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sábado, 18 de octubre de 2008

2004 The Killers - Hot Fuss

Hoy estoy encantado de presentarles uno de los mejores discos publicados en lo que llevamos de siglo, década o milenio. En alguna ocasión les he mencionado mi tridente de grupos favoritos (The Cure, Depeche Mode y The Smiths); lo que no he hecho todavía es nombrarles la triada de grupos favoritos actuales o que surgieron no hará mucho tiempo, y no son otros que: Editors, Interpol y The Killers, grupo del cual revisaremos hoy su debut discográfico. La característica común de dicho trío es la cercanía al sonido creado por Joy Division o New Order, sea reconocido este hecho por ellos o no (caso de Interpol).

Hoy nos ocuparemos de los chicos de Las Vegas. Aprovecharemos, al igual que hicimos la pasada semana, que el grupo comienza a estar de actualidad por el inminente lanzamiento en unas semanas de su esperado 3er. trabajo de estudio, titulado “Day & Age”. Comandados por el neo-dandy Brandon Flowers, el grupo se formó allá por 2002. Brandon tenía un grupo previo del cual salió rebotado para unirse a Dave Keuning, Mark Stoermer y Ronnie Vannucci y dar forma a The Killers, cuyo nombre surge del grupo que aparece en el clip de la canción “Crystal” de New Order, como supongo que ya sabrán.

La formación se estructura de tal manera que Dave Keuning se hace cargo de la guitarra, Stoermer es el bajista, Vannucci se sienta a la batería y Brandon asume el liderato desde su posición de cantante y tocando los teclados, al igual que escribe la mayoría de las letras. Antes de entrar en materia, les comentaré como llegué a conocer a los Killers, ya que de historia previa de la banda antes de la grabación de este disco hay poco que contar.

Más o menos a finales del verano de 2004, dando un paseo para ojear discos por el extinto Madrid Rock, en la mesita que encontrabas a la izquierda de la salida, donde habitualmente había ejemplares gratuitos de revistas, en dicha ocasión había una pila de cd’s, cuyo envoltorio era una funda de cartón de color rosa, de un grupo nuevo. El nombre era The Killers, y en la contraportada te venía una pequeña crónica o presentación del grupo, en la cual se hacía referencia a las influencias de sonido de la banda, concretadas en The Cure, Morrissey, New Order, Oasis, Pulp y otros. Todo ello se acompañaba de una foto de una portada del New Musical Express en la que salía supuestamente el cantante de la formación, cuyo aspecto no era muy personal que se diga, véase: pelo despeinado con algo de flequillo, cara afeitada y ropa de traje tipo Springfield. Vamos, que se podía confundir fácilmente con cualquier Franz Ferdinand que pasara por allí. El caso es que me animé a coger uno de los ejemplares, total, era gratis. Sin embargo, tuve que arengar al amigo que me acompañaba para que él hiciera lo mismo. El caso es que él ya tenía conocimiento del grupo a través de alguna mención de Julián Ruíz en “Plásticos y Decibelios”, el cuál los presentaba diciendo “no entendemos por qué hay tanto revuelo con The Strokes, si The Killers son mucho mejores”. La canción que venía en el cd era “Somebody told me”. Un tema que tras escucharlo no me disgustó, pero que a día de hoy me resulta el más flojo del disco que ahora les comentaré. Lo que a día de hoy me da rabia, es que para los que comprasen el álbum en aquellos días, les regalaban una entrada para ver al grupo en la sala Copérnico de la capital a finales de aquel mes de septiembre. He tenido ocasión de ver alguna imagen de aquel concierto y comparando dicha puesta en escena con el posterior multitudinario concierto en junio del año pasado en Las Ventas en el Pepeworld Festival, te hace pensar que parece increíble que entre un evento y otro solo hubieran pasado 2 años y unos meses, y comprobar la proyección y desarrollo de la banda genera cierto vértigo.

