastante relevante en esta canción que es un reconocido tributo a Kraftwerk. El videoclip supone un sufrimiento constante por parte de The Edge, que permanece impávido sentado en un taburete, sometido a las perrerías que le somete la gente que pasa e incluso algún compañero de la banda. Suponemos que sería el precio que tuvo que pagar por ser la voz principal de la canción. “Lemon” fue otro de los singles que salieron de “Zooropa”. Particularmente mi favorita. Compuesta sobre una sólida línea de bajo a cargo de Adam Clayton, la guitarra eléctrica agitada de The Edge, con una producción que hace que su sonido sea entrecortado y venga y se vaya, crea una sensación hipnótica, de trance y da forma a uno de los temas más bailables que ofrece el disco. Bono hace uso de su falsete en prácticamente la totalidad de la duración de la canción. La promoción de la canción vino acompañada de un peculiar clip en el que la banda se dedicaba a hacer funciones básicas como sentarse en una silla, andar, correr, tocar sus instrumentos y en la pantalla se nos subtitulaba lo que estaban haciendo. Toda una enciclopedia visual del comportamiento humano válida para cualquier extraterrestre que nos visite. Por cierto, aunque los chavales de Muchachada Nui son excelentes, les recomendaría que no se tomaran al pie de la letra la imitación de Bono que hicieron y en la que el cantante decía que se inspiró en un granizado de limón de la heladería “Los valencianos”; definitivamente no va de eso la canción. “Stay (far away, so close)” es el 3er single que nos encontramos encadenado. Canción de corte más clásico en la que la banda deja de lado el sonido electrónico y las innovaciones que nos han mostrado en los 3 de los primeros cortes del álbum. Balada muy del gusto de Bono que sin embargo es inferior a las predecesoras de otros discos, aunque no por ello sea de mala calidad. Acompañada de un videoclip de gran belleza rodado en Berlín y con un Bono encaramado a la Berlinale, nos regala uno de los instantes más clásicos dentro del sonido U2 que contiene “Zooropa”. Tras una canción con el sonido más reconocible hasta el momento que nos hemos encontrado en el disco, se nos da paso al corte más experimental del álbum. “Daddy is gonna pay for your crash car” es una canción que hace un abusivo uso de la electrónica, a ratos suena casi a techno industrial, hecho que se ve en como la producción juega con la batería de Larry Mullen jr. Incluye algún momento de cante hedonista y relajado por parte de Bono en la parte inicial de los estribillos. Una canción completamente alejada del sonido que creó la banda en los años 80 y que culmina la evolución iniciada en “Achtung Baby”. En el siguiente disco de estudio “Pop” se incluiría “Mofo” que en dicho álbum hace el papel de “Daddy is gonna pay…” y que son de las piezas más atípicas del repertorio de la banda acorde a su trayectoria. Pero dejemos clara una cosa: distintas sí, pero ¿por qué tienen que ser malas? A mi me gustan ambas. Después nos encontramos con otra canción de esas con títulos largos que tanto gustan al grupo: “Some days are better than others”. Un tema que da especial relevancia a la batería de Larry en el conjunto global y en la parte del estribillo al readaptado sonido de la guitarra de The Edge. Sí bueno, la letra no es nada del otro jueves, pero bueno, tampoco vamos a estar exigiendo a U2 la entrega de textos profundos y más si el objetivo era hacer que nos moviéramos y bailáramos. Para reflexiones y análisis de letras ya cogeremos “War” o “The Unforgettable Fire” más adelante. Tras esta entrega nuevamente electrónica, pasamos a una canción de carácter clásico traducida una preciosa balada, titulada “The first time”. Julián Ruíz dice en su libro de “Plásticos y decibelios” que tuvo la primicia de que Bono se la cantara en privado en una entrevista antes de un concierto de la gira Zoo Tv en Estados Unidos. Afortunados que son algunos. El caso es que nos encontramos con lo que yo vengo a llamar la continuación de la excepcional “All I want is you”. Más acertada que “Stay (far away, so close)” nos presenta al Bono más comedido y correcto en la interpretación que nos encontramos en el álbum. Es un tema lento de una belleza plástica excelente y que contrasta con la canción que la sucede en el orden de prelación. “Dirty day” es igual de sucia en su sonido que el adjetivo que incluye en su título. Personalmente es la canción que más me desagrada de “Zooropa”. Es enrevesada en el ritmo, el muro de sonido creado a ratos subiendo la intensidad con la entrada definitiva de las cuerdas de The Edge resulta fallido. Probablemente la producción en este corte no es muy acertada precisamente. El disco finaliza con una canción acorde con la evolución hacia la electrónica que U2 nos plantea en esta obra. “The Wanderer” está, nada más ni nada menos, que interpretada por Johnny Cash aportando una lúgubre interpretación, que se acompaña de unos lejanos coros agudos por parte de Bono. Los teclados y sintetizadores utilizados a lo largo de la canción, mezclados con la grave voz de Cash y con coros celestiales que secundan a Johnny durante casi toda la canción dan forma a un resultado cuanto menos curioso. Me da por pensar que no hay mejor forma de terminar el álbum, ya que se trata de una canción de regusto triste y melancólico afianzado por los coros finales de Bono que hemos mencionado. Eso sí, considero del todo innecesarios esos sonidos como de alarma que se incluyen al final de la pista y en consecuencia del disco.

“Zooropa” fue recibido por la crítica a balazos de forma general. Muy pocos fueron los que se pronunciaron de forma amable en el momento de la publicación de este disco. Fue triturado, masacrado, vilipendiado… etc. Actualmente la gente va reconociendo poco a poco su valía dentro de la historia de U2 (hechos que ya pasaron en su día con otros artistas, por ejemplo con Kate Bush y su “The Dreaming” de 1982). Aún así, el disco no fue un fracaso comercial, porque U2 es una de esas bandas que aunque edite un disco que no sea más que un cd virgen dentro de una caja, vende. Es lo que tiene el hecho de ser una banda con una fiel y enorme legión de seguidores, que son devotos y fieles al grupo y coleccionan todo el material editado de la banda. No obstante, la percepción social en lo relativo a la presencia de U2 en los medios, es decir, la proyección de sus videos, su aparición en las noticias etc. sí que notó una bajada considerable respecto a los períodos de promoción de los trabajos anteriores. Aún así, la gira promocional fue sumamente exitosa, llenando a rebosar estadios a lo largo de toda el planeta.

La característica principal de “Zooropa” es el uso de la tecnología y la electrónica, enfatizado en las labores de producción, que jugaban a enrevesar y “tecnificar” el sonido de la guitarra de The Edge para que esta sonara de forma muy cercana a los teclados y sintetizadores. La portada del disco es una mezcla de colores que suponen sencillamente una evolución de la bandera europea de aquellos tiempos con la Unión Europea de 12 estados miembros con sus correspondientes 12 estrellas.

El grupo siguió a mediados de los 90 colaborando en alguna que otra banda sonora, ya fuera la banda al completo o algunos de sus miembros por separado y en 1997 grabaron “Pop”. Si el disco hoy analizado recibió palos, yo creo que con este disco ya se hicieron aquelarres directamente. El problema fue que la banda no fue impermeable a las duras críticas, que les situaban como una formación que buscaba la comercialidad y que ya no aportaba nada de contenido y otras muchas estupideces que se dijeron en su momento. El resultado fue que en 2000, la banda lanzó “All That You Can’t Leave Behind”, al calor del hinchado single “Beautiful day”. Sí, claro, la banda volvió a un sonido más rockero y más acorde con lo que habían hecho al inicio de su carrera, pero el fallo es que las canciones suenan más huecas que nunca. Y ver que por aquella época Bono decía que The Edge había compuesto la mejor canción de la historia de U2, hablando de “Peace on earth” antes de la edición del disco… en fin.

En 2004 recibimos la última entrega de la banda al margen de los múltiples recopilatorios que nos han ido entregando desde 1999 hasta la fecha. “How To Dismantle An Atomic Bomb” lo considero el peor disco de U2 a la hora de elegir singles. Los sencillos extraídos son fallidos y faltos de originalidad, sin embargo, si se animan a escuchar el disco y así descubrir esas joyas ocultas al margen de los singles editados, descubrirán canciones extraordinarias como “Between a man and a woman”, en mi modesta opinión la mejor canción compuesta por U2 desde 1997.

U2 ha sido, es y seguirá siendo un grupo que mueve montañas. Dará igual que en la próxima gira cobren 200 eur. por entrada, ya que el Calderón de turno o La Peineta ¿quién sabe? (maldito ayuntamiento de Madrid) se llenará a rebosar. ¿Cuál es el motivo?, que a pesar que haya gente que se cabreara con el grupo por la edición de “Zooropa” y “Pop”, pero que hayan recuperado la fe en ellos con sus 2 últimos trabajos, o gente como yo, que pasa a la inversa, la verdad es que es un grupo que nos ha regalado una colección de momentos únicos dentro de la historia de la música moderna.