“Hot Fuss” es un disco enérgico en casi todos sus momentos. Altamente bailable, y con cierto tono épico en su sonido, tanto en lo vocal como en lo instrumental. En este último aspecto, resulta bastante reminiscente del sonido de la nueva ola de comienzos de los 80, mezclado con el sonido del rock actual, cuya brecha abrieron The Strokes. Abre con un tema que sirve para justificar estas características mencionadas. “Jenny was a friend of mine” comienza con Brandon Flowers con un tono vocal tremendamente elevado que se aumenta más con el eco aportado en la producción, con unos sonidos electrónicos confusos y con una aguerrida guitarra a cargo de Keuning, apoyada en un bajo igualmente vigoroso y muy marcado de Stoermer. Los teclados a cargo de Brandon llevan la melodía principal de la canción durante gran parte de la misma. Crímenes, antiguas amigas o amantes y demás cosas conciben la letra del tema. “Mr. Brightside” se mueve dentro de unos registros parecidos a los del tema inicial. Más alegre en la melodía, dejando de lado el melodramático sonido de “Jenny was a friend of mine”, comienza con unos acordes eléctricos de guitarra que introducen a un acelerado Brandon al micrófono diciendo cosas como “todo empezó con un beso, ¿Cómo pudo terminar así?, sólo fue un beso, sólo fue un beso”. Las melodías creadas por la guitarra de Dave Keuning son lo que da mayor empaque a la canción y lo que la caracteriza principalmente, a pesar de los melódicos teclados de esta ocasión. La parte que propulsa el estribillo es la que más me gusta personalmente cuando dice “simplemente no puedo mirar, me está matando y tomando el control”, aunque dicho estribillo muestra acertadas frases como “el destino me está llamando”. Nuevamente una historia de amor acabado, con una de las partes que no asume el final de la historia, que se ve escenificado en el divertido videoclip (el 2º que se grabó) en el que nos encontramos un Brandon de lo más gesticulante y expresivo (a ratos casi jocoso) y que a ratos recrea el sufrimiento descrito en la letra de esta, sin embargo, alegre y bailable canción. De single a single y tiro porque me toca. “Smile like you mean it” fue el single de adelanto y la canción que presentó en sociedad a The Killers. Acompañada por un clip en el que los componentes del grupo se presentan formalmente ataviados con trajes y corbatas de carácter sobrio, en el que vagan por una casa cual espíritus, nos pone de manifiesto la querencia del grupo por la década de los 80 y el aspecto neorromántico, signo de distinción de la formación hasta la edición de su 2º disco. Se trata de una canción de sonido melancólico y nostálgico, visto en partes como “alguien está jugando en la casa en la que crecí” que se acrecienta debido a la lánguida interpretación vocal de Brandon, que a su vez nuevamente aporta unos teclados que dan mucha personalidad a la canción. Una de las canciones preferidas por la gente y de las más aclamadas en los conciertos de la banda. A continuación nos encontramos con “Somebody told me”. Quizás porque se trate de la primera canción de los Killers que escuché, como ya comenté antes, no la tengo especial manía, pero sí que opino que es de las más impersonales que existen en el álbum y la menos representativa del sonido propio del grupo, acercándose quizás más a los Strokes que a ser fieles a sí mismos. Líricamente me recuerda vagamente a “Girls & boys” de Blur, básicamente en el galimatías de “tienes un novio que parece una novia…”. Tras este momento ligeramente plano, nos encontramos con otro de los himnos verdaderos y auténticos que aporta “Hot Fuss”. “All these things that I’ve done” tiene una de las partes más reconocibles de la historia de The Killers hasta la fecha. Ese “tengo alma, pero no soy un soldado”, un juego de palabras muy resultón en la lengua materna, que comienza a mitad de canción con un apagón de todos los instrumentos para que a medida que se repite vaya ganando nuevamente sonido y se aúnen coros gospel, ha sido utilizado por varias marcas en sus campañas publicitarias. Comienza con unas notas de teclado a semejanza de un goteo de agua y con unos teclados eclesiásticos a modo de intro, para que posteriormente la línea de batería de Ronnie Vannucci inicie el grueso sonoro de la canción, en el que nuevamente la guitarra de Keuning es lo más reseñable y personal. Un lema antibelicista en el que Brandon dice cosas como “sabes que tienes que ayudarme, échame a tu espalda…”, y enumera en un momento principios tales como “tiempo, verdad y corazones”. Se trata de otro sencillo que mereció 2 videos. Uno de ellos está dirigido por Anton Corbijn y además de su ya habitual blanco y negro en la imagen, nos regala a unos Killers ataviados cuales cowboys y un momento hilarante con Brandon andando solo en mitad del desierto diciéndose a sí mismo el ya mencionado “tengo alma, pero no soy un soldado”. El otro video, el cual es mi preferido a pesar de la intervención de Corbijn en el ya comentado, nos muestra al grupo andando por calles típicamente británicas y recibiendo los saludos de varias personas, que a medida de saludar al grupo se unen a ellos dando lugar a una improvisada marcha, en este caso de carácter antibelicista por la letra de la canción. Tras este clásico del joven repertorio de la banda, nos damos de frente con “Andy you’re a star”. Un corte más lento, atropellado en el sonido, de fuerte carácter glam y que divaga sobre la supuesta homosexualidad del protagonista de la canción. Tampoco es que sea un tema memorable, con lo que mejor pasaré a hablarles de una de esas joyas ocultas al margen de ediciones en single que contienen los álbumes. “On top” empieza con unos estratosféricos teclados que se mantienen a lo largo de toda la canción, suponiendo sus notas más fácilmente reconocibles. A un servidor le encanta el estribillo en el que la guitarra de Keuning se pone tremendamente épica y Brandon hace uso de unos “oh, oh” que confieren a la canción de un toque orgulloso en el sonido como si de sacar pecho se tratase y que va acorde con el título de la canción “en lo alto”. También se puede ver esto en frases como “te miro, y sonrío porque me encuentro bien”. Reseñable es el solo de guitarra de Dave al comenzar el 3er. minuto de duración de la canción. Excelente tema. “Indie rock’n’ roll” es un tema de sonido pachanguero y resacoso. Brandon canta de forma tan exagerada que nos hace imaginarnos que entona la canción en la barra de un bar de Las Vegas tras una larga noche de farra, estando borracho de algo más que fama y éxito. Estructuralmente se puede parecer algo a “Andy you’re a star” sobre todo en el hecho de que en el estribillo se sube notablemente la intensidad; no obstante, aquí el sonido es mucho más desenfadado, ya que en “Andy…” el carácter de la misma era algo sesudo y menos animado. El verdadero lucimiento de teclados de Brandon del disco lo supone la atmósfera que crean los mismos en la siguiente “Believe me Natalie”. De Jenny pasamos a Natalie y aquí se alcanza el mayor punto de sonido melancólico de “Hot Fuss” y casi carácter trágico me atrevería a decir, si nos centramos en la parte final del corte cuando se le repite a la tal Natalie “esta es tu última oportunidad”. Tras esta canción, pasamos a su contrapunto concretado en “Midnight show”. Uno de los temas más enérgicos del disco, muy en el estilo de “Somebody told me” y que aunque a priori no me hizo mucha gracia, con el paso del tiempo ha ido ganando enteros desde mi punto de vista. “Si tú puedes guardar un secreto, yo puedo guardar un secreto” se empeña en repetir una y otra vez Brandon sobre una sólida línea de guitarra que abarca todo el grueso de la canción menos los últimos segundos reservados para unos tranquilos y oscilantes teclados. “Everything will be alright” cuenta con un Brandon con una voz cercana al timbre de Robert Smith de The Cure, dejando bien claro una de las influencias de la banda. Tema que supone un aceptable fin de fiesta y que por las similitudes vocales con The Cure hace que el disco termine cuanto menos de una forma curiosa. Especial mención merecen acertadas caras b como “The ballad of Michael Valentine” en la que se hacen comparativas con Marlon Brando o Greta Garbo entre otros, “Change your mind”, una canción de un pop muy centrado, que en algunas ediciones forma parte del track list principal y “Under the gun” una canción acelerada y a ratos con esos toques épicos que tan bien sabe aportar Brandon.