Está previsto que su nuevo disco se edité en el próximo 2009. La salida a la luz de la nueva obra estaba prevista para finales de este año o incluso en estos días que nos encontramos, pero la cosa se ha demorado, según Bono porque “no paramos de escribir buenas canciones”. Esperemos que no se trate de una nueva bravuconada de las suyas y que esta vez la cosa vaya en serio.

De momento hoy les dejo en compañía de este controvertido disco, que no era otra cosa distinta que la evolución natural del sonido de U2 para adaptarse a la actualidad musical y al progreso de la música. Siempre me da por pensar qué hubiera sido de U2 si hubieran hecho oídos sordos tras la edición de “Pop” y no hubieran reculado. La historia no lo quiso así, ¿qué le vamos a hacer?
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sábado, 13 de septiembre de 2008

1998 Pulp - This Is Hardcore

Momento de iniciarnos en 2 aspectos. Primero: abordar la década de los 90. Segundo: adentrarnos en el llamado britpop. Aunque existan grupos con más nombre a nivel internacional y más al alcance del pueblo llano de dicha corriente, como los rivales Blur y Oasis, siempre he tenido un mayor aprecio por los chicos de Jarvis Cocker. Esto no quiere decir que desprecie en absoluto el trabajo de los hermanos Gallagher o de Albarn y sus secuaces, hecho que se comprobará en futuras revisiones que se publicarán.

A mediados de los años 90, Pulp había conseguido, tras un arduo devenir y una larga trayectoria, el éxito y reconocimiento mundial. En 1998 se cumplían nada más y nada menos que 15 años de la edición del esquelético “It”, primer lp de la formación, aunque para el gran público, que desconocía los cimientos de la historia de la banda, la percepción era de una banda joven. El motivo era que hasta el lanzamiento del recopilatorio “Intro” en 1992, no se había obtenido repercusión alguna, a pesar de que en discos anteriores como “Freaks” o “Separations” encontremos más de un tema decente, al que quizás le faltara una mejor producción, tales como “I want you” o “There’s no emotion”.

La consagración de la banda vino de la mano de la edición del notable “His ‘n’ Hers” y del imprescindible “Different Class” que incluye el himno de la banda “Common people”. Tras la edición del último álbum citado y la correspondiente gira, la mano derecha de Jarvis, Russell Senior, deja el grupo abriendo un interrogante en lo que pasaría con la banda, ya que muchos conceden a Russell el papel principal en el enderezamiento del rumbo de Pulp al éxito allá por la segunda mitad/finales de los 80. Para compensar esta baja, se concede al guitarrista Mark Webber la condición de miembro oficial de Pulp y el resto de chicos Nick Banks, Candida Doyle y Steve Mackey seguirán respectivamente en su batería, teclados y bajo.

El listón no estaba precisamente bajo tras “Different Class”. La edición de “Common people” como single y el gran calado que tuvo a nivel mundial, sumado a otros sencillos como “Miss Shapes” o el guiño a “Gloria” puesto de manifiesto en la estupenda “Disco 2000”, hicieron que este disco compitiera de lleno nada más y nada menos con “(What’s The Story?) Morning Glory” de Oasis y con “The Great Escape” de Blur, quedando prácticamente al mismo nivel de repercusión y de valoración por parte de la crítica, y dependiendo de qué sector de la misma, superándolos. Ahí es nada. Es decir, que con la marcha de uno de los pilares base de la formación y con las cotas de triunfo alcanzado la cosa no iba a ser fácil.

No obstante, subestimar al sr. Cocker puede ser un grave error, y más si después de la situación ante la que se encontraba Pulp en 1997, se saca de la manga un lp de 12 canciones con un gancho importante y si cabe con un carácter más sombrio y oscuro que el anterior disco, que era más reluciente e iluminado, dato que se puede apreciar en las portadas de ambos discos. En este caso se eligió una instantánea de una boyante rubia tumbada en el suelo, no sabemos exactamente en qué estado… dejo abierta la posibilidad a las elucubraciones de sus despiertas mentes para esta ocasión. “This Is Hardcore” es un disco que nuevamente estará cargado de la ironía y el sarcasmo punzante en las letras que aporta Cocker y que cuenta con una excelente producción, que a ratos me parece mejor que la de su predecesor. Musicalmente el disco no echa de menos a Russell y me da por pensar en que cuando alguien importante se va de un grupo, el nivel no decae en el primer disco después de la marcha, sino más adelante (véase en el más que aceptable “Ultra” en el caso de Depeche Mode tras la salida de Alan Wilder. Evidentemente es una opinión personal) y que en la primera obra después de los traumáticos abandonos siempre suele quedar algo de la inspiración grupal de una formación clásica.