La portada del disco recrea un skyline con cumbres de rascacielos con un tono azul claro y con luces de neón coronándolos. La forma de representar el nombre de la formación recuerda mucho a Elvis, otra influencia también presente en The Killers aunque sea menos evidente que las ya comentadas. “Hot Fuss” tuvo más éxito en Reino Unido, llegando al nº 1 de la lista de ventas, que en los Estados Unidos. En España la repercusión del grupo fue incipiente, y a día de hoy faltan que estén consolidados dentro del gran público. A mucha gente actualmente les hablas de The Killers y todavía no saben quienes son. En Estados Unidos se les echó en cara que sonaban poco americanos y muy británicos, hecho que influyó de forma decisiva en su 2º álbum.

A finales de 2006 se publicó el 2º disco de la banda. “Sam’s Town” es un disco fuertemente influenciado por el Springsteen de mediados de los 70, inspiración ratos reconocida por el grupo y a ratos no. La estética de la banda varió, sobre todo en lo que a Brandon y Ronnie se refiere. Brandon se recortó más el pelo y se dejó una ligera perilla con un bigotito muy a lo Clark Gable en “Lo que el viento se llevó” y con un vestuario muy acorde con dicho parecido. El batería se dejó igualmente un mostacho de los que caen por los laterales de la boca y se descuidó el pelo de tal manera que se hacía acreedor de pertenecer a los Motorhëad. En general, se dejaron de lado las vestimentas neorrománticas y los trajes elegantes para adecuarse a una imagen menos seria o formal.