“The Fear” inicia el disco. Canción que trata sobre miedos sin dar más rodeos y que podría aplicarse a la situación que vivía la banda en esos instantes de no saber cuál sería la reacción tras la publicación de su exitoso “Different Class”. El estribillo muestra un épico Jarvis Cocker diciendo cosas tales como “aquí esta el miedo otra vez, el fin esta cerca de nuevo”. En lo instrumental considero importantes los inquietantes teclados a cargo de Candida Doyle. Se trata de un más que aceptable comienzo de disco y con bastante fuerza. A continuación y cambiando al plano tranquilo y sosegado de los Pulp, se nos presenta “Dishes”. Con Jarvis en sus entonaciones más graves, se nos presenta una parte personal de Jarvis en la letra, haciendo algún que otro juego comparativo con Jesucristo, véase “No soy Jesús, aunque tengo las mismas iniciales” o mostrar su lado más humano al decir “me gustaría transformar esta agua en vino, pero es imposible”. Resulta especialmente bonita la parte de guitarra de claro sonido que nos encontramos en el tramo final y que da paso al Jarvis más melancólico, para que vuelva a terminar nuevamente relajado y tranquilo. Tras este apacible momento nos damos de frente con “Party hard”. Se trata del muro de sonido más fuerte del disco compuesto a base de inquebrantables guitarras eléctricas con una fuerte base rítmica llevada por Steve y Nick al bajo y batería. Los teclados de Candida igualmente resultan agresivamente solemnes y, justo lo contrario de lo que cabría esperar, encontramos nuevamente a un Jarvis manejándose en tonalidades graves para describir aspectos de su vida y que nos pueden evocar a los tiempos en los que Jarvis Cocker era un adolescente que no tenía demasiado éxito con las mujeres y al que le costaba relacionarse, como se puede ver en el inicio: “Rara vez hago amigos con alguien de este planeta”. También considero muy válidos versos como “El entretenimiento a veces se puede complicar cuando lo que amas es lo mismo que te trae de cabeza”. Por otro lado, veo ciertamente cómico el momento en que se describe el instante en que la fiesta descrita se enrarece: “Me lo estaba pasando genial, hasta que tu tío Psicosis apareció”. En fin. Se trata de uno de los singles que se extrajeron, el 3º para ser más exactos y se acompañó de un video rodado en un plató de suelo blanco y fondos negros con Jarvis rondando a un amplio grupo de cheerleaders y el resto de la banda tocando sesudamente. Sin duda uno de los himnos del álbum y de las mejores canciones que contiene, sin dejar de lado que sea la más enérgica con muchos cuerpos de distancia. “Help the aged” es una proclama a favor de la tercera edad y un toque de atención a la conciencia social por parte de Jarvis. Canción que combina partes relajadas con un estribillo ciertamente épico e intenso, supuso el 4º sencillo que aportó “This Is Hardcore”. Como se puede intuir tiene un fuerte carácter sentimental y nostálgico apreciado en partes como “mientras tanto intentamos olvidar que nada dura para siempre” o “puedes teñirte el pelo, pero es la única cosa que puedes cambiar, porque no puedes huir de ti mismo”. De la nostalgia y emotividad de “Help the aged” pasamos al oscurantismo de la canción título. Curioso gesto de descaro por parte de la banda es el hecho de editar como primer single un tema de corte tan poco comercial. Se trata de una larga canción, con sonido clásico y sombrío. Supone el tributo al mundo del cine por parte de Cocker, no sólo en las claras referencias en la letra “No hagas ni un movimiento, hasta que diga ¡Acción!”, sino también en un video ajustado al sonido de la canción que muestra el making off y el rodaje de un supuesto thriller con asesinatos, detectives amordazados, infartos en mitad de fiestas, peleas… todo un compendio de imágenes evocadoras del cine de los años 60. Desde mi punto de vista, y comercialmente hablando, considero un grave error que “This is hardcore” fuera escogido como single de adelanto. No porque considere a la misma una mala canción, no. Lo que sucede es que una canción de este corte no está a la altura del público medio, al no tener un claro estribillo y ser de tan larga duración. Se le coge aprecio con el paso del tiempo y las sucesivas escuchas del disco, pero no en la inmediatez las cortas distancias que supone el contacto con el primer single de un lp. En parte supuso que el disco empezara con mal pie, al contrario de lo que se hizo en el álbum anterior editando “Miss Shapes” y “Common People”. Podría tratarse de un tema cercano en el sonido a la antigua “Sheffield sex city” que se incluía en el disco “Intro” y que si se hubiera concebido al igual que ésta, es decir, como una elaborada pieza oculta dentro del disco, pero sin ser reconocida como single, hubiera adquirido con el tiempo un mejor estatus y sería vista con mejores ojos. A mí, como a la mayoría de la gente, al principio no me hacía mucha gracia, pero actualmente me agrada escucharla. Tras el desconcierto que puede suponer “This is hardcore”, se nos presenta “Tv movie”, un tema de corte acústico con alguna que otra agudeza en las letras por parte de Jarvis: “Sin ti, mi vida se ha convertido en un aburrimiento sin fin. Una película hecha para televisión: mal diálogo, mala interpretación, sin interés. Demadiado larga, sin historia y sin sexo”. Nuevamente se nos habla de la soledad que nos visita al finalizar una relación amorosa, tema muy recurrente en las letras de Cocker. Tras alcanzar un punto álgido, sin dejar el carácter acústico, la canción vuelve a tranquilizarse para terminar de una forma íntima, cálida y relajada con la esperanza por parte del protagonista de la historia de que vuelva quien se marchó. “A little soul” es de los temas más deliciosos compuestos por Pulp en toda su historia. Elegida como 2º single, se acompañó de un excelente video en el que todos los componentes tenían su “replicante” infantil que les animaban a ir al estudio a grabar. Es curioso el desplante que tiene Jarvis con su “doble” al final de la canción y la cara de asco con que le mira; suponemos que terminaría hasta el gorro, ya que no deja de darle la tabarra en todo el metraje. Nuevamente en la letra se ven referencias al abandono amoroso y los fallos sentimentales. El final del estribillo no deja de ser una de las verdades universales de la humanidad: “aparento ser un hombre mayor, pero lo único que tengo es un alma pequeña”. Sonido nuevamente relajado, cercano a lo acústico y poco estruendoso que sigue permitiéndonos una plácida audición. Tras este excelente corte, nos topamos con “Seductive Barry”. Personalmente no me hace mucha gracia, aunque quizás sirva como agravante el hecho de que esté a continuación de la maravilla “A little soul”. Es una canción que nos presenta al Jarvis recitante de temas como “I spy”, y que intenta impregnar un cierto aire de misterio que no le encuentro demasiado gracia. Me resulta aburrida y plomiza. Pasemos a “I’m a man”. Canción pop por excelencia del disco. De corta duración y con un estribillo pegadizo. Tampoco es que se trate de un momento especialmente memorable y se puede olvidar con facilidad. Con “Sylvia” volvemos nuevamente a la buena senda. Nos encontramos al Jarvis más sentimental y entregado de todo el disco, sobre todo en la parte referida al estribillo. Bajo mi punto de vista sería un tema perfecto si se hubiera excluido ese retorno final instrumental cuando parece que la canción había terminado. No sabía precisar si la tal Sylvia es una chica real de las que tanto inspiraron a Jarvis siempre a la hora de componer y que le costó alguna que otra bofetada por airear sus intimidades, pero en este caso se refiere a una chica con cierta mala suerte en la vida. Suele pasar. En fin, “Glory days” es un tema nuevamente pop, pero esta vez es mucho más decente y respetuoso que la facilota “Just a man”, trepidante ritmo creado por las guitarras de Mark y el bajo de Steve y Jarv nuevamente combinando tonos graves y agudos en la entonación. Excelente sin más. Para finalizar este disco se dispuso poner “The day after the revolution”. De sonido melancólico, con una guitarra eléctrica tomando el protagonismo principal sonoro y tema de los que gustan para terminar un disco. Quizás sean algo excesivos esos minutos hipnóticos a base de nota de teclado pulsada que se sostienen durante un rato y que solo se ven interrumpidos por la despedida de Jarvis Cocker “Bye, bye” a mitad de dicho metraje.