El álbum en sí, tiene canciones menos directas que el disco hoy analizado, pero igualmente nos regala un puñado de temas irrepetibles como “When you were young”, rutilante primer single, “Read your mind”, la canción menos “americana” dentro del sonido de dicho disco, y otra joya oculta llamada “Bling (confesions of a king)”, que deja cualquier ejemplo épico del disco hoy analizado a la altura del betún.

En la gira de presentación del disco solo se escogió Barcelona en noviembre de 2006 como lugar de presentación y hubo que esperar a aquel festival celebrado en Las Ventas en junio de 2007 para ver a los nuevos Killers por Madrid. La espera mereció la pena, y el escenario escogido, habitualmente frecuentado por “matadores”, les vino como anillo al dedo. Que los renacidos Smashing Pumpkins de Corgan figuraran como cabezas de cartel, no impidió que el concierto de los Killers fuera el evento de la noche, coronándoles como triunfadores sin duda alguna, a pesar de que otros invitados como Kasabian estuvieron a la altura y los nacionales Zeno & the stoics o Triangulo de amor bizarro también hicieran un aceptable papel. Esperemos que este evento haga que en la confección de ruta de la gira que se avecina, estos chicos no se olviden de Madrid, festivales aparte, ya que siempre se prefiere un concierto individual del grupo más que un festival por 2 sencillos motivos: 1º el importe más reducido de la entrada y 2º que salvo excepciones, la actuación suele ser más larga; todo ello a pesar de que el cartel que los acompañó en la ocasión comentada me agradara bastante.

2007 vió como se hizo balance con el lanzamiento del acertado recopilatorio de caras b y temas inéditos “Sawdust”, momento que propició que se realizara un dueto con el mítico Lou Reed. Quien sabe si el grupo tuvo que sufrir en sus carnes el peculiar carácter y sentido del humor de Reed de la misma forma que lo hicieron hace décadas los Talking Heads. En “Sawdust” se echa de menos alguna versión excelente como la que hicieron de “Why don’t you find out for yourself” del maestro Morrissey y que se dejó fuera.

A día de hoy la banda está a punto de editar su nuevo disco, como ya hemos comentado. He tenido la ocasión de escuchar la nueva canción o single de adelanto “Human” y el resultado es más que prometedor. La característica principal es el abandono en la misma de las guitarras y la fuerte carga electrónica de la misma en lo que a teclados se refiere, aunque sin dejar de lado el bajo de Mark. Se abandona el sonido americano heredero del Springsteen más añejo, y se recupera una línea muy parecida al pop llevadero de “Change your mind”, pero como hemos dicho cambiando las guitarras por más teclados.

The Killers están frente a su posible consagración, como se comentó hace una semana en un artículo del diario “Metro”, y de erigirse como gran grupo del momento disputando dicho título a los Coldplay de Chris Martin. El tercer disco suele ser vital a la hora de encumbrar a un grupo o que éste inicie el camino descendente que pueda terminar en una futura desbandada. Desde aquí me gustaría pensar que a los Killers les quede una larga trayectoria por delante y que el futuro nos depare entregas tan formidables como las recibidas hasta la fecha, y sobre todo como el disco que hoy les he presentado.

Decirles que “Hot Fuss” es un disco que cuando lo escuché por primera vez dije “bueno, no está mal”. La segunda vez dije lo mismo. En la tercera escucha fui identificando alguna que otra canción y a lo largo de esa semana me venían ritmos o notas a la mente como para tararearlas mentalmente, y a la cuarta audición es cuando tome percepción de lo que realmente era. Moraleja, si lo escuchan una vez y tampoco les entusiasma, concédanle tiempo. Conozco a varias personas a las que les he dejado el disco, que han sufrido la misma experiencia que yo. Cualquier elogio se me queda pequeño para levantarles el interés por “Hot Fuss”. Dejemos que la música suene por sí misma y haga el efecto oportuno en sus mentes.

1 comentario:

Abacab dijo...

Gracias por tu comentario. Creo que al final voté a otra persona, pero igualmente echaré un ojo a tu blog a ver qué tal está. Gracias por escribir.