“This Is Hardcore” fracasó en la difícil tarea de superar o igualar el reconocimiento mundial que tuvo su predecesor. Las cosas no estaban nada fáciles y el ya comentado hecho de la edición como single de adelanto de la complicada “This is hardcore” no ayudó mucho a que el disco calara en el grueso de sociedad. Sin embargo es un disco que fue muy bien recibido en centro Europa, sobre todo en Alemania. Recuerdo el gran apoyo que tuvo por parte de Viva Zwei, con constantes proyecciones de los videoclips realizados.

Las bondades de este disco es que no se trata de un disco previsible, eso es lo que quizás hace que me guste más que “Different Class” que a ratos se me hace algo cargante o facilón, a pesar de la excelencia que contiene. Tiene canciones realmente buenas como “Party Hard” y “A little soul”, y en conjunto es un disco mucho más íntimo que los anteriores de Pulp. De una belleza plástica e inquietante es la portada del disco, que ya les comenté al inicio del artículo de hoy.

A comienzos de siglo la banda prosiguió su carrera con la edición del fallido “We Love Life”. Ciertamente es un álbum irregular. A pesar de que aporte algún buen momento, en conjunto falla. Tras este disco, la banda sacó su inevitable grandes éxitos y desde entonces no se ha vuelto a saber nada de la actividad conjunta de los miembros. Sí es cierto que Jarvis Cocker sigue vinculado al mundo de la música y dejando de un lado proyectos o colaboraciones esporádicas con otros artistas, lo más relevante fue la edición de su primer disco en solitario. Se trata de un lp que está en la onda de lo que eran sus primeras composiciones, pero esta vez con la producción y los arreglos que aquellas se merecían para no parecer simples esbozos o esqueletos de canciones (véase por ejemplo el valioso single “Don’t let him waste your time”).

Cierto es que no ha habido separación oficial, pero ¿quien sabe? De momento nos quedan los discos editados hasta ahora, de los cuáles les he presentado el gran desconocido por el público de su etapa como banda de relumbrón, debido a estar a la larga sombra de “Different Class”. Ahora que llega el otoño, lo considero un disco de muy buena escucha para esos días de diario cuando ya ha anochecido sobre las 20.30h. No obstante, si a esas horas no pueden escucharlo, háganlo en cualquier otro momento ya que de lo contrario se estarían perdiendo un disco bastante potable y que no desmerece para nada los anteriores trabajos que grabaron Pulp. ¡Ah!, que se me olvida y si no Jarvis no me perdonará nunca: como dice el grupo en los libretos de sus discos, “No lean las letras mientras escuchen la grabación”. Pues… eso. Gracias
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sábado, 6 de septiembre de 2008

1986 Danza Invisible - Música de Contrabando

Ya advertí la pasada semana en el último artículo que colgué sobre el concierto de Danza Invisible en las fiestas de Alcalá de Henares, que tarde o temprano revisaríamos su disco “Música De Contrabando” de 1986. He llegado a la conclusión de que ahora que tenemos fresco el asunto, no hay mejor momento para proceder al respecto. Pues… allá vamos.

2ª mitad de los años 80 en el panorama musical español. La movida madrileña, que tan buen resultado musical nos dio, ya daba a su fin y se abría un período de incertidumbre sobre lo que nos encontraríamos a partir de ahora. De dicho movimiento cultural que se coció principalmente en los ambientes de la capital española a comienzos de la década, algunos grupos decaían para desaparecer al poco tiempo y otros empezaban a labrar una trayectoria sólida que se mantuviera en el futuro. Dentro del 2º grupo citado se encontraban Danza Invisible.

Este grupo malagueño, fue uno de los invitados de otras provincias a formar parte del escaparate frontal de la “movida” (al igual que otros grupos como Golpes Bajos que venían de Vigo), tras previamente haber sido profetas en su tierra al ganar algún que otro concurso musical. Ya en la capital, la banda se ganó el galardón de “Grupo Peor Vestido” en el mítico Rockola. Consiguieron aparecer en el programa abanderado de la época “La Edad de Oro”, tocando temas como “Tiempo de amor”, que daba la razón a la gente que les comparaba cerradamente con el sonido creado por Simple Minds. En 1985 se había lanzado el mini-lp “Maratón”, que venía a incluir temas que se convertirán con el paso del tiempo en clásicos del repertorio de la banda como “El club del alcohol”. Al año siguiente la banda se involucró en la creación de un disco que transmitiera una mayor solidez. Como ya venía siendo habitual, la banda se valió de los servicios como letrista de Rodrigo Rosado para terminar de dar forma a las nuevas canciones que tomarían parte en “Música De Contrabando”.

El disco abre con “Ocio y negocio”. Una canción en la onda de las primeras composiciones de la banda como la citada “Tiempo de amor”, que hace que se mire de reojo a la formación cuya sombra se haría tan alargada sobre los Danza en sus primeros años, los Simple Minds. La letra critica abiertamente las diferencias de clases atacando frontalmente a las clases altas dominantes mostrado en frases como “no diría estas cosas si yo fuera rico y mi mayor problema fuera elegir un champagne”. Para continuar se coloca “Contrabando”, la pseudo-canción título, que nos puede recordar vagamente a los sonidos de los Stray Cats y la frase “Música en la playa… ¡oh! Vaya, vaya” me da por pensar si “Los Refrescos” unos años después se inspiraron en esta canción para lo que fue su mayor éxito. En todo caso nos encontramos con una canción alegre y optimista, frente a la crítica social y al dinero que nos encontrábamos en el tema que abría el disco. Instrumentalmente es importante la línea de bajo de Chris Navas y las secciones de viento utilizadas para aderezar el sonido. “Mercado negro” sigue muy en la onda de la canción que la precede en la que destacan las notas de guitarra utilizadas en la parte del estribillo que en este caso se limita al título de la canción. A continuación encontramos uno de los momentos inolvidables del disco hoy revisado. “Sin aliento” supone la excepción en la titularidad de las letras del disco a favor de Rodrigo Rosado, tratándose en esta ocasión de una composición a cargo del entonces batería de la banda Ricardo Texidó. Nuevamente se me antoja importante el bajo de Chris Navas, sin dejar evidentemente de lado las guitarras de Antonio Luís Gil y de Manolo Rubio. El estribillo “Sin tomar aliento estoy, rodeado de calor, ¡Escucha!, tengo que respirar, respirar” es de los que más fuerza aportan a lo largo de toda la trayectoria de la banda. Igualmente es otro de los temas que con más intensidad interpreta la banda en sus actuaciones en directo. Instrumentalmente es otro de los cortes que más nos recuerdan al pop/rock británico de la época y que tanto gustaban a la banda por entonces, sobre todo a Chris Navas y a Ricardo Texidó, que eran los que llevaban en aquella época la dirección musical del grupo. Tras este vibrante tema pop y clásico de Danza Invisible, sin ninguna duda, nos damos de frente con la aguerrida, instrumentalmente hablando, y corrosiva, letrísticamente hablando, “Espuelas”. No es que lo diga yo, se ve claramente en partes como “vivo o muerto, mantén los ojos firmes frente al enemigo… sangrándote”. Tras este agrio y contundente instante aportado por “Espuelas” nos damos de frente con su antítesis “Agua sin sueño”. Se trata de otro momento brillante y que junto a las 2 canciones que la preceden, son las únicas que se escogieron para el recopilatorio que publicó la banda hará unos años, antes de la grabación del disco “Efectos Personales”. La batería de la canción y la base rítmica en general es plácida y relajada. Las notas de guitarra son cristalinas y Javier Ojeda canta igualmente sosegado versos enigmáticos como el propio estribillo “Agua sin sueño, tu húmedo tálamo”. Como podrían comprobar si leyeron el artículo anterior, la banda todavía tira de esta preciosa canción en sus repertorios actuales y de hecho la presentan con todos los honores como habrán podido leer. “El joven nostálgico” es un tema pop alegre y acelerado y la única en su estilo propiamente dicho que nos encontramos en este álbum. Un corte apoyado en estupendos riff de guitarra a cargo de Manolo y Antonio, una animada batería dirigida por Ricardo y un trepidante bajo a cargo de Chris. Los coros en el estribillo corren igualmente a cargo de los chicos de la banda. Sin embargo después de este desenfadado corte, nos encontramos con otras 2 canciones de sonido aguerrido seguidas. “En guerra” y “Es probable que no sea el hombre de tu vida (pero en ese caso acabaré contigo)” hablan simplemente por sus títulos. En lo musical “En guerra” es más movida rítmicamente hablando que “Es probable…” que es bastante decadente en dicho apartado. En “En guerra” la producción pone de relevancia más que nunca al bajo de Chris Navas que es quien domina el plano frontal de la canción durante gran parte de la misma. Fuertemente agresiva en la letra es “Es probable…”, supongo que no hará falta que les ponga ejemplos con fragmentos de la misma y podrán llegar a la conclusión leyendo el título completo de la canción, que les he puesto la primera vez que la he mencionado. Para finalizar la obra se colocó “No habrá fiestas para mañana”. Se trata de una canción extremadamente melancólica tanto en el título de la misma, como en el sonido, como en la letra. “Abandónate como una hoja al viento, ¡viento!” son las últimas palabras que canta Javier Ojeda en el disco, confiriendo un melancólico y entrañable final, sustentándose en las guitarras tanto acústica como eléctrica que corren a cargo de Manolo Rubio y Antonio Luís Gil.

“Música De Contrabando” supone el inicio de la consagración definitiva de la banda y para que la misma se hiciera un hueco definitivo en la historia de oro del pop español. Como curiosidad, cabe destacar que antes de que se hiciera famosa en solitario, Lisa Stansfield hace coros en el disco del que hoy hemos hablado. La portada del disco es un fotograma de una película en de James Cagney que curiosamente falleció al tiempo que el disco se estaba grabando y en este apartado se puede apreciar un ligero guiño a las portadas que editaban “The Smiths” por aquellos días, que ponía de relevancia los referentes musicales que seguían Danza Invisible en esa época.

Posteriormente se editaría el exitoso “A Tu Alcance”, que incluía el gran clásico de Danza “Sabor de amor”, que abriría la banda al público de masas, y por otro lado la excelente adaptación del “Bright side of the road” de Van Morrison, concretada en “A este lado de la carretera”. Ya situados en la primera línea del panorama pop español y latino en general, se editarían los también exitosos lps “Catalina”, “Bazaar” o “Clima raro”. Tras este último disco mencionado que, según comenta el propio Javier Ojeda, venía a describir el ambiente que se vivía en el seno de la banda en aquellos días, Ricardo Texidó abandona la formación definitivamente tras tensiones en deliberaciones sobre la trayectoria y el sonido que debería perseguir la banda a partir de entonces. Para un servidor, siempre resulta trágico que un miembro consolidado de una banda, abandone el barco y que no regrese. No sé hasta qué punto el resto de miembros sintieron la marcha de su compañero. La próxima vez que tenga ocasión de charlar brevemente con Javier Ojeda tras un concierto intentaré preguntárselo.

A mediados de los 90 el grupo seguiría en la brecha con discos como “Por Ahora” y “En Equilibrio”, que incluyeron canciones que aún permanecen en la memoria popular tales como “A sudar” o “Por ahí se va” (éste quizás fuera su último gran éxito). A comienzos de siglo la banda edito su recopilatorio de grandes éxitos y al año siguiente el malentendido “Efectos Personales”, disco que no funcionó comercialmente pese a que el primer single promocional “Pero ahora”, desde mi punto de vista es una canción brillante. Supone una fusión de un sonido cercano a lo jazzístico con la aflamencada e intensa interpretación de Javier Ojeda, mostrándonos uno de sus más desgañitados ejercicios vocales en lo que a grabaciones de estudio se refieren. Tras el primer concierto que vi de Danza Invisible en julio de 2006 le pregunté a Javier Ojeda que por qué no tocaban esta canción en directo. No obtuve respuesta al respecto. Definitivamente, la gente no supo por dónde cogerlo y tras esta mala aceptación la discográfica de turno pasó de hacer más promoción del disco.

Esto puso a Danza en una posición no muy favorable: una banda cuyos miembros rondaban ya la cuarentena (si es que no la tocaban de lleno), un mal resultado comercial del último trabajo editado, con la consecuente falta de confianza por parte de la casa de discos y el surgimiento de otros grupos, de bastante menos talento que Danza Invisible, que se hacían hueco entre el peculiar público español. Aún así la banda en 2003 editó “Pura Danza”, un disco con mucho toque de pop latino y que en comparación con este “Música De Contrabando” analizado hoy, te hacen preguntarte si hablamos del mismo grupo. El éxito comercial si cabe fue menor que el disco anterior y la promoción en medios peor aún, ya que al menos de “Efectos Personales” recuerdo haber visto el videoclip de “Pero Ahora” en el extinto del 40 al 1 con Fernandisco al frente.

A pesar de estos pasos en falso de la banda y de no haber conseguido hacer diana en los últimos tiempos, el grupo sigue haciendo extensas giras y cada año consiguen cerrar un dignísimo número de actuaciones, que hasta el propio Javier Ojeda en su blog personal considera bastante aceptable, teniendo igualmente presente que hace más de una década que no tienen un hit a nivel nacional. En el mismo blog del cantante de la banda, a comienzos de este año se mostraban intenciones de grabar nuevo material para editarlo de la forma que fuera este año, pero de momento no hay noticias. Actualmente Danza Invisible sigue inmersa en su gira veraniega y les puedo decir que el día 13 de septiembre tocan en Madrid en las fiestas del distrito de Arganzuela; lo digo por si les da por hacerme caso respecto a lo que les dije la semana pasada y les apetece pasarse.
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